Estudiantes inician huelga de hambre en movilizaciones ... - Diario 21

10 DIARIO 21 San Lorenzo 2011 Opinión
Patricia Olivares O.
iglesia asamblea de diOs autónOma iquique
las viOletas 1807
PrOgramaenfemeninO@gmail.cOm
Conmoción ha causado la muerte de la cantante y compositora
británica Amy Jade Winehouse. Será por el talento que
se pierde, o por la corta edad en que abandona la vida, o por
el murmullo de las posibles causas que enlazan su muerte.
Parece ser una semejanza entre los jóvenes y famosos, el
abuso de una vida frenética marcada por las drogas, el alcohol
y los excesos que terminan por dominarles completamente.
Cuando ocurren estas catastróficas muertes entre los jóvenes
famosos, uno tiende a preguntarse ¿Alguien les habrá
hablado, aconsejado? ¿Habrá habido cerca algún amigo o
amiga que en forma sincera, le hiciera despertar de su mundo
absorto en lo irreal y lo destructivo? Con tanta fama, poder y
dinero tienden a escasear los verdaderos amigos dispuestos
a amonestar a los que suelen creerse los dueños del mundo.
La repentina muerte de Amy Winehouse, nos remontó a
la lista de “Famosos que perdieron su vida a los 27 años”,
encabezada por Jim Morrison, Janis Joplin, Robert Johnson,
Kurth Cobain. La similitud de estas muertes se ha hallado
principalmente en la sobredosis de drogas y mezcla de somníferos
con alcohol. Sin embargo, el contexto de sus vidas
me inducen a pensar que existe algo más allá, detrás de las
drogas, el alcohol y los excesos varios, a lo que acostumbran
los famosos que mueren a temprana edad, y logro encausar
dichas pérdidas y fracasos a un solo denominador común:
La falta de sabiduría y cordura en sus vidas.
El libro de Proverbios parte mencionando que el principio
de la sabiduría es el temor a Dios. No se trata de un temor
a alguien que es malo y puede traerme calamidades si no
hago lo que él dice, si no que es un temor reverencial, en el
entendido que Dios es mi creador, superior a mi naturaleza
humana, y sabrá lo que es mejor para mí, conoce mi presente,
pasado y futuro. Cuando se reconoce ante Dios que no
somos autosuficientes, y le necesitamos a El para caminar
por veredas rectas, ya estamos aplicando el principio de la
sabiduría.
“El principio de la sabiduría, es el temor a Dios; Los
edmundO Huerta alcainO
Impacto ha producido en la ciudadanía la transmisión
de esta serie televisiva, originalmente inspirada en antecedentes
recogidos de la Vicaría de la Solidaridad, creada
por el señor Cardenal Raúl Silva Henríquez (Q.E.P.D.).
La serial si bien es cierto tiene algo de ficción, está
construida por hechos reales para que la juventud actual
conozca la experiencia vivida en años de la dictadura
militar, como también para aquellos que dudaron de esta
cruel realidad, y que aún insisten y justifican.
Seguramente habrá escenas que en esencia fueron
reales. Y como tal horrorosas por los métodos aplicados.
Para los deudos que verán estas escenas debe ser un
recuerdo muy doloroso, ya que muchos verán reflejados
en esas escenas situaciones que sufrieron sus seres queridos,
los que los harán derramar lágrimas de impotencia,
aumentando algunas veces - ojala los menos – su dolor
y rencor hacia los culpables.
El Presidente de Renovación Nacional, senador Carlos
Larraín, al referirse a la serial rechaza su emisión,
reafirmando que lo seguirá haciendo por considerar
“que es una victimización de la izquierda refrescando
la memoria nacional”.
Tiene razón al afirmar su posición, por cuanto será
muy fuerte para sus deudos observar lo que sufrieron
sus familiares, pero será peor para aquellos que fueron
sus ejecutores intelectuales y materiales, sin embargo
también será para aquellos civiles que aún no han sido
tocados por la justicia, es impensable aceptar que nada
sabían de lo que sucedía y las andanzas de la DINA
y luego la CNI, que ocultan hasta el día de hoy – en
una conspiración del silencio - incluso algunos son
parlamentarios.
Muerte prematura
insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza”, dice
el libro de Proverbios que tiene su autoría adjudicada al
rey Salomón. Y cuenta, en sus líneas introductorias, que
el motivo de los proverbios es para entender la sabiduría,
para recibir consejos prudentes, para conocer lo que es justo,
equitativo y de buen juicio. Este maravilloso libro puede
leerse incluso en 31 días, y a la velocidad de un capítulo
diario, es posible encontrar en él, el gran contraste entre
un sabio y un insensato, entre el que aplica en su vida la
sabiduría de Dios y el la desprecia, y el desenlace de ambos.
Reconociendo a Dios en nuestros caminos, teniendo
en cuenta su modelo y sus instrucciones, seremos
guardados de hacer el mal, y la integridad nos abrazará.
Incluso, años serán agregados a nuestra vida (“El temor
de Dios aumentará los días, mas los años de los impíos
serán acortados”, Proverbios 10:27) ¿Será que a nuestros
jóvenes les hace falta reconocer a Dios en sus vidas, y
no creerse ellos sus propios dioses?. El camino de los
insensatos, es como la oscuridad, ni ellos mismos saben
con lo que tropiezan, caen y tocan fondo, se sumergen en
su destructiva vida de placeres engañosos, que ni ellos
mismos saben bien, hacia donde los dirige.
Día tras día, jóvenes anónimos también mueren por
el abuso de drogas y alcohol, y la impotencia me recorre
porque tengo la certeza que sus vidas podrían haber sido
distintas, si hubiesen abrigado el consejo y la Palabra de
Dios. El tiempo corre a velocidad extrema, y los jóvenes
mueren a la misma velocidad. Si hoy, Ud. Tiene a un joven
cerca a quien ame, recomiéndele este dulce consejo que
Dios nos dejó: “Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu
corazón guarde mis mandamientos; Porque largura de días
y años de vida y paz te aumentarán. Nunca se aparten de
ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas
en la tabla de tu corazón; y hallarás gracia y buena opinión
ante los ojos de Dios y de los hombres” (Proverbios 3)
¡Hasta la próxima!
Los archivos del Cardenal
También existen un sinnúmero de profesionales que
tuvieron participación en hechos deleznables, que aún
no confiesan su participación, se comprende que fueron
utilizados por al autoridad de la época, pero ya han pasado
tantos años, y aún no deciden confesar lo que conocen
como nadie, principalmente lo que tiene relación con
los detenidos- desaparecidos, pero hay una justicia que
va más allá de la divina, que es la justicia de su propia
conciencia, aquella que no se puede olvidar, porque vive
en cada uno de ellos recordándoles sin piedad y a cada
momento su deleznable proceder con una indiferencia,
como si nada hubiera ocurrido, y que lo deben tener muy
claro en su conciencia.
Vía internet pude leer algunas declaraciones de las
víctimas que atendió la Comisión Valech, sobresalen las
que corresponden a mujeres que fueron tratadas peor que
bestias, llama la atención el trato que recibieron algunas
monjas y las aberraciones a que fueron sometidas por sus
verdugos, que no se les puede llamar humanos, quizás
por estar drogados, porque de otra forma no creo que
un ser humano en sus 5 sentidos, puedan hacer sufrir
con tanta saña y maldad a otro ser humano, mujer como
lo es su madre su esposa su hija.
Por sanidad mental, es de esperar que la serie - Los
archivos del Cardenal – en los capítulos que quedan, sus
libretos no sean tan expresivos ni tan realistas, ya que
la televisión permite recrear en detalles escenas muy
dolorosas hasta crueles, que seguramente afectarán los
sentimientos de los deudos de las victimas, aunque cuando
esta serial no hace otra cosa que corroborar lo que ellos
denunciaban con valentía y decisión, y se les negaba de
manera sistemática, y que aún está inconclusa.
Los Parisi
Pasan cosas
Viernes 29 de Julio de 2011
Cartas al Director
Señor Director:
Los hermanos Franco y Antonino Parisi son economistas
que nos están abriendo los ojos.
Eso es muy peligroso en Chile. No los van a asesinar ni
secuestrar, pero se van a encargar de hundirlos y, más
temprano que tarde, les inventarán algo feo. Los chaqueteros,
seguramente, deben estar trabajando horas extras
para hundirlos.
Nadie de los pocos potentados va a permitir que les echen
a perder sus negocios.
En todas sus apariciones y en las redes sociales se habla
de los Parisi y como le han abierto los ojos a medio Chile,
especialmente en saber qué se hace con los fondos de pensiones
y quiénes son los que manejan las administradoras.
Los hermanos Parisi están insistiendo con la idea –que
en Singapur ya está vigente- que los fondos de pensiones
le presten a sus asociados un 10 por ciento de su propio
fondo, lo cual provocaría una reactivación enorme. Eso
jamás lo van a permitir las AFPs chilenas. Como tampoco
van a permitir bajar la bencina y los intereses sobre
intereses de los bancos.
También les debe caer horrible cuando los Parisi dicen
“Chile está forrado” (en dinero). Entonces, todo el país se
pregunta: ¿Y dónde está ese dinero? Y ellos responden:
“En muy pocas personas”, unas diez han dicho. Además,
lo han repetido: Son todos “amiguis” y están en los mismos
directorios unos y otros. Y que las AFPs son las que
están detrás de todo. Es decir, el propio dinero de todos
los chilenos mueve la economía y los propios dueños
del dinero (es decir, nosotros) no vemos un peso. Eso es
insoportable para los poderosos.
De tal forma, que cuando no vea más a los Parisi en la
tele ni se escuchen en la radio ni los lea en los medios,
entonces comprenderá que hay unos que tienen más
poder que otros.
Rolando Guardia L.
Señor Director:
Cuando se ha vivido demasiado lamentablemente se
adivina lo que viene. Iquique sigue siendo muy pequeño.
Los iquiqueños-iquiqueños son muy pocos y todos se
conocen entre ellos. Lo que es peor, se saben todas sus
historias. Las claras y las oscuras.
Siempre fue igual.
Es por eso que en Iquique pasan cosas y muy pocos se
inmutan, precisamente son los iquiqueños los que no se
inmutan porque saben el final. El The End de las películas.
Los diarios pueden titular con historias que parecen inéditas.
Pero no. Los iquiqueños verdaderos saben el final. Tal
como si estuvieran viendo una película en el “Coliseo”.
Si un iquiqueño lee esta carta sabrá a qué me refiero. Los
que no son, se quedarán con la copucha para siempre..
Piero Angelini
(De los pobres por si acaso)
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