Volumen 4 - Artes - Universidad de Cuenca

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Aquí comenzamos a adentrarnos en el primer componente del
aprendizaje significativo: el lenguaje como herramienta primaria
dentro del proceso cognitivo de aprendizaje. Y digo esto porque es
más fácil, creo yo, asimilar conceptos a través del uso de palabras
que representan algo concreto que sabemos, que enfrentarnos a
un lenguaje que está supeditado a la imaginación. Por lo tanto, el
educador debería procurar el uso de un lenguaje claro y conciso,
evitando así una posible distorsión de su mensaje. Una estrategia
para resolver el ejemplo del párrafo anterior sería ayudar al alumno
a que, por medio del autodescubrimiento, es decir de la percepción
de la vibración de su propio cuerpo, logre percibir las áreas craneales
que entran en vibración cuando la voz emite una nota aguda.
Por otra parte, Ausubel propone que la adquisición de
conocimientos se vuelve efectiva únicamente cuando los materiales
potencialmente significativos se relacionan de manera no arbitraria
y sustantiva con la estructura cognitiva del educando. No arbitraria
refiriéndose a que las acciones y el proceder educativo deben ser
producto de la razón, la lógica y la reflexión, y no por el capricho o
la mera voluntad por parte del alumno o del profesor. Y sustantiva
en el sentido de que lo que se incorpora a la estructura cognitiva
es la sustancia del nuevo conocimiento o de las nuevas ideas, y no
las palabras precisas usadas para expresarlas. “Es obvio que puede
aprehenderse y retenerse mucho más si se le pide al alumno que
asimile únicamente las sustancias de las ideas, en lugar de las palabras
exactas empleadas para expresarlas”. (Ausubel, 1976. Pág. 540)
La experiencia me ha enseñado, entre otras cosas, que es muy distinto
saber algo que saber el cómo dar a conocer ese algo. En el proceso
de enseñanza-aprendizaje diríamos que una gama de conceptos, que
se encuentran representados de manera significativa para el profesor
a través de su práctica y experimentación propia, no siempre van a
resultar igualmente significativos para el alumno, debido a que el
contenido semántico que éste da a esa gama de conceptos es resultado
de su propia experimentación. Esto podríamos ampliarl atendiendo
a lo propuesto por Ausubel acerca del aprendizaje subordinado: los
conceptos que posee el alumno, y que se presumen significativos, están
subordinados bajo ideas abstractas, generales, e inclusivas, propias de la
organización de su estructura cognitiva. Visto de este modo, el alumno
asimila la nueva información relacionando la misma con el material
cognitivo preexistente en su estructura cognitiva.
Y, por fin, llegamos al punto de quiebre entre las teorías pedagógicas
y la enseñanza específica del canto. Es cierto que el funcionamiento
cognitivo del ser humano depende directamente de la manera como
asimilamos los conocimientos; pero, al ser el canto un producto de
la conexión entre la percepción específica de los sonidos del macro
universo sonoro por medio del órgano auditivo y su consecuente
transformación en sonido a través la acción fonatoria, es fundamental
realizar el trabajo vocal a partir de pautas de experimentación que le
permitan al alumno explorar su propio cuerpo a partir del movimiento
de los componentes del acto fonatorio y su consecuente derivación en
procesos mentales individuales; todo esto, con la minuciosa guía del
maestro de canto.
Se debe rechazar la concepción del alumno de canto como mero
receptor o reproductor de conceptos, y promover su capacidad crítica,
por medio de la socialización de dichos conceptos. Por ejemplo, se
pueden realizar conversatorios y talleres en los que participen alumnos
de canto y de otra especialidad musical con la finalidad de crear debates
sobre temas técnico-vocales y artístico-estéticos. Se puede también
debatir temas de realidad social de tal manera que el aprendizaje se
contextualice dentro del entorno social propio de la cultura musical
de cada estudiante. Desde esta perspectiva, es necesario incluir en
la planificación de la materia de Canto, la obligatoriedad de realizar
periódicamente clases abiertas con público, generando en el alumno una
práctica de responsabilidad sobre su trabajo vocal y musical, al mismo
tiempo que se obtiene aprendizajes significativos en escenarios reales.
Dentro del enfoque constructivista existen postulados claramente
definidos que sirven como guía en la enseñanza del canto. Por
ejemplo: dentro del campo psicogenético se debe dar énfasis al
aprendizaje por descubrimiento, de tal manera que el estudiante de
canto sea quien explore sus propias capacidades vocales evitando así
el aprendizaje memorístico o autoritario que bloquea la búsqueda de
recursos auténticos. Ausubel plantea que “los estudiantes debieran ser
pensadores creativos y críticos; la enseñanza expositiva es autoritaria;
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