Revista Diocesana Mensual San Juan de los Lagos - Diócesis de ...

SEMANA DE ADOLESCENTES Y JOVENES
jas que «la corriente» te lleve o juzgas lo mejor
para ti?
ANÁLISIS
Revisar las consecuencias positivas y negativas que nos trae a
los jóvenes el dejarnos llevar por estas oleadas.
o ¿Qué nos proponen realmente estas oleadas?
o ¿Hacia dónde nos llevan?
DESCRIPCION DE LA EXPERIENCIA
Mandatos y respuestas en mi vida.
Llevar un papel para cada participante con las
frases incompletas, dejando espacio para que las
terminen.
Actividad:
1.- En silencio, cada joven completa las siguientes
frases por escrito:
· Cuando era niño, mis padres siempre me pedían
que_______________________________ y mi
respuesta fue ___________________________.
· En mi vida de estudiante, mis maestros siempre
me pedían que ______________________ y mi
respuesta siempre fue _____________________
· La Iglesia, a través de sus miembros y ministros,
siempre me ha pedido que _________________
y mi respuesta ha sido_____________________
· En esta etapa de mi vida, Jesús me pide que
__________________________________ y mi
respuesta es ____________________________
· El mandato que he seguido con más gusto es
_______________ porque _________________
· El mandato que más me ha ayudado en mi
desarrollo humano es _____________________
porque ________________________________
2.- En grupos de cinco, compartir las respuestas y
hacer este análisis:
Leer cada frase completada, haciendo una pausa para la reflexión.
Cada persona escribe su respuesta: ¿también a mí me
pidieron esto? ¿cómo respondí yo?
VALORACION CRISTIANA
LO MISMO LE PASÓ A ISRAEL,
QUE NO TE PASE A TI:
Nos comparamos con el pueblo de Israel
que, a causa de las «oleadas» que le llegan de
otros pueblos, es infiel a Dios y termina en el
destierro.
Nos puede pasar como a Israel en el Antiguo
Testamento. Entre los años 931-586 a.C., el pueblo
ya asentado en la tierra prometida se dividió
en dos reinos, y su sistema político era muy débil.
Esta debilidad política y, sobre todo, la infidelidad
del pueblo a la alianza con Dios –se apartaron
de Él- los llevó a que fueran fácilmente dominados
por Babilonia y fueran desterrados, quedándose
sin jefes, ni profetas, ni holocaustos, ni
ofrendas… (Cfr. 2 Cro 36,14- 21; Dn 3, 26-
27.29.34-41).
El Exilio en Babilonia duró más de 60 años,
tiempo suficiente para que los desterrados reflexionaron
en qué habían fallado, y que su problema
fue separarse de Dios. Es como un período
que Dios permitió para que su pueblo fuera purificado
(Cfr. CEC 710)
El año 539 a.C., los Persas dominaron a
Babilonia y dejaron a los israelitas volver a su
tierra… más las cosas ya no fueron iguales (Esd
1,1-4; 2 Cro 36, 22.23). Algunos israelitas habían
abandonado la fe, los judíos se dispersaron por
todo el mundo conocido (suceso conocido como
la diáspora), debilitando su identidad, aunque
otros- el resto fiel- permanecieron firmes.
En esta situación exilio-regreso, Dios les mandó
profetas (como Jeremías, Ezequiel e Isaías)
para reanimarlos, renovar su alianza, mostrar el
camino de regreso no tanto a su tierra física, sino
su regreso hacia Dios.
La Iglesia, con fe y alegría, nos sabemos también
en exilio aquí en la tierra hasta que no
volvamos plenamente a Dios de quien salimos
(Cfr. CEC 769). Estamos inmersos en una reali-
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