Revista Diocesana Mensual San Juan de los Lagos - Diócesis de ...

oraciones, pero por alguna razón ellos creen que
Dios escuchará las oraciones que tú hagas.
5. Estudia la Palabra con ellos.
«Ciertamente la Palabra de Dios es viva y
poderosa y más cortante que cualquier espada de
dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma
y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y
juzga los pensamientos y las intenciones del corazón»
(Hbr 4:12).
Permite que la Palabra de Dios haga el trabajo.
Siéntate con los adolescentes y estudien juntos para
descubrir lo que Dios dice sobre su situación.
Un adolescente que está equivocándose
sexualmente puede creer lo que le digamos con
respeto a su pecado sexual, pero lo impactará más
leer lo que Dios tiene que decir sobre su situación.
Guía a los adolescentes a través de un estudio
aportando los pasajes correspondientes y permitiendo
que el adolescente interprete su significado.
De esa manera el adolescente descubrirá la verdad
por sí mismo.
6. Pide ayuda a las personas que ellos respetan.
«…Jonathan, por su parte, entabló con David
una amistad entrañable y llegó a quererlo como a sí
mismo». (1 Sm 18:1).
Si tienes un adolescente con problemas que
rehusa abrirse, averigua a quién podría él escuchar.
Siempre hay alguien a quién ellos respetan. Habla
con esa persona, cuéntale lo que sabes acerca de la
situación, y pídele ayuda.
No podemos permitir que el orgullo se interponga
en el camino de llegar a un adolescente. Debemos
admitir que para ayudar a los adolescentes a los
cuales no les agradamos o que no confían en nosotros,
debemos cavar profundo y descubrir otra manera
de ayudarlos.
7. Concéntrate en los rasgos positivos de los
adolescentes.
«Por último, hermanos, consideren bien todo lo
verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración,
en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio»
(Flp 4,8).
Para algunos, en nuestro grupo esto podría ser
toda una tarea, pero puede lograrse. Piensa acerca
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SEMANA DE ADOLESCENTES Y JOVENES
del «peor» adolescente en nuestro grupo. Ahora,
¿Qué es valioso en esa persona? ¿Qué es admirable
acerca de él/ella?
Los adolescentes conocen suficiente aspectos
negativos sobre ellos mismos sin que nosotros les
demos más. Cuanto mayor sea la cantidad de rasgos
positivos que podamos encontrar en los adolescentes,
más sencillo se nos harán acercarnos a ellos.
8 Colócate en sus zapatos.
«Si alguien te obliga a llevar la carga un kilómetro,
llévasela dos». (Mt 5:41). Cuando caminamos
un kilómetro en los zapatos de un adolescente nos
podemos relacionar mejor.
Enfrentamos algunas de sus mismas luchas cuando
fuimos adolescentes, pero no en el nivel que los
jóvenes de hoy enfrentan.
Quédate a su lado de la acera, tratando de entender
sus problemas, no denigrándolos. Si un adolescente
viene a tu oficina con una crisis en su vida que para
él es un huracán, aunque te parezca algo sin importancia,
colócate en sus zapatos. Míralo desde su
perspectiva, y aproxímate con cuidado.
9 Sé gentil, pero firme.
«…Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina
del Señor, ni te desanimes cuando te reprenda,
porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a
todo el que recibe como hijo». (Hbr 12,5-6).
Cuando el Señor nos disciplina, es serio al respecto,
pero Él no quiere que nosotros nos apesadumbremos
tanto que no podamos continuar.
Los adolescentes se meterán en problemas y la
disciplina es parte del proceso. Debemos disciplinar
de la misma manera que el Señor nos disciplina
a nosotros: Él es gentil. Pero firme, Nos enseña,
pero no nos deja exasperados.
10 Sé paciente.
«Más vale ser paciente que valiente; más vale
dominarse a sí mismo que conquistar ciudades»
(Prv 16:32).
Dedica el tiempo que sea necesario para ayudar
a adolescentes con problemas. Sus problemas no
aparecieron de un momento para otro, y las soluciones
tampoco lo harán.
Invierte tu tiempo en los adolescentes, en concordancia
con las necesidades individuales de
cada uno.
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