Revista Diocesana Mensual San Juan de los Lagos - Diócesis de ...

SEMANA DE ADOLESCENTES Y JOVENES
ENCUENTRO 4:
¿Qué hacer en mi...
FRUTO
Descubrir las pistas para concretar nuestro
compromiso social cristiano con alegría,
entusiasmo y esperanza para crear la
Civilización del Amor en mi metro cuadrado.
MATERIAL: Checar cada apartado. Al inicio
se propone el material a utilizar
ORACIÓN INICIAL
SEÑOR LÍMPIANOS PARA SERVIRTE.
Queremos quedar limpios, Señor, extiende tu
mano sobre cada uno, penetra en lo más
profundo de nuestro ser, limpia todo aquello
que atenta contra nuestra libertad y la
libertad de los demás.
Limpia nuestras debilidades, nuestros complejos,
nuestras angustias, nuestros egoísmos,
nuestras inconsistencias y los episodios
dolorosos del pasado de cada uno.
Aparta de nosotros toda acción o palabra
negativa o destructiva, y purifícanos con el
fuego de tu Espíritu.
Bendice y purifica también nuestra mente,
fuente de todos y cada uno de nuestros
pensamientos.
Aleja de nosotros todo pensamiento confuso,
toda idea que nos aparta de ti y todo recuerdo
que nos provoque daño.
Bendice nuestros ojos para que tengan la
capacidad de ver el bien, para que puedan
ver las necesidades de los demás y para que
día a día vea las maravillas de tu creación.
Bendice nuestros labios, Señor, y toda palabra
que sale de
nuestra
boca, danos
palabras de aliento y aleja de nosotros
todo comentario innecesario, superficial,
dañino.
Abre nuestros oídos, bendícelos, ayúdanos a
escuchar las maravillas de tu creación y
permítenos escuchar el dolor ajeno.
Purifica nuestras manos y apártalas de toda
acción destructiva, que se cierren en un
abrazo de amor y solidaridad con los demás.
¡Que en nuestra mente siempre haya un espacio
para Ti; nuestros ojos vean luz y den luz
a los demás; nuestros labios siempre muestren
una sonrisa, palabras de aliento y
esperanza; nuestros oídos se concentren en
escuchar Tu Voz; nuestras manos sirvan
para ofrecer afecto y ayuda!
Ahora, Señor, quedaremos limpios, listos para
enfrentar nuestras realidades, listos para
servir, listos para agradecerte, y darnos en
ofrenda de amor, revístenos de tu bondad y
de tu misericordia, y acompáñanos en nuestro
caminar. Así sea.
Dice Dios: «¿No será más bien este otro el
ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad,
deshacer las coyuntas del yugo, dar la libertad a
los quebrantados y arrancar todo yugo? ¿No será
partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin
hogar recibir en casa? ¿Que cuando veas a un
desnudo le cubras y de tu semejante no te apartes?
Entonces brotará tu luz como la aurora y tu herida
se curará rápidamente. Te precederá tu justicia, la
gloria del Señor te responderá» (Is 58, 6-8).
Y Cristo dice: «Dichosos los que son perseguidos
por practicar la justicia, porque a ellos les
pertenece el Reino de los Cielos… Dichosos ustedes,
cuando sean insultados y perseguidos, y
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