Rosa Regàs - Asociación de Vecinos El Espinillo
Rosa Regàs - Asociación de Vecinos El Espinillo
Rosa Regàs - Asociación de Vecinos El Espinillo
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
A pesar <strong>de</strong> que todo estaba muy bien acondicionado, con colchonetas para<br />
amortiguar la dureza y con varios cojines para hacer las veces <strong>de</strong> almohadas,<br />
la verdad es que encajarse ahí cuatro personas no <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> tener su mérito.<br />
Para colmo, a Jose con los vinos se le ha soltado la lengua, y no hay manera<br />
<strong>de</strong> callarle. Y el Buho con esa risa tan potente, que cuando parece que ya<br />
estás apunto <strong>de</strong> coger el sueño tienes un sobresalto que te <strong>de</strong>ja con<br />
taquicardia durante un buen rato.<br />
Tengo la sensación <strong>de</strong> que a lo largo <strong>de</strong> la noche he sentido varias veces un<br />
codo en mis costillas y alguna patada que otra. Tengo la sensación <strong>de</strong> que me<br />
duelen músculos que no sabía que tenía.<br />
Aún así, me <strong>de</strong>spierto con una sonrisa, pues me doy cuenta <strong>de</strong> que no ha sido<br />
un sueño. Nuestro viaje ha comenzado, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un año haciendo planes<br />
me parece que soy el mas afortunado <strong>de</strong>l mundo por estar aquí con mis tres<br />
amigos, a pesar <strong>de</strong> que uno ronque, el otro tenga crisis <strong>de</strong> melancolía que le<br />
hagan pensar en abandonar el viaje, o el otro no pare <strong>de</strong> pensar en chicas...<br />
Echamos <strong>de</strong> menos a Paco, eso sí, y <strong>de</strong>cidimos que hoy sin falta hay que<br />
llamarle. A lo mejor se les ha ocurrido, a él o a su padre, alguna solución <strong>de</strong><br />
última hora para que se pueda reenganchar al viaje, aunque sea cogiendo un<br />
tren o autobús que le acerque a nosotros.<br />
»<br />
Un sonido busco y seco nos <strong>de</strong>spertó. A todos, los cuatro, al unísono. Era muy<br />
intenso y muy súbito, dimos un brinco los cuatro. Tuve la magnífica fortuna,<br />
en el inconsciente gesto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spertar <strong>de</strong> Julio, <strong>de</strong> que puso su codo en mi<br />
pómulo con la suficiente brusquedad y limpieza como para generarme un<br />
precioso moratón. Gajes <strong>de</strong>l oficio. En este caso, yo, “gafe <strong>de</strong>l oficio”.<br />
Teníamos los ojos como platos intentando i<strong>de</strong>ntificar la fuente <strong>de</strong>l sonido, qué<br />
sonido, <strong>de</strong>l ruido, que nos había <strong>de</strong>spertado. Habíamos <strong>de</strong>jado la furgoneta en<br />
un <strong>de</strong>scampadillo resguardado, que parecía muy tranquilo. Buho miró por el<br />
cristal con más miedo que vergüenza. En la puerta <strong>de</strong> la furgoneta -¿pero qué<br />
hora es. se preguntó instintivamente, para mirar el reloj y <strong>de</strong>scubrir que eran<br />
las 8’30h?-, llamando a la puerta con brusquedad. Ainara estaba sudorosa,<br />
con evi<strong>de</strong>ntes signos <strong>de</strong> nerviosismo.<br />
Buho le abrió la puerta con prontitud, cerrándola inmediatamente. Todos nos<br />
quedamos atónitos al verla allí, en nuestra casita <strong>de</strong> viaje.<br />
Ainara parecía ensangrentada. Nos produjo un fuerte impacto verla así,<br />
agitada, temblorosa. Le ofrecimos comida, le preguntamos qué le había<br />
pasado. Hizo unos gestos parecidos a los <strong>de</strong> yoga, tapándose la cara. En esa<br />
posición, con síntomas <strong>de</strong> angustia, relató que la habían atracado por la<br />
madrugada, hacia una hora más o menos, y que, al oponer resistencia, le<br />
hicieron daño. Después estuvo un rato vagando sin saber por don<strong>de</strong> y<br />
reconoció nuestra furgoneta, con lo que le dio un pálpito <strong>de</strong> alegría el corazón<br />
al sentirse a salvo, entre personas que no le harían nada malo.<br />
Cuando, tras esta disertación con la cara oculta, le pudimos volver a ver su<br />
rostro, una pequeña parte <strong>de</strong> él que quedaba fuera <strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong> las manos<br />
que se lo tapaban, Jose observó algo que no encajaba en la escena.<br />
-Ainara, ....., pero, mmmm –balbuceó-, pero, ¿qué pasa, qué ocurre? O me<br />
vuelvo loco o te he visto reírte ahí a escondidas.