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idólatra profana con su sombra”, e. d. que el estar bajo un techo<br />
pagano, y tener contacto con ellos hace ritualmente impura a la<br />
persona. Véase la Misná en la edición de Danby, pp. 649, n. 3.<br />
Pero con respecto a viandas que previamente fueran ofrecidas en<br />
el templo y que posteriormente se entregan al consumo, Pablo<br />
afirma que están permitidas sobre la base de Sal. 24.1 (1 Co.<br />
10.25ss). Aunque esas viandas hayan sido dedicadas en el templo<br />
y estén a la venta en el mercado, pueden ser consumidas en virtud<br />
de haber sido creadas por Dios (1 Ti. 4.4–5). Esto claramente se<br />
aleja de las reglas ceremoniales de los rabinos (e indudablemente<br />
también del decreto apostólico de Hch. 15.28–29), y el cristiano<br />
debe abandonar la propia libertad de comer tales viandas si existe<br />
la posibilidad de ser tropiezo para la conciencia del creyente<br />
“débil’ y hacerlo caer (10.28–32), o también si la práctica puede<br />
escandalizar a un gentil (10.32). La situación que contemplan<br />
estos vv. es la aceptación, por parte de un cristiano, de una<br />
invitación a comer tales viandas en una casa particular (10.27). En<br />
tales circunstancias el creyente tiene libertad de comer el alimento<br />
que se le presente, sin inquirir sobre su “historia pasada”, e. d. de<br />
dónde viene, o si ha sido dedicado en algún santuario idolátrico.<br />
Sin embargo, si algún pagano advierte a los presentes durante la<br />
comida diciendo: “Esto fue sacrificado a los ídolos” (utilizando el<br />
término pagano ), entonces debe rechazarse el<br />
alimento, no porque esté “contaminado”, o no sea digno de<br />
consumirse, sino porque “coloca al que come en una posición<br />
falsa, y confunde la conciencia de otros” (Robertson-Plummer, I<br />
Corinthians, pp. 219), especialmente su vecino pagano (10.29).<br />
Esta lectura difiere de la sugerencia de Robertson-Plummer, donde<br />
consideran que el que habla en el vv. 28 es un cristiano gentil que<br />
utiliza la terminología que empleaba antes de hacerse cristiano; sin<br />
embargo, es mejor considerar a la persona que habla en el vv. 27<br />
como “algún incrédulo”; y entonces las palabras del apóstol<br />
concuerdan con el altruismo de los rabinos, que enseñaban que el<br />
judío devoto no debe tolerar la idolatría, por el riesgo de estimular<br />
a su vecino gentil a cometer errores, por los que él sería<br />
responsable (Aboth 5.18; Saaanhedrin 7.4, 10).<br />
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