Óscar Bribián • Alejandro Carneiro • Alberto García-Teresa ...

Editorial
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Artifex 04-05
El segundo factor que hay que tener en cuenta (y, nos tememos, el
decisivo) es el precio del producto. Las editoriales especializadas han vivido tan
tranquilas durante todos estos años porque sabían que, aunque en ocasiones sus
precios resultasen elevados con respecto a los del resto del mercado, tenían un
mercado cautivo que estaba dispuesto a pagar determinados precios, siempre
que fuesen razonables. Tomemos dos libros con las mismas características
técnicas (páginas, traducción, tipo de papel, etc.). Uno lo edita una editorial
grande en una tirada de, pongamos por caso, tres mil ejemplares. Por fuerza
tiene que ser más barato que el mismo libro, si éste lo publica una editorial
pequeña en una tirada de quinientos ejemplares, y el margen de beneficio que le
queda a la editorial es mayor. El problema surge cuando la crisis energética hace
que los costos de producción suban, lo que repercute en subidas generalizadas
en los precios del papel, las imprentas, la distribución y el almacenaje. En
paralelo, todas las editoriales, con independencia de su tamaño, suben los
precios de los libros; en algunos casos, porque no les queda más remedio; en
otros, porque, aunque puedan permitirse abaratar precios, la competencia los
está subiendo, de modo que tienen bula para permitirse una pequeña subida de
precios, siempre que éstos se mantengan en la horquilla de lo admisible por el
mercado, y así aumentan su margen de beneficios.
¿Qué ocurre cuando se abusa indefinidamente de este modelo? Por
un lado, los ya consabidos saldos, que también tienen mucho que ver con los
fenómenos ya descritos de la edición indiscriminada de libros como si fueran
cualquier otro producto y con la limpieza periódica de almacenes. Por otro
lado, la desconfianza creciente de los consumidores, que en un momento
dado dejan de comprar por encima de un precio determinado, aunque éste
se encuentre dentro de los márgenes de lo admisible y habitual. ¿Quién va a
pagar veinticinco euros ahora por un libro que, a buen seguro, costará cinco
euros dentro de dos años? Así pues, el mercado se retrae, la oferta disminuye y
la demanda se desploma. Nos hallamos ante una burbuja en toda regla. Y una
de las reglas de oro de las burbujas es que la economía tarda en recuperarse
más o menos el mismo tiempo que tardó la burbuja en formarse. ¿De cuántos
años estamos hablando? ¿Cinco? ¿Diez? ¿Debería la burbuja editorial que se
está formando ser diferente de las demás?