Catiá Catiadora - Asociación para las Investigaciones Culturales del ...

a su amplio uso en diferentes contextos, este
repertorio tiene diferentes formas de interpretación
y apropiación, es característico del territorio y
nos habla de una cosmología, de un paisaje, de
historias, personajes, oficios, y otras temáticas
posibilitan a que las letras de las canciones de
los afrodescendientes sean un mecanismo para
comunicar , perpetuar hábitos y valores elementos
validos en el proceso espontaneo de cohesion
social.
7 CATIA-CATIADORA
Genero:Saporrondón
Autor:Tradicional
Intérprete: Contundencia
Catiá catiadora si pinta lavá
Amostrame si coge pa’ yo di a lavá
El que lleva la batea
Coro:No la sube laborea (bis)
Laboria, laboria
Coro: no la sube laboria (bis)
Coro:Catia, catiadora
Si pintan lava
Amostrame si coge
Pa’ yo di a lava
El que lleva la batea
No la sabe laboria
Esta canción corresponde al aire musical
saprrondón o bunde antiguo. Generalmente estas
piezas musicales son utilizadas en pasacalles o
recorridos callejeros, bailes rurales, en diversiones
o divertimentos infantiles como en los Gualíes o
Procesión San Pacho - Fotografía:Ana Arango.
velaciones de niños. Catia catiadora, su texto
se refiere a los trabajos de minería artesanal o
rudimentaria en los ríos y quebradas de la región
pacífica, actividad presente que permite a muchas
personas alcanzar algún ingreso económico para
el sustento de sus familias. En la recreación de esta
pieza musical se exalta la batea como instrumento
fundamental, entre otros tenemos: almocafre,
barra, barretón, el agüero, cacho etc,
El relato de Alfonso Córdoba “El Brujo” sobre el
papel del canto en el oficio de los boga expone
claramente uno de los contextos dentro de los
cuales se mantuvo viva la tradición oral de la
región “¿Qué se necesitaba para ser boga? El
boga tenía que ser buen palanquero, debía ser
buen contador de chistes, buen contador de
historias, buen cantador, buen decimero, un buen
sabedor de adivinanzas, un buen trobador, buen
repentista improvisador, hacedor de historias de
tramas. Entonces a falta de radio ellos eran los
portavoces”.
El Brujo nos cuenta también, de qué manera el
repertorio vocal tradicional no solamente nos habla
de un territorio sino que a la vez el territorio marca
al repertorio, al sentir de los compositores:
“La lluvia enseña a cantar los vientos enseñan a
cantar, la soledad enseña a cantar a sentir. La
música encierra sentimiento, lo sublime de un río,
la forma como corre el río. Así mismo se canta.
Los quehaceres cotidianos le dan ritmo a uno
porque se le saca partido en una composición
cuando una mujer está venteando el arroz, cuando
alguien lo está apilando, eso da ritmo, cuando
alguien está derribando un árbol, cuando alguien
está acerando un madero al estilo antiguo con
un serrucho de tiro de dos mangos, cuando está
aserrando una madera eso da compases. El
aserrador trabaja con compás, los dos aserradores
tienen que trabajar a un mismo compás. Las
piladoras si van a pilar a dos manos o tres manos
ese es un ritmo que no se puede equivocar nadie,
tiene que ser matemático y preciso porque si
hay una equivocación se daña la melodía. Puro
compás y métrica”.
El repertorio vocal tradicional perpetua una forma
de ver el mundo, una cosmología y por lo tanto
una forma de relacionarse como seres humanos y
de relacionarse con los demás seres y elementos de
la naturaleza. En los cantos aparecen personajes
emblemáticos de la región y seres extraordinarios
que hacen parte de los mitos y leyendas del
territorio.
La cantautora Zully Murillo cuenta de qué manera
y por qué vincula todo este universo mágico en sus
canciones:
“por vivir en las zonas rurales en esas veredas en
donde no había ni teléfono, donde era todo tan
apartado en el silencio de la noche el trato con
la gente tenía todo esto: hablaban que del indio
de agua, que el duende se llevó la niñita, que el