Luces del Duero - Fundación Iberdrola
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Los trabajos para construir los accesos y el desbroce <strong>del</strong> terreno<br />
en el que se asentaría la presa ocuparon tres largos años.<br />
En 1963 comenzó el grueso de las obras. Para entonces, la evolución<br />
de las empresas constructoras españolas había llegado a<br />
la calidad necesaria para poder acometer proyectos como el de<br />
Almendra. Este motivo y el enorme excedente de personal que iba<br />
a tener Iberduero al término <strong>del</strong> proyecto de Almendra-Villarino<br />
hicieron que otros se encargaran de la construcción, captando<br />
para sí a parte de los experimentados hombres <strong>del</strong> <strong>Duero</strong>. Se convocó<br />
un concurso internacional para este fin ganado por una agrupación<br />
de dos empresas, una española y otra Suiza. Los hasta ahora<br />
constructores <strong>del</strong> <strong>Duero</strong> fiscalizarían el trabajo de la empresa<br />
ganadora.<br />
En octubre de 1966 habían terminado de montar las instalaciones<br />
auxiliares y comenzaba el hormigonado de la presa. La masa<br />
de Almendra requirió unos especiales controles de calidad. En su<br />
momento fue la presa más complicada <strong>del</strong> mundo y un hito en la<br />
ingeniería internacional. La estructura es enormemente comprometida<br />
porque la cerrada <strong>del</strong> terreno no basta para contener la<br />
presa. La cuestión es que esa inmensa bóveda no pudo estribarse<br />
en las márgenes <strong>del</strong> río Tormes porque esas márgenes quedaban<br />
veinticinco metros más abajo de la coronación de la empresa.<br />
Hubo que construir dos inmensas moles artificiales de hormigón<br />
que realizaran esa función.<br />
Para los constructores, el control de las temperaturas <strong>del</strong> hormigón<br />
en el fraguado se convertía en una materia crítica. Era necesario<br />
rebajar la temperatura de la reacción química para evitar las<br />
figuraciones en el fraguado. En Almendra se utilizaron 600 kilómetros<br />
de serpentines para este menester, gracias a la experiencia<br />
adquirida en Aldeadávila. De esta manera se consiguió que el cierre<br />
de las juntas se sellara con la temperatura requerida.<br />
La caverna de la central de 108 metros de largo por 60 de ancho<br />
y 40 de altura, se terminó en 1969. En el conjunto <strong>del</strong> aprovechamiento<br />
de Almendra-Villarino se excavaron 2.836.300 metros cú <br />
bicos de granito frente a los 674.450 de Aldeadávila. En el otoño<br />
de 1970 concluyeron las obras y así un proyecto director sobre el<br />
río que ocupó los primeros cuarenta años de la historia de <strong>Iberdrola</strong>.