San Valentín - Escritura Creativa · Clara Obligado

Pequeño diccionario erótico
Hay palabras con son habituales en el lenguaje amoroso cuyo origen desconocemos;
algunas tienen orígenes muy divertidos, y los recogemos en este envío dedicado a la
literatura erótica.
Piropo:
Del griego, pur, que quiere decir fuego, más ops, que significa mirada De donde piropo
querría decir “mirada de fuego”.
La misma raíz ígnea tienen palabras menos románticas, como pirotecnia o pimiento
(basta con probar uno bien picante para comprender por qué).
Ramera
El origen de este nombre explica que la “ramera”, al principio, era una prostituta
disimulada que, fingiendo tener taberna, colocaba una rama sobre la puerta de entrada, para
que le sirviese de reclamo.
Un poco de anatomía...
Hasta la simple mención de algunas partes de nuestra anatomía esconden metáforas o
construcciones realmente poéticas. Elijamos algunas para que luego, al nombrarlas,
recordemos el bello secreto literario que esconden:
Glande
Viene del latín, de glans, glandis, que quiere decir “bellota”, a la que formalmente se asemeja
Clítoris:
La palabra clítoris proviene del verbo cleio, que quiere decir cerrar. Dice la leyenda que
Clítoris, pequeña por naturaleza, pertenecía a un pueblo de hormigas y era hija de un
gladiador mirmidón. Son bien conocidas las tendencias amatorias y metamórficas de Zeus,
dios de los dioses, quien, enamorado de la minúscula belleza, se convirtió también en
hormiga para amar al pequeño ser.
Nos es imposible sustraernos a la tentación de añadir aquí el texto de Alicia
Steimberg, uno de los pocos que se refiere poéticamente a esta parte de la anatomía
femenina. Esperemos que no hiera la sensibilidad de ningun@ de nuestr@s lector@s:
El clítoris. Qué bien suena la palabra “clítoris”. Es una palabra elegante y acuática. La sílaba “cli”
al comienzo de la palabra es un acierto colosal. Cli. Cli. Podríamos usarla como diminutivo, como
sobrenombre cariñoso para esa parte del cuerpo de una mujer. Pero el nombre entero me deleita, la palabra
“clítoris”. Podría ser un nombre de mujer (...) Podría ser el nombre de una flor. 11
Steimberg, Alicia. Amatista. Barcelona, Tusquets, 1989 (La sonrisa vertical)