156 - Revista Personae

Le di un vistazo rápido al cementerio que curiosamente está elevado
y de primera impresión no pude verlo. La razón, Praga ha sufrido
tantas invasiones y tantas modificaciones que el cementerio quedó
en una zona elevada, ubicado justo atrás de una sinagoga.
Ya daban las 4:00 am cuando me despedí de mis amigas y quedamos
de volver a salir la siguiente noche. Ahora si a beber de manera apropiada
en un bar.
Dormí prácticamente toda la mañana. Con un poquito de resaca me
uní a los tours gratuitos que se congregan frente al reloj. Si tienen la
oportunidad de ir a esta ciudad, en definitiva recomiendo estos tours,
duran aproximadamente 4 horas y hay varios idiomas para elegir.
Te llevan caminando por toda la ciudad y te cuentan cosas maravillosas
sobre ella. Por ejemplo, el famoso reloj de Praga, hasta hoy, sigue
siendo un elemento característico del ingenio natural de los checos.
Este reloj fue construido en el siglo XV y funciona a la perfección hasta
la actualidad. Consta de dos paneles, cada uno con diferentes funciones.
A los lados tiene 4 figuras que representan algunos pecados
capitales. Cada hora, entre las 9 de la mañana y las nueve de la noche,
las figuras se ponen en movimiento y la gente se reúne para mirarlo.
El vanidoso se mira en el espejo; el avariento mueve su bolsa; el esqueleto
lande su guadaña y tira de una cuerda; el lujurioso mueve la
cabeza para mostrar que acecha siempre. Las dos ventanas se abren
y empieza El Paseo de los apóstoles. Los doce apóstoles desfilan
lentamente asomándose a la ventana, precedidos por San Pedro gracias
a un mecanismo circular en el interior sobre el que están ubicados
seis a cada lado.
El relojero que diseñó este trabajo fue un genio de la época; él construyó
la primera parte del reloj, la más elaborada, y cuando lo hizo su
trabajo fue la envidia de toda Europa. Mucha gente visitaba Praga sólo
para conocer el famoso símbolo de la ciudad.
Como todo, un gran logro también trae consigo fuertes resentimientos.
Dice la historia que al alcalde le dijeron que el relojero estaba trabajando
en los planos de otro reloj. Comenzaron a revolverle la cabeza
diciéndole que el relojero quería construir otro para alguna otra ciudad
de Europa.
El alcalde, furioso, catalogó esto como traición, y una noche, envió a
oficiales para que escarmentaran al relojero. Los oficiales le quemaron
los ojos imposibilitándole a continuar su carrera. Cuando el alcalde
visitó el taller, descubrió que los dichosos planes eran en realidad para
hacer mejoras al reloj de Praga, estaba trabajando la segunda parte.
El relojero estaba muy orgulloso de su ciudad así como de su reloj, lo
quería mejorar para así seguir haciendo destacar a Praga.
Años después el relojero se enteraría que su propia gente le había privado
de la vista, así que decidió vengarse y una noche se lanzó desde
la parte más alta dentro del reloj destruyendo todos los mecanismos.
Después del suicidio del relojero pasaron más de 100 años para que se
pudiera reparar, ya que no había nadie tan habilidoso como el antiguo
relojero y se desconocía del funcionamiento de los mecanismos. Es
aquí cuando se le agrega la parte inferior.
La República Checa se caracteriza por su excelente comida, sus
construcciones arquitectónicas y calles de ensueño, amable y pícaro
trato de la gente, muchos museos (recomiendo el museo de Kafka,
aquí se puede conocer más de la vida de Franz, así como vivir literalmente
sus libros ya que cuenta con varias instalaciones basadas en
sus novelas, también el museo de Mucha).
Y lo mejor, uno pensaría que es una ciudad extremadamente cara, pero
el estilo de vida es muy similar al de la Ciudad de México, si puedes
costear una salida en México, sin duda en Praga te rendirá el doble.
El puente de Carlos y el Castillo son visitas obligadas en esta ciudad,
pero, por sobre todas las cosas, mi mejor consejo es literal, perderse
en la ciudad. En cada esquina hay una cosa por mirar, las construcciones
tienen fuerte influencia del art deco y gótico.
La vieja estación de tren, ubicada en la parte de atrás de la nueva estación,
aún te transporta al pasado. Sin duda alguna, Praga es una
ciudad mística, con mucha historia, leyendas, arte, gastronomía que
envuelven a cualquiera.
Dejarse enamorar por una ciudad así, no es nada difícil, en su siguiente
viaje a Praga, no olviden visitar el museo de Absinth, tomarse un helado
del mismo sabor y con mucha seguridad, mirar a su alrededor, alzar
la copa y decir Na zdraví a todos los que estén acompañándolos.
Fernanda Zurita
Texto y Fotografías
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