Sociedad civil y democracia en Chile.
Sociedad civil y democracia en Chile.
Sociedad civil y democracia en Chile.
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
La transición política puso nuevam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> t<strong>en</strong>sión las fu<strong>en</strong>tes de legitimidad de la acción<br />
política: <strong>en</strong> los och<strong>en</strong>ta había brotado desde la “experi<strong>en</strong>cia populista” hacia la<br />
democratización y <strong>en</strong> los nov<strong>en</strong>ta produjo una <strong>democracia</strong> incompleta, limitando incluso las<br />
posibilidades de la política “democrático-institucional” que la administra. Las consecu<strong>en</strong>cias<br />
de lo anterior han sido la escasa participación social que caracteriza a la <strong>democracia</strong> chil<strong>en</strong>a,<br />
sus dificultades <strong>en</strong> autotransformarse y completarse aún transcurridos diez años desde el<br />
inicio de la transición y la superviv<strong>en</strong>cia de la conc<strong>en</strong>tración de poder <strong>en</strong> los grupos que<br />
sust<strong>en</strong>taron la dictadura militar. Mirado desde el punto de vista de la sociedad <strong>civil</strong>, vemos<br />
que esta gana <strong>en</strong> autonomía, pero no logra remontar su fragm<strong>en</strong>tación interna y la debilidad<br />
de sus expresiones organizadas. Habi<strong>en</strong>do “apostado a la política” como ha sido la tradición<br />
chil<strong>en</strong>a, no logra constituir por sí misma sus propios “proyectos sociales”.<br />
Pero el ocaso de los movimi<strong>en</strong>tos sociales y la desarticulación social, son también expresiones de<br />
la transformación socioeconómica, que es el marco estructural de la transición política. De un<br />
período de ajuste <strong>en</strong> el que se implantó un modelo neoliberal excluy<strong>en</strong>te y conc<strong>en</strong>trador, se<br />
transita a un período de crecimi<strong>en</strong>to sust<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> el mismo modelo, al que se adiciona una<br />
acción social del estado <strong>en</strong>caminada a paliar las consecu<strong>en</strong>cias más agudas de su operación. El<br />
crecimi<strong>en</strong>to se ha traducido <strong>en</strong> un aum<strong>en</strong>to sost<strong>en</strong>ido de los ingresos de las personas (salarios<br />
medios, salario mínimo y prestaciones sociales) y, más int<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te, de su capacidad de<br />
consumo (apoyada también <strong>en</strong> el aum<strong>en</strong>to de las horas de trabajo y <strong>en</strong> el <strong>en</strong>deudami<strong>en</strong>to).<br />
Durante casi una década y media se ha mant<strong>en</strong>ido el dinamismo de un modelo que aum<strong>en</strong>ta la<br />
disponibilidad global de recursos pero crea oportunidades inequitativas y profundiza la<br />
desintegración social. La naturaleza misma de este crecimi<strong>en</strong>to hace que se manifieste una<br />
t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia conc<strong>en</strong>tradora del ingreso y de las oportunidades que no se modifica y que, al<br />
contrario, <strong>en</strong>sancha la brecha exist<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre los distintos sectores de la sociedad. Estadísticas<br />
oficiales como la Encuesta CASEN, así lo han mostrado a lo largo de los años: mi<strong>en</strong>tras<br />
disminuye el total de personas cuyo ingreso es m<strong>en</strong>or a la d<strong>en</strong>ominada “línea de la pobreza”<br />
(datos de 1998 lo cuantifican <strong>en</strong> un 21,7% de la población), las marcas de la desigualdad<br />
permanec<strong>en</strong> constantes, <strong>en</strong>tre los difer<strong>en</strong>tes quintiles de ingreso, <strong>en</strong>tre hombres y mujeres, <strong>en</strong>tre<br />
adultos y jóv<strong>en</strong>es y <strong>en</strong>tre el c<strong>en</strong>tro del país y las regiones 27 .<br />
El debilitami<strong>en</strong>to de la integración socioeconómica se manifiesta de un modo paradojal: mi<strong>en</strong>tras<br />
los mecanismos tradicionales de integración (la educación y el empleo) muestran una alta<br />
cobertura, su impacto <strong>en</strong> términos integrativos es cada vez m<strong>en</strong>or, dada la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a la<br />
precarización, los bajos salarios y la falta de servicios sociales adecuados.<br />
La incorporación de las mujeres al trabajo remunerado ha sido una t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia perman<strong>en</strong>te, la que,<br />
sin embargo, está marcada por los mismos rasgos ya anotados: fuertem<strong>en</strong>te difer<strong>en</strong>ciada <strong>en</strong> lo<br />
socioeconómico, <strong>en</strong>tre los sectores pobres se realiza <strong>en</strong> empleos temporales, mal remunerados,<br />
asociados al subcontrato y a eslabones “informales” de la economía “formal”, sin legislación de<br />
27 Durante los últimos 14 años, <strong>Chile</strong> ha experim<strong>en</strong>tado un sost<strong>en</strong>ido proceso de crecimi<strong>en</strong>to económico (6%<br />
<strong>en</strong> promedio), basado <strong>en</strong> la expansión de las exportaciones (cobre, celulosa y madera, fruta y productos del<br />
mar), el crecimi<strong>en</strong>to de los servicios y una creci<strong>en</strong>te internacionalización. El empleo creció hasta 1992, <strong>en</strong> que<br />
com<strong>en</strong>zó a estancarse; habi<strong>en</strong>do adquirido un carácter creci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te precario. La sociedad pres<strong>en</strong>ta creci<strong>en</strong>tes<br />
rasgos de desarticulación y una <strong>en</strong>orme desigualdad <strong>en</strong>tre ricos y pobres (sólo superada por Brasil d<strong>en</strong>tro de<br />
América Latina): se calcula que los ciudadanos del decil de hogares más ricos recibe un ingreso 37 veces mayor<br />
que el de los ciudadanos más pobres. Ver: Patricio Meller, Situación macroeconómica y aspectos distributivos<br />
<strong>en</strong> <strong>Chile</strong>. Pon<strong>en</strong>cia pres<strong>en</strong>tada a la Confer<strong>en</strong>cia <strong>Chile</strong> ¿país modelo de <strong>democracia</strong> y desarrollo? Universidad de<br />
California, diciembre 1998. También: Gonzalo de la Maza., Tiempo de disfraces. <strong>Sociedad</strong> y política <strong>en</strong> los<br />
años nov<strong>en</strong>ta. Inédito.<br />
16