Ana Sofia Pereira da Silva-Hacia un espacio individual.pdf
Ana Sofia Pereira da Silva-Hacia un espacio individual.pdf
Ana Sofia Pereira da Silva-Hacia un espacio individual.pdf
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
307<br />
<strong>Ana</strong> <strong>Sofia</strong> <strong>Pereira</strong> <strong>da</strong> <strong>Silva</strong><br />
del individuo con el soporte de la escritura, el detenimiento sobre el objeto y<br />
la concentración implícita en esa tarea crean <strong>un</strong> <strong>espacio</strong> que no solo concierne<br />
a <strong>un</strong>o, alejando a los demás del que se detiene en esa activi<strong>da</strong>d, sino que, tras<br />
la inicial necesi<strong>da</strong>d de aislamiento de las mentes en<strong>un</strong>ciado por la búsque<strong>da</strong><br />
de <strong>un</strong> <strong>espacio</strong> de reflexión <strong>individual</strong>, también los cuerpos comenzarán su<br />
recorrido hacia el aislamiento.<br />
La tendencia es, a lo largo de los siglos siguientes, la del alejamiento de los<br />
cuerpos. La progresiva <strong>individual</strong>ización del acto de dormir es <strong>un</strong> indicio de<br />
este apartamiento, a<strong>un</strong>que to<strong>da</strong>vía tuviese que pasar bastante tiempo hasta<br />
que fuese considera<strong>da</strong> la necesi<strong>da</strong>d de ca<strong>da</strong> individuo de tener <strong>un</strong>a habitación<br />
para sí. En estos primeros pasos hacia la <strong>individual</strong>ización del sueño solo el<br />
aristócrata o el hombre rico son propietarios de <strong>un</strong>a habitación <strong>individual</strong>. El<br />
primer momento de esta conquista empieza a partir de la <strong>individual</strong>ización de<br />
las camas o en el refuerzo del uso de las alcobas.<br />
Aparece también otro tipo de <strong>espacio</strong>s que evocan de forma más níti<strong>da</strong><br />
la vol<strong>un</strong>tad, o la emergente necesi<strong>da</strong>d, de habitar <strong>individual</strong>mente <strong>un</strong><br />
<strong>espacio</strong>. Palabras como estudio, gabinete o biblioteca podrían referirse, en<br />
el periodo post-Renacimiento, a piezas de mobiliario. No obstante, ante la<br />
creciente necesi<strong>da</strong>d de habitar <strong>individual</strong>mente <strong>un</strong> <strong>espacio</strong>, estos elementos<br />
evolucionaron <strong>da</strong>ndo origen a habitaciones que conservan hasta nuestros días<br />
designaciones equivalentes, reforzando su vocación de uso esencialmente<br />
<strong>individual</strong>. Estos <strong>espacio</strong>s abrigaban las prácticas asocia<strong>da</strong>s al aislamiento<br />
como la lectura, la oración, así como otro tipo de prácticas íntimas. Además,<br />
la aparición de estos <strong>espacio</strong>s no implica solamente <strong>un</strong>a <strong>individual</strong>ización<br />
del <strong>espacio</strong>, sino que afecta también a <strong>un</strong>a especialización de los mismos.<br />
Al contrario de las habitaciones medievales, donde se mezclaban habitantes,<br />
usos, prácticas, estos <strong>espacio</strong>s son destinados esencialmente al habitar de <strong>un</strong>a<br />
persona.<br />
Observamos alrededor del siglo XVI otro <strong>espacio</strong> que es muchas veces<br />
asociado al habitar aislado, o más íntimo: el jardín murado. Este <strong>espacio</strong><br />
exterior privado aparece como <strong>espacio</strong> de contemplación, retiro, meditación.<br />
A<strong>un</strong>que no siempre el habitar del jardín privado signifique <strong>un</strong> habitar