Revista Ejército nº 865 (abril 2013) - Ejército de tierra - Ministerio de ...

guerra global contra el terrorismo declarada por
la Administración norteamericana o en episodios
como el de la guerra de Libia.
Pero las medidas permanentes para una nueva
etapa de la coordinación entre la defensa aérea
y el control civil del tránsito aéreo requirieron
arduas negociaciones y el establecimiento de
procedimientos comunes que tuvieron que ser
desarrollados ad hoc. La principal novedad en
todo este proceso fue la necesidad perentoria
de que los centros de control de tráfico civiles
modificaran su estrategia de coordinación con
el control militar, ya que al ser los responsables
del control de los comerciales serían sin duda los
primeros en advertir comportamientos extraños en
las aeronaves civiles, tales como incumplimiento
de las instrucciones del control, anomalías en las
comunicaciones, desvíos injustificados de la ruta
autorizada, etc. De este modo, control civil pasó
a convertirse en auténtica «alerta temprana» ante
esta nueva modalidad de ataque aéreo, o dicho de
otro modo, la primera línea de la defensa aérea.
El desarrollo de los procedimientos para
ejecutar eficazmente este nuevo cometido se
NATO AWACS
56 REVISTA EJÉRCITO • N. 865 ABRIL • 2013
efectuó con no pocas dificultades. A un cierto
escepticismo inicial por ambas partes —civiles y
militares— se unieron las reservas de los controladores
ante el nuevo papel que desempeñar y la
responsabilidad que entraña. Incluso en algunas
naciones determinados grupos del sector aeronáutico
habían sido tradicionalmente reticentes
a la cooperación cívico-militar, al contemplar el
tráfico militar como una molestia para el desarrollo
de su trabajo y la aviación comercial, por lo
que esta intensa colaboración les resultaba una
novedad que hizo necesario realizar intensas
tareas de concienciación.
El aspecto más espinoso de la nueva situación
fue la necesidad de que las naciones establecieran
el mecanismo para que una alta autoridad
del Estado asumiera la responsabilidad, llegado
el caso, de ordenar la destrucción en vuelo de
la aeronave presuntamente secuestrada con intención
de cometer un atentado similar al del
11-S en su territorio, dado que las implicaciones
legales y políticas superarían claramente las competencias
y atribuciones del comandante militar
de la defensa aérea. Por lo tanto, cada nación