Óscar Bribián • Alejandro Carneiro • Alberto García-Teresa ...

Alejandro González Gómez
116
Invierno en Europa
—Ha sugerido su domicilio particular: barrio de Arganda, avenida Aureliano
Buendía número 83.
—Perfecto. Por favor, confírmale que a las cinco estaré allí.
—Muy bien. ¿Algo más?
—Sí: no te olvides de añadirlo a mi jornada laboral.
—Por supuesto. Se descontará también el tiempo estimado de desplazamiento
y se añadirán a tu nómina las dietas contractuales.
—Estaba segura de que no te olvidarías.
—Sería imposible.
Un desplazamiento a la zona de Arganda le permitiría comer con Luis si
éste estaba libre. Lo llamó, pensando que le haría ilusión. Aunque lo encontró
extrañamente incómodo, aceptó quedar para comer juntos. Como siempre,
una vez hubo encajado el impacto que le suponía cambiar de planes, lanzó
una serie de preguntas para ubicar espaciotemporalemente el acontecimiento,
y después consiguió sonar un poco más relajado. Irene conocía bien esta
aversión a los cambios, pero la falta de práctica dificultó las cosas al principio:
—¿A qué hora?
—¿Te parece bien a las tres y media?
—¿Dónde?
—¿En el restaurante Atenea?
—No puedo.
Silencio. Irene reconocía aquella sensación. Era como cuando la terminal
no se conecta pese a que crees que todo va perfectamente bien. Sin saber
qué, algún pequeño detalle hace que nada funcionara, pero ¿cuál?
—¿Por qué?
–El descanso para comer es de dos y media a cuatro. Tardo media hora
en llegar andando a ese restaurante. Si voy corriendo podría llegar diez minutos
antes, pero me gusta tener unos minutos para repasar el orden de trabajos
de la tarde antes de empezar el turno…