José Manuel Trabado Cabado - Intersexiones
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Jose <strong>Manuel</strong> <strong>Trabado</strong> <strong>Cabado</strong><br />
figura detectivesca como la psicología criminal. Parece que también en el terreno<br />
del cómic, al igual que en el terreno literario, se está variando el punto de mira.<br />
Baste recordar cómo en una novela como Extraños en un tren de Patricia Highsmith,<br />
de 1950, importa más el proceso que lleva a alguien a cometer un asesinato<br />
que la indagación por parte de un detective de quién pudo haber cometido ese<br />
crimen. Si sólo hacemos una pequeña cala que muestre las novedades dentro de<br />
la poética narrativa se pueden atisbar algunos logros. Si examinamos las historias<br />
incluidas en el número 13 de Crime Suspenstories, publicado en noviembre de<br />
1952, puede deducirse un denominador común en la presentación narrativa de<br />
cada una de ellas. La primera imagen marca visualmente el relato mostrando una<br />
escena con un cadáver. El asesinato acaba de cometerse. Así sucede en “Hear no<br />
Evil”(Jhonny Criag y Jack Kamen), “First Impulse” (Sid Chick) y “A Question of<br />
Time” (Al Williamson). La continuación de la historia no será otra que explicar<br />
qué motivos llevaron a cometer ese crimen. No se trata tanto de plantear un enigma<br />
como de estudiar la psicología de personajes sometidos a situaciones límite<br />
que les lleva a cometer un crimen. Cabe preguntarse si existe una confluencia en<br />
los modos narrativos, al menos en su inicio, de todos estos autores o si existía una<br />
suerte de imposición editorial en el estilo de historias que se publicaban. A la<br />
hora de reproducir el interior de los personajes, los autores debían marcar gráficamente<br />
las narraciones de éstos en los que aclaraban algo sobre el porqué de su<br />
acción. Surgen así las líneas onduladas que deslindan temporalmente la situación<br />
presente de la cronología del pasado que ahora refiere a modo de confesión ante<br />
un policía o detective. Éste es el caso de “Hear No Evil”. Por otro lado también<br />
ofrece cierto interés la propuesta narrativa de Sid Chick que ofrece una doble versión<br />
de unos hechos: la primera en la que una amante impulsiva se cree engañada<br />
por su amado y acaba por matarlo junto con quien se suponía que era su mejor<br />
amiga. Todo es fruto de un malentendido y de un carácter que tiende al desequilibrio.<br />
Esto se narra en “First Impulse” pero existe una nueva posibilidad en la que<br />
la protagonista no cede a ese impulso de celos desmedidos, aunque finalmente<br />
resulta engañada por su amado y su amiga que se fugan juntos dejándola sola y<br />
triste. En todo caso estas propuestas narrativas ofrecen un énfasis visual en la<br />
violencia y asesinato pero también indagan en nuevas propuestas narrativas que,<br />
dentro del terreno del comic book y la cultura de masas, acaben por hacer progresar<br />
los instrumentos expresivos de la narración gráfica al tiempo que ofrecen al<br />
lector algo con lo que deleitarse.<br />
mayor autocensura dentro de la industria. La primera de las indicaciones del Comic Code de 1954 es bien elocuente:<br />
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indirecta del enorme atractivo que planteó este tipo de cómics.<br />
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