Artículo VII - Bicentenario

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mas exacta v severa lOgiea. Si sienta una proposicion, presen.
ta desde luego ]as pruebas, y pruebas sólidas y sensibles, saeadas
del fondo do Ia religion, de Ia teologia y de las was profundas y
seguras mäxitnas de Ia filosofia; y las produce con una tan orde.
nada y metOdica succesion, quc siempre van adquiriendo mayor
fucrza y so introducen en los was profundos senos del corazon de
los oyentes. No puede nacer duda que no satisfaga, ni puede hacerse
objecion ciue no prevenga: se propone una dificultad y da
luego una respuesta que no aduite was rplica, y aun a veces, do
la misma objecion sabe sacar una fuerte razon para resolverla t
su favor y dar mayor peso a su asercion. Todo estâ bien fundado,
todo apoyado sobre sólidos é irrefragables principios del Evangelio
y de la Religion. Cualquiera sermon suyo puede ha.
inarse una demostracion ,naterncUica de los puntos que se
pone aclarar y una gloriosa victoria de su triunfadora elocuencia.
El was duro y obstinado corazon no sabe resistir al incontrastable
poder do sus convincenee.s razones. La mente del auditorio so
vS sujeta por su severa lógica y ti cualquiera parte quo se vuelva,
eucuentra cerrados todos los calninos para evadir la fuerza
de la evidencia. La invencioxi de los argumentos, la distribucion
de los planes, la veheinencia de los afectos, la energia y fuerza del
estilo, son pretidas oratorias de sus sermones que por todas partes
saltan A los ojos de los lectores."
Massillon. "Los sermones do MasilIrni no tienen aquella portentosa
vastedad y distribucion de planes, aquel raudal de doetrina
y fondo de Escritura y de Santos Padres, aquella continua
S irresistible diaitSctiea, aquel rpido y constrictivo estilo, aquella
enrgica elocuencia que hacen tan varoniles, fuertes y poderosos
los sermones do Bourdalotie; pero sin embargo, gozan de una beha
recompensa en la facilidad, evidencia y claridad do las pruebas,
sacadas de nuestras costunibres y de nuestro corazon, ciue se
hacen sentir y tocar con la mano de los mas sencillos lectores, en
ci Intimo conocimiento del corazon humano, del quo desenvuelye
hastalos was secretos phiegues, en la fina y delicada exposicion
do las pasiones, en la dulce msinnacion, en ci estilo puro y corecto,
noble y penetrante y en todas las prendas de una elocuencia
dulce, afectuo.sa y patótica."
D'Alenibert en el Elogio de Massillon copiado por Juan Andres
on ci mismo capftulo dice: "1 quien querra entrar COfl il (Hourdaloue)
A competencia en ci ner.vio, en ci vigor, en la vehemencia
y en la fuerza de un convincente 'rctciocinio? Pero si la, duizura'y
la insinuacion, si ci sentimiento, el afecto y la coninocion cons-