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34 MANUAL DE ASTRONOMÍA | JAIME INCER BARQUERO<br />
Imagen de la Luna Llena con el<br />
nombre de los “mares” fácilmente<br />
identificables con binoculares. El<br />
cráter Tycho se destaca con sus<br />
brillantes rayos cerca del borde<br />
inferior de la imagen.<br />
La mayoría de los eclipses son de sol,<br />
sin embargo, para un observador<br />
situado en un mismo lugar de la Tierra<br />
los eclipses de luna son más frecuentes,<br />
pues son visibles en todo un hemisferio<br />
del planeta, mientras los de sol se<br />
observan únicamente a lo largo de<br />
angostas bandas o fajas del globo<br />
terrestre.<br />
Anualmente se producen de cuatro a<br />
siete eclipses, separados por un lapso<br />
de seis meses, período que se adelanta<br />
unos 11 días con relación al año anterior.<br />
Los antiguos caldeos se dieron cuenta<br />
que los eclipses se repetían en el<br />
mismo orden siguiendo ciclos de 18<br />
años, 11 días y 7 horas, que llamaron<br />
saros, de modo que el eclipse solar<br />
del 11 de julio de 1991 se correspondió<br />
con el del 22 de julio de 2009, pero la<br />
trayectoria ya no pasará por México<br />
y Centroamérica, sino mucho más al<br />
oeste, extendiéndose desde la India a<br />
través de China y el Pacífico oriental,<br />
hasta las islas de Polinesia.<br />
Los eclipses, contrariamente a lo que<br />
piensan las personas supersticiosas,<br />
no ejercen ninguna influencia sobre<br />
el organismo del ser humano, sin<br />
embargo hay que tomar precauciones<br />
al observar los eclipses de sol, porque<br />
fijar la vista en su brillante disco de<br />
manera insistente puede causar lesiones<br />
graves en los ojos, peor aún si se usan<br />
binoculares, o cualquier instrumento<br />
óptico de aumento que concentre los<br />
rayos solares en la retina.<br />
3d) El relieve lunar<br />
Fue Galileo Galilei, inventor del primer<br />
telescopio, el primero en escudriñar la<br />
luna en 1609. Bautizó como maria o<br />
“mares” a las áreas oscuras que cubren<br />
el disco lunar, visibles a simple vista<br />
desde la Tierra, pensando se trataban<br />
de verdaderos mares. También observó<br />
con su rudimentario instrumento<br />
oquedades o cráteres y ciertas cordilleras.<br />
Estos accidentes topográficos<br />
son claramente visibles con pequeños<br />
telescopios en el terminador, línea que<br />
divide la parte lunar iluminada de la<br />
zona oscura donde los rayos del sol inciden<br />
oblicuos, produciendo notables<br />
contrastes entre los relieves alzados<br />
e iluminados y aquellos hundidos y oscuros.<br />
Este efecto también puede ser<br />
observado entre las montañas y valles<br />
del planeta, después de la salida o antes<br />
de la puesta del sol.<br />
Posteriormente con el uso de instrumentos<br />
de mayor aumento, se lograron<br />
estudiar los accidentes de la luna con<br />
precisión y detalle, medir con exactitud<br />
su longitud, altura y profundidad.<br />
En las últimas décadas se han obtenido<br />
excelentes imágenes detalladas de la<br />
superficie lunar, por vehículos que han<br />
orbitado alrededor del satélite y los<br />
astronautas que han bajado a explorar<br />
su superficie. En general podemos