AAño nuevo... - REVISTA CALLE MAYOR

ción de puestos de trabajo, es una inversión,
te ofrece más libertad de acción
y flexibilidad de horarios y se obtienen
beneficios.
En la otra cara, no hay que olvidar que
se arriesga capital, que se debe atender
a las exigencias de la Administración Pública
y que supone una fuerte inversión
de tiempo, un desbordamiento de funciones
y tareas y una constante incertidumbre.
Sin embargo, en opinión de Pilar Irigoyen,
“cada vez son menos las razones
en contra porque lo mismo que se
pide a una persona emprendedora, se
valora en una empresa cualquiera, es
decir, las habilidades sociales, el trabajar
en equipo o que sean creativas e
innovadoras”.
Isabel Arbeloa Suberviola
se vio con 37 años, y después
de trabajar en la hostelería,
“en el momento de
pensar a qué estaba dispuesta”.
Le gustaba la moda
y los complementos,
“sobre todo los zapatos”, y
después de informarse de
lo que ya existía en Estella
y de lo que podía ofrecer
ella, se decidió a establecer
su propio negocio: “Las
ganas de abrir ‘ya’ me hicieron
equivocarme y preparé
para septiembre de
1995 un comercio en una
zona hacia la que Estella se
ampliaría, pero no en lo
comercial”.
Emprendedoras estellesas
No se amilanó y tres años
después Isabel inauguraba
de nuevo, esta vez en la calle
Calderería: “Se abrieron
más locales al mismo tiempo
y poco después, una administración
de lotería que,
aunque no me toque...”,
bromeó.
[ CALLE MAYOR 253 • 37 • ESTELLA 9/01/2003]
Otra experiencia fue la
que vivió Fernanda Ruiz
Martínez, copropietaria de
Ega Jardín: “Yo siempre he
vivido de fantasías, menos
mal que mi compañera tiene
los pies en la tierra...
Ella fue la que hizo un curso
de iniciativas en CEIN”.
Después de que la técnico Begoña
Bordonaba comentara ideas de negocio
como el cultivo de plantas medicinales
y aromáticas, teleservicio y cibercentro,
los presentes conocieron una
empresa cuyo objetivo “es llevar a todos
los ámbitos de la vida preciosos
ramos de flores frescas a un precio razonablemente
económico”.
Krabelin BOUQUETS, SL es una empresa
radicada en Zurbano (Álava) que,
desde hace cinco años, se dedica a la
venta de flores al por mayor y que hace
tres abrió un establecimiento en el
centro de la capital alavesa. Con un
crecimiento constante, la empresa se
prepara en la actualidad para instalar
kioscos de flores en la calle, el primero
en Bilbao.
Primero se dedicaron al
mantenimiento de jardines,
pero la aparición de competencia
les derivó a la jardinería:
“Era algo que queríamos
desde el principio,
aunque parecía imposible.
Al ser mujeres, hemos tenido
que demostrar que podíamos;
ahora ya nos conocen
y nos llaman”.
Dos consejos aportó Fernanda
a las presentes: “Los
clientes se fidelizan si les
tratas bien, si les aconsejas
lo que es mejor, sin intentar
meterles lo que está pocho;
el entusiasmo de uno, además,
salva el negocio, ya
saldrá a largo plazo”.