Comentário sobre o Evangelho de São Lucas - Suma Teológica
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Por la elección <strong>de</strong> San Mateo se expresa la fe <strong>de</strong> los gentiles, que<br />
antes suspiraban por las cosas mundanas, y ahora alimentan el<br />
cuerpo <strong>de</strong> Jesucristo con una tierna <strong>de</strong>voción.<br />
También se representa aquí la envidia <strong>de</strong> los judíos, que tanto<br />
sienten la salvación <strong>de</strong> los gentiles.<br />
Y ellos le dijeron: "¿Por qué los discípulos <strong>de</strong> Juan ayunan tanto y<br />
oran, y también los <strong>de</strong> los fariseos, y los tuyos comen y beben?" A los<br />
cuales El dijo: "¿Por ventura podéis hacer que los hijos <strong>de</strong>l Esposo ayunen,<br />
mientras con ellos está el Esposo? Mas vendrán días en que el Esposo les<br />
será quitado, y entonces ayunarán en aquellos días". Y les <strong>de</strong>cía una<br />
semejanza: "No pone nadie remiendo <strong>de</strong> paño nuevo en vestido viejo;<br />
porque <strong>de</strong> otra manera el nuevo rompe al viejo, y a<strong>de</strong>más no cae bien<br />
remiendo nuevo con el viejo, y ninguno echa vino nuevo en odre vieja:<br />
porque <strong>de</strong> otra manera el vino nuevo romperá las odres, el vino se<br />
<strong>de</strong>rramará, y se romperán las odres; mas el vino nuevo se <strong>de</strong>be echar en<br />
odres nuevas, y lo uno y lo otro se conserva. Y ninguno que bebe <strong>de</strong> lo<br />
añejo quiere luego lo nuevo, porque dice: mejor es lo añejo". (vv. 33-39)<br />
Todo el tiempo que el Esposo está con nosotros es tiempo <strong>de</strong><br />
alegría, y por ello no po<strong>de</strong>mos ayunar ni entristecernos. Pero cuando<br />
El se separa <strong>de</strong> nosotros por los pecados, entonces <strong>de</strong>bemos empezar<br />
el ayuno, y <strong>de</strong>be or<strong>de</strong>narse el luto.<br />
Nos robustecemos interiormente con el vino, y nos cubrimos<br />
exteriormente con el vestido. El vestido son las buenas obras que<br />
ajustamos exteriormente, con las que lucimos ante los hombres. El<br />
vino es el fervor <strong>de</strong> la fe, <strong>de</strong> la esperanza y <strong>de</strong> la caridad. De otro<br />
modo, los antiguos odres son los escribas y los fariseos. El nuevo<br />
paño y el nuevo vino son los preceptos evangélicos.<br />
Así los sacramentos <strong>de</strong> los nuevos misterios no <strong>de</strong>ben<br />
administrarse a un alma no renovada, sino que persevera en su<br />
antigua malicia. Los que quieren mezclar los preceptos <strong>de</strong> la ley,<br />
como los Gálatas, meten el vino nuevo en odres viejos. Sigue: "Y<br />
ninguno que bebe <strong>de</strong> lo añejo quiere luego lo nuevo, porque dice: el<br />
viejo es mejor". En efecto, los judíos, prendados <strong>de</strong>l sabor <strong>de</strong> la vida<br />
antigua, <strong>de</strong>spreciaban los preceptos <strong>de</strong> la nueva gracia, manchados<br />
con las tradiciones <strong>de</strong> sus mayores, no podían gustar la dulzura <strong>de</strong> las<br />
palabras espirituales.<br />
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