Rosa Regàs - Asociación de Vecinos El Espinillo
Rosa Regàs - Asociación de Vecinos El Espinillo
Rosa Regàs - Asociación de Vecinos El Espinillo
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
poco esa noche, ¡un sueño <strong>de</strong>spierto!.<br />
- Despierte gañán, que estás ”mas morrao que un burro”, me dijo Paco.<br />
- Y que significa eso a estas horas <strong>de</strong> la mañana, contesté<br />
- Pues que se te va a pasar la mañana y no vas a ver a tu “amada” Morfeo, dijo<br />
nuevamente Paco<br />
- ¡hostias! Pero ¿qué hora es?, ¿por qué no me habéis <strong>de</strong>spertado antes?,<br />
contesté atropelladamente<br />
- tranquilo sólo son las doce <strong>de</strong> la mañana, es probable que ella también<br />
duerma, respondió<br />
- ¡las doce! La madre que me parió y yo aquí perdiendo el tiempo, ¿dón<strong>de</strong><br />
están los <strong>de</strong>más?, pregunté<br />
- Se fueron <strong>de</strong> paseo<br />
- ¿y tú?<br />
- No me apetecía, me duele la cabeza<br />
- Gracias por <strong>de</strong>spertarme, pero ya puestos lo podías haber hecho un poco<br />
antes, le respondí, mientras me vestía a toda prisa.<br />
Salí a llamar a Sandra a la primera cabina que encontré. Cuando acababa <strong>de</strong><br />
poner mis primeros francos en el teléfono oí aporrear la puerta <strong>de</strong> la cabina,<br />
me giré y vi a tres negros inmensos, <strong>de</strong>bían <strong>de</strong> medir cerca <strong>de</strong> los dos metros<br />
pues tuve que girar el cuello hacia arriba para verles la cara, y no se que me<br />
<strong>de</strong>cían pero lo que sí entendí muy bien era que quería que saliera <strong>de</strong> allí<br />
rápido. No entendía a que venía esa prisa si acababa <strong>de</strong> entrar allí. Con mi<br />
natural valentía, no iba a hacer caso <strong>de</strong> lo que ellos dijeran, por supuesto, así<br />
que recogí las monedas y salí al instante, me pegaron un pequeño empujón,<br />
justo lo que me hacía falta para salir pitando en busca <strong>de</strong> otra cabina. No<br />
había visto nunca unos especimenes así en mi vida, <strong>de</strong>bían ser jugadores <strong>de</strong> la<br />
NBA, aunque por la pinta que tenían podían ser cualquier cosa. Uno <strong>de</strong> ellos<br />
llevaba una suda<strong>de</strong>ra y la capucha puesta, y <strong>de</strong>bíamos estar a más <strong>de</strong> treinta<br />
grados <strong>de</strong> temperatura a esas horas.<br />
Pasado el susto y unos minutos <strong>de</strong>spués encontré otra cabina y pu<strong>de</strong> llamar a<br />
Sandra, estaba sudando y ya no sabía si era por el calor que hacía en Paris o<br />
por otra razón.<br />
No había dormido mucho, no había <strong>de</strong>sayunado, me dolía la cabeza y había<br />
tenido un encuentro extraño en poco tiempo, ese día en París no empezaba<br />
nada bien, ¿sería esta la última sorpresa?.<br />
»<br />
Era la última mañana que iba a pasar Ainara con nosotros, pues por la noche<br />
cogería el tren para Donosti, por eso <strong>de</strong>cidimos caminar por Paris sin un<br />
<strong>de</strong>stino pre<strong>de</strong>terminado.<br />
Así llegamos a Nôtre Dame, una <strong>de</strong> las catedrales más importantes <strong>de</strong>l arte<br />
gótico, pasamos a verla y nos <strong>de</strong>jo impresionados su gran planta, sus<br />
vidrieras, su solemnidad. Los reflejos <strong>de</strong>l sol sobre las vidrieras daba una luz<br />
preciosa al interior <strong>de</strong> esta catedral. Cuando salimos la bor<strong>de</strong>amos porque es<br />
muy diferente su puerta principal <strong>de</strong> su parte posterior y fuimos disfrutando<br />
<strong>de</strong> esta gran obra <strong>de</strong> arquitectura. Así llegamos a uno <strong>de</strong> tantos puentes como<br />
tiene el río Sena y <strong>de</strong>cimos pasear por su orilla.