Rosa Regàs - Asociación de Vecinos El Espinillo

por el Sena y mejor si iba solo con Sandra.
Paris estaba encima de nosotros y el día sólo acababa de empezar. Hay días en
la vida de una persona que nunca se olvidan, que permanecen inalterables en
la retina y tenía la impresión de que ese iba a ser uno de ellos, y eso a pesar
de no haber casi dormido.
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París!!!!!!! llegamos a París!!!!!!!!!!! coreábamos al unísono, todos muy contentos
por el largo viaje que ya daba frutos de alegría, todos alegres, salvo la vaga
mirada de Ainara, que ahora estaba pensativa. No sabía que es lo que sucedía
en su cabeza, no podía leer sus pensamientos, pero la observaba,
atentamente, pues después de todo, la consideraba una amiga, habíamos
compartido todos gratos momentos, de amistad, de alegría, de tristezas, ella
siempre estuvo ahí, claro, más cerca de José Manuel, y luego de Paco, pero
estuvo ahí.
Veremos la torre Eiffel, con su majestuosidad señorial, toda la ciudad
iluminada, pues llegamos en la tarde, no por gusto la denominan la Cuidad
Luz, es esplendorosa, expectacular.
Todos bajamos de la furgoneta, con las cámaras fotográficas que trajimos para
plasmar la hermosura de la ciudad, la monumentalidad de la Catedral de
Notre Dame, la elegancia de la Torre Eiffel y la esplendorosa pirámide del
Louvre, también pudimos degustar en los brasseries, así llaman aquí a lugares
parecidos a las cafeterías, variadas exquisitas biandas y el famoso chocolate
caliente que tanto les gusta a los franceses, en especial a los parisinos.
Volviendo a Ainara, y no es que sienta "algo mas" por ella, sino que, como
amiga me preocupa, estaba muy melancólica, pues ahora José Manuel había
mantenido cierta distancia hacia ella y Paco también, pues supe que ellos tres
tuvieron una seria conversación en privado, al parecer a José Manuel no se le
escapa ningun detalle y se habría dado cuenta de que sucedía algo extraño,
por eso propuso la conversación entre los tres. Desde allí a Ainara la veo triste.
Chicos, ahora si me vuelvo, vuelvo a Donosti-nos dijo Ainara- ya disfruté de la
visita a París, pero tengo que volver, mis padres y mi escuela de teatro me
esperan.
No te vayas Ainarita- le dijo Julio- te vamos a extrañar un chorro.
Me gustaría quedarme, pero tengo mucho que reflexionar, este viaje me ha
servido para poder darme cuenta que tengo que poner mi vida en orden. Los
voy a extrañar mucho tíos, pero me tengo que ir- diciendo esto, se acercó a
José Manuel y le dió un fuerte abrazo y casi casi un beso,luego le susurró algo
al oído y se alejó de él para despedirse de los demás.
Tienes dinero Ainara- le dije- sino es así podemos prestarte entre todos.
No se preocupen que yo tengo ahí unos euros, con eso me basta para poder
llegar a Donosti sin problemas, sigan ustedes su camino, que yo estoy segura
que van a vivir experiencias inolvidables, recuerden siempre que en mí podrán
encontrar a una amiga que estará dispuesta a ayudarles mas adelante en lo