Fortificaciones en Iberoamérica [PDF] - Fundación Iberdrola
Fortificaciones en Iberoamérica [PDF] - Fundación Iberdrola
Fortificaciones en Iberoamérica [PDF] - Fundación Iberdrola
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
¿UNA ESCUELA DE FORTIFICACIÓN HISPANOAMERICANA?<br />
Hace varias décadas, <strong>en</strong> 1968, Juan Manuel Zapatero planteó la idea de que las obras realizadas <strong>en</strong><br />
América configuraban un singular conjunto capaz de id<strong>en</strong>tificarse como una «Escuela» con rasgos<br />
propios. En esta lectura, los ing<strong>en</strong>ieros que pasaban a América «quedaban sometidos a insuperables<br />
imperativos de la geografía y de la historia, y a ellos condicionarán la capacitación admirable<br />
de su ci<strong>en</strong>cia». Más allá de las influ<strong>en</strong>cias que hemos señalado de otras escuelas de fortificación,<br />
fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te italiana, holandesa y francesa, nuestro autor ratifica que la larga serie de nuestras<br />
obras def<strong>en</strong>sivas no serán jamás, puede asegurarse con rigor, los prototipos que preconizaron Vauban,<br />
Montalembert, Landsberg II, Coehoorn, Spekle o Virgin, porque pert<strong>en</strong>ec<strong>en</strong> a los ing<strong>en</strong>ieros<br />
españoles, maestros consumados de una nueva «Escuela» original y experim<strong>en</strong>tada.<br />
Es interesante analizar esta idea y tratar de matizar afirmaciones que, por rotundas y excluy<strong>en</strong>tes,<br />
quizás nos alej<strong>en</strong> de una necesaria compr<strong>en</strong>sión del problema. No cabe duda de que la influ<strong>en</strong>cia<br />
del contexto <strong>en</strong> el cual se realizan las fortificaciones, cualquiera sea éste, condiciona la aplicación modélica<br />
de una traza, ya sea por la topografía, el clima, los materiales y mano de obra disponible, las formas<br />
de organización militar y los recursos económicos y de tiempo disponibles. Es decir, que los resultados<br />
pued<strong>en</strong> mostrar singularidades con refer<strong>en</strong>cia a unas presuntas «cabezas de serie» fundam<strong>en</strong>tadas<br />
<strong>en</strong> las opiniones de los tratadistas o <strong>en</strong> las prácticas bélicas. Sin embargo, hay que considerar que la<br />
actitud de España <strong>en</strong> sus fortificaciones americanas fue sustancialm<strong>en</strong>te «def<strong>en</strong>siva», es decir, estaba<br />
organizada como una red de protección de su «fortaleza flotante de galeones» cuyo último viaje se<br />
realizaría <strong>en</strong> 1776 bajo el mando del marino Antonio de Ulloa, ya que luego la guerra con Inglaterra<br />
y la ord<strong>en</strong>anza de Libre Comercio (1778) suprimieron este circuito. Si bi<strong>en</strong> este carácter def<strong>en</strong>sivo puso<br />
el ac<strong>en</strong>to <strong>en</strong> una modalidad no fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te of<strong>en</strong>siva de las fortificaciones hispanoamericanas,<br />
no podemos perder de vista la articulación del sistema integral que ubicaba fr<strong>en</strong>te a ellas otro conjunto<br />
de fuertes ingleses, franceses, holandeses, daneses y portugueses cuya actividad era más dinámica<br />
y t<strong>en</strong>día a apuntalar operaciones activas <strong>en</strong> contra de los emplazami<strong>en</strong>tos hispanoamericanos.<br />
En este contexto, la posible exist<strong>en</strong>cia de una «Escuela» hispanoamericana de fortificación no<br />
puede meram<strong>en</strong>te c<strong>en</strong>trarse <strong>en</strong> el carácter singular de cada obra, ni <strong>en</strong> el único hecho de que las<br />
fortificaciones americanas fueran mucho más importantes que las realizadas <strong>en</strong> la propia P<strong>en</strong>ínsula<br />
Ibérica, donde los ing<strong>en</strong>ieros militares estaban actuando prefer<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la construcción de carreteras,<br />
canales, acueductos o cuarteles, sino <strong>en</strong> virtud del desarrollo de una teoría capaz de g<strong>en</strong>erar<br />
un p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to propio o una práctica singular difer<strong>en</strong>ciada de otras propuestas europeas. Aquí es<br />
donde debemos relativizar esta alternativa, si at<strong>en</strong>demos, por ejemplo, a que uno de los ing<strong>en</strong>ieros<br />
[ 46 ]