Rosa Regàs - Asociación de Vecinos El Espinillo

pero no se lo tengo que demostrar mucho, sino, se va a creer. Te aconsejo
Ainara, que hables con el Buho, que luches por su amor, lucha, que en la vida
oportunidades de amar son pocas, podrás querer a muchos, pero el corazón se
inclina al amor una sola vez.
Si amiga- dijo Segolene, traducido por Sandra- lucha por el tío que está como
quiere, super chévere y sé ve que siente algo por ti. Pero dá tú el primer paso,
pues a veces los chicos son muy distraídos.
No lo sé amigas, no lo sé, voy a ver qué puedo hacer.
Ainaraaaa-llamaba el Buho- Ainara, puedes ayudarnos a organizar un picnic,
hemos acordado comer algo ligero y rápido que tenemos mucha hambre y no
contamos con mucho dinero, además ahí en la furgoneta tenemos una
pequeña guarnición que seguro bastará para hacer un pequeño picnic entre
todos, antes de tu partida.
Ainara, sintió un dolor en el corazón, tras las palabras de el Búho, sólo asintió
con la cabeza y tanto ella como Sandra y Segolene empezaron a organizar la
comida.
»
Sí que era difícil sí, lo de tener varios amores a la vez y no volverse loc@. Y es
que no sólo el Buho, Paco...confundían el corazón de Ainara sino también Ru.
Se sentía tremendamente culpable no sólo por no haberles contado a los
chicos que tenía novio en Donosti sino por haberse ido sin decirle nada a él
antes de marcharse. Cierto era que las cosas últimamente no habían ido
demasiado bien. Lo suyo se había vuelto cuestión de costumbre, de comodidad
y sin embargo...le echaba de menos después de todo.
»
Tumbada en la furgoneta, sola, no pudo evitar que los recuerdos la
embargaran. Qué diferente había sido todo al principio, cuando ni si quiera se
conocían y se dedicaban simplemente a sonreírse en el bar y también luego
cuando aquel tímido Ru se decidió a lanzarse y darle el primer beso...Lo
recordaba siempre al pasar por junto al parque. Hacía mucho frío esa noche y
se abrazaron. Se abrazaron hasta el amanecer.
»
Pensar en la comida del día no fue demasiado difícil. En Paris encuentras
multitud de lugares de comida rápida, con la que poder complementar nuestro
picnic. Parece que eso de sentarte a comer en dias de trabajo solo se hace en
España, o al menos esa es la percepción que tenemos. En París, desde luego,
lo que proliferan son los lugares de tomar el tentenpié, en general bastante
temprano, para después seguir currando rápidamente. Ni vino ni Casera ni
“na’ de na’”.
-¿Y nos vamos a ir de aquí sin probar el Panini, que está tan anunciado? ¿ni
los Gofres? Yo no.
Julio se sentó en medio de la calle, como en un gesto de protesta, y simuló