LIBRO ENSAYO.p65 - Dirección Cultural UIS - Universidad ...

Luis Rubén Pérez Pinzón
No obstante, los gobiernos virreinales, provinciales y municipales
de América consideraron que la centralización del poder soberano
en las Juntas revolucionarias de España eran, a la par de la
usurpación del trono Borbón por los Bonaparte, un acto de
usurpación a “la autoridad de las otras juntas, si alguna
tenían, y que por sí y ante sí se tomó la representación de
todo el Reino español y empuñó el cetro de Fernando VII”,
especialmente cuando se autoproclamaron gubernativas de
España e Indias apelando al título “Suprema Salve Populi” 26 ,
olvidando la ruptura que de hecho y en derecho había sufrido el
“pacto traslatii” entre el pueblo y su monarca de acuerdo a las
teorías del neoescolasticismo suereciano.
Siendo esa inconformidad agravada con la llegada de los
comisionados enviados a América por la Junta de Sevilla, quienes
reafirmaron el papel de las luchas revolucionarias española por
una misma causa y negaron la reasunción de la soberanía por las
provincias americanas en ausencia del Rey pactante, para todo
lo cual hicieron gala de su “orgullo insensato, y afectando la
superioridad de un amo entre sus esclavos” 27 al presentarse
ante los gobiernos virreinales para convocar a la unidad entre las
provincias de la España americana y la España europea, de
acuerdo a lo dispuesto en el Manifiesto de junio 17 de 1808.
Documento en el que se exhortaba a las dos Españas para que
sólo uno fuese “el esfuerzo de ambas por su Rey, por sus
leyes, por su patria y por su religión”, al estar mutuamente
amenazadas por el expansionismo francés y sus liberales
intenciones de provocar en España “… la destrucción de la
monarquía, el trastorno de su gobierno y de sus leyes, la
licencia horrible de las costumbres, los robos, los asesinatos,
la persecución de los sacerdotes, la violación de los templos,
de las vírgenes consagradas a Dios, la extinción casi total
26 Ibíd. Pág. 39 – 40, 43
27 RESTREPO, José Manuel. Op. Cit. Tomo I. Pág. 101
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