LEYENDA DE PERUSA - Tercera Orden Regular
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mantener hasta el día de tu muerte? Quisiera estar seguro de tus intenciones y de tu voluntad<br />
primera y última, para saber si nosotros hermanos clérigos, que tenemos tantos libros, los<br />
podemos guardar aunque digamos que pertenecen a la <strong>Orden</strong>".<br />
101. El bienaventurado Francisco le contestó: "Hermano, ésta fue mi primera y última<br />
intención y voluntad, si mis hermanos me hubieran creído: ningún hermano debería tener otra<br />
cosa que el hábito, como se nos concede en la Regla, con la cuerda y los calzones".<br />
101. Por lo que un día dijo a sus hermanos: "La religión y vida de los hermanos menores es un<br />
pequeño rebaño que el Hijo de Dios pidió en estos últimos tiempos a su Padre celestial,<br />
diciéndole: >Padre, yo quisiera que suscitaras y me dieras un pueblo nuevo y humilde que en<br />
esta hora se distinga por su humildad y su pobreza de todos los que le han precedido y que<br />
se contente con poseerme a mí solo=". El Padre dijo a su Hijo amado: "Hijo, lo que pides<br />
queda cumplido".<br />
101. "Por eso - añadió el bienaventurado Francisco - , quiso el Señor que los hermanos se<br />
llamasen hermanos menores, pues ellos son este pueblo que el Hijo de Dios pidió a su Padre,<br />
y del que el mismo Hijo de Dios dice en el Evangelio: No temáis, pequeño rebaño, porque el<br />
Padre se ha complacido en daros el reino ; y también: lo que hicisteis a uno de estos mis<br />
hermanos menores, a mí me lo hicisteis . Sin duda, se ha de entender que el Señor habló así<br />
refiriéndose a todos los pobres espirituales, pero principalmente predijo el nacimiento en su<br />
Iglesia de la Religión de los hermanos menores".<br />
101. Tal como le fue revelado al bienaventurado Francisco que su Religión debía llamarse la<br />
de los hermanos menores, hizo él insertar este nombre en la primera reglas que presentó al<br />
señor papa Inocencio III, y que éste aprobó y le concedió y luego anunció a todos en el<br />
consistorio . El Señor le reveló también el saludo que debían emplear los hermanos, como<br />
hizo consignar en su testamento: "El Señor me reveló que para saludar debía decir: >El<br />
Señor te dé la paz=".<br />
101. En los comienzos de la Religión, yendo de viaje el bienaventurado Francisco con un<br />
hermano que fue uno de los doce primeros, éste saludaba a los hombres y mujeres que se le<br />
cruzaban en el camino y a los que trabajaban en el campo diciéndoles: "El Señor os dé la<br />
paz" .<br />
101. Las gentes quedaban asombradas, pues nunca habían escuchado un saludo parecido<br />
de labios de ningún religioso. Y hasta algunos, un tanto molestos preguntaban: ")Qué