Muhámmad (aspectos de la vida del Profeta según las ... - Webislam
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uno; ya se habían cumplido muchas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s señales vaticinadas <strong>de</strong> su advenimiento<br />
y sería, sin duda alguna, un judío, porque ellos eran el pueblo elegido.<br />
Los cristianos, entre ellos Wáraqa, tenían sus dudas sobre esto; no encontraban <strong>la</strong><br />
razón <strong>de</strong> que no pudiera ser un árabe. Los árabes tenían incluso mayor necesidad<br />
<strong>de</strong> un <strong>Profeta</strong> que los judíos, ya que éstos, al menos, seguían <strong>la</strong> religión <strong>de</strong> Ibrahim<br />
-pues adoraban al Dios Uno y no tenían ídolos- y, por otra- parte, ¿quién sino un<br />
<strong>Profeta</strong> podría conseguir que los árabes se <strong>de</strong>sembarazaran <strong>de</strong> <strong>la</strong> adoración <strong>de</strong> los<br />
dioses falsos?<br />
En un extenso círculo alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ka’ba, a cierta distancia <strong>de</strong> el<strong>la</strong>, había 360<br />
ídolos y, a<strong>de</strong>más, casi todas <strong>la</strong>s casas <strong>de</strong> <strong>la</strong> Meca tenían su dios, un ídolo gran<strong>de</strong> o<br />
pequeño que era el centro <strong>de</strong>l hogar. Cuando un hombre marchaba <strong>de</strong> casa,<br />
especialmente si salía <strong>de</strong> viaje, lo último que hacía antes <strong>de</strong> partir era ir ante el<br />
ídolo y pasarle <strong>la</strong> mano para obtener bendiciones <strong>de</strong> él, y eso mismo era lo primero<br />
que hacía al regreso. Y <strong>la</strong> Meca no era excepción en cuanto a estas cosas, porque<br />
estas prácticas imperaban en toda Arabia.<br />
Ciertamente, existían algunas comunida<strong>de</strong>s cristianas árabes bien arraigadas en el<br />
Sur, en Nayrán y en el Yemen, así como en el norte cerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> frontera con Siria;<br />
pero <strong>la</strong> última intervención <strong>de</strong> Dios, que había transformado el Mediterráneo y<br />
extensas áreas <strong>de</strong> Europa, en casi seiscientos años no había producido<br />
prácticamente ningún impacto en <strong>la</strong> sociedad pagana que se centraba en el<br />
santuario mequí. Los árabes <strong>de</strong> Hiyaz y <strong>de</strong> <strong>la</strong> gran l<strong>la</strong>nura <strong>de</strong> Nayd al oeste parecían<br />
impermeables al mensaje <strong>de</strong>l Evangelio.<br />
No es que el Quraish y <strong>la</strong>s otras tribus paganas fuesen hostiles al cristianismo. Los<br />
cristianos, a veces, venían a honrar el Santuario <strong>de</strong> Ibrahim y eran recibidos como<br />
los otros creyentes. A<strong>de</strong>más, a un cristiano le habían permitido e incluso lo habían<br />
animado a pintar una imagen <strong>de</strong> <strong>la</strong> virgen María y <strong>de</strong>l niño Jesús en un muro<br />
interior <strong>de</strong> <strong>la</strong> Ka’ba, don<strong>de</strong> contrastaba marcadamente con <strong>la</strong>s restantes pinturas.<br />
Pero el Quraish era, por lo general, insensible a este contraste: para ellos se<br />
trataba simplemente <strong>de</strong> aumentar <strong>la</strong> multitud <strong>de</strong> ídolos mediante otros dos; y era<br />
en parte su tolerancia lo que los hacía tan impenetrables.<br />
“No te hemos enviado sino como consuelo para los mundos…” (Corán: 21,<br />
107)<br />
Wáraqa sabía leer y había estudiado <strong>la</strong>s escrituras y teología. En consecuencia, era<br />
capaz <strong>de</strong> ver que en una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s promesas <strong>de</strong> Cristo, referente al Paráclito, el<br />
Conso<strong>la</strong>dor, generalmente interpretada por los cristianos como referente al mi<strong>la</strong>gro<br />
<strong>de</strong> Pentecostés, había sin embargo ciertos elementos que no cuadraban con ese<br />
mi<strong>la</strong>gro y que <strong>de</strong>bían tomarse como referentes a otra cosa, algo que todavía no se<br />
había cumplido.<br />
'Y yo rogaré al Padre y os dará un Paráclito para que esté con vosotros para<br />
siempre, el Espíritu <strong>de</strong> verdad, al cual el mundo no pue<strong>de</strong> recibir porque no le ve, ni<br />
le conoce…. Mas el Paráclito… él os enseñará todas <strong>la</strong>s cosas y os recordará todo lo<br />
que yo os he dicho… Pero cuando venga el Paráclito, a quien yo os enviaré <strong>de</strong>l<br />
Padre, el espíritu <strong>de</strong> verdad, que proce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l Padre, él dará testimonio acerca <strong>de</strong><br />
mí. …Pero yo os digo <strong>la</strong> verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me<br />
fuese, el Paráclito no vendría a vosotros… Y cuando él venga, dará al mundo<br />
evi<strong>de</strong>ncia convincente respecto al pecado, a <strong>la</strong> justicia y al juicio.' (Juan 14:16, 26;<br />
15:26; 16:7)<br />
En el Corán, en <strong>la</strong> sura <strong>de</strong> los <strong>Profeta</strong>s, se <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ra respecto a <strong>Muhámmad</strong>: “No te<br />
hemos enviado sino como consuelo para los mundos…” (Corán: 21, 107).<br />
v. 3.2.06<br />
34<br />
© Mehdi Flores / Universidad Nacional <strong>de</strong> Educación a Distancia, 2006<br />
www.uned.es/is<strong>la</strong>m<br />
La presente publicación forma parte <strong>de</strong>l material didáctico <strong>de</strong>l Curso <strong>de</strong> <strong>la</strong> UNED<br />
“Experto Profesional en Cultura, civilización y religión islámicas”