Luces del Duero - Fundación Iberdrola
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LOS POBLADOS<br />
Sirva esta brevísima selección de imágenes estrechamente ligadas a lo que sería la vida cotidiana en Ricobayo,<br />
Villalcampo o Castro, para poner de manifiesto el interesantísimo fenómeno de los poblados en la historia de la<br />
construcción de presas en España.<br />
Durante la primera mitad <strong>del</strong> siglo XX, los proyectos de construcción de presas en España desbordaban los aspec<br />
tos estrictamente técnicos o empresariales. Su magnitud y complejidad requerían de una ingente cantidad de mano<br />
de obra, lo que unido al hecho de que estas obras se llevaban a cabo a menudo lejos de los grandes núcleos de población,<br />
hacía necesario construir en el entorno directo de la obra lo que se conoció como los “poblados”, verdaderos<br />
pueblos donde se desplazaban los trabajadores de la presa con sus familiares y donde habitarían durante el<br />
desarrollo de las obras. Eran verdaderas localidades levantadas de la nada, donde se necesitaba instalar todo cuanto<br />
fuera imprescindible para el desarrollo de la vida cotidiana: además de la lógica infraestructura escuelas, enfermerías,<br />
hospitales, instalaciones deportivas —generalmente frontones o campos de fútbol—, iglesias, comedores, cantinas,<br />
viviendas y muchos barracones.<br />
No estuvieron los poblados en aquellos tiempos exentos de convulsiones sociales y de dificultades que, en muchos<br />
casos, transcendían los aspectos puramente laborales. Así, en su seno se establecieron relaciones que hoy podrían<br />
verse con asombro, como las entabladas entre los trabajadores altamente cualificados y los puramente manuales.<br />
No es aventurado decir, a grandes rasgos, que fueron aquellos poblados lugares de trabajo donde muchos españoles<br />
encontraron un buen medio de vida y donde hallarían algunas de las comodidades de la “vida moderna” —todavía<br />
entonces ajenas al medio rural <strong>del</strong> que procedía buena parte de los trabajadores manuales—, tales como el agua<br />
corriente, la luz eléctrica —cómo no—, la asistencia médica, la formación escolar de calidad para la chiquillería o la<br />
instrucción profesional para jóvenes mujeres que entonces no se incorporaban todavía a las labores manuales de<br />
las obras.<br />
No cabe duda de que en la particular historia social de la España de aquella primera mitad <strong>del</strong> siglo XX —en la que<br />
tuvieron lugar tantos acontecimientos históricos de relevancia—, jugó un papel importante la entonces estrecha<br />
vincu lación entre la empresa y la vida cotidiana <strong>del</strong> trabajador. Y, desde luego, los poblados donde vivieron quienes construye<br />
ron las muchas presas que se levantaron en aquella época forman parte de esta historia.