12.05.2013 Views

LEYENDA DE PERUSA - Tercera Orden Regular

LEYENDA DE PERUSA - Tercera Orden Regular

LEYENDA DE PERUSA - Tercera Orden Regular

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

37<br />

70. Acababa de decir esto, cuando llegaron a la puerta del palacio los parientes del joven,<br />

que venían a caballo para apoderarse de él y volverlo a casa. En cuanto oyó el estrépito de<br />

los caballos y, mirando por una ventana del palacio, vio a sus parientes, se levantó al instante,<br />

salió a su encuentro y volvió al siglo con ellos, como el Espíritu Santo le había dado a<br />

conocer al bienaventurado Francisco. Los hermanos y todos los presentes quedaron<br />

admirados, ensalzando y alabando a Dios en su Santo.<br />

PROVISTO <strong>DE</strong> UN PEZ LUCIO EN INVIERNO<br />

71. Estando en cierta ocasión muy enfermo en el palacio del obispo de Asís , sus hermanos<br />

le rogaban y animaban para que comiera algo. Les respondió: "Hermanos míos, no tengo<br />

gana alguna de comer; pero, si hubiera algo del pescado lucio , tal vez lo comería..."<br />

Acababa de decir esto, cuando se presentó un hombre con una canasta en que traía tres<br />

lucios bien aderezados y platos de camarones, de los que el santo Padre comía a gusto.<br />

Todo se lo enviaba el hermano Gerardo, ministro de Rieti .<br />

Los hermanos se maravillaron viendo su santidad y alabaron al Señor, porque así dio gusto a<br />

su siervo con lo que los hombres no podían proporcionarle; sobre todo, porque era invierno y<br />

en aquella región no se podían proveer de aquellos peces.<br />

PENETRA LAS CONCIENCIAS<br />

72. Un día, el bienaventurado Francisco iba de camino conun hermano de Asís , hombre<br />

espiritual, originario de una familia noble y poderosa. El bienaventurado Francisco, muy débil<br />

y enfermo, montaba un asno. El hermano, cansado por el viaje, decía para sus adentros: "Su<br />

familia no puede compararse con la mía, y, sin embargo, él va montado, y yo, detrás, a pie,<br />

fatigado, arreando a la bestia". Esto pensaba, cuando Francisco de pronto se apea del asno<br />

y le dice: "No es justo ni conveniente que yo cabalgue y tú vayas a pie, pues en el mundo tú<br />

eras más noble y más poderoso que yo". El hermano, asombrado y confuso, se echó llorando<br />

a sus pies y confesó sus pensamientos secretos y su culpa. Estaba maravillado de la santidad<br />

de Francisco, que conoció al instante lo que él estaba pensando en su interior. Cuando los<br />

hermanos se presentaron en Asís al señor papa Gregorio y a los cardenales para pedir la<br />

canonización del bienaventurado Francisco, este hermano atestiguó ante ellos la<br />

autenticidad de este hecho.<br />

BENDICE A UN HERMANO QUE VENIA A VERLE

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!