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Nuestra estancia en Mongolia tocaba<br />
a su fin. Tras cerca de dos<br />
semanas de viaje por el interior<br />
del país dedicamos las dos últimas<br />
jornadas a visitar algunos monumentos<br />
destacados de la ciudad, así como<br />
a darnos un homenaje gastronómico<br />
malgastando nuestros togrok en unas<br />
pizzas estilo mongol.<br />
Además de varios monasterios budistas<br />
(uno de ellos con una estatua de buda de<br />
más de 20 metros y otro con un monje<br />
momificado), queríamos acudir al museo<br />
de historia natural en el que se guarda<br />
una magnífica colección de meteoritos y<br />
de restos de dinosaurios, sobre todo nidos;<br />
dos elementos por los que este país<br />
Personajes curiosos<br />
en un tren mongol<br />
Termina el viaje de Mendimundi por Mongolia<br />
con un trayecto en tren difícil de olvidar<br />
es conocido mundialmente. Caminando<br />
por las salas en una rápida visita conocimos<br />
a un vasco que vivía en Corea del<br />
Sur, y que se quedó tan alucinado como<br />
nosotros de encontrar a paisanos en un<br />
lugar tan perdido y recóndito.<br />
James Everett, nuestro compañero in-<br />
[ <strong>CALLE</strong> <strong>MAYOR</strong> 253 • 14 • ESTELLA 9/01/2003]<br />
glés, había pensado en seguir su camino<br />
visitando el sur del país en otra excursión<br />
programada, pero sus fondos<br />
estaban realmente al mínimo por lo que<br />
finalmente decidió acompañarnos en el<br />
mismo tren que nos habría de sacar del<br />
país, camino de la capital China.