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20 MANUAL DE ASTRONOMÍA | JAIME INCER BARQUERO<br />
El Sol, al igual que las estrellas, se<br />
formó mediante la condensación de<br />
gases y polvo cósmico concentrados<br />
en una nebulosa primigenia, proceso<br />
que todavía se observa en ciertas<br />
nebulosas como la llamada Roseta,<br />
en cuyo centro se están originando<br />
nuevas estrellas.<br />
permitió la estructuración, resistencia<br />
y movimiento de los seres vivos que<br />
se desplazan en su superficie. Igual de<br />
importante fue la distancia de nuestro<br />
planeta al sol, ni muy cerca, ni muy<br />
lejos, la cual permitió la presencia del<br />
agua en sus tres estados, especialmente<br />
en la forma líquida, bajo la cual fue<br />
posible un sinnúmero de reacciones<br />
químicas que favorecieron el desarrollo<br />
de moléculas orgánicas complejas y<br />
procesos vitales a los que debemos el<br />
fenómeno de la vida.<br />
Por todas estas especiales circunstancias<br />
y favorables condiciones, debemos<br />
considerar a la Tierra como nuestro<br />
hogar privilegiado, único en todo el<br />
sistema solar y quizás también entre la<br />
gran mayoría de astros que pueblan el<br />
universo.<br />
Nuestra civilización tiene la gran<br />
responsabilidad de conservar el planeta<br />
tal como es y no alterar ni modificar<br />
los procesos naturales que la Tierra<br />
nos brinda, con los cuales nos ha<br />
beneficiado a través del tiempo.<br />
2b) Origen y evolución<br />
del Sistema Solar<br />
El origen de la Tierra está ligado a<br />
la formación del sol como centro<br />
principal de gravedad, de atracción<br />
y congregación de toda la materia<br />
original que en forma de gases y polvo<br />
interestelar se encontraba dispersa en<br />
un determinado espacio de la galaxia<br />
hace unos 4,600 millones de años, la<br />
cual a partir de entonces se aglutinó<br />
para formar el sistema solar, con el<br />
sol en el centro y los planetas en la<br />
periferia.<br />
El proceso mediante el cual se formó el<br />
sol y las estrellas aún tiene lugar en los<br />
brazos espirales de la Galaxia, donde<br />
existe suficiente cantidad de gases<br />
y polvo cósmico en forma de nubes o<br />
nebulosas. En las partes más densas<br />
de éstas aún se originan centros de<br />
atracción y nódulos de condensación<br />
donde se gestan nuevas estrellas. Por<br />
otro lado, estrellas viejas masivas que<br />
explotan al final de su vida inyectan<br />
al espacio nuevos materiales, de los<br />
cuales surgirán nuevas generaciones<br />
de estrellas.<br />
Es posible que nuestro sistema solar<br />
se haya formado por la condensación<br />
de materiales residuales, reciclados<br />
inicialmente en el interior de anteriores<br />
estrellas que explotaron y desaparecieron.<br />
En otras palabras, las estrellas<br />
son como el fénix mitológico<br />
que renació de sus mismas cenizas.<br />
Un ejemplo de este proceso se observa<br />
actualmente en el interior de la Nebulosa<br />
Roseta, donde una gigantesca<br />
envoltura de gases luminosos y nubes<br />
de polvo, se está concentrando y condensando<br />
en nuevas estrellas que brillan<br />
en su centro como un enjambre<br />
de recién nacidas. Estas presentan elevadas<br />
temperaturas y emiten intensas<br />
radiaciones ultravioletas que excitan<br />
a las nubes de hidrógeno circundantes,<br />
haciendo resplandecer la entera<br />
nebulosa. La edad de estas estrellas<br />
nuevas posiblemente no es mayor de<br />
100,000 años. Dentro de varios millones<br />
de años más, toda la materia primigenia<br />
de la nebulosa Roseta habrá<br />
sido consumida e integrada en la formación<br />
del grupo estelar; y cada una<br />
de las estrellas así formadas seguirá su<br />
propio curso y evolución, de acuerdo<br />
con la cantidad de materiales o masa<br />
total que haya logrado condensar a su<br />
alrededor durante la etapa de su conformación.<br />
La nebulosa primigenia que