3.3 Análisis de la transformación de la escritura alfabética en los ...

10º CONGRESO REDCOM
“Conectados, Hipersegmentados y Desinformados en la Era de la Globalización”
Salta 4, 5 y 6 de setiembre de 2008
UNIVERSIDAD CATOLICA DE SALTA
Facultad de Artes y Ciencias
ANÁLISIS DE LA TRANSFORMACIÓN
DE LA ESCRITURA ALFABÉTICA EN
LOS SISTEMAS DE MENSAJERÍA INSTANTÁNEA
Eje temático: 3. Las nuevas tecnologías y la comunicación: prácticas e impacto cultural.
Mesa seleccionada: 3.1 Avances tecnológicos en los medios de comunicación social.
Título de la ponencia: Análisis de la transformación de la escritura alfabética en los sistemas de
mensajería instantánea.
Docente Expositor: Mg. Ester Ruth Tuschsznaider E-mail: etuchsznaider@yahoo.com.ar
Cargo y Universidad de procedencia: Profesora de Filosofía y Magíster en Comunicación - UADE
Docente Expositor: Mg. Enrique Alberto Fraga E-mail: efraga78@hotmail.com
Cargo y Universidad de procedencia: Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Magíster en Periodismo
- UADE
Resumen:
La tesis más tradicional acerca de la historia de la escritura la presenta como una evolución
desde sistemas pictóricos primitivos (escrituras de las cosas) hacia otros glotográficos (escrituras de la
lengua); y, entre éstas, como una evolución desde sistemas logográficos hacia otros fonográficos: silábicos
primero, alfabéticos después.
La supuesta superioridad de los sistemas alfabéticos se atribuyó a su economía y eficacia
para expresar todo cuanto puede decirse; que permita transcribir la lengua, no las cosas, y que para
ello se funde en el principio fonético fueron considerados logros asombrosos.
Esa concepción ya no es sostenible. Está basada en un conocimiento incompleto de las primeras
escrituras, las que sí contenían elementos fonéticos. Tampoco admite el valor de imagen visual de
las escrituras alfabéticas y la existencia en ellas de componentes no fonéticos.
La escritura alfabética es imagen; y no sólo representativa de fonemas. Es un sistema mixto:
predominantemente alfabético, pero no exclusivamente basado en el principio fonográfico.
Entendido esto, pueden analizarse las transformaciones en la escritura propiciadas por las
nuevas tecnologías de la comunicación. La reiterada afirmación acerca de la vuelta a la imagen y la
pérdida de la cultura alfabética posee fundamentos endebles. Debería considerarse que: 1) Toda escritura
es imagen. 2) La supuesta superioridad de la escritura alfabética supone un prejuicio etnocéntrico.
3) Todos los sistemas conocidos son mixtos; nunca hemos empleado un sistema alfabético puro.
Por tanto, consideremos la hipótesis de que nuestro sistema alfabético parece evolucionar,
dadas las condiciones tecnológicas, hacia un sistema mixto con creciente inclusión de signos pictóricos.
Un ejemplo de esta tendencia ocurre en el masivo sistema de mensajería instantánea, cuyo más
popular exponente, el MSN Messenger, ha evolucionado hacia un sistema de escritura que exhibe
una equilibrada mixtura de signos pictóricos y alfabéticos.
1

ANÁLISIS DE LA TRANSFORMACIÓN DE LA ESCRITURA ALFABÉTICA
EN LOS SISTEMAS DE MENSAJERÍA INSTANTÁNEA
La vida de los pueblos se ha visto profundamente transformada a partir de la
creación de la escritura. La cultura a la que pertenecemos está forjada por ella y lleva su
impronta, cualquiera sea el sistema de escritura que se emplee. La tesis que parece más
evidentemente verdadera y es también la más tradicional acerca de la historia de la es-
critura la presenta como una evolución desde sistemas pictóricos primitivos y rudimen-
tarios hacia sistemas glotográficos; es decir, desde escrituras de las cosas hacia escritu-
ras de la lengua. Y, a su vez, entre las escrituras de la lengua, como una evolución desde
sistemas logográficos hacia sistemas fonográficos: silábicos primero y, finalmente,
alfabéticos.
Así, resumiendo, el logro máximo en la invención de sistemas de escritura sería
la invención del alfabeto griego, del que derivan los restantes alfabetos conocidos. Las
razones de la superioridad atribuida a los sistemas alfabéticos son su economía (pocos
signos) y su eficacia para expresar todo cuanto puede decirse (no sólo cosas sino tam-
bién nombres, ideas abstractas, etc.). Esa celebrada superioridad que se le atribuye se
explica, entonces, por la posibilidad que brinda de comunicar gráficamente muchos sig-
nificados más que las escrituras pictóricas; y esta posibilidad se debe, a su vez, a que
permite transcribir la lengua, no las cosas o los hechos, y en que para ello se funda en el
principio fonético.
Hoy esa concepción ya no es sostenible por varias razones. En primer lugar,
porque está basada en un conocimiento incompleto de las primeras escrituras, de las que
ahora sabemos que ya contenían elementos fonéticos. En segundo lugar, porque no ad-
mite el valor de imagen visual de las escrituras alfabéticas y la existencia de componen-
tes no fonéticos en todas ellas. En tercer lugar, porque padece de un etnocentrismo sos-
pechoso. Y, en cuarto lugar, porque hoy la escritura alfabética parece estar experimen-
tando transformaciones o adaptaciones propiciadas por el intenso uso de nuevas tecno-
logías que inducen al empleo de la escritura con los mismos fines que le imprimen la
instantaneidad, la espontaneidad y la fugacidad del habla.
Al reconocimiento de que nuestro sistema de escritura es predominantemente al-
fabético pero no exclusivamente basado en el principio fonográfico, se agrega entonces
ahora la necesidad de determinar si el cambio que estas nuevas prácticas de escritura
2

evelan puede ser considerado, como suele señalarse, un retroceso en el dominio de la
escritura, con las consecuencias cognitivas que ello conllevaría, o si los cambios que se
observan en las prácticas de escritura propiciadas por las nuevas tecnologías de la co-
municación indican una tendencia a una mayor mixtura del sistema que podría culminar
en el diseño de un nuevo sistema.
En este sentido, y si bien es indiscutible que las generaciones que se incorporan
hoy a la cultura escrita manifiestan por lo menos habilidades diferentes de las de sus
antecesoras, creemos necesario repensar lo que está ocurriendo con la escritura. La reite-
rada afirmación acerca de la vuelta a la imagen y la pérdida de la cultura alfabética y la
alarma que esta amenaza despierta parecen verdades evidentes pero se requiere revisar
sus fundamentos.
En suma, un análisis que parta de fundamentos precisos y no simplificadores de-
bería asentarse, en primer lugar, en un concepto inequívoco de escritura y, en segundo
lugar, no ha de descuidar las siguientes consideraciones:
1) Toda escritura es imagen.
2) La valoración de la escritura alfabética como la culminación más exitosa
de la evolución de los sistemas de escritura supone un prejuicio etnocéntrico.
3) Todos los sistemas conocidos son mixtos y nosotros nunca hemos em-
pleado un sistema alfabético puro.
Por tanto, al menos a los fines heurísticos, podríamos considerar la hipótesis de
que nuestro sistema alfabético, histórico como toda producción humana, no está cristali-
zado ni debería estarlo y, en este momento de su historia parece evolucionar ( o tal vez
involucionar?), propiciado por las condiciones que ofrecen las nuevas tecnologías,
hacia un sistema mixto con creciente inclusión de signos fundados en otros principios.
I. Escritura y sistemas de escritura
Según Nina Catach, escritura es todo conjunto de signos discretos, articulados y
arbitrarios que permiten comunicar cualquier mensaje construido en una lengua dada.
Esto significa que no se requiere siquiera el carácter visual de los signos, en tanto el
sistema Braille constituye un buen ejemplo de escritura.
Las propuestas de clasificación de los sistemas de escritura son múltiples y cada
una de ellas supone ya una concepción definida de la escritura.
Rousseau distingue tres sistemas, correspondientes a tres estadios de evo-
lución social e intelectual. El primero, el dibujo de los objetos, propio de los pueblos
3

que denomina ‘salvajes’; el segundo, la escritura por signos que representan palabras y
proposiciones, empleada por los pueblos que considera bárbaros; y el tercero, alfabético,
que caracteriza a los pueblos civilizados. Su concepto de la escritura es suficientemente
amplio como para incluir sistemas que, como la pictografía, no tienen relación de de-
pendencia con la lengua.
La clasificación saussuriana, propia de un lingüista, contempla, en cam-
bio, sólo los sistemas que pueden definirse por su relación con la lengua. Así, su tipolo-
gía binaria reconoce sólo sistemas ideográficos y sistemas fonéticos. Es decir, siempre
la escritura es, en el enfoque de Saussure, un sistema de registro de la lengua; registro
que puede realizarse o bien mediante signos de los significados de las palabras, inde-
pendientes del aspecto sonoro de éstas, o bien mediante signos de los sonidos que se
suceden en la palabra.
Entre las tipologías contemporáneas, la de I. J. Gelb (1952) distingue
cuatro tipos de escrituras: los sistemas logográficos, en los que los signos representan
palabras; los sistemas logo-silábicos, que emplean signos logográficos y signos silábi-
cos; las escrituras silábicas, en las que los signos transcriben las sílabas de la lengua; y
las escrituras alfabéticas, cuyos signos transcriben los fonemas de la lengua.
L. J. Calvet, en cambio, recuperando la amplitud del criterio rousseau-
niano y tratando de hallar una explicación al origen de la escritura, la considera, ya no
tanto en relación con la lengua, como con dos modelos de expresión que el hombre
parece haber empleado siempre: lo pictórico y lo gestual. Calvet entiende que el campo
semiótico de lo pictórico está constituido por signos gráficos que, pudiendo ser nombra-
dos por la lengua, no importa por cuál sea ésta, no mantienen con ella ninguna relación
de necesidad. Por tanto, pueden ser leídos en cualquier lengua. Características de lo pic-
tórico que lo diferencian de lo gestual son su capacidad de duración, de relativa resis-
tencia al tiempo, y su posibilidad de salvar las distancias; en suma, la capacidad de
dejar huella. Por eso, en tanto forma de comunicación o expresión, su función particular
es la de asegurar la conservación del mensaje. Lo gestual, en cambio, es instantáneo,
fugaz, efímero y de alcance espacial restringido. A este último modelo de expresión
pertenece la lengua. Y así como existen lenguas sin escritura, existen sistemas pictográ-
ficos puros.
Se entiende por ‘pictograma’ todo dibujo que supone la representación de un
mensaje sin referencia a su forma lingüística:
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De ese modo, el dibujo de un clavo mostrado encima de una caja de clavos, que a buen seguro un
español leerá ‘clavo’, un francés ‘clou’, un inglés ‘nail’ un italiano ‘chiodo’, etc., constituye un pictograma:
indica cuál es el contenido de la caja pero no ofrece ninguna información sobre la manera en que se
denomina esa cosa. 1
En tanto los pictogramas se presentan como elementos aislados, los ideogramas,
que en su origen fueron pictogramas, constituyen sistemas. Por tanto – señala Calvet-
donde haya ideogramas ya es posible hablar de escritura. Pues, en efecto, no todo gra-
fismo prefigura una escritura, no toda pictografía ha de ser considerada un paso en la
evolución hacia una escritura. Históricamente, lo pictórico y lo gestual existieron de
manera autónoma. Había pictografía antes del nacimiento de la escritura, como también
existían lenguas. Pero, en determinado momento, se produjo el encuentro entre cierto
sistema pictórico y determinada lengua, como ocurrió con los glifos aztecas y la lengua
azteca, el nàhuatl. Así, de acuerdo con Calvet, de ese encuentro de lo pictórico y lo ges-
tual nace la escritura. En ella, lo pictórico se ata a la gestualidad de la lengua. El ori-
gen de toda escritura se hallaría en la aplicación de una pictografía para expresar una
lengua.
Por su parte, Tzvetan Todorov 2 entiende por ‘escritura’, en sentido am-
plio, todo sistema semiótico visual y espacial; y, en sentido estricto, un sistema gráfico
de notación del lenguaje. Considerando la primera acepción, Todorov distingue dos
clases de sistemas semióticos que hoy coexisten: la mitografía y la logografía. Denomi-
na ‘mitografía’ a todo sistema de signos gráficos que sea independiente del lenguaje
verbal y cuyos signos, no puntuales sino durativos, están diseñados para ser percibidos
por la vista o por el oído. Toda mitografía es un sistema autónomo del lenguaje verbal;
expresa hechos o ideas, pero no palabras o frases. De modo que la mitografía incluye
desde la representación de acontecimientos, objetos o significados mediante objetos,
hasta la notación por nudos o por muescas, y la pictografía, es decir, los sistemas grá-
ficos compuestos por dibujos figurativos empleados con función comunicativa. Los
sistemas compuestos por pictogramas constituyen la parte más importante de la mitogra-
1 Calvet, J.-L., Historia de la escritura, Barcelona, Paidós, 2001, p. 67.
2 Ducrot, O y Todorov, T., Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje, México, Siglo XXI
editores, 14ª ed., 1989, p. 228 y siguientes.
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fía. Los pictogramas fueron adquiriendo significación estable a medida que se estiliza-
ron y volvieron más esquemáticos, y en tanto pasaron a designar no ya hechos singula-
res determinados sino tipos de acontecimientos.
Todorov señala que, a pesar de la extensión de su uso, el papel de la mitografía
no se equipara al del lenguaje y atribuye esto a que sólo puede cubrir un sector limitado
de la experiencia: no conformando sistemas organizados, los pictogramas no ofrecen la
posibilidad de una combinatoria que, con pocos elementos, permita producir un número
infinito de frases. De todas maneras, la pictografía coexiste hoy con el lenguaje verbal y
los sistemas de escritura que lo registran.
Los sistemas semióticos logográficos registran palabras, frases, oraciones, a di-
ferencia de los sistemas mitográficos, independientes del lenguaje verbal. Su origen,
empero, se halla tanto en la mitografía como en el lenguaje gestual.
Los principios según los cuales se organizan los sistemas logográficos son la
morfemografía, la fonografía y el procedimiento que recurre a determinativos semánti-
cos. Si el sistema de escritura es morfemográfico, sus signos gráficos representan uni-
dades lingüísticas significantes, es decir, morfemas, que, en algunas lenguas, como el
chino clásico, coinciden con las palabras pero en otras, no. Todorov señala que las de-
nominaciones ‘ideografía’ e ‘ideograma’ no son adecuadas, ya que sugieren que los
signos gráficos de estos sistemas denotan ideas, cuando lo que representan son unida-
des lingüísticas. “El sistema morfemográfico, como todo sistema logográfico, denota el
lenguaje, no el “pensamiento” o la “experiencia.” 3
Aclara Todorov que los llamados ‘ideogramas’ o ‘jeroglíficos’ se construyen
como imágenes esquemáticas de los objetos o actos designados por los morfemas o
incluso de los gestos que acompañan esos actos, y que el parecido entre las imágenes y
los objetos se desdibuja a medida que los signos se estilizan y se reiteran denotando
otra palabra o se emplean metafóricamente. Pero señala que la imposibilidad de una
representación icónica generalizada halla su límite en los nombres propios y las nocio-
nes abstractas, lo cual condujo, en escrituras morfemográficas como la china, la sumeria
o la egipcia, a la introducción del principio fonográfico.
Si el sistema de escritura responde al principio de la fonografía, el signo gráfico
denota o bien grupos de sonidos, o bien sonidos. Así surgen históricamente, en primer
lugar, los silabarios semíticos, después los alfabetos consonánticos, como el fenicio, y
3 Ibidem.
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más tarde, con el registro de todos los sonidos incluyendo las vocales, los alfabetos. De
este último logro, debido a los griegos, derivaron los alfabetos latino y cirílico.
De hecho, ninguna escritura nacional es la manifestación pura de un tipo de sis-
tema, de un procedimiento o de un principio de escritura. Así, por ejemplo, la escritura
china no es puramente morfemográfica (‘ideográfica’) sino que muchos de sus signos
se emplean por su valor fonético, al igual que en los jeroglíficos egipcios, cuyo desci-
framiento resolvió Champollion al descubrir que algunos de ellos tenían valor fonético.
Tampoco los alfabetos occidentales son puramente fonéticos: algunos aspectos fónicos,
como la entonación, no tienen registro gráfico; algunas letras designan diversos sonidos,
algunos sonidos son designados por diferentes letras, y algunos signos gráficos funcio-
nan a la manera de jeroglíficos. La introducción del fonografismo se realizó mediante el
uso de logogrifos, por préstamos de lenguas extranjeras o por acrofonía. Finalmente,
un principio que se combina con los dos ya expuestos, el de los determinativos semánti-
cos, consiste en el añadido de signos gráficos que permiten precisar los significados a
partir de la categorización de las palabras. En chino existen 196 determinativos que re-
parten las palabras en clases y no se pronuncian.
Geoffrey Sampson (1985) defiende la distinción entre los diversos siste-
mas de escritura glotográfica, que constituyen la escritura propiamente dicha, y los sis-
temas semasiográficos, que no considera verdaderas escrituras. Entre los sistemas gloto-
gráficos, distingue los logográficos y los fonográficos, considerando los niveles de arti-
culación de las lenguas, según el concepto de la doble articulación (la primera articula-
ción, en unidades de sentido, es decir, palabras o componentes significativos de ellas:
morfemas; la segunda articulación, en unidades fonológicas sin relación con la primera
articulación). Así, Sampson ofrece el esquema que reproducimos, en el cual los grises
corresponden a las que no considera auténticas escrituras.
Escritura
semasiográfica glotográfica
logográfica fonográfica
basada en unidades morfémica silábica segmental rasgal
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polimorfémicas
( por ejemplo, la palabra)
Sampson no incluye en su clasificación el término ‘ideografía’, porque “desdi-
buja la crucial distinción entre sistemas semasiográficos y logográficos”. Tampoco
acepta el término ‘pictografía’. Destaca, además, la existencia de elementos logográfi-
cos en nuestras escrituras fonográficas, como por ejemplo los grafos y de los
teclados de las máquinas de escribir y de las computadoras. Para llamar la atención so-
bre esto, dice:
Nótese que sería completamente erróneo pensar que es un signo fonográfico que representa
una secuencia de tres sonidos /aend/ “y” (así como representa una secuencia de dos fonemas /ks/;
esto se ve claramente en el hecho de que en la escritura inglesa corriente) dejando de lado los juegos de
jeroglíficos para niños), palabras como land “tierra”, o Andrew, nunca se escribirían , ,
mientras que esto debería ser posible si el símbolo fuera fonográfico. 4
Sampson toma en consideración otros dos principios de clasificación que atra-
viesan la distinción entre logografía, fonografía (y semasiografía): el contraste entre
sistemas motivados y arbitrarios y la oposición entre sistemas }completos e incomple-
tos (o defectivos). Un sistema es motivado si los grafos del sistema de escritura tienen
alguna relación natural con las unidades de la lengua oral que representan; si no la tie-
nen, el sistema es arbitrario. Aunque aparentemente los sistemas logográficos deberían
contener grafos motivados, ello no es necesariamente así. Las propiedades ‘motivado’
versus ‘arbitrario’ corresponden a grafos individuales y no a sistemas, pues éstos pue-
den contener algunos grafos motivados y otros arbitrarios. Así, por ejemplo, en la escri-
tura arábiga de los números, y son motivados, pues representan respectivamen-
te un agujero vacío y un trazo único; pero es arbitrario. Además, el carácter moti-
vado de un grafo puede ser una cuestión de grado. Sampson sostiene que, en general, lo
apropiado es describir un sistema de escritura como ‘altamente motivado’ o ‘casi to-
talmente arbitrario’, según la proporción de signos motivados o arbitrarios que contiene.
Asimismo, la generalmente aceptada denominación ‘pictografía’ no parece adecuada al
autor precisamente porque “no está claro si se quiere decir que se trata de una escritura
claramente motivada, o si se trata de un sistema semasiográfico más que glotográfico.” 5
Finalmente, el autor entiende que es posible clasificar los sistemas de escritura
como completos o incompletos, según el grado en que proveen representaciones para el
4 Sampson, Geoffrey, Sistemas de escritura. Análisis lingüístico, Barcelona, Gedisa, 1ª ed. 1997, p.
48.
5 Sampson, G., op. cit., p. 50.
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espectro de unidades relevantes en la lengua en cuestión. Sampson se pregunta hasta qué
grado una escritura excluye material que existe en la lengua hablada y advierte que es
improbable que una escritura de uso cotidiano alcance una completitud total. También
señala que las primeras escrituras han de haber sido por fuerza incompletas, puesto que
tienden a ser logográficas, y es fácil hallar signos motivados para muchas palabras pero
no para muchas otras ( los artículos, por ejemplo). Asimismo, destaca que las escrituras
actuales son muy incompletas en relación con la entonación.
En cuanto a las escrituras basadas en la articulación fonológica, Sampson afirma
que es posible basar un sistema de escritura en las unidades fonológicas porque: a) en
todas las lenguas hay un número finito de sílabas admisibles; b) que esas sílabas pueden
analizarse como secuencias de elementos extraídos de un conjunto mucho menor de
consonantes y vocales que, a su vez, pueden considerarse como haces de rasgos fonéti-
cos coocurrentes; c) en casi todas las lenguas esos rasgos fonéticos constituyen un reper-
torio un poco menor que el de sus segmentos. Las escrituras europeas son ejemplos de
sistemas basados en segmentos.
En una escritura morfémica el número de grafos empleados es independiente de
la pronunciación; en cambio, en las escrituras silábicas depende de la fonología de las
expresiones que se transcriben. Además, en las escrituras morfémicas las diferentes
unidades de sentido se escriben de modos diferentes, aunque sus pronunciaciones coin-
cidan. En cambio, en las escrituras silábicas, a pronunciaciones iguales corresponden los
mismos grafos. Como ejemplos de escritura rasgal, Sampson propone la taquigrafía
Pitman, la notación usada por los fonólogos generativos y, como escritura estándar na-
cional, el han’gul coreano.
Por último, al igual que Todorov, Sampson sostiene que las escrituras habitual-
mente usadas en la vida cotidiana no son ejemplos puros de una u otra categoría.
La observación de la situación de la escritura hoy en día indica que se emplean
varios sistemas de escritura que, aunque no son tantos como los lingüísticos, son fuente
de dificultades de comunicación. Algunos de ellos, como la escritura árabe, se utilizan
para registrar más de una lengua y cada uno representa además una tradición cultural,
ideológica o religiosa de la cual constituye un factor de identificación. Los más impor-
tantes entre los usados hoy en el mundo pueden ser agrupados de acuerdo con su origen,
es decir, considerando la escritura madre de la que cada uno deriva.
En resumen, y señalando nuestra posición, diremos que los sistemas de escritura
son los dispositivos ideados para dar realización visible o perceptible y durable a las
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posibilidades expresivas de una lengua. Se trata de sistemas compuestos por cantidades
finitas y enumerables de signos gráficos discretos, articulados y arbitrarios (aunque qui-
zá no lo hayan sido todos en su origen) que son condiciones de posibilidad del desarro-
llo de la faz escrita de las lenguas, de igual manera que los sistemas fonéticos, com-
puestos cada uno por una determinada selección de fonemas, son condiciones de posibi-
lidad de la faz oral de las lenguas. Puesto que ningún signo gráfico aislado es suficiente
para constituir una escritura, el concepto de sistema es esencial: es necesaria una canti-
dad limitada de signos relacionados entre sí por oposición. Así, los jeroglíficos egip-
cios, los ideogramas chinos y los alfabetos son sistemas de escritura. Esos sistemas de
signos gráficos no constituyen por sí mismos lengua alguna, como los sistemas fonéti-
cos por sí solos no conforman más que las bases materiales necesarias para el habla. Sin
embargo, la Lingüística debería abordar el estudio de los diversos sistemas de escritu-
ra, a fin de establecer cómo intervienen en la construcción de las significaciones de la
dimensión escrita de las lenguas que los emplean.
Dado que los sistemas de escritura son sistemas de signos gráficos, su modo es-
pecífico de expresión pertenece al mundo de la imagen. No obstante, puesto que son
sistemas diseñados para dar expresión a las lenguas, cuya sistematicidad y abstracción
exigen una modalidad de aproximación muy diferente de la requerida por la percepción
de imágenes, la integración de la imagen a la expresión lingüística implica y promueve
el desarrollo de nuevas habilidades cognitivas.
Un sistema de escritura es tal sólo si está ligado directamente a alguna lengua.
Esto es, si permite la expresión gráfica de y está asociado directamente a los significa-
dos que también son explicitables en forma oral por la comunidad lingüística. Así,
mientras un dibujo o una pintura que represente a la luna ( ) puede ser interpretado
pero no pertenece al código de lengua alguna, el significado luna, que pertenece al có-
digo de la lengua castellana (plano del contenido) puede ser formulado gráficamente
(plano de la expresión) recurriendo a los componentes del sistema alfabético latino me-
diante ‘luna’, ‘LUNA’, ‘luna ’, etc., (o bien oralmente: [luna]). Esto equivale a decir
que sólo son sistemas de escritura los sistemas glotográficos. En cambio, los sistemas de
comunicación visual que comunican directamente ideas, no palabras o aspectos de ellas,
constituyen sistemas semasiográficos. La diferencia entre la comunicación directa de
ideas y la de significados lingüísticos es notoria: la idea de “tres ovejas” requiere, en
un sistema semasiográfico, tres grafos ‘oveja’, mientras que en un sistema glotográfico
se expresa con un grafo para representar la cantidad y otro para ‘oveja’.
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Por tal razón, puesto que es el código lingüístico lo que sus signos han de permi-
tir expresar, los principios constructivos de los diversos sistemas pueden diferir, según
se haya elegido que los signos gráficos signifiquen: a) los significados de la lengua; b)
los significantes de la lengua oral. Y, en este último caso, las unidades gráficas pueden
corresponder ya a la primera articulación, es decir, a los monemas, ya a la segunda
articulación, los fonemas. No obstante, todos los sistemas conocidos evidencian una
combinación de principios de escritura, con predominio de alguno de ellos. Son, por
tanto, sistemas mixtos.
Tanto los sistemas gráficos ideados por las diferentes culturas como las adapta-
ciones de sistemas adoptados por presiones exteriores responden a las necesidades y a
la idiosincrasia de cada sociedad. En consecuencia, el análisis semiótico de los sistemas
gráficos empleados por los diferentes pueblos es del mayor interés para el conocimiento
y la comprensión de las respectivas culturas.
Los principios en que se fundan los sistemas de escritura
Los principios de escritura son varios y pueden combinarse, como de hecho
ocurre en todas las escrituras conocidas, dando lugar a sistemas mixtos. Así, las escritu-
ras alfabéticas como las asociadas a lenguas como el idioma castellano, el inglés, el
francés, el italiano, etc., están organizadas sobre la base del principio fonográfico, aun-
que no excluyen elementos que responden a otros principios, como el uso de mayúscu-
las, los blancos gráficos y la escritura de los números, aspecto al que algunos autores
denominan ‘dimensión ideográfica’ de la escritura alfabética.
El principio fonográfico puede aplicarse mediante el empleo de signos gráficos
para representar o bien grupos de sonidos o bien mínimas unidades de sonido. Así,
existen sistemas silábicos también llamados ‘consonánticos’) y sistemas alfabéticos,
que incluyen signos para las vocales. En ambos casos, es el significante de la palabra
oral el aspecto lingüístico que el sistema de escritura representa.
El principio que algunos autores denominan ideográfico y otros logográfico
(término éste que con el que se intenta superar la confusión con los sistemas semasio-
gráficos) se basa en la representación de los significados de la lengua, ya sea mediante
morfogramas o integrando signos de morfemas con logogramas.
El principio acrofónico consiste en la representación de sonidos mediante dibu-
jos de cosas cuyos nombres comienzan con esos sonidos.
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La combinación de esos principios da como resultado lo que algunos autores de-
nominan ‘plurisistemas’. Así, por ejemplo, el sistema de escritura correspondiente al
francés incluye fonogramas, morfogramas y logogramas; y el empleado por el idioma
inglés ha sido calificado como fonologográfico. (Sampson, 1985).
Alfagramas, topogramas y logogramas
Atendiendo a los distintos tipos de signos que integran el sistema de escritura
que desprolijamente suele denominarse ‘alfabético’, pero que es en realidad un sistema
mixto en sus realizaciones, pueden distinguirse:
Los alfagramas
Son los grafemas alfabéticos, que son clases abstractas cuyas realizaciones mate-
riales o grafos solemos denominar ‘letras’, pero que nunca hallamos en estado puro sino
combinados con algún topograma. Por ejemplo, / “a”/ , puede realizarse de muchas
maneras: a, a, a, A ,A ... Por tanto, las minúsculas cursivas, las minúsculas de impren-
ta, las mayúsculas cursivas, etc., constituyen alfagramas en las escrituras alfabéticas.
Los topogramas
Son los signos de puntuación, los blancos entre palabras y entre partes de un tex-
to, el subrayado, las modificaciones de los alfagramas (minúscula versus mayúscula,
versalita, redonda versus bastardilla, fina versus negrita) son grafemas que se asocian a
los grafemas alfabéticos para constituir la expresión gráfica.
En el caso de la escritura manual, sistema mínimo, algunos de estos topogramas
son reemplazados por otros; por ejemplo, las cursivas por las comillas o el subrayado.
En un sistema de máximas posibilidades, como el que ofrece un ordenador, se agregan
otros topogramas: el cuerpo de los caracteres, los colores, etc.
Los logogramas
Las cifras, las siglas y los logos, aunque periféricos al sistema, completan las
posibilidades de expresión gráfica de las lenguas que emplean escrituras alfabéticas. Los
logogramas son grafemas que tienen un funcionamiento logográfico, pues cada uno de
ellos es una unidad significativa en la lengua. Así, por ejemplo, / “$”, “#”, “8”/, al igual
que los logos que identifican las marcas comerciales, al separase de lo oral, señalan
una tendencia a la abreviación y al cosmopolitismo en el plano de la escritura.
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II. El sistema de escritura empleado en los sistemas de mensajería
instantánea
Breve historia de la mensajería instantánea
El sistema de mensajería instantánea, también conocido como IM (por sus siglas
en inglés) o PIM (Personal Instant Messenger), es un servicio de comunicación entre
usuarios de Internet basado en el envío de mensajes escritos. Su principal diferencia con
el correo electrónico está dada por la inmediatez que los usuarios le imprimen a la co-
municación, ya que el sistema permite una “conversación” en tiempo real y no en dife-
rido.
En 1970, con la invención del sistema PLATO (Programmed Logic Automated
Teaching Operations), un sistema de asistencia por computadora antecesor de las comu-
nidades on-line, comenzó a configurarse el concepto de mensajería instantánea. El ser-
vicio fue popularizado a mediados de los ‘90 a través de Internet por el programa ICQ
(en inglés I seek you, “Te busco”), de la firma Mirabilis, a partir del cual el usuario po-
día rastrear y almacenar sus propios contactos y, una vez en línea, entablar un chateo.
Junto con los anónimos canales de chat, el uso de los soportes de mensajería instantánea
permitió una comunicación más rápida y pasajera, aún mayor que el envío de correos
electrónicos y sólo comparable con el diálogo de una comunicación telefónica. En sus
inicios, permitía el intercambio de texto y de archivos, pero hoy es posible establecer
también diálogos de voz con múltiples usuarios, así como videollamadas o videoconfe-
rencias.
En 1982 el científico norteamericano Scott Fahlman ideó el primer emoticon
(ícono gestual), combinando signos del teclado. El término “emoticon” conjuga en in-
glés las palabras “emotion” y “icon”. A fin de diferenciar algo serio de algo en broma,
Fahlman inventó las “expresiones” / :-) / para una broma y / :-( / para algo serio.
La invención de los íconos gestuales, verdaderos pictogramas, señala una ten-
dencia hacia una notoria mixtura entre signos pictóricos y alfabéticos. Estas expresio-
nes son muy populares en la escritura de correos electrónicos. Pero con la expansión del
hábito del chat, profundizado por los servicios de mensajería instantánea, se convirtie-
ron en elementos cotidianos para la comunicación on-line. Por ejemplo, en su primera
versión de 1999 el sistema de Microsoft (MSN Messenger) permitió una comunicación
a través de “texto simple”, es decir, sólo con el alfabeto del teclado. La popularización
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de los íconos gestuales impulsó la renovación del soporte, que incorporó progresiva-
mente nuevas posibilidades de expresión pictóricas. El modelo MSN Messenger 7.0, de
2005, no sólo trajo una grilla de íconos gestuales, sino que también permitió el envío de
“guiños animados”, “emoticones” y fondos de pantalla a fin de que el usuario ‘persona-
lizara’ el soporte. En consecuencia, cabe analizar qué significa en términos comunica-
cionales y lingüísticos esta personalización y en qué medida puede comportar una
transformación del sistema de escritura en uso.
El del MSN es sólo un caso que demuestra esta proliferación de “emoticons”
(íconos gestuales) en los diversos sistemas de mensajería instantánea. Estos servicios
han incorporado grillas con otros íconos que, sumados a los más convencionales (,),
constituyen verdaderos diccionarios de pictogramas, como por ejemplo, AIM.com, Ya-
hoo! Messenger, o MSN Messenger (ver anexo).
Por eso, suele afirmarse, no pocas veces con alarma, que el dinámico intercam-
bio de mensajes que supone la modalidad de “chateo” genera modificaciones en la for-
ma de escribir que constituyen no sólo nuevos códigos sino también vicios ortográficos
y aberraciones sintácticas, observables sobre todo en las prácticas de escritura de los
jóvenes 6 .
El siguiente es un diálogo entre dos adolescentes de Claypole, reproducido por
el diario La Nación en 2002:
-ola a to2
-holaaaaaaaaaa
-q«hacews hoy
-los deveres vos
-yyyyyyy
-hicieron lo de geograff ¿
-sssssss
-me loi pasass
-:)
-a la 21 +o- chauss
“Los diálogos son cortos, se abrevian palabras y se produce infinidad de errores
ortográficos y de tipeo. Se manejan supuestos y códigos y, como la conversación es "un
poco fría", se usan símbolos con caritas (de sonrisa, disgusto, duda) para expresar las
emociones”, describe el cronista.
6 Barcia, Maricruz, “Con algunos cuidados, el chat puede ser una herramienta útil para los chicos”, diario La Nación, Buenos Aires,
4/11/2002.
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Sin embargo, las modificaciones son algo más complejo que meras distorsiones
de la grafía aceptada como correcta en castellano. En la primera línea se observa la apli-
cación de dos principios en la construcción de la grafía de la palabra ‘todos’: la del prin-
cipio fonográfico en el uso de grafemas alfabéticos para la primera sílaba; y la aplica-
ción de una variante del principio pictográfico para la segunda sílaba. En efecto, el lo-
gograma ‘2’ se emplea para representar el sonido de la sílaba /dos/ y no el significado
de ese logograma. Así, se ha aplicado el principio denominado rebus, consistente en el
uso de un signo que normalmente representa una cosa para representar una entidad lin-
güística que se pronuncia igual. Pero decimos que se trata de una variante porque el
signo empleado no es un pictograma, no representa una cosa, sino un logograma que se
despoja de su valor semántico y se emplea por su valor fonético.
Comunicación digital y analógica
La introducción de íconos gestuales en los sistemas de mensajería instantánea
confirma la tesis de la teoría interaccional pragmática 7 , según la cual la comunicación
humana posee elementos tanto digitales como analógicos, con la salvedad de que en
este particular caso esto se verifica en el espacio que el soporte ofrece para la comuni-
cación escrita. La comunicación en el chat acentúa el aspecto analógico del plano de lo
verbal escrito. Allí también tenemos ahora signos motivados que acompañan y comple-
tan el mensaje verbal escrito, representando lo analógico que la lengua escrita alfabéti-
camente no refleja.
Pero es pertinente señalar el origen digital de los grafos que constituyen estos
nuevos signos con función analógica. Si bien ellos son representaciones pictóricas,
han sido creadas con los limitados elementos digitales que ofrece el ordenador (y el es-
pacio de escritura del soporte de IM). Es decir, los grafos con los que se construyen
estos “íconos gestuales” provienen de ls comunicación digital, por combinación de gra-
fismos (alfagramas, topogramas, logogramas) provistos por el teclado de la computado-
ra. Por ejemplo:
1. Una cara sonriente, / :-D /, requiere de tres topogramas (dos puntos, guión y
mayúscula) y un alfagrama ( “d” ) modificado, pues la sonrisa no se entendería con una
“d” minúscula.
7 Watzlawick, P., Beavin Bavelas, J., Jackson, D.D. Teoría de la comunicación humana. Interacciones,
patologías y paradojas. Biblioteca de Psicología, Textos Universitarios, Herder, Barcelona, Undécima
edición en castellano, 1997, pp. 61-68.
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2. Otro ejemplo: / :-# /, que significa “no se lo digas a nadie”, combina tres dígitos
del teclado: un logograma y dos topogramas ( numeral, y dos puntos y guión).
3. Uno más: / :s / que significa “confundido”, combina un topograma (los dos
puntos) con un grafema alfabético (la letra “s”).
La otra cara de la moneda es el plano analógico de esta modalidad de comunica-
ción, siempre verbal y gráfica. Como se aprecia en los ejemplos dados, lo analógico
consiste en su carácter motivado, en su semejanza con los gestos corporales o los obje-
tos representados, y en la función metacomunicacional que cumplen, al definir la natu-
raleza de la relación entre los participantes.
Ahora bien, desde alguna perspectiva teórica, afirmar que los íconos gestuales
y demás signos pictóricos incorporados constituyen de por sí una escritura, puede ser
erróneo y aventurado. Pero que son elementos que, como los topogramas, por ejemplo,
enriquecen la escritura alfabética y podrían seguir acompañándola, no lo parece tanto.
Por cierto, si se entiende por ‘sistemas de escritura’ sólo los dependientes de una len-
gua, los pictogramas que se empleen han de ser concebidos como elementos ajenos al
sistema, que lo acompañan como lo hace cualquier ilustración gráfica. Dependerá del
marco teórico aceptado la respuesta que demos a este problema. De la misma manera,
determinar si su introducción constituye una evolución, por las posibilidades expresivas
que aportan, o un retroceso a formas de comunicación escrita ya superadas, dependerá
de la concepción de la historia de la escritura que se defienda.
Sin embargo, cabe poner en duda una negación rotunda de su carácter de signos
de una escritura; se requiere, por lo menos, revisarla. Aunque sólo sea porque esos íco-
nos gestuales tienen su origen en un soporte de escritura y fueron construidos con la
combinación de elementos digitales. No podemos negar que es una representación
gráfica de un gesto, pero tampoco que esa “cara sonriente” tuvo su origen en la combi-
nación de dos topogramas ampliamente usados en la escritura alfabética: dos puntos y
un paréntesis, cuyo conocimiento resulta condición necesaria para producirlo, al menos
en estos soportes.
De esta manera, la naturaleza mixta propia de los sistemas de escritura en uso,
propia por tanto también de las escrituras alfabéticas, en la escritura utilizada en el chat
y en el sistema de mensajería instantánea se hace más patente. Mientras en la escritura
alfabética corriente predomina el principio fonográfico pero se halla presente también
una dimensión ideográfica, en el sistema empleado en nuestro ejemplo se combinan los
principios fonográfico, ideográfico y pictográfico.
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Atendiendo a la génesis de unos y otros signos, cabe señalar, por ejemplo, que el
grafema ‘A’ tiene su origen en la representación gráfica de la cabeza de un buey y que,
por ende, su historia ejemplifica la transformación desde un origen fundado en el
principio pictográfico hacia su uso basado en el principio fonográfico:
Aleph significa ‘buey’ en semítico, y en el trazo de la letra desde su origen protosinaico se advierte,
sin duda, una cabeza de buey con sus cuernos. Simplemente, esta letra ha experimentado una rotación
de 90° hacia la derecha. La consonante semítica sirve para transcribir esta letra que no existe en
griego, y los griegos utilizaron esta letra para transcribir la vocal /a/. 8
Cabe mencionar que así como la historia de la letra /a/ explica cómo el signo
aleph sufrió un giro de 90° y una pérdida de su significado original, los íconos gestuales
registran indicios de transformaciones similares. La postura “recostada” / :-) / inventada
por Fahlman en 1982 sufrió un giro de 90° que gracias a las modernas herramientas de
diseño de imagen de las computadoras, fue perfeccionando su forma antropomórfica
hasta llegar a o incluso incorporar movimientos.
Observamos que en los modernos sistemas de conversación escrita se da un pro-
ceso a la inversa o al menos distinto. Se pasa del predominio del principio fonográfico
a la introducción del principio pictórico y a una resignificación de los grafemas alfabéti-
cos, logogramas y topogramas que los acompañan. Pues, como hemos señalado, en la
construcción de emoticons se utilizan signos provistos por el teclado, pero empleando
su morfología y no sus significados convencionales. Se produce una resemantización
de los signos que se combinan para graficar los gestos u objetos que se desea represen-
tar.
Conclusiones
No puede negarse que el chat y el uso de dispositivos mensajería instantánea son
hábitos ya arraigados a nuestra vida cotidiana, y que las nuevas generaciones han incor-
porado estas herramientas con naturalidad 9 , en un contexto de crisis de la educación
formal 10 .
8
Calvet, Louis-Jean, Historia de la escritura. De Mesopotamia hasta nuestros días, Barcelona, Paidós,
2001, p. 118.
9
“Un estudio de la consultora Carrier Asociados -especializada en temas de comunicaciones e informática-
dice que más del 60% de los niños y jóvenes argentinos, menores de 18 años, utiliza el chat”, Barcia,
Maricruz, op. cit.
10
“(Según) las últimas evaluaciones nacionales de lengua del Ministerio de Educación: cerca del 40% de
los chicos del secundario no comprende lo que lee y casi el 60% no puede usar correctamente los signos
de puntuación”, en Barcia, Maricruz “Consejos para padres preocupados por mejorar la ortografía de sus
hijos”, Diario La Nación, 2 de septiembre de 2002..
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Algo que caracterizó a los soportes de mensajería instantánea fue una tendencia
a incorporar mecanismos de “personalización” de la escritura. Junto con los íconos ges-
tuales, los primeros softwares (circa 1999-2000) permitían modificaciones en aspectos
topográficos como la tipografía, el cuerpo y color de los caracteres, así como el del fon-
do de pantalla. La novedad en los más recientes modelos son los mecanismos para que
el usuario pueda incorporar como elemento de conversación pictogramas de cuño pro-
pio que pueden ser compartidos durante las conversaciones.
Cabe preguntarse si esta tendencia a la personalización redundará en una siste-
matización de la múltiple variedad de signos que se crean y utilizan en las conversacio-
nes de chat. En otras palabras, cabe preguntarse si en verdad estas innovaciones se
afianzarán y generalizarán, y en tal caso, si todos sus signos o sólo algunos de ellos se
integrarán al sistema de escritura actual; y en ese hipotético caso, si su impacto podrá
ser tal que sea aplicable también fuera del soporte tecnológico.
Bibliografía
Calvet, J.-L., Historia de la escritura, Barcelona, Paidós, 2001.
Catach, Nina (Comp.), Hacia una teoría de la lengua escrita, Barcelona, Gedisa,
1ºedición, 1996.
Ducrot, O y Todorov, T., Diccionario enciclopédico de las ciencias del lenguaje,
México, Siglo XXI editores, 14ª ed., 1989.
Olson, David R., El mundo sobre el papel. El impacto de la escritura y la lectura
en la estructura del conocimiento, Barcelona, Gedisa, 1º edición, 1998.
Sampson, Geoffrey, Sistemas de escritura. Análisis lingüístico, Barcelona, Gedisa,
1º edición, 1997.
Watzlawick, P., Beavin Bavelas, J., Jackson, D.D., Teoría de la comunicación
humana. Interacciones, patologías y paradojas, Biblioteca de Psicología, Textos
Universitarios, Herder, Barcelona, undécima edición en castellano, 1997.
Sitios de Internet consultados
Emoticono. (2008, 30) de julio. Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta:
02:00, agosto 1, 2008 en
http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Emoticono&oldid=19126791.
Mensajería instantánea. (2008, 22) de julio. Wikipedia, La enciclopedia libre.
Fecha de consulta: 02:18, agosto 5, 2008 en
18

http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Mensajer%C3%ADa_instant%C3%A1
nea&oldid=18958461.
http://www.aim.com/emoticons.adp?aolp= Fecha de consulta: agosto 1, 2008.
http://messenger.msn.com/Resource/Emoticons.aspx Fecha de consulta: agosto
1, 2008.
http://messenger.yahoo.com/features/emoticons Fecha de consulta: agosto 1,
2008.
Diarios consultados
Barcia, Maricruz “Consejos para padres preocupados por mejorar la ortografía
de sus hijos”, Diario La Nación, 2 de septiembre de 2002.
Barcia, Maricruz, “Con algunos cuidados, el chat puede ser una herramienta útil
para los chicos”, diario La Nación, Buenos Aires, 4/11/2002.
Dahl, Eduardo, “Un signo vale más que mil palabras”, en Diario La Nación, 21
de febrero de 2000.
Luzar, Maricruz, “Veinte años de sonrisas en la Red :-)”, en diario La Nación, 9
de octubre de 2002.
Anexo
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