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Richard Leakey - Nuestros Origenes - Fieras, alimañas y sabandijas

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Pithecanthropus. Sugirió que esta criatura pudo parecer humana en muchos aspectos,<br />

y tener características mentales humanas. Pero «no poseía la principal y verdadera<br />

característica del hombre, esto es, el lenguaje humano articulado de las palabras»,<br />

escribió Haeckel en 1876. Por consiguiente, dio a este hombre mono el nombre de la<br />

especie alalus, que significa mudo: Pithecanthropus alalus.<br />

Según Haeckel, Pithecanthropus apareció en Lemuria, un continente que, según se<br />

creía entonces, se había hundido en el océano índico. Desde Lemuria, los<br />

descendientes evolutivos de este ser habrían migrado hacia el oeste, hasta África,<br />

hacia el noreste hasta Europa y Próximo Oriente, hacia el norte hasta Asia, y cruzando<br />

el puente continental hasta América, y hacia el este vía Java hasta Australasia y la<br />

Polinesia. Hoy esta geografía global nos parece extraña, pero en tiempos de Haeckel<br />

no se conocían las bases de la geología continental ni las placas tectónicas, y la idea de<br />

extensos puentes terrestres y de continentes hundidos formaba parte del pensamiento<br />

científico convencional.<br />

* Así se popularizó en castellano en la época, aunque su traducción correcta debería<br />

ser en realidad «hombre simio». (N. de la t.)<br />

Una vez completados sus estudios de medicina en 1884, Dubois se dedicó a buscar a<br />

Pithecanthropus, pero primero tenía que llegar a las tierras donde había vivido el<br />

hombre mono. Por suerte, las colonias holandesas incluían Indonesia, en la periferia<br />

del supuesto continente perdido. Abandonó su carrera como profesor de anatomía en<br />

la Universidad de Leiden y, aprovechando la presencia del ejército indo-holandés en<br />

Sumatra, consiguió un puesto de oficial médico, a la espera de una ocasión que le<br />

permitiera organizar la búsqueda de fósiles. En 1889, dos años después de llegar a<br />

Java, convenció a las autoridades militares de la grandeza de su objetivo y consiguió<br />

autorización para dedicarse a ello. Incluso recibió ayuda para organizar una<br />

exploración paleontológica, que incluía grupos de convictos para realizar el trabajo de<br />

excavación.<br />

La exploración se centró inicialmente en yacimientos de Java central, donde encontró<br />

miles de animales fósiles. Sus excavaciones, comparadas con la moderación y el<br />

cuidado que las caracterizan hoy en día, fueron monumentales y peligrosas, y podían<br />

llegar a incluir hasta cincuenta «ayudantes forzosos». En agosto de 1891, Dubois<br />

ordenó trasladar los trabajos a los antiguos depósitos fluviales del río Solo, cerca del<br />

pueblo de Trinil. Durante los tres meses de excavación, antes de que las lluvias<br />

estacionales elevaran el nivel de las aguas del río hasta cubrir el yacimiento, se<br />

descubrieron dos fósiles fundamentales: un diente y el hueso frontal de un cráneo,<br />

ambos definitivamente primates.<br />

El descubrimiento convenció a Dubois de que estaba en el buen camino paleontológico.<br />

Decidió que los fósiles pertenecían a una especie de chimpancé con algunos rasgos<br />

humanos, y lo llamó Anthropopithecus troglodytes. Pero los descubrimientos del año<br />

siguiente le impulsaron a cambiar de idea. De nuevo empleando grupos de convictos,<br />

desde 1891 Dubois trasladó la excavación río arriba. Esta vez encontró un fémur, o un<br />

hueso del muslo, prácticamente idéntico al de un humano moderno. De hecho, muchos<br />

antropólogos creen actualmente que se trata de un fémur de humano moderno. Dubois<br />

creyó que el diente, el fragmento de cráneo y el fémur procedían del mismo individuo.<br />

No convencido aún de haber encontrado el eslabón perdido de Haeckel, Dubois bautizó<br />

a la criatura con el nombre de Anthropopithecus erectus, una especie de chimpancé<br />

erguido, dijo, que «está más cerca del hombre que ningún otro antropoide».<br />

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