Fortificaciones en Iberoamérica [PDF] - Fundación Iberdrola

LAS CIUDADES Y LAS FORTIFICACIONES
Ya hemos señalado el interés de la Corona española por manejar el vasto escenario del territorio americano
y que ello involucraba la formación de «puntos fuertes» y una red de lugares de almacenamiento,
servicio, recalada y reparaciones para la otra «fortificación flotante» de la escuadra de
galeones. Los enclaves de los fondeaderos naturales debían complementarse con complejos sistemas
de control que iban desde el dominio de los «padrastros», elementos que estaban por encima
de la fortificación y reforzaban esos puestos, como en el caso de La Habana con los reductos del Príncipe
y Atarés; la localización en algunos casos de torres de vigía o incluso el uso de los faros costeros
(Maldonado en Uruguay); hasta el habitual despliegue de mecanismos de baterías o reductos con
fuegos cruzados (a nivel de la arboladura de la nave) para quien osara aventurarse en las zonas de
control portuarias.
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Plano de la ciudad y bahía de
San Felipe de Portobelo según
existe hoy día, con el proyecto
de nueva ciudad y baterías hecho
por el brigadier don Juan de
Herrera y Sotomayor, 1731
(Madrid, CGE, Ar. J-T.4-C.4-32).
Muchas veces, junto a la
fortificación, los ingenieros
sugirieron el diseño de trazas
urbanas que se adaptaran al
carácter que habrían de tener
de «plazas fuertes»