RELIGION DE LOS ESPIRITUS - Federación Espírita Española
RELIGION DE LOS ESPIRITUS - Federación Espírita Española
RELIGION DE LOS ESPIRITUS - Federación Espírita Española
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Religión de los Espíritus Emmanuel<br />
44<br />
En la gran barrera<br />
Reunión pública del 19/6/59<br />
Cuestión nº 159<br />
La crónica terrestre acostumbra a anotar ese o aquel acontecimiento alrededor<br />
de la muerte de los llamados «grandes del mundo».<br />
Carlos V de España, soberano de vasto imperio, termina sus días en la<br />
penumbra del claustro, experimentando el féretro que le transportaría el cuerpo<br />
hacia el sepulcro, a semejanza de un obseso vulgar.<br />
Elisabeth I de Inglaterra, después de manejar largamente el poder, se<br />
separa del trono rogando, desesperada:<br />
—«¡Señor, Señor, cedo todo mi reino por un minuto más de vida!»<br />
Moliére tiene sus propios restos sentenciados al abandono.<br />
Napoleón, el estratega coronado emperador, plasmó con puños de bronce<br />
el temor y la admiración en millones de súbditos, pero no supo guerrear el<br />
cáncer que le agotó la fuerza vital en la soledad de Santa Helena.<br />
Comte, el fundador del Positivismo, sobrestimando su valor grita, decepcionado<br />
ante la frontera de ceniza:<br />
—«¡Qué pérdida irreparable!»<br />
Pero así como los reyes y los conquistadores, los filósofos y los artistas<br />
se despiden de la autoridad y de la fama, legiones de criaturas de todas las<br />
procedencias y condiciones, dejan la Tierra todos los días.<br />
Despojadas de los préstamos que les honraban la existencia, ante la<br />
gran liberación, guardan solamente el resultado de sus propias obras.<br />
Ni posesiones, ni latifundios...<br />
Ni títulos, ni privilegios.<br />
Ni armas, ni medallas...<br />
Ni pena que hiera, ni tribuna que maldiga...<br />
Ni depósitos bancarios ni talón de cheques en la mortaja sin bolsillo...<br />
Se inmovilizan y duermen...<br />
Y despiertan buscando los planos en que situaron los sentimientos, dando<br />
la impresión de extraña ornitología, en las esferas del espíritu.<br />
Almas nobles y heroicas renacen del letargo, como palomas torcaces,<br />
remontando a la gloria del firmamento.<br />
Corazones dedicados a la virtud y a la belleza recobran la actividad<br />
como golondrinas, sedientas de la primavera.<br />
Perezosos despiertan, copiando el aislamiento de las lechuzas que se<br />
ocultan en la oscuridad.<br />
Viciados y malhechores diversos resurgen, a semejanza de buitres, esparciendo<br />
entre los hombres los bacilos de la peste.<br />
De plaza en plaza, habladores impenitentes reaparecen para que repitan<br />
solemnemente conceptos que vibraban en su predicación sin obras, recordando<br />
la gritería inconsecuente del benteveo.<br />
Homicidas y suicidas, semejantes a patos imprudentes, reabren los ojos<br />
en los abismos serpentarios a que se arrojan por gusto.<br />
Así, no te olvides de que tendrás también la boca inmóvil y las manos<br />
ateridas en la gran noche, y enciende desde ahora la luz del bien constante<br />
http://www.espiritismo.cc 50