pensar históricamente el examen, para problematizar su - FedIcaria
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<strong>el</strong> éxito definitivo de la escu<strong>el</strong>a graduada y por tanto de la pedagogía<br />
examinatoria, en parte necesidad endógena, pero sobre todo imposición<br />
exógena, se produjo en los años sesenta y primeros setenta gracias a la<br />
importante presión legal y teórica de las orientaciones eficientistas de la<br />
enseñanza. Constata así una clara confluencia de intereses e ideología en la que<br />
jugó un pap<strong>el</strong> transcendental la alianza invisible de distintos agentes y nichos<br />
institucionales: las Facultades o Secciones de Pedagogía, la burocracia<br />
pedagógica ministerial, algunos influyentes directores escolares, <strong>el</strong> cuerpo de<br />
inspectores…, y, muy particularmente, <strong>el</strong> Centro de Documentación y<br />
Orientación Didáctica de Enseñanza Primaria (CEDODEP), creado en 1958. Esta<br />
concurrencia entre ciencia y política educativa no tardó en dar <strong>su</strong>s frutos y,<br />
aunque de forma gradual, fue plasmándose en toda una serie de cambios<br />
legislativos durante la década de los sesenta que afectaron a múltiples facetas<br />
organizativas y curriculares d<strong>el</strong> sistema de enseñanza, especialmente en la<br />
enseñanza primaria:<br />
*Instauración definitiva de la noción de curso académico como unidad de<br />
contenidos y actividades (O.M.de 22 de abril de 1963).<br />
*Establecimiento de objetivos o niv<strong>el</strong>es mínimos por curso (O.M.de 22 de<br />
abril de 1964).<br />
*Elaboración de nuevos cuestionarios nacionales (O.M.de 8 de julio de<br />
1965).<br />
*Obligatoriedad de las pruebas de promoción y progresión trimestral<br />
(Reglamto. de Centros Escolares de E.P. de 10 de febrero de 1967).<br />
*Unificación d<strong>el</strong> sistema de calificaciones cifradas de 0 a 10 puntos y de<br />
los criterios numéricos de promoción o repetición de curso (D. de 17 de<br />
noviembre de 1966).<br />
Un proceso de “normalización y racionalización curricular” (A.Viñao, 2001, p.,<br />
544 y ss.) que <strong>su</strong>mergirá con decisión al sistema escolar en las coordenadas d<strong>el</strong><br />
modo de educación tecnocrático de masas y que <strong>su</strong>pondrá una evidente<br />
“bachilleratización” de la enseñanza primaria alejándola, acaso definitivamente,<br />
de la nebulosa paidocéntrica y dotándola de una “<strong>su</strong>stantividad académica y<br />
profesional” distintiva. La O.M. de 14 de enero de 1967, consolidando al fin la<br />
obligatoriedad y <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o oficial de Libro de Escolaridad, Certificado de<br />
Estudios Primarios y Certificado de Escolaridad, puede considerarse a este<br />
respecto como la culminación de la inspección jerárquica y de la sanción<br />
normalizadora, al establecer un campo documental “que permite transcribir<br />
homogeneizándolos los rasgos individuales establecidos por <strong>el</strong> <strong>examen</strong> (…)<br />
Gracias a todo este a<strong>para</strong>to de escritura que lo acompaña, <strong>el</strong> <strong>examen</strong> abre dos<br />
posibilidades que son corr<strong>el</strong>ativas: la constitución d<strong>el</strong> individuo como objeto<br />
descriptible, analizable; (…) y por otra parte la constitución de un sistema<br />
com<strong>para</strong>tivo que permite la medida de fenómenos globales, la descripción de<br />
grupos, la caracterización de hechos colectivos, la estimación de las<br />
desviaciones de los individuos unos respecto de otros y <strong>su</strong> distribución en una<br />
población.” (M.Foucault, 1996, p.,194-195).<br />
¿Epílogo?<br />
Tras este somero repaso a la sociogénesis d<strong>el</strong> <strong>examen</strong> como <strong>su</strong>premo<br />
instrumento de clasificación y s<strong>el</strong>ección d<strong>el</strong> alumnado y gobierno d<strong>el</strong> aula en <strong>el</strong><br />
marco de los modos de educación que jalonan la historia de nuestro sistema<br />
escolar, espero, al menos, haber contribuido a <strong>su</strong> “desnaturalización”. Pero, si se<br />
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