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COMPETENCIAS PARA LA VIDA Y EL BIENESTAR

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<strong>COMPETENCIAS</strong> <strong>PARA</strong> <strong>LA</strong><br />

<strong>VIDA</strong> Y <strong>EL</strong> <strong>BIENESTAR</strong><br />

Núria Pérez Escoda<br />

En este trabajo queremos introducir el conocimiento<br />

de las competencias para la vida y clarificar los<br />

conceptos de felicidad, bienestar subjetivo y fluir,<br />

para pasar a proponer algunas actividades que, de<br />

acuerdo con los contenidos de la investigación,<br />

contribuyan al desarrollo de algunas de las<br />

competencias que permiten disfrutar de una vida más<br />

satisfactoria. Algunas de las capacidades que<br />

pretendemos desarrollar son la gestión del tiempo o<br />

estrategias de anticipación al estrés.<br />

INDICE<br />

1.- <strong>EL</strong> CONCEPTO DE <strong>COMPETENCIAS</strong> <strong>PARA</strong> <strong>LA</strong> <strong>VIDA</strong><br />

2.- <strong>EL</strong> <strong>BIENESTAR</strong> SUBJETIVO<br />

3.- APORTACIONES DE <strong>LA</strong> NEUROFISIOLOGÍA AL ESTUDIO<br />

DE <strong>LA</strong> F<strong>EL</strong>ICIDAD<br />

4.- APRENDER A FLUIR<br />

5.- <strong>LA</strong> RESPUESTA EDUCATIVA EN <strong>EL</strong> DESARROLLO DE<br />

HABILIDADES DE <strong>VIDA</strong> Y EN <strong>EL</strong> APRENDIZAJE DE <strong>LA</strong><br />

F<strong>EL</strong>ICIDAD<br />

6.- PROPUESTA DE ACTI<strong>VIDA</strong>DES<br />

7.- BIBLIOGRAFÍA


1. <strong>EL</strong> CONCEPTO DE <strong>COMPETENCIAS</strong> <strong>PARA</strong> <strong>LA</strong> <strong>VIDA</strong><br />

Cuando hablamos de habilidades de vida (life skills) nos referimos a<br />

aquellos comportamientos adecuados y responsables que nos<br />

permiten afrontar satisfactoriamente los desafíos diarios de la vida -ya<br />

sean privados, profesionales o sociales-- así como las situaciones<br />

excepcionales con las que nos vamos encontrando. Suponen un<br />

conjunto de competencias que nos permiten organizar nuestra vida<br />

de forma sana y equilibrada, facilitándonos experiencias de<br />

satisfacción o bienestar.<br />

Desde mediados de los años 70 contamos con diversas propuestas<br />

educativas que pretenden desarrollar las habilidades de vida y que<br />

incluyen listados bastante completos de lo que sería necesario<br />

considerar como contenidos de un programa de desarrollo en este<br />

sentido. Uno de los trabajos en castellano es de Bisquerra (1990)<br />

donde se hace un planteamiento general del tema.<br />

Actualmente, partiendo de las propuestas anteriores y en un esfuerzo<br />

por acercarlas a nuestro tiempo, algunos autores optan por utilizar la<br />

expresión «competencias para la vida». Podemos encontrar diversos<br />

intentos de clasificar estas competencias, los cuales se diferencian,<br />

fundamentalmente, por los criterios utilizados al hacer cada<br />

clasificación. Los listados resultantes acostumbran a ser bastante<br />

largos, pero casi no discrepan en los contenidos que incluyen.<br />

En el cuadro siguiente presentamos, a título de ejemplo, una síntesis<br />

de las competencias para la vida más destacadas.<br />

Competencia para buscar, encontrar y seleccionar<br />

información relevante. Incluye:<br />

· Leer y escribir con agilidad y corrección.<br />

· Dominar el cálculo básico y sus aplicaciones.<br />

· Desarrollar el pensamiento lógico-matemático.<br />

· Desarrollar el pensamiento crítico y reflexivo.<br />

· Acceder y utilizar adecuadamente los recursos de la<br />

comunidad.<br />

· Descubrir y analizar las opciones educativas disponibles.<br />

· Analizar la información y sus fuentes para identificar la<br />

relevante.<br />

· Aplicar las estrategias de aprendizaje y de estudio.<br />

· Descubrir y analizar ofertas de trabajo adecuadas.<br />

· Desarrollar la capacidad de generalizar conceptos.<br />

· Conocer y utilizar adecuadamente las tecnologías de la<br />

información y la comunicación.<br />

2


Competencia para el trabajo colaborativo y creativo.<br />

Incluye:<br />

· Capacidad para trabajar en grupo cooperativamente.<br />

· Actitud de apertura al cambio.<br />

· Disposición para compartir ideas.<br />

· Identificar el propio potencial creativo y desarrollarlo.<br />

· Inspirar confianza en los otros.<br />

· Reconocer y respetar la diversidad.<br />

· Mantener el puesto de trabajo y adaptarse permanentemente<br />

a las nuevas exigencias de formación.<br />

Competencia para la comunicación interpersonal.<br />

Incluye:<br />

· Fluidez verbal.<br />

· Conocer y expresarse en diversas lenguas.<br />

· Practicar la escucha activa.<br />

· Dominar las habilidades sociales básicas.<br />

· Practicar la asertividad.<br />

· Expresar los sentimientos.<br />

· Afrontar de forma resolutiva los conflictos.<br />

· Adoptar actitudes proactivas.<br />

· Practicar la solidaridad responsable y el compañerismo.<br />

Competencia para organizarse de forma efectiva.<br />

Incluye:<br />

· Distribuir el tiempo con efectividad.<br />

· Proponerse y conseguir objetivos.<br />

· Tomar decisiones efectivas.<br />

· Practicar la perseverancia.<br />

· Mantenerse disciplinado en la ejecución de las acciones.<br />

· Pensar y resolver los problemas de manera constructiva.<br />

· Sacar el máximo rendimiento del presente.<br />

· Racionalizar el consumismo.<br />

· Aprovechar las oportunidades (de tiempo libre, estudio,<br />

trabajo, etc.) que se presenten.<br />

· Conciliar con equilibrio la vida laboral y personal.<br />

3


· Adoptar un estilo de vida satisfactorio.<br />

Competencia para desarrollarse personalmente. Incluye:<br />

· Descubrir qué motiva mi comportamiento.<br />

· Clarificar los propios valores y creencias.<br />

· Descubrir los intereses y preferencias personales.<br />

· Reflexionar sobre las propias expectativas.<br />

· Reflexionar sobre la propia vida.<br />

· Adoptar una actitud positiva hacia uno mismo.<br />

· Regular las emociones negativas.<br />

· Hacer frente al estrés.<br />

· Perseguir y conservar la salud y el bienestar físico y<br />

emocional.<br />

· Gozar de momentos de ocio.<br />

· Adoptar una actitud abierta y receptiva para adquirir nuevos<br />

aprendizajes.<br />

· Organizar una jubilación placentera y activa.<br />

· Potenciar la propia seguridad y confianza.<br />

· Resistir la presión social.<br />

· Desarrollar y utilizar la propia conciencia política.<br />

Desde los años 60 contamos con diversos programas que han<br />

perseguido el desarrollo de algunas de estas competencias. Sin<br />

ánimo de ser exhaustivos, podemos recordar la existencia de<br />

programas de eficiencia lectora, de alfabetización, de razonamiento<br />

matemático, para el desarrollo de la creatividad, gestión del tiempo,<br />

educación en valores, competencias sociales, educación afectiva,<br />

mejora de la autoestima, educación para la salud, toma de<br />

decisiones, afrontamiento del estrés, entrenamiento asertivo,<br />

técnicas de persuasión, estrategias de aprendizaje y estudio,<br />

educación para la paz, técnicas de búsqueda de empleo, educación<br />

para gestionar el tiempo libre, educación del consumo, etc. Algunos<br />

de estos programas están diseñados para ser aplicados en el marco<br />

escolar y van dirigidos fundamentalmente a niños y adolescentes,<br />

mientras que hay otros que tienen como destinatarios a jóvenes y<br />

adultos en general, aunque en algunos casos encontramos iniciativas<br />

diseñadas para colectivos concretos (directivos, personas<br />

drogadictas, presos, discapacitados, etc.).<br />

4


Durante las últimas tres décadas, destacados autores (Diener y<br />

otros, 1996, 1999; Fordyce, 1981, 1986; etc.) han investigado las<br />

características de las personas que se consideran felices y han<br />

diseñado y aplicado programas destinados a enseñar a las personas a<br />

incrementar su felicidad. Entre las competencias que pretenden<br />

desarrollar estos programas encontramos muchas de las citadas<br />

anteriormente. Así pues, podemos afirmar que el desarrollo de<br />

competencias de vida contribuye a la mejora del nivel de bienestar<br />

de las personas.<br />

2. <strong>EL</strong> <strong>BIENESTAR</strong> SUBJETIVO<br />

El intento de definir la felicidad ha sido una constante a lo largo de la<br />

historia. Lo cierto es que, si bien se acepta sin discusión que el<br />

mayor bien humano es la felicidad, encontramos numerosas<br />

divergencias y gran confusión a la hora de definir qué se entiende<br />

por felicidad.<br />

Nosotros optaremos por conceptualizar la felicidad en términos de<br />

satisfacción vital, entendiéndola como el grado en que una persona<br />

valora favorablemente la calidad global de su vida. Así, la<br />

entenderemos como el grado de satisfacción con la vida que uno<br />

lleva, desde una valoración absolutamente subjetiva. Por tanto,<br />

podríamos decir que utilizamos la palabra «felicidad» como sinónimo<br />

de bienestar subjetivo.<br />

El constructo de «Bienestar subjetivo» ha sido estudiado durante<br />

mucho tiempo desde diferentes enfoques disciplinarios, por ello no<br />

nos tiene que extrañar que encontremos diferentes denominaciones,<br />

las cuales se utilizan a menudo con el mismo sentido o con sentidos<br />

muy próximos: bienestar personal (Well-being), bienestar<br />

psicológico, calidad de vida, satisfacción vital, felicidad, etc.<br />

En la valoración del bienestar subjetivo encontramos en interacción<br />

un conjunto de factores internos con las circunstancias externas a las<br />

cuales está expuesto cada uno. Las personas reaccionamos<br />

emocionalmente de maneras muy diferentes ante las mismas<br />

circunstancias de la vida. Eso indica que el concepto de bienestar<br />

subjetivo no está vinculado únicamente a circunstancias externas.<br />

Así, otros factores internos como las propias expectativas y<br />

aspiraciones, la capacidad de adaptación y los valores personales,<br />

entre otros, son algunos de los factores personales que nos<br />

predisponen para evaluar las circunstancias externas de una manera<br />

más o menos satisfactoria (Diener, Suh, Luca y Smith, 1999).<br />

En este sentido, se observa cómo las emociones están muy<br />

presentes en este concepto, ya que el bienestar subjetivo se podría<br />

definir en función de la adecuación de nuestros objetivos, deseos o<br />

5


expectativas a las emociones positivas que vamos experimentando a<br />

lo largo del día a día. En otras palabras, se trataría del resultado de<br />

la evaluación global de las emociones que acumulamos durante la<br />

vida.<br />

En la sociedad actual nos encontramos diariamente sometidos a un<br />

constante bombardeo de malas noticias --sólo es preciso leer la<br />

prensa diaria o ver los informativos en televisión-- y esta presión<br />

externa podría poner en peligro nuestro estado emocional. El reto<br />

está en no dejarnos influenciar excesivamente por estos<br />

condicionantes externos y poder adoptar estrategias para hacerles<br />

frente. Así, lejos de dejarnos llevar por el pesimismo, la impotencia,<br />

la indiferencia o el estrés, es preciso aprender a gozar de un<br />

bienestar subjetivo. Este no es un reto sencillo, ni disponemos en<br />

estos momentos de reglas fijas y universales para lograrlo. De hecho,<br />

desde los años 80 numerosas investigaciones ponen de manifiesto<br />

que los factores externos tienen una incidencia variable y no<br />

demasiado grande sobre el bienestar subjetivo. Otros factores como<br />

el temperamento personal, las percepciones y metas, la cultura y el<br />

esfuerzo por adaptarse moderan el impacto del contexto externo en<br />

el bienestar subjetivo (Fordyce, 1986; Diener y otros, 1999;<br />

Fernández-Berrocal y otros, 2001; Caruso y otros, 2002).<br />

Estos descubrimientos nos permiten afirmar que es posible aprender<br />

a ser feliz. De todas maneras, no podemos olvidar que no hay un<br />

modelo ideal ni idéntico de felicidad y que cada ser humano es feliz<br />

de una manera particular y única. Por tanto, no es posible disponer<br />

de un modelo universal para la enseñanza-aprendizaje que nos<br />

conduzca a una vida más placentera.<br />

Pese a todo, tenemos evidencia empírica suficiente que nos<br />

demuestra que disponemos de algunos programas de desarrollo que<br />

pueden favorecer la adquisición y/o dominio de algunas de las<br />

cualidades o elementos personales que contribuyen a mejorar el<br />

bienestar subjetivo.<br />

El programa más conocido es el diseñado por el Dr. Michael Fordyce,<br />

que se basa en el desarrollo de los 14 rasgos o cualidades que, según<br />

sus investigaciones, caracterizan a las personas felices y que<br />

detallamos a continuación agrupados en tres ámbitos fundamentales:<br />

Desarrollar una personalidad sana:<br />

1. Aceptación propia<br />

2. Comportamiento espontáneo<br />

3. Actitud positiva y optimista<br />

4. Huir de la angustia y de pensar en los problemas<br />

5. Adecuar las expectativas y aspiraciones a nuestras<br />

posibilidades<br />

6


Incrementar el tiempo y la calidad de la vida social:<br />

6. Dedicar más tiempo a relacionarse con los otros<br />

7. Conocer gente nueva<br />

8. Tomar la iniciativa para entablar conversaciones<br />

9. Estrechar las relaciones más próximas (familia y amigos)<br />

Implicarse en la actividad laboral y en actividades de<br />

ocio agradables:<br />

10. Ser productivo y realizar un trabajo interesante y/o útil<br />

11. Identificar cuáles son nuestras aficiones favoritas<br />

12. Organizarse mejor, planificar las cosas y gestionar bien el<br />

tiempo<br />

13. Centrarse en el presente saboreándolo<br />

14. Valorar la felicidad<br />

3. APORTACIONES DE <strong>LA</strong> NEUROFISIOLOGÍA AL<br />

ESTUDIO DE <strong>LA</strong> F<strong>EL</strong>ICIDAD<br />

Los recientes avances de la investigación nos aportan evidencias de<br />

que contamos con algunas regiones del cerebro (amígdala, lóbulo<br />

frontal) directamente implicadas en la experiencia emocional. De<br />

hecho, ya hace tiempo que se sostiene sin discusión que el cerebro<br />

(y no el corazón) es el órgano de las emociones. Sin embargo, los<br />

estudios que pretenden determinar las zonas del cerebro que se<br />

activan al experimentar alguna emoción no han podido dar<br />

resultados concretos. Lejos de localizar áreas cerebrales específicas<br />

que se estimulen con la experiencia emocional, la aplicación de<br />

nuevas técnicas como la tomografía por la emisión de positrones<br />

(TEP) para observar los cambios bioquímicos del cerebro, han<br />

permitido visualizar que cada emoción activa una cantidad<br />

importante de estructuras cerebrales. De ello se concluye que no hay<br />

una región cerebral concreta que se identifique con la tristeza, con la<br />

ira o con la felicidad, sino una serie de áreas cerebrales en<br />

interacción. Asimismo, si seguimos los trabajos de Damasio podemos<br />

comparar nuestro cerebro con un mostrador luminoso, de tal manera<br />

que cuando una persona se siente feliz observamos un patrón de<br />

luces específico que se extiende por diversas zonas cerebrales,<br />

algunas de las cuales también se iluminan al experimentar otras<br />

emociones diferentes.<br />

7


De estos descubrimientos se desprende la importancia de la<br />

interconexión entre las neuronas y, concretamente, el papel de las<br />

sustancias químicas que la hacen posible transportando los mensajes<br />

relacionados con la experiencia emocional de unas a las otras.<br />

En relación con la felicidad disponemos de resultados de algunos<br />

estudios bastante recientes, que ponen de manifiesto la importancia<br />

de algunos neurotransmisores y hormonas:<br />

• La serotonina es una sustancia química cerebral directamente<br />

relacionada con la sensación de bienestar. Así, a niveles altos<br />

de serotonina, le correspondería un mayor nivel de felicidad.<br />

• La dopamina es un neurotransmisor directamente relacionado<br />

con la estabilidad emocional. La recepción dificultosa de esta<br />

sustancia origina una larga lista de enfermedades relacionadas<br />

con el desequilibrio emocional y, por tanto, con la falta de una<br />

vivencia de bienestar.<br />

• La melatonina es una hormona antioxidante que estimula y<br />

favorece el sistema inmunológico, aumenta la energía y la<br />

capacidad de esfuerzo físico, se relaciona con el control de la<br />

temperatura corporal y de los ciclos de vigilia-sueño. Se le<br />

atribuyen propiedades relacionadas con la sensación de<br />

bienestar, el retraso del envejecimiento y estados de gran<br />

calidad en la vejez.<br />

Lo que acabamos de comentar nos permite concluir que la sensación<br />

de felicidad se puede favorecer a partir del aumento de la producción<br />

o síntesis de estas sustancias. Esto puede fomentarse mediante<br />

estímulos farmacológicos, eléctricos y químicos, pero no tenemos<br />

que olvidar que este proceso también se puede favorecer mediante<br />

otros procedimientos psicopedagógicos: psicoterapia, relajación,<br />

meditación, etc.<br />

Algunas personas buscan la felicidad en las drogas, sin embargo,<br />

estas sólo proporcionan una sensación momentánea de bienestar.<br />

Los fármacos o drogas pueden ser útiles bajo control médico en<br />

momentos puntuales y enmarcados en un tratamiento controlado. De<br />

no ser así, sus efectos son muy perjudiciales a largo plazo. Las<br />

informaciones procedentes de los descubrimientos científicos que<br />

certifican la posibilidad de inducir la felicidad mediante estímulos de<br />

origen diverso sobre los receptores neuronales, nos permiten afirmar<br />

que es mucho más recomendable concentrar los esfuerzos en el<br />

desarrollo de toda una serie de competencias de vida que ayuden a<br />

aumentar el bienestar. En otras palabras, es preciso aprender a ser<br />

feliz. Asimismo, con mucha probabilidad, los nuevos descubrimientos<br />

neurofisiológicos aportarán en breve datos muy interesantes a tener<br />

en cuenta en el diseño de propuestas psicoeducativas de la felicidad.<br />

8


4. APRENDER A FLUIR<br />

En los últimos años hemos oído a menudo hablar de fluir (flow),<br />

especialmente después de la aparición del libro Flow. The psychology<br />

of optimal experience (Csikszentmihalyi, 1997) que, curiosamente,<br />

fue traducido al castellano con el título «Fluir. Una psicología de la<br />

felicidad».<br />

A propósito de esta traducción, es preciso que no confundamos fluir<br />

con felicidad. Aunque son conceptos que se encuentran relacionados,<br />

no significan lo mismo. En el apartado anterior nos hemos referido al<br />

concepto de felicidad; a continuación intentaremos clarificar qué se<br />

entiende por fluir.<br />

Fluir significa gozar de experiencia óptima. Tenemos una experiencia<br />

óptima en el momento en que nos encontramos disfrutando,<br />

involucrados tan intensamente en una actividad que nada más<br />

parece importar y percibimos que lo que estamos haciendo tiene<br />

sentido por sí mismo; gozamos de la situación y la controlamos de<br />

manera gratificante.<br />

Fluir es un estado de gozo profundo que no hay que confundir con<br />

aquellas experiencias felices que son consecuencia de recibir buenas<br />

noticias o de experimentar una situación placentera.<br />

Mientras que la experiencia óptima hace referencia a ocasiones<br />

concretas en las cuales experimentamos una sensación de flujo<br />

intenso, la felicidad es una valoración vital que no depende de los<br />

acontecimientos externos, sino de cómo los interpretemos.<br />

No podemos fluir permanentemente, pero sí adoptar actitudes que<br />

nos permitan afrontar mejor situaciones frustrantes o desagradables<br />

con las cuales todo ser humano tropieza en algún momento de la<br />

vida. La experiencia de fluir no depende de lo que uno hace sino de<br />

cómo lo hace.<br />

Para gozar de una experiencia óptima es preciso observar que se<br />

cumplan una serie de condiciones:<br />

1. Tener objetivos claros en todo momento.<br />

2. Obtener una respuesta inmediata a las acciones<br />

desarrolladas (retroalimentación).<br />

3. Mantener el equilibrio entre las dificultades (reto) y las<br />

habilidades o competencias disponibles.<br />

4. La actividad tiene que atraer totalmente la atención<br />

produciendo una concentración polarizada en lo que se hace.<br />

9


5. Las distracciones quedan excluidas de la conciencia.<br />

6. No hay miedo al fracaso, se está demasiado centrado en lo<br />

que se hace.<br />

7. Desaparece la autoconciencia hasta olvidarse de uno mismo,<br />

desaparecen las defensas psicológicas.<br />

8. Se pierde el sentido del tiempo.<br />

9. La actividad adquiere sentido en sí misma (actividad<br />

autotélica).<br />

Tal y como podemos observar en el gráfico anterior, el reto y la<br />

habilidad tienen que mantener un equilibrio para poder gozar de la<br />

experiencia de fluir. Si el reto aumenta más que la habilidad, la<br />

experiencia, lejos de ser placentera, produce ansiedad y si,<br />

contrariamente, las habilidades superan el reto, se experimenta<br />

aburrimiento. Eso explica que algunas actividades de ocio y de<br />

tiempo libre, como mirar la televisión, no consigan que aquellos que<br />

las practican fluyan con ellas (Csikszentmihalyi, 1997).<br />

Hay un gran conjunto de actividades con las que se puede llegar a<br />

fluir, algunas son de cariz físico o sensitivo, pero otras se centran<br />

más en el terreno intelectual. A título de ejemplo podemos fluir con<br />

actividaes como bailar, practicar deportes, pasear, trabajar, meditar,<br />

practicar el sexo, leer, escuchar música, contemplar o crear una obra<br />

de arte, saborear un buen ágape, viajar, resolver enigmas (juegos<br />

matemáticos, adivinanzas, crucigramas, etc.), diseñar, estudiar,<br />

investigar, etc.<br />

Es importante destacar que fluir no depende de la actividad que se<br />

lleva a cabo sino de cómo se desarrolla. Incluso actividades que<br />

inicialmente no parecen demasiado atractivas pueden ser<br />

generadoras de satisfacción si aprendemos a transformar la<br />

percepción negativa en otras percepciones más positivas. En este<br />

sentido, podríamos entender cómo personas que han tenido una vida<br />

muy difícil no tan sólo han salido adelante sino que han conseguido<br />

gozar de su vida. Así, el desarrollo de algunas competencias como la<br />

autoconfianza personal, el pensamiento alternativo, la capacidad de<br />

atención, la asunción de responsabilidades en la solución de los<br />

problemas, la flexibilidad y la perseverancia, entre otros, quedaría<br />

ampliamente justificado en los programas de desarrollo de<br />

habilidades de vida.<br />

10


5. <strong>LA</strong> RESPUESTA EDUCATIVA EN <strong>EL</strong> DESARROLLO DE<br />

HABILIDADES DE <strong>VIDA</strong> Y EN <strong>EL</strong> APRENDIZAJE DE <strong>LA</strong><br />

F<strong>EL</strong>ICIDAD<br />

Sabemos que la interpretación personal que cada uno hace de los<br />

elementos que constituyen su felicidad es esencial. Ante las mismas<br />

circunstancias hay personas que se sienten felices y otras que se<br />

sienten desgraciadas. Es evidente, pues, que las diferencias en la<br />

interpretación y en la reactividad personal condicionan en gran<br />

medida el sentimiento de bienestar personal.<br />

Es por ello que, desde la Educación Emocional, es preciso proponer el<br />

desarrollo de aquellas cualidades, características, habilidades o<br />

competencias que a partir de las diferentes investigaciones sabemos<br />

que facilitan o predisponen a gozar de una vida más feliz.<br />

En este sentido, la mayoría de autores aceptan que es posible y<br />

deseable intentar la mejora del sentimiento de bienestar a partir de<br />

la optimización de algunas de las cualidades o competencias de vida.<br />

No obstante, en estos momentos no existe un acuerdo científico<br />

absoluto acerca del alcance de los efectos de estas intervenciones en<br />

términos de aumento de la felicidad o bienestar personal.<br />

Sabemos, a partir de la investigación, que hay cuatro factores de la<br />

personalidad que son característicos de la persona feliz: optimismo,<br />

autoestima, extraversión y control personal. En consecuencia, el<br />

desarrollo intencionado de estas características puede contribuir al<br />

bienestar y provocar estados de ánimo positivos.<br />

Desde la intervención psicopedagógica, aun recordando que no hay<br />

fórmulas mágicas para ser feliz, podemos afirmar que es posible<br />

ejercer cierta influencia en la manera de interpretar las informaciones<br />

que llegan a la persona, de manera que le permitan reforzar los<br />

aspectos agradables y reducir los desagradables. Se trata de<br />

desmantelar los automatismos en la percepción y reacción emocional<br />

mediante el desarrollo de competencias de vida (life skills) y de<br />

estrategias de afrontamiento (coping skills) frente a situaciones<br />

críticas que nos permitan actuar consiguiendo mayor bienestar<br />

subjetivo.<br />

Actualmente, se dispone de evidencia empírica sobre el éxito de<br />

diversos programas e intervenciones que persiguen este objetivo.<br />

Entre otros podríamos mencionar los programas para la mejora de la<br />

autoestima, la salud, la autonomía, el autocontrol, la toma de<br />

decisiones, la gestión del tiempo, el entrenamiento asertivo, de<br />

orientación educativa y profesional, de competencia social, de<br />

educación para la gestiónd el tiempo libre, etc.<br />

Asimismo, las intervenciones psicopedagógicas se proponen tener en<br />

cuenta el amplio repertorio de recomendaciones derivadas de una<br />

11


dilatada investigación y que nos orientan sobre algunos aspectos que<br />

pueden ayudar a aprender a fluir o gozar de las actividades<br />

cotidianas. Resumimos algunas de estas aportaciones en el cuadro<br />

siguiente:<br />

· Es necesario aprender a ilusionarse cada mañana con<br />

alguna cosa, meta, objetivo.<br />

· Es preciso aprender a observar las circunstancias que nos<br />

permiten fluir para poder transformar las actividades<br />

cotidianas en actividades más agradables.<br />

· Conviene desarrollar la capacidad autotélica para convertir<br />

cualquier actividad en ocasión para fluir.<br />

· Es preciso aprender a gestionar el tiempo y aprender a<br />

encontrar espacios para la reflexión y la relajación.<br />

· Es necesario aprender a proponernos retos complejos pero<br />

asequibles con el esfuerzo.<br />

· Es preciso aprender a ordenar y disponer el espacio de<br />

manera que nos sintamos a gusto en él.<br />

· Es preciso tomar conciencia de lo que nos gusta y nos<br />

disgusta en la vida.<br />

· Es preciso aprender a ser consciente y sensible con las<br />

propias emociones para aumentar las probabilidades de fluir.<br />

· Es preciso aprender a combinar la soledad y la introspección<br />

con la apertura y las relaciones sociales.<br />

· Es preciso aprender a observar los problemas y las<br />

situaciones desde todas las ópticas posibles.<br />

· Es necesario aprender a valorar las pequeñas cosas del día<br />

a día y vivir con plenitud.<br />

Adaptado de Csikszentmihalyi (1998: 394-420)<br />

Es justo remarcar que el desarrollo de competencias de vida supone<br />

un cierto esfuerzo y un ejercicio de voluntad personal. En este<br />

contexto la capacidad de ejercer el autocontrol y la autonomía<br />

emocional adquiere todo su sentido.<br />

Por otra parte y para finalizar la parte teórica conviene recordar la<br />

existencia de programas para aprender a ser feliz (Fordyce, 1986),<br />

de los que, como ya hemos comentado anteriormente, hay suficiente<br />

evidencia empírica en estos momentos para poder afirmar que la<br />

adquisición y/o mejora en el dominio de algunas de las competencias<br />

de vida características de las personas felices contribuyen a mejorar<br />

el bienestar subjetivo.<br />

12


6. PROPUESTA DE ACTI<strong>VIDA</strong>DES<br />

6. 1. ¿Quién es el ladrón de mi tiempo?<br />

6. 1.1. Objetivos<br />

• Tomar conciencia de la vivencia individual del tiempo.<br />

• Reflexionar sobre las actitudes y comportamientos<br />

relacionados con el uso del tiempo.<br />

• Analizar los principales factores que conducen a una mala<br />

gestión del tiempo.<br />

• Adoptar actitudes favorables para mejorar la gestión del<br />

tiempo.<br />

6. 1.2. Materiales<br />

• Hojas de papel y lápiz.<br />

• Si se considera oportuno, un archivo PowerPoint atractivo con<br />

frases sobre el tiempo.<br />

6. 1.3. Procedimiento<br />

A ser posible, se disponen los alumnos de forma circular. Si el<br />

grupo es muy grande (más de 20 personas) la actividad puede<br />

desarrollarse en pequeños grupos simultáneamente.<br />

El formador anuncia que todos hablarán en voz alta sobre el<br />

tiempo.<br />

Se trata de que cada participante, por turnos, acabe la frase<br />

que el formador inicia.<br />

Estas frases son:<br />

• “Me pasa el tiempo volando cuando ..................................”<br />

• “El tiempo se me hace eterno cuando ...............................”<br />

• “Aprovecho el tiempo cuando ...........................................”<br />

• “Pierdo el tiempo cuando .................................................”<br />

• “Querría darme más tiempo para .....................................”<br />

El formador en este punto reflexionará con el grupo sobre la<br />

insatisfacción que a menudo experimentamos en relación con el<br />

tiempo, es decir, con el uso del tiempo de que disponemos.<br />

También se valorará cómo el tiempo se hace corto cuando<br />

realizamos actividades placenteras y cómo se hace eterno ante<br />

actividades poco agradables.<br />

13


Seguidamente, se aprovechará para recordar que hay muchos<br />

tópicos y prejuicios con relación al tiempo. Para ilustrarlo se<br />

puede recurrir al refranero popular o a frases célebres. En este<br />

punto se puede invitar a los asistentes a recordar algún refrán<br />

relacionado con el tiempo, o bien el formador citará algunos.<br />

(Si se cree oportuno también se puede disponer de un Power<br />

Point atractivo, con algunas frases o refranes).<br />

Estas son algunas de las reflexiones que se pueden hacer a<br />

partir de las frases:<br />

• Cada cual dispone todos los días de un regalo maravilloso<br />

que consta de 24 horas de vida que es preciso gestionar de la<br />

mejor manera posible.<br />

• Se trata de un recurso concreto, no se puede ampliar ni<br />

disminuir. Es insustituible e irreversible. Podremos comprar<br />

más materiales o conseguir más dinero, pero nuestro tiempo<br />

personal sólo puede tener 24 horas todos los días, ni una más.<br />

• El hombre desde siempre ha sentido la necesidad de<br />

controlar su tiempo. Tenemos calendarios y relojes, y eso hace<br />

que a veces nos estresemos intentando hacer todo cuanto<br />

queremos hacer en el tiempo acotado de que disponemos. Sin<br />

embargo, otras veces, el tiempo nos parece una eternidad y no<br />

le encontramos sentido a la vida, no sabemos cómo ocupar ese<br />

tiempo, el aburrimiento es patente.<br />

• Afortunadamente, tenemos momentos en que fluimos de<br />

aquello que hacemos. En esos momentos el tiempo parece<br />

pasar en un instante y nos invade una sensación de bienestar o<br />

satisfacción con la actividad que nos ocupa.<br />

• Lo que está claro es que no podemos quedarnos estancados.<br />

El tiempo pasa para todos y constantemente reelaboramos las<br />

experiencias del pasado para poder afrontar mejor el presente<br />

y el futuro. Todos cambiamos con el tiempo. Detenerse en el<br />

pasado sería un error muy grave y vivir de la nostalgia<br />

también. Todo fluye y no nos podemos quedar atrás si<br />

queremos crecer.<br />

• Es preciso aprender a gestionar bien el tiempo, sin<br />

angustiarnos por su falta y sin dejarnos llevar por la rutina y el<br />

dejar pasar. Es preciso aprender a gozar del tiempo, a fluir en<br />

el tiempo, y eso requiere una actitud activa, esforzarse en cada<br />

momento.<br />

14


• Hay momentos en que situaciones imprevistas no nos<br />

permitirán controlar totalmente el tiempo, pero siempre hay<br />

una parte de dicho tiempo que podemos administrar de una<br />

manera consciente.<br />

• Estamos de acuerdo con M. Mercè Conangla en que es<br />

preciso poner más tiempo a nuestra vida, y eso no es más que<br />

poner más vida a nuestro tiempo. Es conveniente tomar<br />

conciencia de la necesidad de convertir el tiempo que dejamos<br />

perder en un conjunto de momentos para disfrutar. Usándolos<br />

de forma más creativa y útil contribuiremos a mejorar<br />

considerablemente nuestra satisfacción por la vida y, en<br />

consecuencia, nuestra felicidad.<br />

Ejemplo de algunos refranes y frases sobre el tiempo:<br />

El tiempo es oro.<br />

Más vale tarde que nunca.<br />

El futuro no es un regalo, es una conquista.<br />

Todos somos insignificantes y obsoletos en el tiempo.<br />

Sólo le falta tiempo a quien no sabe aprovecharlo.<br />

Por la calle del después se llega a la plaza del nunca.<br />

No nos podemos bañar dos veces en el mismo río.<br />

No es el tiempo aquello que pasa; somos nosotros<br />

quienes pasamos.<br />

Vive el presente y fíjate lo menos posible en el mañana.<br />

Olvidemos lo que ya pasó, pues podemos lamentarnos,<br />

pero no rehacerlo.<br />

Un hoy vale por dos mañanas.<br />

El presente, como una nota musical, nada significa si el<br />

sonido no está vinculado al pasado y al futuro.<br />

La vida bien utilizada es larga.<br />

No podéis hacer retroceder el reloj, pero sí podéis volver<br />

a darle cuerda.<br />

Ilumina el mañana con el día de hoy.<br />

Hoy es siempre aún.<br />

Tendríamos que utilizar el pasado como trampolín, no<br />

como sofá.<br />

Lo que haga hoy es importante, porque estoy utilizando<br />

un día de mi vida para hacerlo.<br />

15


Generalmente, la queja más común respecto al tiempo es que<br />

este se nos escapa, nos falta para todo y eso acostumbra a ser<br />

una gran fuente de insatisfacción.<br />

Es preciso, pues, descubrir quién es el ladrón de mi tiempo.<br />

Para facilitar esa reflexión proponemos una nueva actividad en<br />

pequeños grupos de tres o cuatro personas. Es preciso que<br />

cada grupo recoja un listado de factores que condicionan un<br />

mal uso del tiempo personal.<br />

Podemos encontrar factores externos, pero también es preciso<br />

tener presente que a menudo nosotros mismos, con<br />

costumbres o actitudes erróneas, somos los responsables de<br />

que nuestro tiempo no se aproveche suficientemente bien. Nos<br />

convertimos así en el ladrón de nuestro propio tiempo.<br />

Algunos de los factores personales que se pueden citar son:<br />

• Aplazar las tareas: «Ya lo haré mañana» (pereza).<br />

• Falta de organización y de planificación.<br />

• Falta de previsión.<br />

• Los cambios de planes de un superior o familiar.<br />

• Querer hacer todas las cosas a la vez.<br />

• Las interrupciones (el teléfono, las visitas).<br />

• La falta de concentración, atención y/o interés.<br />

• Una enfermedad.<br />

• La falta de disciplina, perseverancia o constancia.<br />

• La impaciencia.<br />

• Iniciar conversaciones en momentos poco apropiados.<br />

• El cansancio (falta de horas de sueño) y la desmotivación.<br />

• Las distracciones (hacer volar la imaginación, observar lo que<br />

pasa a nuestro alredor o más allá de la ventana...).<br />

• Otros imprevistos y emergencias.<br />

• Etc.<br />

16


6. 1.4. Puesta en común y reflexión<br />

A partir de este ejercicio el formador recordará que el primer<br />

paso para una buena administración del tiempo consiste en<br />

tomar conciencia de cuáles son los principales ladrones del<br />

tiempo de cada uno, para poder emprender la batalla teniendo<br />

claro cuáles son los enemigos a vencer.<br />

Sería conveniente que el formador invitara a los participantes a<br />

tomar la decisión de luchar contra uno de esos ladrones en los<br />

próximos días.<br />

6. 1.5. Temporalización<br />

1 hora.<br />

6. 1.6. Orientaciones<br />

Dependiendo del grupo y de la dinámica participativa que se<br />

haya generado, el último ejercicio se puede llevar a cabo<br />

mediante un brainstorming grupal.<br />

6. 2. Yo me equivoco, tú te equivocas y él también se equivoca<br />

6. 2.1. Objetivos<br />

• Tomar conciencia de que el error es humano y, como tal,<br />

aceptable.<br />

• Reflexionar sobre cómo afrontamos nuestros errores.<br />

• Reflexionar sobre la posibilidad de convertir los errores en<br />

retos.<br />

6. 2.2. Materiales<br />

• Ficha para el alumno.<br />

6. 2.3. Procedimiento<br />

El formador pide a los participantes que reflexionen durante<br />

dos o tres minutos sobre una ocasión en la que cometieron un<br />

error que ahora consideran importante.<br />

Se entrega a los participantes una ficha en la que deben<br />

explicar la situación anterior y valorar los factores que<br />

condicionaron el error. También se les pide que reflexionen<br />

sobre las consecuencias de su decisión equivocada, los motivos<br />

por los que consideran que fue un error y el aprendizaje<br />

extraído de esta experiencia. (15 minutos).<br />

Se pregunta si, voluntariamente, alguno/s de los participantes<br />

quieren compartir su experiencia con el grupo. (10 minutos).<br />

17


El formador dinamizará el debate incidiendo en la idea de que<br />

es preciso convertir el error en reto y ocasión para aprender. A<br />

partir de eso, el formador irá animando a los participantes a<br />

elaborar entre todos un decálogo de sugerencias que permitan<br />

hacer frente a los errores y transformarlos en ocasiones para<br />

aprender. (15-20 minutos).<br />

Algunas de estas sugerencias pueden ir en la línea de:<br />

• Ante los errores es preciso adoptar una actitud optimista y<br />

creativa para encontrar nuevas soluciones.<br />

• Es preciso concentrarse en la situación y esforzarse por<br />

encontrar nuevas respuestas con las que afrontarla.<br />

• Algunas veces es preciso pedir ayuda o consejo; no es<br />

ningún fracaso contar con los demás, especialmente si eso<br />

favorece que se obtengan mejores resultados.<br />

• Una vez decidida la acción a emprender no hay que dudar, es<br />

preciso actuar con resolución.<br />

• Conviene afrontar de nuevo la situación con responsabilidad;<br />

huir sí que sería un fracaso.<br />

• No permitas que emociones como la frustración, la ira, el<br />

desánimo o la preocupación bloqueen un nuevo análisis de la<br />

situación.<br />

6. 2.4. Temporalización<br />

50 minutos.<br />

6. 2.5. Orientaciones<br />

Presentamos algunas ideas o comentarios útiles para el<br />

formador en la dinamización del debate:<br />

• Equivocarse forma parte del proceso de aprendizaje de todas<br />

las personas. A menudo se habla del aprendizaje por ensayoerror.<br />

También el refranero popular dice aquello de «Haciendo<br />

y deshaciendo se va aprendiendo».<br />

• En nuestra cultura, el error es visto a menudo como algo<br />

terrible, que merece castigo; sin embargo esta visión es,<br />

precisamente, errónea. Hay que usar el error como fuente de<br />

aprendizaje.<br />

18


• Cometer errores no es un problema; el problema es no<br />

reconocer el error o no querer aceptarlo.<br />

• Los seres humanos somos limitados y, por tanto, no existe<br />

ningún mal en aceptar que todos en algún momento podemos<br />

equivocarnos. Reflexionar sobre nuestros errores nos ayuda a<br />

conocernos mejor y a sacar conclusiones que nos sirven de<br />

experiencia para que no volvamos a cometer las mismas<br />

equivocaciones.<br />

• Querer superar los errores es precisamente la actitud que<br />

nos permite crecer como personas.<br />

• Gracias a nuestras equivocaciones vamos haciéndonos<br />

conscientes de nuestras capacidades, nos tomamos la medida y<br />

ajustamos el esfuerzo necesario para alcanzar nuestros<br />

objetivos.<br />

• Es preciso relativizar y entender que a menudo no hay<br />

verdades absolutas. Actitudes arrogantes que pretenden<br />

imponer la verdad absoluta no suelen ser acertadas. Aprender<br />

a matizar, tener en cuenta otras perspectivas y asumir metas<br />

realistas ofrece grandes probabilidades de evitar o superar<br />

errores.<br />

• Es preciso no obsesionarse con la idea de fracaso; es más<br />

recomendable centrarse en la valoración del esfuerzo y de la<br />

exigencia que cada situación nos supone.<br />

6. 2.6. Ficha del participante<br />

6. 3. Crecemos todos los días. ¡Ayúdate a crecer!<br />

6. 3.1. Objetivos<br />

• Tomar conciencia de que a menudo tenemos limitaciones que<br />

no nos permiten crecer como personas.<br />

• Reflexionar sobre qué estrategias se pueden poner en marcha<br />

para romper con los obstáculos que nos impiden crecer como<br />

personas.<br />

6. 3.2. Materiales<br />

• Reproductor de CDs.<br />

• CD con el cuento de Jorge Bucay «El elefante encadenado».<br />

19


El elefante encadenado<br />

Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo<br />

que más me gustaba de ellos eran los animales. Me<br />

llamaba especialmente la atención el elefante que, como<br />

más tarde supe, era también el animal preferido de otros<br />

niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de<br />

un tamaño, un peso y una fuerza descomunales. Pero<br />

después de la actuación y hasta poco antes de volver al<br />

escenario, el elefante siempre permanecía atado a una<br />

pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que<br />

aprisionaba sus patas.<br />

Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de<br />

madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y<br />

aunque la madera era gruesa y poderosa, me parecía<br />

obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo<br />

con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y<br />

huir.<br />

El misterio sigue pareciéndome evidente. ¿Qué lo sujeta<br />

entonces? ¿Por qué no huye?<br />

Cuando era niño, yo todavía confiaba en la sabiduría de<br />

los mayores. Pregunté entonces por el misterio del<br />

elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no<br />

huía porque estaba amaestrado.<br />

Hice entonces la pregunta obvia: «Si está amaestrado,<br />

¿por qué lo encadenan?».<br />

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.<br />

Con el tiempo, me olvidé del misterio del elefante y la<br />

estaca.<br />

Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí,<br />

alguien había sido lo suficientemente sabio como para<br />

encontrar la respuesta: «El elefante del circo no escapa<br />

porque ha estado atado a una estaca parecida desde que<br />

era muy, muy pequeño».<br />

Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién<br />

nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel<br />

momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de<br />

soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió,<br />

porque aquella estaca era demasiado dura para él.<br />

Imaginé que se dormía agotado y al día siguiente lo volvía<br />

a intentar, y al otro día y al otro... Hasta que, un día, un<br />

día terrible para su historia, el animal aceptó su<br />

impotencia y se resignó a su destino.<br />

Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no<br />

20


escapa, porque, pobre, cree que no puede.<br />

Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió<br />

poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha<br />

vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. Jamás,<br />

jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza.<br />

Todos somos un poco como el elefante del circo: vamos<br />

por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan<br />

libertad. Vivimos pensando que no podemos hacer<br />

montones de cosas simplemente porque una vez, hace<br />

tiempo, lo intentamos y no lo conseguimos.<br />

Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en<br />

nuestra memoria este mensaje: «No puedo, no puedo y<br />

nunca podré».<br />

Hemos crecido llevando este mensaje que nos impusimos<br />

a nosotros mismos y por eso nunca más volvimos a<br />

intentar liberarnos de la estaca.<br />

Cuando, a veces, sentimos los grilletes y hacemos sonar<br />

las cadenas, miramos de reojo la estaca y pensamos: «No<br />

puedo y nunca podré».<br />

Esto es lo que te pasa, vives condicionado por el recuerdo<br />

de una persona que ya no existe en ti, que no pudo.<br />

Tu única manera de saber si puedes es intentarlo de<br />

nuevo poniendo en ello todo tu corazón... ¡¡¡Todo tu<br />

corazón!!!.<br />

6. 3.3. Procedimiento<br />

JORGE BUCAY<br />

El formador pregunta a los asistentes si conocen los cuentos de<br />

Jorge Bucay. Es posible que algunos lo conozcan y, en este<br />

caso, es preciso preguntarles qué opinión les merecen y crear<br />

con su ayuda un clima de motivación para el conjunto de los<br />

participantes.<br />

En el caso de que no los conozcan, el formador puede explicar<br />

brevemente quién es Jorge Bucay y el sentido que da a sus<br />

historias, insistiendo en que las utiliza como herramientas para<br />

la autorreflexión y el crecimiento personal. Todos, a partir de<br />

sus historias, podemos aprender cosas sobre nosotros mismos<br />

y, en consecuencia, ir creciendo y madurando como personas.<br />

A continuación se propone la audición del cuento «El elefante<br />

encadenado» o, en su defecto, la lectura del mismo.<br />

21


Seguidamente, el formador pedirá a los asistentes que<br />

reflexionen unos momentos sobre cuáles son sus cadenas,<br />

aquellas que no les dejan crecer. Conviene sugerir que piensen<br />

en aquellas cosas que ellos siempre han creído que nunca<br />

podrían llegar a hacer o a ser, pero que en el fondo de su<br />

corazón les gustaría haber podido hacer o ser.<br />

Al cabo de unos cuatro o cinco minutos el formador preguntará<br />

si alguno de ellos, voluntariamente, desea explicar su caso.<br />

Se intentará ser muy respetuoso y ayudar al participante a<br />

clarificar cuáles son sus deseos frustrados, y en el caso de que<br />

fueran diversos, a centrarse sólo en uno. A partir de aquí<br />

convendrá analizar, con mucha delicadeza, cuáles han sido los<br />

motivos (cadenas) por los que no se siente capaz de cumplir su<br />

deseo.<br />

Clarificado eso, será conveniente buscar herramientas que le<br />

permitan romper las cadenas y que le permitan empezar de<br />

nuevo a luchar en pro de su objetivo.<br />

6. 3.4. Temporalización<br />

40 minutos.<br />

6. 3.5. Orientaciones<br />

El formador tendrá que actuar con mucha delicadeza, sobre<br />

todo sin forzar a nadie a exponer su caso si no hubiese<br />

voluntarios. En esta circunstancia sería bueno plantear un caso<br />

hipotético o sugerir que, si no quieren hablar de su caso<br />

personal, nos expliquen el caso de alguien que ellos conocen y<br />

que consideran que tiene alguna «cadena».<br />

También se puede relacionar este ejercicio con la mejora de la<br />

autoestima personal.<br />

6. 4. ¡Anticipémonos al estrés!<br />

6. 4.1. Objetivos<br />

• Tomar conciencia de algunas situaciones que nos resultan<br />

especialmente estresantes y de que podemos anticiparnos a<br />

ellas.<br />

• Reflexionar sobre qué estrategias podemos poner en marcha<br />

para anticiparnos al estrés y prevenirlo.<br />

22


6. 4.2. Materiales<br />

• Listado de situaciones que ayudan a prepararnos y prevenir<br />

las situaciones estresantes y de recomendaciones o<br />

sugerencias para soportarlo mejor.<br />

• Si al formador le parece oportuno, se puede mostrar un<br />

PowerPoint que ilustre estas situaciones o sugerencias.<br />

6. 4.3. Procedimiento<br />

El formador propone que se formen grupos de cuatro personas.<br />

Seguidamente pide a los asistentes que libremente vayan<br />

verbalizando a sus compañeros de grupo aquellas actividades o<br />

acontecimientos que viven de una manera desagradable y que<br />

a menudo les hacen sentir nerviosos o malhumorados cuando<br />

prevén que se acerca el momento de tenerlas que afrontar. Se<br />

señalará que todo el mundo se enfrenta a acontecimientos que<br />

le resultan desagradables. Se pide que, como mínimo, cada<br />

uno cite alguno y explique cómo reacciona habitualmente en<br />

esa circunstancia.<br />

Se puede explicar, por ejemplo, que hay personas que se<br />

ponen muy nerviosas cuando saben que tienen que hablar en<br />

público, dar una mala noticia, ir al dentista, presentarse a una<br />

entrevista de trabajo o, simplemente, hablar con alguna<br />

persona que representa una cierta autoridad. Una de las<br />

reacciones o conductas típicas en estos casos consiste en<br />

aplazar la ocasión y esta no es una solución, ya que lo que<br />

hace es extender el problema en el tiempo.<br />

El formador irá pasando por los diferentes grupos y tomando<br />

nota de algunas de las situaciones estresantes expresadas por<br />

los asistentes que puedan ser objeto de un debate posterior.<br />

Pasado un tiempo prudencial (se estima que puede ser unos 8<br />

o 10 minutos), se ruega a los participantes que inicien una<br />

nueva reflexión sobre qué se puede hacer para minimizar los<br />

efectos negativos al afrontar las situaciones desagradables que<br />

han expresado. Se pide que cada componente del grupo dé un<br />

consejo o sugerencia a cada uno de los compañeros para que<br />

afronte mejor la situación que le preocupa.<br />

Pasados entre 10 y 12 minutos el formador pedirá que vayan<br />

acabando para hacer una puesta en común. Se trata de<br />

intentar elaborar entre todos un listado de recursos que puedan<br />

servir para prepararnos ante situaciones que sabemos que nos<br />

estresan y mejorar la forma en que las afrontamos.<br />

Para ello, el formador comentará: «Con el ejercicio que<br />

acabamos de hacer habréis observado que cuando sabéis que<br />

se acerca la necesidad de hacer algo que resulta estresante,<br />

23


indeseable, pero que no hay más remedio que afrontar,<br />

siempre hay algo que se puede hacer o pensar para intentar<br />

reducir el malestar. Ahora se trata de ver si entre todos<br />

elaboramos una buena lista de estos recursos».<br />

A partir de aquí, los mismos asistentes irán verbalizando<br />

algunas de las estrategias o recursos que se han ido<br />

nombrando en sus grupos de trabajo. El formador dispondrá de<br />

una lista de estrategias y/o recursos (ver orientaciones) para<br />

añadir o ampliar las aportaciones de los participantes.<br />

6. 4.4. Temporalización<br />

40 minutos.<br />

6. 4.5. Orientaciones<br />

Es posible que algún alumno nos diga que, ante situaciones<br />

estresantes, no hace nada en especial, que se aguanta y lo<br />

pasa muy mal. En este caso, valorando la situación, puede ser<br />

propicio pedir al resto de asistentes que le ayuden,<br />

aconsejándole estrategias que le puedan ser útiles.<br />

En el supuesto de que el grupo se resistiese a expresar las<br />

situaciones estresantes para ellos, el formador puede plantear<br />

un caso figurado, o hablar en primera persona de alguna<br />

situación que a él le resulta estresante.<br />

Estrategias y/o recursos para anticiparse de forma<br />

positiva a las situaciones estresantes<br />

1. Intentar imaginar el conjunto de actividades diarias que<br />

es preciso realizar en el día que se prevé la necesidad de<br />

afrontar el acontecimiento estresante (película mental de la<br />

jornada) y procurar mentalizarse de que es preciso realizar<br />

las actividades con la misma naturalidad y eficacia que si no<br />

existiese la situación que nos preocupa. Si las actividades<br />

cotidianas salen bien, reduciremos el nivel de ansiedad en<br />

los momentos delicados.<br />

2. Es preciso prepararse para la situación estresante. Es<br />

conveniente pensar en qué y cómo sucederá y anticipar<br />

mentalmente qué es preciso hacer y qué es preciso evitar,<br />

de manera que en el momento concreto podamos huir de<br />

improvisaciones que nos puedan resultar<br />

contraproducentes. Ensayar antes el acontecimiento y<br />

revisar los detalles permite ganar confianza.<br />

3. Practicar la visualización positiva. Una estrategia muy útil<br />

consiste en cerrar los ojos e intentar imaginarse dominando<br />

lo mejor posible la situación que nos preocupa. Esta es una<br />

estrategia muy común entre los deportistas de élite y los<br />

24


actores de teatro.<br />

4. Analizar las autoverbalizaciones. Es preciso tener muy<br />

presente aquello que uno se dice a sí mismo respecto a su<br />

capacidad para hacer frente a la situación. Es preciso<br />

contrarrestar los pensamientos negativos con afirmaciones<br />

positivas que contribuyan a robustecer la autoconfianza.<br />

5. Relajarse antes de la situación que nos estresa. Es<br />

preciso intentar relajarse durante unos minutos; a menudo<br />

unas respiraciones profundas acompañadas de mensajes<br />

mentales positivos dan muy buenos resultados. También<br />

ayuda a descargar la tensión nerviosa hacer algunos<br />

estiramientos o ejercicios que nos ayuden a sentirnos<br />

mejor.<br />

6. Pensar en las situaciones que nos esperan cuando haya<br />

pasado el acontecimiento estresante. Seguramente<br />

sentiremos que una sensación de alivio nos anima a afrontar<br />

con más energía la situación.<br />

7. Imaginarse dominando la situación en el peor de los<br />

casos. Preguntarse: ¿Qué es lo peor que puede pasar si la<br />

situación se complica? ¿Qué puedo hacer en esta situación<br />

para reconducir los acontecimientos? ¿Qué posibilidades<br />

reales de que la situación se complique creo que existen? Si<br />

realmente somos capaces de imaginarnos haciendo frente a<br />

la situación en el peor de los casos, podremos pensar que<br />

nuestros recursos son suficientes para afrontar la situación<br />

sin tanta angustia.<br />

8. Pensar que un cierto nivel de nerviosismo ante<br />

determinadas situaciones es algo normal e incluso positivo y<br />

saludable, ya que nos hace estar alerta y permite resolver<br />

con más agilidad las situaciones.<br />

9. Pensar en qué estrategias utilizaremos después de la<br />

situación que nos preocupa para liberar el estrés<br />

acumulado. Practicar algún deporte o actividad física<br />

acostumbra a ser muy útil. También funciona un buen baño<br />

caliente o una sauna.<br />

10. Relativizar la situación y darle la importancia justa y<br />

necesaria evitando maximizaciones. Para conseguir esto<br />

disponemos de estrategias muy variadas: pensar en<br />

acontecimientos agradables, utilizar el sentido del humor,<br />

leer fragmentos de textos o poesías que nos inspiran<br />

confianza, escuchar música, contemplar imágenes de<br />

paisajes o fotografías de personas que queremos, etc.<br />

25


Sugerencias para soportar mejor el estrés<br />

· Haga de su casa o puesto de trabajo un lugar confortable.<br />

· Tenga plantas y cuídelas.<br />

· Pinte las paredes y objetos con colores agradables y<br />

serenos (azul celeste, natural, etc.).<br />

· Ilumine bien las habitaciones, la luz solar es antidepresiva.<br />

· Cuando sienta tensión o nervios deténgase y camine unos<br />

10 o 15 minutos, o suba y baje escaleras, después vuelva a<br />

su tarea en la oficina o a su hogar; así consumirá la<br />

adrenalina generada por el estrés.<br />

· Busque butacas confortables y una posición de trabajo<br />

cómoda.<br />

· Regularmente realice dos o tres inspiraciones abdominales<br />

lentas y profundas.<br />

· Dos o tres veces al día, y durante uno o dos minutos,<br />

realice ejercicios de estiramiento muscular, movilice el<br />

cuello, hombros, brazos, columna y piernas.<br />

· Evite o disminuya las «adrenalinas externas» (café, té,<br />

mate, colas, etc.).<br />

· Disminuya el consumo de tabaco.<br />

· La soledad duele. Busque reunirse con amigos y familiares<br />

queridos, comparta con ellos su tiempo, recuerde que<br />

cualquier alegría se aprovecha más y cualquier tristeza es<br />

más tolerable si se comparte.<br />

· Aprenda a decir «No» sin herir a nadie. Es más sano decir<br />

que no a tiempo que soportar la carga de haber aceptado<br />

algo que después se convierte en intolerable. Decir que no a<br />

alguien no significa rechazar a la persona, sino simplemente<br />

rechazar la propuesta. No se sobrecargue.<br />

· Un sueño, como un proyecto, da vida. Propóngase algo,<br />

una tarea, una actividad, un objetivo. Proyéctese al futuro;<br />

por sencilla que sea la propuesta resultará estimulante.<br />

· Ría tanto como pueda. Busque relaciones felices y<br />

divertidas. Vea cine o espectáculos divertidos.<br />

· Desarrolle un hobby o un entretenimiento cualquiera.<br />

Pinte, dibuje, practique decoración o vea cine y comente las<br />

películas.<br />

· Intente gozar el tiempo que utiliza para desplazarse a su<br />

trabajo; escuche música, lea, escriba, etc.<br />

· No sea un analfabeto emocional: comunique sus<br />

26


emociones a los otros de manera clara, abierta y sincera. Es<br />

mejor expresar y compartir un sentimiento que un<br />

pensamiento. La comunicación afectiva disminuye el estrés.<br />

6. 5. No estamos solos<br />

6. 5.1. Objetivos<br />

• Mejorar la conciencia de pertenencia a una red social.<br />

• Reflexionar sobre qué personas nos rodean y cuáles son clave<br />

en nuestra vida, por ejemplo cuando necesitamos ayuda,<br />

queremos divertirnos, etc.<br />

6. 5.2. Materiales<br />

• Hojas de papel con el gráfico y el cuadro (ver recursos).<br />

• Lápiz.<br />

6. 5.3. Procedimiento<br />

El formador entrega a cada asistente una hoja con un gráfico<br />

como el siguiente (ver recursos):<br />

El formador pide a los participantes que completen el gráfico<br />

que se les ha entregado de la siguiente manera:<br />

a) En el segmento superior tendrán que escribir el nombre de<br />

todas las personas con las que cada uno puede contar cuando<br />

necesita algún tipo de ayuda en su puesto de trabajo (o en sus<br />

ocupaciones cotidianas). Pueden comenzar por las más<br />

inmediatas y después ir añadiendo las menos inmediatas, pero<br />

posibles candidatas a quienes recorrer en caso de necesitar<br />

ayuda.<br />

b) En el círculo central colocará el nombre de aquellas<br />

personas más próximas, los familiares y los amigos más<br />

allegados, con los que se podría contar en caso de necesidad.<br />

c) En el segmento inferior anotará el nombre de las personas o<br />

profesionales del entorno en que vive que le pueden ofrecer<br />

ayuda o prestar servicios en momentos determinados, por<br />

ejemplo, algún vecino, el médico de cabecera, etc.<br />

Seguidamente, el formador les anunciará el comienzo de una<br />

segunda parte del ejercicio en la hoja «Mi red de relaciones<br />

sociales II». Explicará que en voz alta irá haciendo una serie de<br />

preguntas y cada participante irá anotando en el recuadro<br />

27


correspondiente el nombre de la persona o personas que<br />

consideren más oportunas.<br />

Una persona puede estar anotada en más de un apartado sin<br />

ningún problema.<br />

El formador irá leyendo las preguntas poco a poco, dando<br />

tiempo a que todos anoten los nombres que consideren<br />

oportunos. Es preciso recordar que pueden anotarse diversas<br />

personas en cada pregunta (de hecho, cuantas más puedan<br />

anotar mejor, ya que eso es un buen indicador de una red<br />

amplia de relaciones sociales).<br />

Preguntas que formulará el formador:<br />

1. ¿Con quién o quiénes puedo y me gusta relajarme y<br />

divertirme?<br />

2. ¿Qué personas me dirán la verdad, incluso si la verdad no es<br />

agradable?<br />

3. ¿Quién me animará cuando yo me sienta derrotado?<br />

4. ¿Con quién podré hablar si me siento deprimido?<br />

5. ¿Con quién me podré desahogar, a quién puedo llorar sobre<br />

su hombro?<br />

6. ¿A quién acudiré cuando necesite ayuda o consejo?<br />

7. ¿Con quién me gusta compartir las buenas noticias?<br />

8. ¿Quién me ayudaría en situaciones difíciles?<br />

9. ¿Quién me ofrece afecto y me hace sentir amado o<br />

respetado?<br />

10. ¿Quién me entiende realmente?<br />

11. En los últimos apartados, si se considera necesario, se<br />

puede añadir el nombre de aquellas personas con quien se<br />

puede contar en otras ocasiones.<br />

6. 5.4. Comentarios<br />

Este ejercicio, que aparentemente es sencillo, tiene el propósito<br />

de concienciarnos de que vivimos rodeados de otras personas<br />

con las cuales, en función de los vínculos más o menos<br />

28


estrechos que mantengamos, contaremos en mayor o menor<br />

medida. Esta es nuestra red de relaciones sociales.<br />

Cada persona tiene una red de relaciones sociales más o menos<br />

amplia. Es preciso tomar conciencia de las personas<br />

significativas para nosotros, tenerlas en cuenta en nuestro día<br />

a día para mantener la buena relación con ellas. Es importante<br />

alimentar positivamente esta relación.<br />

Si alguien no ha podido indicar ningún nombre en alguna o<br />

algunas de las preguntas anteriores no pasa nada, pero es<br />

importante que reflexionen más detenidamente en los próximos<br />

días sobre qué personas podrían ocupar el lugar vacante y<br />

sobre cómo pueden poner en marcha estrategias que les<br />

permitan ampliar su red de relaciones sociales.<br />

Finalmente, el formador les preguntará si alguien quiere<br />

comentar qué le ha parecido el ejercicio, si se ha quedado<br />

sorprendido de la cantidad de personas con las que se<br />

relaciona, o contrariamente, si hay alguien que manifiesta<br />

sentirse muy solo y con dificultadas para contar con una red de<br />

apoyo social que le haga sentir seguro.<br />

Otro tema que se puede tratar es la dinámica de esta red de<br />

relaciones. Sólo es preciso invitar a los participantes a<br />

reflexionar sobre si hace 10 años hubiesen anotado los mismos<br />

nombres en los ejercicios y si creen que dentro de 10 años<br />

estos seguirán siendo los mismos.<br />

6. 5.5. Temporalización<br />

1 hora.<br />

6. 5.6. Recursos<br />

Hojas para los participantes:<br />

MI RED DE RE<strong>LA</strong>CIONES SOCIALES I<br />

MI RED DE RE<strong>LA</strong>CIONES SOCIALES II<br />

Anota el nombre de aquella o aquellas personas que consideras<br />

que responden mejor a las actividades de la columna de la<br />

izquierda. Puedes repetir el nombre de una misma persona en<br />

diferentes actividades.<br />

Elijo para relajarme y divertirme<br />

Me dirá la verdad<br />

Me animará<br />

Puedo hablar con él/ella<br />

29


Me ofrece consuelo<br />

Me ayuda y me aconseja<br />

Puede compartir buenas nuevas<br />

Me apoya en situaciones difíciles<br />

Me ofrece afecto sincero<br />

Me entiende realmente<br />

.....................................................<br />

7. BIBLIOGRAFÍA<br />

Bisquerra, R. (1990). Orientación Psicopedagógica para la<br />

prevención y el desarrollo. Barcelona: Boixareu Universitaria-<br />

Marcombo.<br />

Bisquerra, R. (2000). Educación emocional y bienestar.<br />

Barcelona: Praxis.<br />

Caruso, D.R.; Mayer, J.D. y Salovey, P. (2002). Relation of an<br />

ability measure of emotional intelligence to personality. Journal<br />

of Personality Assessment, 79 (2), 306-320.<br />

Csikszentmihalyi, M. (1997). Fluir. Una psicología de la<br />

felicidad. Barcelona: Kairós.<br />

Cuadra, H. y Florenzano, R. (2003). El Bienestar Subjetivo:<br />

Hacia una Psicología Positiva. Revista de Psicología de la<br />

Universidad de Chile (II), 1, 3-96.<br />

Diener, E. y Diener, C. (1996). Most people are happy.<br />

Psychological Science, nº 7, págs. 181-185.<br />

Diener, E.; Suh, E.M.; Luca, R.E. y Smith, H.L. (1999).<br />

Subjective well-being: Three decades of progress. Psychological<br />

butlletin, 125 (1), 276-302.<br />

Fernández-Berrocal, P.; Salovey, P.; Vera, A.; Ramos, N. y<br />

Extremera, N. (2001). Cultura, inteligencia emocional percibida<br />

y ajuste emocional: un estudio preliminar. Revista Electrónica<br />

de Motivación y Emoción, nº 4, págs. 1-15.<br />

Fordyce, M.W. (1981). The psychology of hapiness. Fort Myers:<br />

Cypress Lake Media.<br />

Fordyce, M.W. (1986). A program to increase happiness:<br />

Further studies. Journal of Counseling Psychology, 30 (4),<br />

págs, 483-498.<br />

Soler, J. y Conangla, M.M. (2001). Donar temps a la vida.<br />

Barcelona: Edicions Pleniluni.<br />

30


Datos identificativos::<br />

Competencias para la vida y el bienestar<br />

Autor: PEREZ ESCODA, NURIA<br />

Publicación: Manual de orientación y tutoría (Praxis)<br />

Fecha de Publicación: Tercer cuatrimestre de 2005<br />

Sección: Artículos<br />

Abstract::<br />

En este trabajo queremos introducir el conocimiento de las<br />

competencias para la vida y clarificar los conceptos de<br />

felicidad, bienestar subjetivo y fluir, para pasar a proponer<br />

algunas actividades que, de acuerdo con los contenidos de<br />

la investigación, contribuyan al desarrollo de algunas de las<br />

competencias que permiten disfrutar de una vida más<br />

satisfactoria. Algunas de las capacidades que pretendemos<br />

desarrollar son la gestión del tiempo o estrategias de<br />

anticipación al estrés.<br />

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