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Historia física y política de Chile - Centro de Documentación ...

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historia Física y p o l í t i c a d e c h i l e<br />

que al pueblo araucano distingue. Amor al país, amor también a sus usos, culto<br />

exagerado si se quiere por cuanto a su vida y costumbres concierne; pero nada<br />

<strong>de</strong> ponerse bajo ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> quien no haya merecido la venia popular, nada <strong>de</strong><br />

obediencia a ninguna persona que la mayoría no traiga autorizada con el cargo <strong>de</strong><br />

la común <strong>de</strong>fensa 96 .<br />

De ahí nace, sin duda, el que ese pueblo, aunque hoy harto disminuido en<br />

comparación <strong>de</strong> como lo halló la conquista <strong>de</strong> los españoles y, aunque en contacto<br />

con naciones civilizadas, fiel y religiosamente corre con sus tradiciones, con sus<br />

costumbres, con la escasez <strong>de</strong> sus necesida<strong>de</strong>s, y hasta con el propio instinto <strong>de</strong><br />

arrogante e in<strong>de</strong>pendiente, como se presentó ante los Valdivia y Villagra. Acaso<br />

no sea digno <strong>de</strong> nota, ni tampoco parezca haber influido <strong>de</strong>masiado en el genio<br />

<strong>de</strong> esos hombres que extendieron su nombre por todo el orbe, el que algo hayan<br />

ensanchado el cultivo <strong>de</strong> sus campos, el que a comerciar bajen los fronterizos con<br />

los pueblos cultos, ni tampoco el que con el uso <strong>de</strong> los caballos hayan salido <strong>de</strong> la<br />

vida monótona y se<strong>de</strong>ntaria en que los halló el pendón <strong>de</strong> Castilla.<br />

Como quiera, volviendo a la fatal suerte que puso fin a los días <strong>de</strong>l toqui Ca<strong>de</strong>guala,<br />

vemos que cinco mil y más araucanos se <strong>de</strong>salientan y huyen voluntariamente<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l fuerte <strong>de</strong> Purén, internándose en los montes para que los jefes<br />

<strong>de</strong> las tribus entreguen el hacha suprema en manos dignas <strong>de</strong> llevarla.<br />

Supo Sotomayor este acci<strong>de</strong>nte y, ya se ha dicho cien veces, en este Gobernador<br />

que por otra parte no careció <strong>de</strong> prendas dignas <strong>de</strong> alabanza, una sola y única<br />

i<strong>de</strong>a lucía... ¡alzar fuertes!... como si empeñado estuviera en que cada día surgieran<br />

nuevos apuros, nuevos sucesos que ponían en grave compromiso a las armas <strong>de</strong><br />

su mando.<br />

Es verdad que no se contentó por entonces con esas solas disposiciones; abrigado<br />

en el silencio que parecieron guardar los araucanos, se puso con gran apego<br />

a reparar los estragos que el incendio había causado en Angol y también enmendó<br />

el gobierno civil con medidas severas, porque casi habían caído en <strong>de</strong>suso ya todas<br />

cuantas <strong>de</strong>jaran en vigor los antece<strong>de</strong>ntes gobernadores, y como la autoridad iba<br />

tanto tiempo entretenida con los negocios <strong>de</strong> la guerra, una completa <strong>de</strong>smoralización<br />

penetró en casi todas las colonias, también en la milicia, y por <strong>de</strong>cirlo <strong>de</strong> una<br />

vez, hasta en los mismos encargados <strong>de</strong> propagar la palabra evangélica.<br />

En Santiago siquiera, ya que muchos sacrificios tuvieron que sufrir sus moradores,<br />

como que era el pueblo con que contaban todos los mandarines, ora para<br />

reponer sus reveses, ora para llevar a cabo sus caprichos en más <strong>de</strong> una ocasión<br />

<strong>de</strong>sacertados, todavía quiso la fortuna que aparecieran hombres rectos a par que<br />

<strong>de</strong> entera voluntad, sobre todo en la municipalidad, y por consiguiente las costum-<br />

96 Y, ¡qué sistema tan provechoso!... Salgan <strong>de</strong> él, y como nos lo enseñan los <strong>de</strong>más pueblos, un<br />

atrevido, un hombre cualquiera que con ambición <strong>de</strong> mandar se sienta, en breve corromperá las masas,<br />

en breve levantará un pendón, y por consiguiente en breve abrirá en su patria una guerra que la arruine<br />

y <strong>de</strong>struya, y en la cual perezcan sus mejores hijos. En los araucanos si acaso sale un motín entre tribu y<br />

tribu, o entre un pueblo con otro, será, no para dictar leyes al vencido, sólo para entrar en posesión <strong>de</strong><br />

familias <strong>de</strong> que lleguen a escasear, o que les parezcan <strong>de</strong> buena y legítima pertenencia.<br />

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