Democracia, ciudadania y derechos humanos - Defensor del Pueblo

Las condiciones para poder ser considerado como ciudadano permanecieron prácticamente inalterables entre 1878
a 1938.
De 1938 a 1961: la ciudadanía cuasi universal
El segundo período (1938-1961) es caracterizado por una ciudadanía cuasi universal (Barragán, 2005): desaparece
la propiedad como condición de ciudadanía, como también la relación de dependencia. "El sistema directo pero con
ciudadanía restringida, letrada y censitaria se mantuvo hasta 1938. A partir de entonces se eliminaron dos condiciones:
la de ser dependiente y la de tener una renta o ingreso. Finalmente, el Decreto Ley Nº 03128 del 21 de julio de 1952
instituyó el voto universal" (Barragán, 2005:298).
El tercer período fue inaugurado por la Revolución Nacional de 1952, proceso que inaugura la apertura de la
democracia y la ciudadanía a sectores anteriormente excluidos: mujeres, indígenas e individuos no letrados o con
nivel socioeconómico bajo. En este sentido, una de las grandes reformas que trajo consigo la revolución fue el sufragio
universal, medida anunciada en el Decreto Supremo 03128 de 1952, y posteriormente plasmado en la Constitución
de 1961.
De 1961 a 2005: ciudadanía formal y sustancial
El año 1961 inaugura la etapa de la ciudadanía contemporánea, puesto que la ciudadanía formal deja de ser oficialmente
excluyente al ser incluido el sufragio universal en la Constitución Política del Estado. A partir de ese momento, todo
boliviano mayor de edad, sin importar su condición social, étnica o de género, es un ciudadano con derechos y
obligaciones para con su Estado. Por este motivo, 1961 es también el año a partir del cual se puede hablar de
ciudadanía sustancial, al presentarse dos componentes indispensables de la misma: la equidad e inclusión formales.
Breves notas para la reflexión y el debate:
¿Los movimientos sociales colaboran a la ciudadanía?
Existen muchas formas de relacionamiento entre Estado y sociedad, se analizarán para responder la
pregunta a dos formas presentes en la historia de Bolivia.
La primera forma es la que defiende a ultranza el Estado Constitucional de Derecho, en el marco de una
democracia representativa: relación institucionalizada entre Estado y sociedad, a través de mediaciones
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democracia, ciudadanía y derechos humanos