Dos Pactos

El siguiente dato histórico dice así:
“Aproximadamente en 590 D.C., el Papa Gregorio, en una
carta al pueblo Romano, denunció como profetas del Anticristo a
aquellos que mantenían que no se debía hacer trabajo en el día
séptimo.” –James T. Ringgold, The Law of Sunday, p. 267.
Después de esto, continúa diciendo el comentario respecto al
relato histórico:
“En los siglos siguientes, la persecución a los creyentes del
sábado bíblico se intensificó hasta que muy pocos quedaron
vivos. Cuando la reforma comenzó, el verdadero sábado era casi
desconocido.”
Fue así, como a medida que transcurrieron los siglos, la
influencia del paganismo fue cobrando mayor fuerza dentro de la
iglesia, y el interés por la observancia del sábado se llegó a
extinguir casi del todo, mientras que el domingo iba cobrando un
carácter cada vez más sagrado. No obstante, concluye diciendo el
comentario acerca de este detalle histórico, siempre ha existido un
remanente de cristianos que se han mantenido fieles a la
observancia del sábado y a los demás principios de la doctrina,
hasta los días actuales.
Es evidente que muchos creyentes cristianos de la actualidad,
queriendo justificar su conducta negativa con relación a la
observancia del sábado, tratan de encontrar apoyo en algunos
pasajes del Nuevo Testamento, acerca de los cuales haré
referencia. Por ejemplo, en Col. 2: 13, 14, 16 dice lo siguiente:
13 "Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la
incircuncisión de vuestra carne, os vivificó juntamente con él,
perdonándoos todos los pecados. 14 Rayendo la cédula de los ritos
que nos era contraria, que era contra nosotros, quitándola de en
medio y enclavándola en la cruz; 16 Por tanto, nadie os juzgue en
comida, o en bebida, o en parte de día de fiesta, o de nueva luna,
o de sábados.” (Col. 2:13,14,16).
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