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MARU Y EL GUARDA LOCO<br />
- Bien –<br />
Contestó éste.<br />
- Aquello es precioso ¿Eh?, ¿No has llevado a tu mujer a verlo? –<br />
- No me ha llevado todavía –<br />
Contestó Elvira con cáscara.<br />
- Pues nosotros vamos todos los domingos. Lleva a tu mujer ¡hombre!,<br />
enséñale el lago –<br />
Dijo Duque desconociendo el hombre el percal.<br />
- Ahora nos vamos a llegar, hoy que tenemos tiempo –<br />
Dijo Elvira con más cáscara todavía.<br />
Dicho y hecho, no tuvo más remedio que coger dirección La Tochuela<br />
refunfuñando y diciendo:<br />
- ¿Qué vamos a hacer allí? Hija –<br />
No le sirvió de nada, y en diez minutos estaban entrando por la cancela de<br />
La Finca.<br />
Tenía sudor frío, escalofríos y no paraba de fumar. Repetía:<br />
- Ojú, Ojú, en que follones me metes tú –<br />
Así fueron avanzando por el paseo del lago, paró varias veces a enseñarle<br />
los patos, gansos y cualquier otro bicho que asomara la cabeza por allí, quería<br />
hacer tiempo para ver si caía un meteorito o pasaba algo gordo para ahorrarse el<br />
sofocón.<br />
Que va, ya terminaban el paseo alquitranado y llegaban al cruce con el<br />
campo de polo.<br />
- Allí viene la caballista –<br />
Dijo Francisco evitando pronunciar su nombre.<br />
- ¡Que buena vista tienes!, mira que pronto la has visto. ¿Qué la conoces de<br />
lejos? –<br />
Dijo Elvira con muchísima cáscara.<br />
- No hija es que es la única que hay –<br />
Intentaba aclarar él.<br />
Pararon en el cruce y esperaron un ratito para verla pasar.<br />
Allí apareció Maru montando una yegua y tirando de tres más con su<br />
mano izquierda. Fue ver el coche de Francisco y saludarle con un:<br />
¡Hola, hola! –<br />
Moviendo su manita derecha y agachando la cabeza para ver a los<br />
ocupantes del vehículo. Vio a Elvira y miró rápidamente para adelante.<br />
La cara de Elvira era borrosa, o por lo menos así la veía Francisco, y éste<br />
con un ¡Hola! tan apagado como una colilla en un cubo de agua, y un gesto de<br />
saludo con la mano que no hubiese espantado ni una mosca, se quedó hundido<br />
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