ONU DICE QUE NO INVESTIGA A CASTRESANA - Prensa Libre
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18 Opinión :<br />
P RENSA LIBRE : Guatemala, viernes 3de diciembre de 2010<br />
SIEMPRE VERDE<br />
MAGALÍ REY ROSA<br />
¡Justicidio, no!<br />
“YOEXIJO JUSTICIA” FUERON LAS<br />
primeras palabras que escuché decir<br />
con fuerza a Angélica Choc, antes de<br />
romper en llanto mientras narraba<br />
cómo las fuerzas de seguridad de la<br />
Compañía Guatemalteca de Níquel,<br />
subsidiaria de la minera canadiense<br />
HudBay Minerals, asesinaron amachetazos<br />
y remataron con un balazo<br />
a su esposo.<br />
Adolfo Ich era un dirigente de<br />
una comunidad maya q’eqchi’, cuyo<br />
crimen fue oponerse ala minería<br />
por los daños ylas violaciones alos<br />
derechos humanos que esta causa en<br />
su comunidad. Aunque en Guatemala<br />
hay un proceso penal por ese caso,<br />
Angélica Choc ha presentado una<br />
demanda en la Corte Superior de Toronto,<br />
Canadá, porque sabe que aquí<br />
no va aencontrar justicia, y eso es lo<br />
que ella decidió buscar. La viuda de<br />
un profesor, que fue brutal ycobardemente<br />
perseguido, salvajemente<br />
golpeado y asesinado, solo pide ser<br />
escuchada; el hombre que dejó huérfanos<br />
a sus hijos goza de libertad, defendido<br />
por abogados que se desplazan<br />
en helicóptero, pagados por la<br />
empresa. “Aquí todo queda impune”,<br />
dice, con toda razón, la viuda de<br />
Adolfo Ich.<br />
La desesperación de esta mujer<br />
es un sentimiento demasiado común<br />
entre la población guatemalteca. La<br />
violencia entre la que vivimos nos<br />
impide ver que nos hemos acostumbrado<br />
tantoala cultura de la muerte<br />
que ya ni anteelasesinato nos indignamos.<br />
La gran mayoría de la población<br />
se siente absolutamente indefensa<br />
ante un Estado que en lugar de<br />
garantizar sus derechos está al servi-<br />
La cultura de la muerte no<br />
es compatible con la cultura<br />
de la legalidad.<br />
cio de los poderosos. Las atrocidades<br />
asociadas a la industria minera,<br />
que se cometen en contra del pueblo<br />
y el territorio de Guatemala, cuentan<br />
con el apoyo y la complicidad solapada<br />
de instituciones y sectores<br />
importantes, ylo más perverso es<br />
que se han asegurado que jamás se<br />
hará justicia.<br />
El tema de la minería no aflige a<br />
toda la población guatemalteca, el<br />
tema de la impunidad sí, pero ambos<br />
están conectados precisamente por<br />
la forma en que operan. Los funcionarios<br />
de gobierno han sido indife-<br />
LO <strong>QUE</strong> EXPRESO<br />
JOSÉ MIGUEL ARGUETA<br />
Ser generoso<br />
<strong>NO</strong> SÉSIHAY EN GUATEMALA GEN -<br />
te que no haya dado o recibido generosidad<br />
por parte de otro. Yo la he<br />
prodigado y recibido muchas veces<br />
de gente aquien aprecio ysin quien<br />
la vida sería absurda. La amabilidad,<br />
la cortesía, la gentileza, la urbanidad,<br />
las gracias o favores nos entrelazan<br />
como seres humanos. La compasión,<br />
la misericordia, la humanidad, la ternurayla<br />
sensibilidadhacia los otros<br />
es esa mística que hace que no caigamos<br />
en la desesperanza, el desaliento<br />
y la incredulidad.<br />
Conformar este puebloque hoy es<br />
Guatemala surge más que de violencia<br />
de actos desprendidos que se dieron<br />
paulatinamenteatravés de la historia.<br />
Los españoles llegados a la<br />
América venían de una larga travesía,<br />
hambrientos, inquietos, extenuados, a<br />
las tierras americanas. Lo soberbio,<br />
imperioso y ancho del territorio muchas<br />
veces asustabaalos inmigrantes.<br />
Sin embargo,la presencia de los indígenas<br />
les daba aliento y confianza. Las<br />
historias de los horrores de las guerras<br />
de conquistayaparatos burocráticos<br />
como las encomiendas nos hacen<br />
perder el sentido de la dadivosidad<br />
del pueblo indígena de América.<br />
La libertad, la magnificencia con<br />
la cual recibían a los españoles, brindándoles<br />
frutas, animales; emparentándose<br />
con ellos a través de dar a<br />
sus hijas aextraños que venían sin<br />
mujeres.<br />
Fueron los remedios caseros indígenas<br />
los que salvaron amuchas embarcaciones<br />
de perecer por enfermedades<br />
inusitadas. Sin embargo, los<br />
europeos, fuera de ser recíprocos,<br />
aportaban armas mucho más mortí-<br />
Es el momento de entender<br />
la generosidad que permite<br />
la convivencia pacífica.<br />
feras y poderosas que segaron a poblaciones<br />
amerindias por sus constantes<br />
rivalidades entre sí. Sin embargo,<br />
la hospitalidad fue mucho<br />
más efectiva que la violencia. Los<br />
pueblos se fusionaron ylos españoles<br />
se convirtieron en guatemaltecos,<br />
así como los portugueses en brasileños<br />
o los ingleses en americanos,<br />
o los franceses en canadienses.<br />
Los conceptos de industrialización,<br />
de democracia, el juego de pelota<br />
y tantos aspectos de la vida cotidiana<br />
moderna se fortalecieron por<br />
la prodigalidad con la que los pueblos<br />
rentes, indolentes eineficaces ante<br />
los reclamos de justicia presentados<br />
por los afectados por la minería metálica,<br />
incluyendo las órdenes de la<br />
Comisión Interamericana de Derechos<br />
Humanos; sus actuaciones son<br />
muy similares alas conductas —retardos,<br />
fallos, “lapsus”— de funcionarios<br />
y otros “actores”que impiden<br />
que culminen conéxito procesos vitales<br />
para que se logre justicia.<br />
Nuestro “sistema de justicia” nunca<br />
ha funcionado, la pretensión es matar<br />
toda posibilidad de que alguna<br />
vez funcione: justicidio doloso. La<br />
Cicig tiene que estar haciendo muy<br />
bien su trabajo, para que le dediquen<br />
tanto tiempo y tantos recursos a desprestigiarla;<br />
como hace Estados<br />
Unidos con Julian Asssange acusándolo<br />
de escándalo sexual por haber<br />
entregado información a la masa engañada.<br />
Los poderosos suelen demoler<br />
la credibilidad de quien les<br />
causa problemas.<br />
Lo que no podemos permitir a<br />
quienes financian y participan en este<br />
circo es que se desvíe la atención<br />
de la sociedad guatemalteca del tema<br />
principal: cómo eliminamos esta<br />
cultura de la muerte yconstruimos<br />
una culturade justicia. El trabajo de<br />
la Cicig es importante, pero estadesaparecerá<br />
en cuantotermine su misión<br />
en Guatemala. Y nosotros ¿nos<br />
vamos a quedar con este sistema de<br />
justicia manipulado por los sectores<br />
más oscurantistas de nuestro país?<br />
¿O vamos a reaccionar, como Angélica<br />
Choc, para exigir justicia y participar<br />
en la construcción de una<br />
Guatemala justa y solidaria?<br />
indígenas recibieron a los europeos.<br />
El etnocentrismo europeo y su<br />
tendencia a considerarse los pueblos<br />
civilizados del orbe, considerados<br />
portadores de fe, de religiosidad<br />
y del conocimiento. Los indígenas<br />
hasta hoy sufrieron el apelativo de<br />
salvajes, por su contacto con la naturaleza,<br />
impregnados de libertad.<br />
Muchas veces se consideró al indígena<br />
bestial, irreal ycruel. Sin embargo,<br />
su esplendidez afecta la vida<br />
cotidiana de una manera tan positiva<br />
que permite la supervivencia en medio<br />
del vacío de la vida. Las palabras<br />
chocolate, tomate, cacao, huracán,<br />
tamal, implican solo en el lenguaje<br />
un intercambio que fortaleció el<br />
proceso de vida civilizada.<br />
Hoy, en medio de las dificultades<br />
que cierran el 2010 yvierten esperanzas<br />
hacia el 2011, creo que la generosidad<br />
en el trato de unos con<br />
otros fortalecerá esos hilos de vida<br />
social que tanta desesperanza han<br />
causado en los últimos meses.<br />
Ser generoso no es un atributo<br />
comunitario por excelencia. Es más,<br />
es un proceso de civilización que intercambia<br />
conocimientos de un pueblo<br />
a otro. Porejemplo la Coca Cola,<br />
símbolo por excelencia del modo de<br />
vida norteamericano, tiene su origen<br />
en la planta sudamericana de coca.<br />
Los farmacéuticos combinaban<br />
los extractos de hoja de Kola, de una<br />
nuez africana, para formar productos<br />
propios de la vida civilizada.<br />
Creo que es el momento de entender<br />
la generosidad que permite la<br />
convivencia pacífica entre los pueblos.<br />
V E N TA NA<br />
RITA MARÍA ROESCH<br />
Un gorgoritazo<br />
basta<br />
T ENÍA MUCHOS AÑOS DE <strong>NO</strong> VISITAR SAN Miguel<br />
Totonicapán, la tierra de Atanasio Tzul y de la<br />
bellísima cerámica vidriada. Viajé con mi esposo a<br />
este municipio,el fin de semana pasado,para asistir<br />
ala boda de una querida amiga. Disfruté el friíto<br />
del clima de altura. Respiré el aire transparente.<br />
Admiré las montañas aún verdes. Pero la celebración<br />
de la boda fue lo que me transportó aotro<br />
mundo. Por algunas unas horas fui parte de una historia<br />
muy distinta a la que vivo en la caótica, violenta<br />
y deshumanizante ciudad capital.<br />
Llegamos atiempo. Vimos entrar alanovia<br />
acompañada de su papá, su mamá y los padrinos de<br />
la boda religiosa, quienes juegan un papel protagónicoen<br />
toda la ceremonia. Al final del actolitúrgico,<br />
amigos y familiares se acercaron a los novios y,<br />
en un tono bajo, les dieron consejos para esta nueva<br />
etapa de sus vidas.<br />
Luegonos dirigimos ala fiesta, en el salón municipal<br />
de San Cristóbal Totonicapán. Calculé que estaban<br />
presentes por lo menos 400 invitados. Eran familias<br />
completas. Entraron los novios con toda la<br />
pompa y se sentaron en la mesa principal. Me sorprendió<br />
como, uno a uno, los invitados formaron una<br />
fila y regalo en mano, como una preciada ofrenda, se<br />
lo fueron a entregar a la novia. Fue un ritual armonioso<br />
y tranquilo.Nadie hablaba en vozalta. Ni los niños<br />
corrían por el salón como usualmente sucede en las<br />
“En una<br />
comunidad<br />
unida un<br />
vecino está a<br />
un grito de<br />
distancia del<br />
otro vecino”,<br />
cantó el<br />
Clarinero.<br />
fiestas familiares.<br />
Un maestro de ceremonias<br />
guiaba los eventos de la fiesta.<br />
Cuando anunció que los músicos,<br />
con violines ymarimba,<br />
tocarían la primera pieza, imaginé<br />
que disfrutaría el emotivo<br />
baile de los novios, pero eso<br />
ocurrió después. La primera<br />
piezamusical, El rey k’iche’, estuvo<br />
dedicada a los antepasados<br />
y a los familiares que habían<br />
muerto.<br />
Llegó el momentode la comida.<br />
Decenas de mujeres, con<br />
el amplio corte azul y el huipil de Xela, llevaron en<br />
sendos azafates, canastas de panyaromáticos tamalitos<br />
de maíz a las mesas. Teníamos hambre. Asumí<br />
que pronto nos servirían la cena. Pero estabaequivocada.<br />
La primera tanda de platos blancos con pollo<br />
dorado, arroz con maíz yensalada de verduras fue<br />
servida a los niños, no importaba si eran bebés o adolescentes.<br />
“Maravilloso”, pensé. Alos adultos nos<br />
atendieron más tarde. En lugar de licor saboreamos<br />
un delicioso te caliente de canela. Ycomo broche de<br />
oro, las madrinas de la boda sirvieron el pastel a todos<br />
los invitados. Fueevidenteentre la genteun lazode<br />
sutil familiaridad, más allá de la amistad,que respondía<br />
a un sentido de colaboración entre unos y otros.<br />
Entradalanoche regresamos aSan Miguel Totonicapán.<br />
En el camino observamos a la gente transitar<br />
tranquilamente por las angostas calles del pueblo.<br />
Le preguntamos al joven de la recepción del hotel Totonicapán,<br />
donde nos hospedamos, si era peligroso<br />
caminar a esas horas de la noche, y respondió que no.<br />
“Todos los vecinos en Toto tienen un gorgorito. Si<br />
ocurre algún problema, un gorgoritazo basta para<br />
que cientos de vecinos salgan de sus casas aver qué<br />
pasa. En Toto no hay maras”, concluyó.<br />
Bien dijo Aristóteles, que en una comunidad unida<br />
un vecino está a un grito de distancia del otro vecino.<br />
Toto no es una comunidad rota. Posiblemente<br />
sea el último bastión donde la plaga mortal del narco<br />
y de la violencia no han contaminado a la gente. “Lo<br />
bueno es que ya sabemos la receta”, agregó el Clarinero.<br />
clarinerormr@hotmail.com