RELIGION DE LOS ESPIRITUS - Federación Espírita Española
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Religión de los Espíritus Emmanuel<br />
11<br />
Pureza<br />
Reunión pública del 16/2/59<br />
Cuestión nº 632<br />
«Bienaventurados los puros, porque verán a Dios.»<br />
Estudiando la palabra del Maestro Divino, recordemos que en el mundo,<br />
hasta hoy, no existió nadie como Él, con tanta pureza en su alma.<br />
Nos cabe, pues, recordar cómo veía Jesús en el camino de la vida, para<br />
reconocernos con seguridad que, aunque en la Tierra, sabía encontrar la Presencia<br />
Divina en todas las situaciones y en todas las criaturas.<br />
Para mucha gente, el pesebre era lugar despreciable; sin embargo, Él<br />
veía a Dios en la humildad con que la Naturaleza le ofrecía materno regazo y<br />
transformó la cuadra en un poema de excelsa belleza.<br />
Para mucha gente, María de Magdala era mujer sin ningún valor, por la<br />
condición de obsesada en que se mostraba en la vida pública; sin embargo, Él<br />
veía a Dios en aquel corazón femenino atormentado de sufrimiento y la convirtió<br />
en mensajera de la celeste resurrección.<br />
Para mucha gente, Simón Pedro era hombre rudo e inconstante, indigno<br />
de mayor consideración; sin embargo, Él veía a Dios en el espíritu atribulado<br />
del pescador semianalfabeto que el pueblo menospreciaba y lo transformó en<br />
paradigma de la fe cristiana, por todos los siglos.<br />
Para mucha gente, Judas era negociante de desconfiada expresión, capaz<br />
de astutos ardides en loor de sí mismo; sin embargo, Él veía a Dios en el<br />
alma inquieta del compañero que los otros menoscababan y le extendió brazos<br />
amigos hasta el fin de la penosa deserción a la que el discípulo distraído se entregó,<br />
desatento.<br />
Para mucha gente, Saulo de Tarso era guardián intransigente de la Ley<br />
Antigua, vanidoso y perverso, en defensa de sus caprichos; sin embargo, Él<br />
veía a Dios en aquel espíritu atormentado, y lo buscó personalmente, para confiarle<br />
importante embajada.<br />
Si purificases así el corazón, identificarías la presencia de Dios en todas<br />
partes, comprendiendo que la esperanza del Creador no desalienta con criatura<br />
alguna, y percibirías que la maldad y el crimen son sólo espinos y fango que<br />
envuelven el campo del alma —el brillante divino que vendrá fatalmente a la<br />
luz...<br />
Y aprendiendo y sirviendo, ayudando y amando pasarás, en la Tierra,<br />
como mensaje incesante de amor, enseñando a los hombres que te rodean a<br />
convertir el charco en cuna de pan y a entender que, incluso en las profundidades<br />
del pantano, pueden surgir lirios perfumados y puros para exaltar la gloria<br />
de Dios.<br />
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