Rosa Regàs - Asociación de Vecinos El Espinillo
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Viajar es siempre <strong>de</strong>scubrir, aunque lo que estemos viendo se<br />
haya divulgado ya y se hayan repetido hasta la saciedad las<br />
fotografías <strong>de</strong> las herramientas o <strong>de</strong> la esculturas que<br />
fabricaron los primeros habitantes <strong>de</strong> la zona que visitamos y<br />
se haya convertido en erudición enlatada la versión tópica <strong>de</strong><br />
su civilización, con fechas y apelativos incluidos. Viajar es<br />
ante todo romper la rutina y la obsesión <strong>de</strong>l propio vivir y a<br />
partir <strong>de</strong> nuestra individualidad <strong>de</strong>jar paso al vivir ajeno.<br />
Viajar es <strong>de</strong>scifrar la música bajo el ruido <strong>de</strong> una calle y el<br />
reflejo <strong>de</strong> una luz sobre el ámbar <strong>de</strong> una escultura, viajar es<br />
indagar, buscar, <strong>de</strong>svelar, porque siempre habrá una forma<br />
personal y peculiar <strong>de</strong> ver, <strong>de</strong> mirar, <strong>de</strong> comparar y <strong>de</strong> asociar<br />
que para ciertas gentes curiosas y observadoras constituye<br />
una fuente inagotable <strong>de</strong> profundo placer.<br />
<strong>Rosa</strong> <strong>Regàs</strong>
Mañana es el gran día, por fin se van a hacer realidad nuestros sueños.<br />
Llevábamos un año planeando este día y en algunos momentos pensábamos<br />
que nunca llegaría. Mañana día 1 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1999 nos vamos <strong>de</strong> viaje, sí <strong>de</strong><br />
viaje. Os preguntaréis qué tiene esto <strong>de</strong> sueño, pero es que este viaje va a ser<br />
especial para nosotros por muchas razones.<br />
Una <strong>de</strong> ellas es que somos cinco amigos que acabamos <strong>de</strong> cumplir dieciocho<br />
años y se nos ha ocurrido la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> alquilar una furgoneta, acondicionada<br />
para po<strong>de</strong>r dormir en ella, durante todo el mes <strong>de</strong> agosto. Preten<strong>de</strong>mos salir <strong>de</strong><br />
España y conocer Europa , libres, sin padres, sin planear casi nada, sin<br />
mapas <strong>de</strong> carreteras, sin hablar idiomas, sólo chapurreamos el inglés, unos<br />
con mejor oficio que otros, sin horarios, todo a la aventura. Yo particularmente<br />
estoy muy emocionado.<br />
Otra razón es que llevamos un año planeándolo y hemos trabajado mucho<br />
para conseguir dinero. Hemos hecho todas las chapuzas que se nos han<br />
ocurrido en nuestro tiempo libre, repartir propaganda por las esquinas o a la<br />
salida <strong>de</strong>l metro, ven<strong>de</strong>r lotería, alquilar una discoteca para viaje <strong>de</strong> fin <strong>de</strong><br />
curso, sólo para nosotros cinco, ven<strong>de</strong>r entradas <strong>de</strong> fútbol en reventa que<br />
resultó un fracaso pero al menos vimos el Madrid-Atleti en directo, ven<strong>de</strong>r<br />
hamacas en el Rastro <strong>de</strong> Madrid y un sinfín <strong>de</strong> cosas. <strong>El</strong> dinero que hemos<br />
conseguido lo hemos ido metiendo en una hucha común, hasta conseguir la<br />
cantidad suficiente para po<strong>de</strong>r alquilar la furgoneta y sufragarnos el viaje.<br />
Os doy más razones: la aventura, las chicas, el cachon<strong>de</strong>o, la libertad, el<br />
<strong>de</strong>scubrimiento, conocernos mejor a nosotros mismos, vivir algo diferente, y<br />
un montón <strong>de</strong> cosas más que me están pasando por la cabeza ahora mismo.<br />
<strong>El</strong> único punto negativo es que Paco, el pelirrojo, ha perdido esta tar<strong>de</strong> la<br />
cartera y no sabe si podrá venir, pues llevaba el DNI y el pasaporte, a quién se<br />
le ocurre. Mañana intentará hacer gestiones a ver si lo consigue, y también ira<br />
a buscar la cartera por ahí, pero me temo que no va a po<strong>de</strong>r venir, para él va a<br />
ser un <strong>de</strong>sastre que tardará en olvidar, pero en fin.<br />
Su padre es militar y hoy estaba muy enfadado con él, así que no se si le<br />
<strong>de</strong>jará acompañarnos. En cualquier caso, no hay mal que por bien no venga,<br />
per<strong>de</strong>mos un amigo muy simpático y el único que sabe algo <strong>de</strong> francés, pero a<br />
cambio ganamos en comodidad, ya que dormir cuatro en la furgoneta es un<br />
acto <strong>de</strong> fe, pero cinco era una cuestión <strong>de</strong> turnos y esto resultaba más<br />
complicado. Hoy lo primero que hemos hecho tras alquilarla ha sido<br />
tumbarnos para ver si cabíamos, y hemos entrado por los pelos. Me temo que<br />
dormir va a ser tremendo pero nos acostumbraremos.<br />
Nuestros padres nos han llenado la furgoneta <strong>de</strong> latas, embutidos, bebidas y<br />
<strong>de</strong>más viandas necesarias, llevamos la nevera y la <strong>de</strong>spensa llena, y tenemos<br />
un <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> agua <strong>de</strong> cien o doscientos litros, no se, me hago un lío con los<br />
litros. Del dinero aún tenemos unos pocos ahorros para el gasoil, y para pagar<br />
luego el kilometraje, esto es lo peor porque cuantos más kilómetros hagamos
más pagaremos <strong>de</strong>l alquiler luego, pero algo se nos ocurrirá, igual bailamos<br />
sevillanas y pedimos dinero por la calle, ya veremos.<br />
Como no vamos a llevar mapa y no tenemos mucho dinero hemos preparado<br />
unas paradas especiales en lugares don<strong>de</strong> conocemos a alguien. Lo primero<br />
que haremos en Francia, tras parar en Donosti, San Sebastián y como más le<br />
quieran llamar, es ir a Nantes, ya que José tiene un familiar allí. Yo tengo una<br />
amiga, bueno conocida, en Paris, así que también intentaremos parar en su<br />
casa a ver si dormimos un poco mejor y comemos comida <strong>de</strong>cente, otro tiene<br />
un ligue <strong>de</strong> verano en la Costa <strong>de</strong>l Sol en Groningen, en Holanda, y luego José<br />
tiene otro familiar en Dusseldorf, ¡menuda familia la <strong>de</strong> José!. Creo que su tío<br />
tiene cuatro hijas, ese es un punto fijo en nuestra ruta.<br />
No os he contado nada <strong>de</strong> mí, me llamo Juan, pero mis amigos me llaman<br />
Juanito. Hace tres meses que he cumplido dieciocho años y sólo quince días<br />
que tengo el carnet <strong>de</strong> conducir, con lo que no creo que me <strong>de</strong>jen llevar la<br />
furgoneta, pero no me importa. Este año he empezado a estudiar Historia <strong>de</strong>l<br />
Arte y tengo muchas ganas <strong>de</strong> conocer un montón <strong>de</strong> monumentos y museos,<br />
pero me temo que a mis colegas esto no les va a resultar muy atractivo, así<br />
que en este punto no las tengo todas conmigo. Los colegas ya me han dicho<br />
que quieren dormir o viajar <strong>de</strong> día y vivir <strong>de</strong> noche, así que lo tengo difícil.<br />
Habrá que adaptarse.<br />
Os presentaré a mis amigos, el lí<strong>de</strong>r espiritual <strong>de</strong>l grupo y el mayor es José<br />
Manuel, al que todos llamamos el Búho, <strong>de</strong>bido a que tiene unos ojos muy<br />
pequeños. Tiene diecinueve años y estudia Marketing, y es el que nos ha<br />
metido en todos los líos para sacar dinero. Una vez nos trajo unos parasoles<br />
que un amigo había inventado para que los vendiéramos. Al principio nos fue<br />
bien, fuimos vendiéndolos a padres, amigos, familiares, vecinos, pero luego<br />
nos dijo que lo mejor era ven<strong>de</strong>rlo en el Rastro, como hicimos con las<br />
hamacas, y la verdad es que no vendimos casi ninguna, tenemos parasoles<br />
para los próximos veinticinco coches que nos compremos.<br />
<strong>El</strong> Búho es un ven<strong>de</strong>dor nato, es simpático, habla por los codos, y, aunque es<br />
el más feo <strong>de</strong> todos nosotros, es el que más liga, lo que no acabo <strong>de</strong><br />
compren<strong>de</strong>r. Siempre las engatusa y nos engatusa y nos mete en líos, <strong>de</strong><br />
hecho la ocurrencia <strong>de</strong> la furgoneta caravana es suya. Los <strong>de</strong>más acabamos<br />
cayendo y creyendo siempre en lo que nos cuenta.<br />
A José ya le conocéis por lo <strong>de</strong> los familiares, <strong>de</strong> hecho tiene seis hermanos,<br />
así que no es <strong>de</strong> extrañar que tenga una familia tan emigrante, tan<br />
internacional. Tiene, como el resto, dieciocho años, pero lleva varios meses<br />
conduciendo y esto le coloca como segundo conductor <strong>de</strong> este viaje. También<br />
es muy bromista. Aún no se ha <strong>de</strong>cidido con los estudios, pero últimamente<br />
está pensando en estudiar Turismo, quiere conocer mundo, pero su mundo<br />
me temo que no es el mismo que el mío, nada <strong>de</strong> Arte, lo suyo es la gente.
Por último está Julio, es el más callado <strong>de</strong> todos, el más introvertido en las<br />
fiestas o reuniones, pero entre nosotros es divertido. Es, sin lugar a dudas, el<br />
más romántico, cuando sale con una chica lo hace durante años y no falla ni<br />
un solo día en ir agarrado <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> su novia. Siempre va por libre, le<br />
gusta ir en pareja, mientras que los <strong>de</strong>más buscamos excusas para salir todos<br />
juntos.<br />
La selectividad no le fue bien y está estudiando oposiciones para ...<br />
¡funcionario <strong>de</strong> prisiones!, dice que se cobra mucho y se trabaja poco, no se,<br />
es un mundo <strong>de</strong>sconocido para mí y no termino <strong>de</strong> creérmelo, pero si aprueba<br />
y empieza a ganar dinero seguro que saldremos más con él, ¡por las buenas o<br />
por las malas!.<br />
De Paco, el pelirrojo, no se qué <strong>de</strong>ciros, el pobre es el colmo <strong>de</strong> la mala suerte.<br />
Es el que había puesto más ilusión en toda esta historia, el que había<br />
trabajado más, junto con el Búho, y ahora esto. Esta tar<strong>de</strong> le he visto llorar<br />
por primera vez en mi vida y me ha <strong>de</strong>jado hecho polvo. Es una persona muy<br />
abierta y dicharachera, con un estilo <strong>de</strong> humor muy personal, muy socarrón.<br />
Le echaremos <strong>de</strong> menos. Sobre todo si tenemos algún percance, ninguno <strong>de</strong><br />
nosotros llega al uno ochenta <strong>de</strong> altura, y él pasa <strong>de</strong>l uno noventa.<br />
Vuelvo una y otra vez a mirar por la ventana a ver si está la furgoneta<br />
aparcada. Sólo quedan unas horas para salir <strong>de</strong> “<strong>El</strong> <strong>Espinillo</strong>”, nuestro barrio<br />
en Madrid, rumbo hacia lo <strong>de</strong>sconocido, y ya sólo faltaría que le pasara algo a<br />
la furgoneta. Queríamos alquilar una Merce<strong>de</strong>s Vito <strong>de</strong> color ver<strong>de</strong> con doble<br />
techo, pero al final sólo hemos podido alquilar una Nissan Vanette blanca <strong>de</strong><br />
75 cv., correr no vamos a correr mucho, pero así vista <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mi ventana,<br />
parece una amiga. Creo que nos irá muy bien con ella, me gusta.<br />
Estoy <strong>de</strong>cidido a seguir escribiendo, quiero contar todo lo que vea y que no se<br />
me olvi<strong>de</strong> nada. Así que esto me servirá como comienzo <strong>de</strong> mi “diario <strong>de</strong> viaje”.<br />
Primer día <strong>de</strong> viaje (1 - 8 – 1999)<br />
Apenas he dormido esta noche. Pero por fin ya es el día. Llevamos casi dos<br />
horas cargando la furgoneta y creo que no se nos olvida nada <strong>de</strong>l listado que<br />
habíamos preparado, excepto Paco que acaba <strong>de</strong> llegar y no pue<strong>de</strong> venir con<br />
nosotros, una lástima.<br />
Mi padre se queda con una cara <strong>de</strong> preocupación como no se la había visto<br />
antes, pero a nosotros nos da igual todo, sólo queremos arrancar <strong>de</strong> una vez.<br />
Como vamos sin mapa, cogeremos la N-1 hasta Burgos y luego a San<br />
Sebastián don<strong>de</strong> haremos noche si no nos per<strong>de</strong>mos. Aunque llevar matrícula<br />
<strong>de</strong> Madrid en el País Vasco no nos gusta mucho, veremos.
»<br />
Cuando vimos, por la carretera <strong>de</strong> Burgos, el cartel que indicaba la salida <strong>de</strong><br />
la Comunidad <strong>de</strong> Madrid, nos miramos alegremente. Seguíamos apenados por<br />
la ausencia <strong>de</strong> nuestro amigo Paco, pero esa pena, que al principio fue muy<br />
sombría, muy lánguida, que nos invadió <strong>de</strong> tal modo que tuvimos un pequeño<br />
conato emotivo <strong>de</strong> suspen<strong>de</strong>r el viaje al <strong>de</strong>spedirnos <strong>de</strong> Paco con un abrazo, se<br />
fue poco a poco disipando. <strong>El</strong> futuro emocionante se superponía<br />
po<strong>de</strong>rosamente al pasado reciente, en el que se había producido esa<br />
complicación inesperada y muy triste.<br />
<strong>El</strong> tráfico estaba <strong>de</strong>spejado. Se observaban camiones que, como nosotros, se<br />
dirigían a Europa, con la casa a cuestas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> presumiblemente Marruecos.<br />
Nada parecía po<strong>de</strong>r alterar nuestro ánimo. En estas condiciones llegamos a<br />
Burgos. Entramos en la ciudad, nos dirigimos, como por inercia, a la zona<br />
más cercana a la Catedral. La Catedral, y la ciudad <strong>de</strong> Burgos en si, eran las<br />
primeras piedras <strong>de</strong> nuestro camino.<br />
Nada que pudiéramos sospechar podría quebrantar nuestro ánimo.<br />
»<br />
En Burgos hemos puesto por primera vez los pies en la tierra. Al bajar <strong>de</strong> la<br />
furgoneta Buho comprobó que una <strong>de</strong> las ruedas <strong>de</strong>lanteras había pinchado,<br />
razón por la cual le sudaba la frente a raudales <strong>de</strong>l esfuerzo que había hecho<br />
para aparcar.<br />
»<br />
¡Un pinchazo! y casi no habíamos salido <strong>de</strong> casa. No había que pararse a<br />
pensar y po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>sanimarnos al primer problemilla que nos había surgido, por<br />
lo que Buho nos puso las pilas y comenzamos a resolver nuestro primer<br />
contratiempo.<br />
No mantuvo entretenidos casi una hora y para relajarnos un poco <strong>de</strong>cidimos ir<br />
a la zona <strong>de</strong> vinos a tomarnos un aperitivo y darnos una vuelta por la ciudad<br />
antes <strong>de</strong> continuar nuestro viaje.<br />
»<br />
No pensaba yo, Juanito, que tan sólo unas pocas horas <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> casa se<br />
generara la primera crisis importante <strong>de</strong> viaje. Éramos cuatro, no cinco.<br />
Estábamos comiendo un bocadillo con una caña. Observé que Julio se
encontraba pensativo, meditabundo, ajeno a la conversación intrascen<strong>de</strong>nte<br />
que sosteníamos los <strong>de</strong>más.<br />
De repente, tomó la palabra.<br />
-Amigos, me vuelvo.<br />
Se nos cambió la cara.<br />
-¿Quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee’? De eso ni hablar, Julito. Vamos, ni se te<br />
pase por la cabeza. Pues vaya si queremos llegar lejos, no hemos salido <strong>de</strong><br />
Castilla y ya nos meamos en los pantalones.<br />
<strong>El</strong> Buho asumió su papel y mostró una seguridad y una tranquilidad que no<br />
tenía.<br />
-Llevamos una vida hablando <strong>de</strong> este viaje, y todo un año en el que ha sido<br />
nuestra mayor, casi única, ilusión. Y el día ha llegado, estamos en él. <strong>El</strong> que<br />
quiera que se vaya, pero que sepáis que yo seguiré a<strong>de</strong>lante, aunque sea solo.<br />
A mi nadie me quita esto. Y cuando venga contando cosas os váis a tirar <strong>de</strong> los<br />
pelos. ¡¡Gaaaa-lliii-naaaaaaaaaaas!! Coooo-co-cooo-cooo-coooooooooooo,<br />
cacareó. Cooo-coo-coo-coo-cooooó. Este gesto hizo esbozar una sonrisa furtiva<br />
en la cara <strong>de</strong> Julio. Una sonrisa no esperada, incluso no <strong>de</strong>seada, traicionera,<br />
que le produjo más enfado que satisfacción. Su posible argumentación había<br />
quedado invalidada con ese gesto. Él entendió que ese gesto, esa sonrisa<br />
robada, <strong>de</strong>terminaba su pensamiento real, que el otro, el <strong>de</strong> querer irse, era<br />
producto <strong>de</strong> la tensión que vivía en ese momento.<br />
-Buho, eres un cabronazo.<br />
Jose terció en el juego <strong>de</strong> miradas que tenían sus dos amigos y compañeros <strong>de</strong><br />
viaje.<br />
-Buenooooooo. Son las 3 <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>. ¿Qué proponen sus señorías?<br />
»<br />
¡Vámonos a Donosti, la hosti!<br />
Con suerte llegamos para ir <strong>de</strong> tapeo y nos pasamos la primera noche <strong>de</strong><br />
juerga.<br />
-- ¡Julio, anímate! que este viaje va a ser memorable, soltó Jóse.
Estas primeras horas <strong>de</strong> viaje están siendo excitantes, a pesar <strong>de</strong> algún<br />
contratiempo, lo estamos pasando realmente bien, tenemos todos una<br />
efervescencia increíble, no paramos <strong>de</strong> hablar, <strong>de</strong> reír, <strong>de</strong> contar chistes, <strong>de</strong><br />
todos los planes que tenemos por <strong>de</strong>lante, <strong>de</strong> las cosas que nos pue<strong>de</strong>n<br />
suce<strong>de</strong>r, <strong>de</strong> lo que vamos a ver, la verdad es que estábamos incontenibles, en<br />
este momento somos los mejores amigos <strong>de</strong>l mundo sin duda, y lo que más<br />
nos llena es que sólo acabamos <strong>de</strong> empezar.<br />
Hemos <strong>de</strong>cidido que hay que pensar en don<strong>de</strong> vamos a guardar el dinero, se<br />
nos ocurren muchas i<strong>de</strong>as, cada una más disparatada que la anterior, y <strong>de</strong><br />
momento no lo tenemos muy claro. La verdad es que tenemos un montón <strong>de</strong><br />
dinero, o al menos eso me parece, yo nunca he tenido más <strong>de</strong> diez mil pesetas<br />
juntas, así que esto me parece una fortuna y eso que creemos que no nos va a<br />
bastar para nada.<br />
Hablando <strong>de</strong> dinero el mayor follón <strong>de</strong>l viaje ha sido el cambio, tenemos dinero<br />
en francos, en florines, en marcos, y en liras, nos habían dicho que nos salía<br />
mejor el cambio si lo hacíamos en España, así que llevamos este dinero por si<br />
acaso y luego algo más en pesetas. <strong>El</strong> día que llegue una moneda única <strong>de</strong> la<br />
que ya están hablando será una <strong>de</strong>licia. Pero <strong>de</strong> momento nos entretiene<br />
bastante este rollo <strong>de</strong> tantos billetes diferentes, es en estos primeros<br />
momentos uno <strong>de</strong> nuestros juegos favoritos, calcular cuanto son equis pesetas<br />
en francos, marcos, florines y liras, y como <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> las fluctuaciones<br />
monetarias o algo así, cada quince minutos aumentamos o disminuimos los<br />
ingresos, ha habido un momento en que se nos ha subido la bolsa, digo la<br />
tontería, y teníamos para ir y volver <strong>de</strong> Moscú en gasoil y dormir en un hotel<br />
<strong>de</strong> súper lujo todo el mes, pero luego ha caído la bolsa y casi nos tenemos que<br />
volver a casa, en fin chorradas varias que nos distraen <strong>de</strong> los kilómetros <strong>de</strong> la<br />
carretera.<br />
Al final hemos <strong>de</strong>cidido que lo mejor es que todo el dinero lo guar<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> la caja <strong>de</strong> cambios, así que hemos parado y estamos <strong>de</strong>smontando la caja<br />
<strong>de</strong> cambios para meterlo allí, será difícil que lo encuentren, si le añadimos<br />
encima calcetines usados y calzoncillos y volvemos a colocar la palanca, no<br />
creo que a nadie se le ocurra mirar ahí, y si miran, casi peor para ellos.<br />
Ya nos queda poco para San Sebastián, tenemos un poco <strong>de</strong> respeto por llevar<br />
la matrícula <strong>de</strong> Madrid, por lo que nos han contado las cosas no están muy<br />
bien.<br />
»<br />
Pero a 50 km. <strong>de</strong> nuestro primer <strong>de</strong>stino...¡la segunda sorpresa!<br />
A lo lejos, en la carretera, nos parece distinguir a una persona haciendo autostop,<br />
y según nos vamos acercando confirmamos las sospechas: es una chica.
Por supuesto, Buho, no duda ni un momento que hay que parar a recogerla. Y<br />
no hace caso ni <strong>de</strong> mis dudas ni <strong>de</strong> la negativa <strong>de</strong> Julito.<br />
Así que ahí estamos, parados en la carretera, viendo como una chica se sube a<br />
la furgoneta.<br />
- ¿A dón<strong>de</strong> vas?<br />
- A Donosti. ¿Me acercáis?<br />
Buho ya había preparado el asiento, se estaba presentando...en fín, la <strong>de</strong>cisión<br />
ya estaba tomada.<br />
-Soy Ainara. Gracias tíos, me hacéis un favor...<br />
La verdad, es que una vez pasadas mis primeras dudas, recuerdo mis propias<br />
palabras: aventura, chicas...<br />
Bueno, pues ¡ya ha subido la primera a la furgoneta!. Y bien pensado, son sólo<br />
50 kilómetros y un primer contacto para aterrizar en una ciudad <strong>de</strong>sconocida.<br />
»<br />
La chica, que por cierto es bastante guapa, lo primero que nos pregunta es<br />
que si somos <strong>de</strong> Madrid, a lo que todos respon<strong>de</strong>mos que no, al parecer cada<br />
uno somos <strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong> nuestros padres, José es <strong>de</strong> Salamanca, el Buho<br />
andaluz y al <strong>de</strong>cirlo pone el “<strong>de</strong>je” típico <strong>de</strong>l sur, Julio dice que es manchego y<br />
yo digo que soy <strong>de</strong> Alicante, es lo primero que se me ocurre, quizás porque mi<br />
padre tiene allí un apartamento, el caso es que a todos nos da un poco <strong>de</strong><br />
miedo <strong>de</strong>cir que somos <strong>de</strong> Madrid, queremos ir <strong>de</strong> colegas enrollados y no<br />
parece que aquí en el País Vasco lo <strong>de</strong> madrileño suene bien, sobre todo con<br />
una chica tan extraña que está haciendo autostop.<br />
La conversación está tomando un rumbo muy político y ahí estamos todos<br />
muy perdidos, la política no nos interesa mucho pero a Ainara parece que sí.<br />
No nos atrevemos a preguntarle su edad pero <strong>de</strong>be <strong>de</strong> tener cerca <strong>de</strong> treinta<br />
años, así que nos da mil vueltas en estos temas que parece que le gustan<br />
mucho, como me suele <strong>de</strong>cir mi padre “<strong>de</strong>masiado arroz para tan poco pollo”.<br />
<strong>El</strong> Búho empieza a ser el Búho y ya está con su típica conversación chistosa,<br />
nos estábamos quedando pasmados y no sabíamos ni que <strong>de</strong>cir, menos mal<br />
que ya estamos llegando a Donosti como dice Ainara, y si lo dice ella para<br />
nosotros es Donosti y punto. La primera chica que hemos conocido nos ha<br />
<strong>de</strong>jado firmes y sin ganas <strong>de</strong> seguir con ella.<br />
Al fin la <strong>de</strong>jamos en su barrio y se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> con un agur ikusi artean o algo así<br />
y eskerrik asko que nos ha sonado fatal pero que estamos intentando <strong>de</strong>ducir<br />
que <strong>de</strong>be <strong>de</strong> ser algo así como adiós, o hasta luego madrileños, o gracias<br />
chicos, o ... no se, pero nos enteraremos, <strong>de</strong> todas maneras que raro nos<br />
suena este idioma, veníamos preparados para escuchar fromatge o<br />
danquesen, y esto nos ha sorprendido, el caso es que agur tiene que ser adiós,<br />
eso seguro, hasta lo dicen algunos en Madrid.<br />
Con la primera chica “agua”, nos hemos quedado tras bajarse Ainara mucho<br />
más relajados y con ganas <strong>de</strong> cachon<strong>de</strong>o, la primera excitación que nos había<br />
causado al verla se convirtió en respeto y temor a medida que iba hablando,<br />
vaya cuatro mequetrefes que estamos hechos, creímos que nos íbamos a<br />
comer el mundo y a la primera casi nos come a nosotros. <strong>El</strong> caso es que <strong>de</strong>bía<br />
<strong>de</strong> ser <strong>de</strong> Batasuna, por las i<strong>de</strong>as que tenía. Hasta le he dicho que voté a ERC<br />
en Alicante y no tengo ni i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> quienes son, ni <strong>de</strong> si se presentan en
Alicante, sólo se que he oído hablar muy mal <strong>de</strong> ellos en mi barrio, y pensé<br />
que así quedaba bien, pero cuando me ha empezado a preguntar más cosas <strong>de</strong><br />
ERC, si no es por Julio que ha saltado con una broma y hemos cambiado <strong>de</strong><br />
conversación no hubiera sabido don<strong>de</strong> meterme.<br />
Pero la noche es nuestra. Tenemos una hambre tremenda, teníamos el<br />
estómago contraído y se nos acaba <strong>de</strong> soltar y como dicen los vascos<br />
¡ahivalaostia, que bonito es este pueblo!.<br />
»<br />
Preguntando, preguntando, llegamos al casco antiguo, que aquí llaman "parte<br />
vieja", y <strong>de</strong>scubrimos unas callejuelas con mucha animación y repletas <strong>de</strong><br />
tascas y restaurantes.<br />
Des<strong>de</strong> la calle vemos que las barras están llenas <strong>de</strong> platos repletos con los<br />
famosos pinchos, a los que no nos po<strong>de</strong>mos resistir: bacalao, changurro,<br />
morcilla...y un sinfín <strong>de</strong> combinaciones mas.<br />
Nuestros estómagos, que a estas alturas <strong>de</strong> la noche ya rugen, nos dirigen<br />
hacía una <strong>de</strong> las tabernas, y en un momento, estamos con un chacolí en la<br />
mano y un pincho en la otra, celebrando con un brindis nuestra primera<br />
noche <strong>de</strong> aventura.<br />
»<br />
<strong>El</strong> ambiente era realmente cautivador. La gente comía, bebía y reía sin parar.<br />
Un hombre se acercó hasta nosotros. Tendría unos 40 años, alto, fuerte y con<br />
rasgos angulosos. <strong>El</strong> acento le <strong>de</strong>lataba, era <strong>de</strong> por allí, seguro. Axel, que así<br />
dijo llamarse, comenzó a hablar con nosotros, a preguntarnos <strong>de</strong> dón<strong>de</strong><br />
éramos, y, sin darnos cuenta, nos vimos inmersos en una interesante<br />
conversación sobre la historia y las costumbres <strong>de</strong> aquella tierra, hasta<br />
entonces tan <strong>de</strong>sconocida por nosotros. De vez en cuando, pasaba algún<br />
conocido <strong>de</strong> Axel y se paraba a saludarnos como si nos conociera <strong>de</strong> toda la<br />
vida.<br />
<strong>El</strong> tiempo pasó, y con gran pesar por nuestra parte, <strong>de</strong>cidimos irnos a dormir,<br />
ya que al día siguiente queríamos estar frescos para visitar todos los<br />
maravillosos lugares <strong>de</strong> los que Axel nos había hablado.<br />
De camino, fuimos hablando sobre la amabilidad y la hospitalidad <strong>de</strong> aquellas<br />
gentes. Realmente, aquella tierra tenía algo especial.<br />
»<br />
<strong>El</strong> cansancio por la excitación <strong>de</strong>l primer día <strong>de</strong> viaje, unido a los vinos que<br />
habíamos tomado, hicieron que esa primera noche cayeramos rendidos en la<br />
furgoneta.<br />
¡Menos mal!, pues <strong>de</strong> otra manera no se si hubieramos podido conciliar el<br />
sueño.
A pesar <strong>de</strong> que todo estaba muy bien acondicionado, con colchonetas para<br />
amortiguar la dureza y con varios cojines para hacer las veces <strong>de</strong> almohadas,<br />
la verdad es que encajarse ahí cuatro personas no <strong>de</strong>jaba <strong>de</strong> tener su mérito.<br />
Para colmo, a Jose con los vinos se le ha soltado la lengua, y no hay manera<br />
<strong>de</strong> callarle. Y el Buho con esa risa tan potente, que cuando parece que ya<br />
estás apunto <strong>de</strong> coger el sueño tienes un sobresalto que te <strong>de</strong>ja con<br />
taquicardia durante un buen rato.<br />
Tengo la sensación <strong>de</strong> que a lo largo <strong>de</strong> la noche he sentido varias veces un<br />
codo en mis costillas y alguna patada que otra. Tengo la sensación <strong>de</strong> que me<br />
duelen músculos que no sabía que tenía.<br />
Aún así, me <strong>de</strong>spierto con una sonrisa, pues me doy cuenta <strong>de</strong> que no ha sido<br />
un sueño. Nuestro viaje ha comenzado, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un año haciendo planes<br />
me parece que soy el mas afortunado <strong>de</strong>l mundo por estar aquí con mis tres<br />
amigos, a pesar <strong>de</strong> que uno ronque, el otro tenga crisis <strong>de</strong> melancolía que le<br />
hagan pensar en abandonar el viaje, o el otro no pare <strong>de</strong> pensar en chicas...<br />
Echamos <strong>de</strong> menos a Paco, eso sí, y <strong>de</strong>cidimos que hoy sin falta hay que<br />
llamarle. A lo mejor se les ha ocurrido, a él o a su padre, alguna solución <strong>de</strong><br />
última hora para que se pueda reenganchar al viaje, aunque sea cogiendo un<br />
tren o autobús que le acerque a nosotros.<br />
»<br />
Un sonido busco y seco nos <strong>de</strong>spertó. A todos, los cuatro, al unísono. Era muy<br />
intenso y muy súbito, dimos un brinco los cuatro. Tuve la magnífica fortuna,<br />
en el inconsciente gesto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spertar <strong>de</strong> Julio, <strong>de</strong> que puso su codo en mi<br />
pómulo con la suficiente brusquedad y limpieza como para generarme un<br />
precioso moratón. Gajes <strong>de</strong>l oficio. En este caso, yo, “gafe <strong>de</strong>l oficio”.<br />
Teníamos los ojos como platos intentando i<strong>de</strong>ntificar la fuente <strong>de</strong>l sonido, qué<br />
sonido, <strong>de</strong>l ruido, que nos había <strong>de</strong>spertado. Habíamos <strong>de</strong>jado la furgoneta en<br />
un <strong>de</strong>scampadillo resguardado, que parecía muy tranquilo. Buho miró por el<br />
cristal con más miedo que vergüenza. En la puerta <strong>de</strong> la furgoneta -¿pero qué<br />
hora es. se preguntó instintivamente, para mirar el reloj y <strong>de</strong>scubrir que eran<br />
las 8’30h?-, llamando a la puerta con brusquedad. Ainara estaba sudorosa,<br />
con evi<strong>de</strong>ntes signos <strong>de</strong> nerviosismo.<br />
Buho le abrió la puerta con prontitud, cerrándola inmediatamente. Todos nos<br />
quedamos atónitos al verla allí, en nuestra casita <strong>de</strong> viaje.<br />
Ainara parecía ensangrentada. Nos produjo un fuerte impacto verla así,<br />
agitada, temblorosa. Le ofrecimos comida, le preguntamos qué le había<br />
pasado. Hizo unos gestos parecidos a los <strong>de</strong> yoga, tapándose la cara. En esa<br />
posición, con síntomas <strong>de</strong> angustia, relató que la habían atracado por la<br />
madrugada, hacia una hora más o menos, y que, al oponer resistencia, le<br />
hicieron daño. Después estuvo un rato vagando sin saber por don<strong>de</strong> y<br />
reconoció nuestra furgoneta, con lo que le dio un pálpito <strong>de</strong> alegría el corazón<br />
al sentirse a salvo, entre personas que no le harían nada malo.<br />
Cuando, tras esta disertación con la cara oculta, le pudimos volver a ver su<br />
rostro, una pequeña parte <strong>de</strong> él que quedaba fuera <strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong> las manos<br />
que se lo tapaban, Jose observó algo que no encajaba en la escena.<br />
-Ainara, ....., pero, mmmm –balbuceó-, pero, ¿qué pasa, qué ocurre? O me<br />
vuelvo loco o te he visto reírte ahí a escondidas.
Abrió las dos manos, y, sin po<strong>de</strong>r ya aguantarse más, soltó una sonora<br />
carcajada. La cara <strong>de</strong> mis tres camaradas era un verda<strong>de</strong>ro poema, una<br />
mezcla <strong>de</strong> sensaciones como sacada <strong>de</strong> una película <strong>de</strong> Woody Allen, una<br />
situación muy cómica. Ainara dio un abrazo a Buho, que era el que tenía más<br />
a mano.<br />
Amigos, tengo que pediros perdón y daros muchísimas gracias. ¿Sabéis?<br />
Acabo <strong>de</strong> entrar en un grupo <strong>de</strong> teatro <strong>de</strong> San Sebastián, el grupo Aitzgorri, y,<br />
como prueba <strong>de</strong> iniciación <strong>de</strong>l grupo, para pertenecer a él, me dijeron que<br />
tenía que representar una escena, con unos si no <strong>de</strong>sconocidos totales, al<br />
menos semi<strong>de</strong>sconocidos, con fuerza dramática, buscándome la vida. Tengo<br />
una microcámara con la que lo he grabado todo.<br />
Al ver ayer que erais tan simpáticos y teníais esa estupenda disposición a la<br />
aventura, i<strong>de</strong>é este plan. Por supuesto, ni que <strong>de</strong>cir tiene, la sangre no es<br />
sangre, es salsa <strong>de</strong> tomate. Y así todo lo <strong>de</strong>más.<br />
Julio inició un aplauso que fue ampliamente seguido por todos los <strong>de</strong>más. La<br />
actriz fue coreada y le fue exigido un saludo <strong>de</strong> escena, <strong>de</strong>bido a su buenísima<br />
interpretación.<br />
Verda<strong>de</strong>ramente creo que los 4, sin excepción, nos enamoramos un poco <strong>de</strong><br />
ella en ese momento.<br />
»<br />
- Nos <strong>de</strong>bes una- dijo Buho.<br />
Engran<strong>de</strong>cido seguramente por que la sorpresa había llegado recien levantado<br />
y aún mantenía su torso musculoso, que mostraba sin <strong>de</strong>scaro semi<strong>de</strong>snudo<br />
lo que le <strong>de</strong>ba cierta posición <strong>de</strong> ventaja sobre nuestras camisetas y pijamas<br />
prehistóricos, pidió a Ainara que continuara el viaje con nosotros, al menos<br />
hasta don<strong>de</strong> pudiera llegar.<br />
»<br />
No supe interpretar muy bien la sonrisa <strong>de</strong> Ainara en ese momento. Tenía algo<br />
<strong>de</strong> enigmática. Y también sus ojos, su mirada. Como si ahí, al fondo, se<br />
escondieran muchos recuerdos, sentimientos y vivencias. Sentía un poco <strong>de</strong><br />
vértigo mirándola.<br />
Quizá por eso aparentaba tener unos 30 años, porque parecía haber vivido<br />
muchas más cosas que nosotros.<br />
Mientras a mi alre<strong>de</strong>dor seguían las risas, yo no podía quitar la vista <strong>de</strong> ella.<br />
Ahora me daba cuenta <strong>de</strong> que en realidad sus rasgos podrían ser los <strong>de</strong> una<br />
chica <strong>de</strong> 22 o 23 años. Su pelo, muy corto, pero con una especie <strong>de</strong> extensión<br />
<strong>de</strong> color ver<strong>de</strong> que le llegaba hasta el hombro. Llevaba varios pendientes en la<br />
oreja <strong>de</strong>recha y un pequeño tatuaje en la nuca, <strong>de</strong> una pequeña luna azul. Su<br />
ropa, sus gestos, sus palabras…todo era muy <strong>de</strong>senfadado y alegre. Sobre<br />
todo ahora que había <strong>de</strong>jado los temas <strong>de</strong> política un poco al margen, pues<br />
creo que se había dado cuenta <strong>de</strong> que en ese terreno nosotros nos sentíamos<br />
mas inseguros.<br />
»<br />
Después <strong>de</strong> <strong>de</strong>sayunar con nosotros, Ainara nos dijo amablemente.
- Chicos me encantaría ir con vosotros pero tengo cosas que hacer aquí,<br />
quizás en otro momento nos volvamos a ver. Ha sido un placer compartir esta<br />
noche y este amanecer y perdonar por el susto.<br />
Se levantó nos dió un beso a cada uno <strong>de</strong> nosotros<br />
y <strong>de</strong>sapareció <strong>de</strong> forma tan teatral como a ella le gustaba.<br />
Nos quedamos todos atónitos y sin po<strong>de</strong>r articular palabra, no se nos ocurrió<br />
pedirle un teléfono, una dirección, o su apellido tal vez, no sabíamos nada <strong>de</strong><br />
ella excepto lo que ya os he contado.<br />
Al salir <strong>de</strong> la cafetería nos dirigimos en silencio a la furgoneta, nos sentamos<br />
todos, el Búho metió la llave <strong>de</strong> arranque y dijo,<br />
- Ya es hora <strong>de</strong> conocer Europa, esto acaba <strong>de</strong> empezar<br />
y todos gritamos al unísono<br />
- ¡A Europa!<br />
Nos dirigimos hacia Behobia y el camino hasta allí fue tranquilo, relajado, a mí<br />
todo me parecía más bonito, los paisajes, las casas. Después <strong>de</strong> Ainara el País<br />
Vasco pasó a ser uno <strong>de</strong> mis lugares favoritos y creo que el <strong>de</strong> mis amigos.<br />
Es curiosa la relación que uno pue<strong>de</strong> tener con un lugar o un paisaje gracias a<br />
las vivencias o a los acontecimientos que en un momento dado o en un día te<br />
ocurran en ese lugar. Para mí Donosti será un sitio don<strong>de</strong> vuelva seguro algún<br />
día, aquí he empezado mi viaje más ilusionante hasta el momento, y aquí he<br />
pasado una noche única y especial don<strong>de</strong> todo me ha parecido intenso y<br />
hermoso.<br />
Pero, si ya estamos llegando a la frontera y yo absorto en estos pensamientos<br />
ni me había dado cuenta.<br />
- ¿dón<strong>de</strong> está la frontera?, pregunté<br />
- Pero si ya la hemos pasado esto es Francia y nuestra próxima parada es<br />
Biarritz y Bayona o al revés, contestó José<br />
- Si es que estás pasmado. Cierra la boca ya y <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> pensar en Ainara que<br />
aún queda mucho, y luego os réis <strong>de</strong> mí, seguro que Juanito se hubiera<br />
quedado en San Sebastián<br />
- Pues sí la verdad, aún estaba pensando en ella, pero no es para menos ¿no?<br />
- Por cierto, Biarritz y Bayona ¿es una ciudad o son dos?, preguntó Julio<br />
- Pero mira que eres bruto lo mejor es que pongamos la cinta <strong>de</strong> Giorgi Dan<br />
para animarnos<br />
Giorgi Dan era uno <strong>de</strong> nuestros cantantes preferidos cuando íbamos <strong>de</strong><br />
cachon<strong>de</strong>o, nos hacía cantar y nos animaba mucho. Por supuesto nunca<br />
ninguno hubiera dicho esto <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> nadie, era un secreto particular <strong>de</strong> la<br />
pandilla, nuestros gustos musicales estaban llenos <strong>de</strong> rock y <strong>de</strong> pop <strong>de</strong> todos<br />
los estilos, pero esta pequeña horterada era muy divertida. Así que mientras<br />
circulábamos por Francia ahí estábamos cantando "Pachito eche le dicen al<br />
señor" o "que será lo que tiene el negro" o "An<strong>de</strong> andará la barbacoa"<br />
canciones a las que íbamos cambiando la letra continuamente llegando a un<br />
punto <strong>de</strong> locura en que ya nos reíamos <strong>de</strong> todo y <strong>de</strong> todos.
»<br />
- Ufff, tengo las piernas entumecidas, dijo Julio. ¿Por qué no paramos un poco<br />
a <strong>de</strong>scansar?<br />
- De acuerdo, dijo Juanito. La verdad es que me vendrá bien, llevo horas<br />
conduciendo y estoy hecho polvo.<br />
Paramos en una estación <strong>de</strong> servicio con una pequeña cafetería, y hacia allí<br />
nos dirigimos. Había poca gente, sólo un par <strong>de</strong> hombres con aspecto <strong>de</strong><br />
camioneros tomando un café apoyados en la barra. Nuestra vista se dirigió<br />
hacia la camarera, una chica joven, pelirroja, realmente preciosa. En ese<br />
momento pensé "creo que me va a gustar La France".<br />
Estaba absorto en mis pensamientos cuando la voz <strong>de</strong> Buho me <strong>de</strong>volvió a la<br />
realidad.<br />
- Perdón, señorita, ¿dón<strong>de</strong> está el baño?<br />
- Je ne comprend pas, je ne parle pas espagnol, respondió la chica.<br />
La cara <strong>de</strong> Buho era un poema, todos le miramos y nos echamos a reir.<br />
- Baaa-ñoooo, dóooonnn<strong>de</strong>eee estáaaa el baaa-ñooooo.<br />
La joven, ante las gesticulaciones <strong>de</strong> Buho no pudo sino echarse a reir.<br />
En ese momento nos dimos cuenta <strong>de</strong> lo complicado que iba a ser<br />
<strong>de</strong>senvolvernos sin conocer el idioma.<br />
»<br />
Al fondo a la <strong>de</strong>recha, chaval- bramó una voz ronca <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el fondo <strong>de</strong> la barra,<br />
y añadió -siempre al fondo a la <strong>de</strong>recha.<br />
La risa <strong>de</strong>l hombre <strong>de</strong> unos cuarenta años que había gritado a pleno pulmón<br />
resonó en la cafetería. Cuando cesó sentenció -es que la "ma<strong>de</strong>moiselle" está<br />
que te cagas.<br />
»
ja,ja,ja al fondo a la <strong>de</strong>recha, claro, don<strong>de</strong> mas podrian quedar los servicios<br />
higienicos en una ciudad don<strong>de</strong> uno tiene que apren<strong>de</strong>r a sobrevivir aun asi<br />
no puedas enten<strong>de</strong>r a los <strong>de</strong>mas.<br />
Pero, quien sería ese hombre, que presuroso se a<strong>de</strong>lantó aclarar la situación<br />
angustiante para el Buho quien tras un gracias ostentoso, echó a correr hacia<br />
el baño pues las primaban las necesida<strong>de</strong>s,no lo supimos, sino hasta que se<br />
acercó a nosotros.<br />
Pero en que fachas andais muchachos, por que tan solos en una ciudad como<br />
esta, no saben que si no se cuidan se pue<strong>de</strong>n per<strong>de</strong>r?- nos dijo en otno<br />
burlón, a estas horas cuando tenia la edad <strong>de</strong> uds, solo podia salir a mirar a la<br />
esquina <strong>de</strong> mi casa.<br />
Estamos <strong>de</strong>scubriendo nuevas vivencias, señor, vamos en busca <strong>de</strong> nuevas<br />
aventuras -dije, un poco temeroso, al darme cuenta que nos quedabamos con<br />
poco dinero-que lugares podriamos visitar, que nos recomienda.<br />
Bueno, yo soy camionero, traslado merca<strong>de</strong>ría <strong>de</strong> una ciudad a otra, vengo <strong>de</strong><br />
Madrid, por suerte hablo español, entiendo poco el frances y el ingles, pero<br />
algo es algo. Si les parece, les puedo guiar, suban al camión que parto<br />
enseguida.<br />
Nos mirabamos unos a otros, in<strong>de</strong>cisos, pero ninguno <strong>de</strong>cía palabra alguna.<br />
»<br />
Tras aquel pequeño <strong>de</strong>rrapazo a la franÇaise <strong>de</strong>l Buho nos pusimos <strong>de</strong> nuevo<br />
en camino. Aunque no tardamos mucho en <strong>de</strong>ternos... A los quince minutos<br />
<strong>de</strong> viaje y a pesar <strong>de</strong>l volumen al que todos a un tiempo nos preguntábamos lo<br />
<strong>de</strong> "Mami, qué será lo que tiene el negro" fue imposible no oir las voces <strong>de</strong>l<br />
copiloto <strong>de</strong>l camión <strong>de</strong> congelados que nos seguía.<br />
-¡¡Eh!! ¡¡Tíos!! ¡¡Eh!!<br />
No recuerdo quién se volvió antes pero sí la inmensa alegría al <strong>de</strong>scubrir que<br />
era Paco quien nos gritaba y saber que se unía a nuestro viaje.<br />
»<br />
Estábamos viajando por la región más surocci<strong>de</strong>ntal y la más cercana,<br />
geográfica y culturalmente, a España. Su paisaje es muy similar al <strong>de</strong>l País<br />
Vasco. <strong>El</strong> nombre <strong>de</strong> esta región es Aquitania (Aquitaine, en francés), y su<br />
capital es Bur<strong>de</strong>os (Bur<strong>de</strong>aux), a la cual nos dirigiamos.<br />
Según la información que habíamos recabado Bur<strong>de</strong>os es una ciudad que vive<br />
<strong>de</strong>l comercio y, especialmente, <strong>de</strong> la industria <strong>de</strong>l vino. Alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la ciudad<br />
hay varias zonas <strong>de</strong> viñedos con châteaux (como nuestras bo<strong>de</strong>gas) para la<br />
cata y la compra <strong>de</strong> buenos caldos (Médoc, Libourne o Entre-<strong>de</strong>ux-Mers son<br />
tres <strong>de</strong> esta zona). Nuestro próximo objetivo era Bur<strong>de</strong>os, aunque nos<br />
quedaban bastantes kilómetros para llegar, esta vez llevábamos compañía
odante, que falta nos hacía porque no conocíamos el idioma ni tampoco<br />
llevábamos mapa, por lo que Paco era nuestro farolillo por lo menos hasta la<br />
próxima parada.<br />
»<br />
Seguimos al camión en el que viajaba Paco durante unos kilómetros hasta que<br />
nos encontramos con la primera área <strong>de</strong> servicio.<br />
En este tiempo nos íbamos preguntando que hacía Paco el pelirrojo en un<br />
camión <strong>de</strong> congelados. Nos parecía inaudito y no encontrábamos explicación.<br />
Y encima la fortuna <strong>de</strong> dar con nosotros en la autopista.<br />
Al <strong>de</strong>tenernos salimos todos corriendo y le dimos todos los abrazos y golpes<br />
que pudimos al pelirrojo. A Paco se le veía muy emocionado, tras esto le<br />
preguntamos atropelladamente,<br />
- ¿cómo nos has encontrado?<br />
- ¿cómo has llegado hasta aquí?<br />
- ¿qué hacías en un camión <strong>de</strong> congelados?<br />
- ¿encontraste el DNI?<br />
- y tu padre ¿te ha <strong>de</strong>jado?<br />
Paco lo primero que hizo fue presentarnos al camionero,<br />
- Esperar un momento, lo primero presentaros a mi primo Benito que es<br />
camionero y va a Suecia. Lo segundo es que tenía pensado ir hasta Bur<strong>de</strong>os, y<br />
a lo mejor a Nantes porque el padre <strong>de</strong> José me dio la dirección <strong>de</strong> tú tío si no<br />
os encontraba antes, aunque también se la dirección <strong>de</strong> Sandra en Paris, me<br />
la dio tu hermana Juanito, la vio en una <strong>de</strong> tus múltiples cartas que os<br />
escribís. Así que os iba a encontrar seguro, y si no pues me iba a Suecia con<br />
Benito.<br />
La verdad es que nos <strong>de</strong>jó atónitos, que cantidad <strong>de</strong> recursos tenía Paco, no<br />
hubiera creído nunca que se atreviera a tanto, pero las impresiones cambian a<br />
medida que nos enfrentamos con nuevos retos.<br />
- Y el carné no lo encontré pero conseguí el pasaporte, me lo hicieron en<br />
cuarenta ocho horas, así que no me lo pensé dos veces y llamé a mi primo que<br />
a<strong>de</strong>lantó su viaje un día y aquí estoy. Pero contarme vosotros que habéis<br />
hecho estos dos días.<br />
Después <strong>de</strong> hablar un buen rato, nos <strong>de</strong>spedimos <strong>de</strong> Benito y seguimos ruta.<br />
La cuestión era que ahora cinco no cabíamos para dormir, así que habría que<br />
hacer turnos. Acabo <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r una batalla, porque si hacemos turnos, los dos<br />
o tres que se que<strong>de</strong>n <strong>de</strong>spiertos seguro que harán cientos <strong>de</strong> kilómetros y me<br />
per<strong>de</strong>ré muchas ciuda<strong>de</strong>s y lugares que quiero ver. Así que sabremos don<strong>de</strong><br />
empezamos a dormir pero no don<strong>de</strong> nos <strong>de</strong>spertaremos.<br />
Estamos llegando a Bur<strong>de</strong>os y creo que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tantas horas <strong>de</strong> viaje por<br />
una autopista recta y recta, ro<strong>de</strong>adas <strong>de</strong> inmensos bosques, y tras pasar <strong>de</strong><br />
parar en Biarritz y Bayona que al fin pararemos.<br />
Pues va a ser que no, todos han <strong>de</strong>cido seguir sin parar. Han cogido la droga
<strong>de</strong> la carretera y a nadie le apetece bajar.<br />
Para todos, excepto para mí, se impone ir ya hacia Nantes, a casa <strong>de</strong> los tíos<br />
<strong>de</strong> José, allí al menos nos quitaremos a uno para dormir, o quizás más, y<br />
podremos dormir toda la noche <strong>de</strong> un tirón. A<strong>de</strong>más seguro que conoceremos<br />
a gente y a amigas <strong>de</strong> su prima.<br />
<strong>El</strong> viaje es muy largo hasta allí así que en algún lugar pararemos, pero con el<br />
cachon<strong>de</strong>o que llevan en el cuerpo son capaces <strong>de</strong> parar en la próxima área <strong>de</strong><br />
servicio tomarse una cerveza y seguir ruta.<br />
Mi próxima estrategia será convencerles <strong>de</strong> que paremos en Rochefort, el<br />
nombre me suena al queso y probablemente por el estómago podía parecer<br />
atractivo, aunque a mí lo que más me interesa es parar en la ciudad <strong>de</strong> al lado<br />
“La Rochelle”, ese nombre lo he leído y visto en algunas memorables películas<br />
<strong>de</strong> espadachines y asociado al famoso Car<strong>de</strong>nal Richelieu, así que imagino que<br />
<strong>de</strong>be <strong>de</strong> ser una ciudad bonita, al menos tendrá puerto y mar.<br />
Si todo salía bien cenaremos en Rochefort y dormiremos en La Rochelle, así<br />
que aprovecharé mi turno con alguno <strong>de</strong> ellos para pasear, esto será fácil con<br />
<strong>de</strong>cir que vamos a ligar seguro que se apuntan.<br />
Cuando me toque dormir no se don<strong>de</strong> voy a <strong>de</strong>spertar, eso seguro.<br />
»<br />
Todo salió como lo supuse, <strong>de</strong>cidimos parar en Rochefort, a fuerza <strong>de</strong> insistir<br />
en que es un buen lugar para <strong>de</strong>scansar y pasear agradablemente,luego <strong>de</strong><br />
haber tenido unas aventuras extremas durante nuestro viaje.<br />
LLegó la hora <strong>de</strong> <strong>de</strong>scansar, y seguía pensando, como si tuviese un<br />
presentimiento, en que cuando me toque dormir no se don<strong>de</strong> voy a <strong>de</strong>spertar,<br />
o tal vez, no sé con que sorpresa empezaremos nuestro siguente día.<br />
Y asi poco a poco se asomaba el amanecer, las luces <strong>de</strong>l alba iluminaban por<br />
la ventana una imagen <strong>de</strong>stellante, fulminante <strong>de</strong> un ser casi celestial que me<br />
miraba fijamente.<br />
Es Ainara, es Ainara, balbuceaba José, asombrado por el motivo <strong>de</strong> ver tan<br />
hermosa figura tras la ventana.<br />
Pero que esperas para abrir Juanito, abre a nuestra amiga Airana, no la<br />
<strong>de</strong>jemos en la calle tan solita.<br />
Y es milagro, que sucedió Ainara-dije todavía perplejo-estas bien? te pasó<br />
algo?<br />
Hola chicos, como están. No te preocupes Juanito, lo que pasa es que olvidé<br />
mi billetera <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la furgoneta, cuando sucedió aquel inci<strong>de</strong>nte recuerdan<br />
cuando fui a su furgoneta a tocarles la puerta, pues <strong>de</strong>liberadamente <strong>de</strong>jé caer<br />
mi billetera, pero luego olvidé que la había <strong>de</strong>jado ahí. Entonces traté <strong>de</strong><br />
seguir las pautas por don<strong>de</strong> mas o menos imaginé que se encontrarían<br />
pregunté en diversos mini markets y autoservicios haciendo la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong><br />
cada uno <strong>de</strong> uds. hasta que por fin los encontré y no saben cuanto me alegro<br />
pues en la billetera tengo unos documentos muy importantes para seguir con<br />
mis estudios <strong>de</strong> actuación.<br />
No te preocupes, dijo el Buho, yo encontré esta billetera tirada en el piso<br />
<strong>de</strong>tras <strong>de</strong> la puerta <strong>de</strong> la furgoneta e imaginé que era <strong>de</strong> alguno <strong>de</strong> nosotros,
pero luego se me olvidó preguntar, pero aqui lo tengo, ahora te la doy.<br />
Gracias Buho-dijo Ainara, ycon un gesto <strong>de</strong> gratitud enorme se acercó hacia él<br />
y lo abrazó muy fuerte y hasta lo besó como muestra <strong>de</strong> amistad.<br />
Si no fuera por ti, no sé que hubiese hecho, pero saben, tal vez me anime a<br />
seguir el viaje con uds. tal vez si a Buho no le incomoda.<br />
»<br />
Le explicamos que no nos molesta. De hecho se lo habíamos propuesto<br />
nosotros unas horas antes. <strong>El</strong> problema es que se nos ha complicado la<br />
cuestión <strong>de</strong>l espacio.<br />
Nos dice que eso no es problema para ella, que sabe buscarse la vida, pero que<br />
en cualquier caso, se queda <strong>de</strong> momento y a lo largo <strong>de</strong>l día <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>.<br />
Esta claro que nuestra relación se está convirtiendo en una sucesión <strong>de</strong><br />
encuentros y <strong>de</strong>sencuentros.<br />
Poco a poco nos vamos poniendo en marcha y <strong>de</strong>cidimos que partimos hacia<br />
La Rochelle. Ainara <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> acompañarnos como mínimo a pasar el día allí.<br />
Con la aparición sorpresa <strong>de</strong> Ainara apenas he comentado nada <strong>de</strong> la noche<br />
anterior.<br />
Rochefort resultó ser un lugar encantador, aunque muy caro, por lo que no<br />
pudimos cenar en ningún restaurante, o como dicen aquí bistro. Paco nos<br />
traducía los menús y los precios y se le ponían los ojos como platos <strong>de</strong>l susto<br />
que le daban los precios.<br />
Así que hubo que conformarse con latas y embutidos.<br />
No tardamos en llegar a La Rochelle. La llegada es espectacular. Es una<br />
ciudad con una luz que cautiva, con mucho encanto, calles porticadas,<br />
resi<strong>de</strong>ncias renacentistas y lo mas impresionante: un puerto abarrotado <strong>de</strong><br />
veleros.<br />
Estaba claro que no nos habíamos equivocado con la elección.<br />
Me encuentro lleno <strong>de</strong> optimismo y energia para empezar un nuevo día.<br />
No puedo <strong>de</strong>cir lo mismo <strong>de</strong> Julio, pues no le veo tan animado como al resto. A<br />
ratos, en la furgoneta, se queda ensimismado mirando por la ventilla, como si<br />
estuviera a muchos kilómetros <strong>de</strong> nosotros. Espero que no vuelva a tener una<br />
crisis <strong>de</strong> melancolía y se vaya animando poco a poco.<br />
»<br />
Que suerte tienen ellos- murmuraba Julio, bastante melancólico-todos estan<br />
<strong>de</strong> lo mas chevere, incluso el Buho, que parece que pronto va a ligar con<br />
Ainara, bien que le gusta la chava si esta buenaza, pero a mí, nadie me sonríe<br />
a mí , ni una mosca se ha dignado a tocarme siquiera, Juanito está feliz con<br />
su rol <strong>de</strong> "jefe <strong>de</strong>l grupo" aunque no lo quiera aceptar, y yo sigo siendo uno<br />
más.<br />
Pero ya van a ver, yo también puedo sobresalir en este grupo y eso es lo que<br />
voy a hacer.<br />
Diciendo esto salió percatándose que nadie lo observara, para dirigirse<br />
presuroso hacia el salón <strong>de</strong> belleza para cambiar su look, quería <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ser el<br />
arregladito, bien peinadito y siempre discreto Julio, para convertirse en un<br />
chaval buena onda y totalmente diferente a lo que habia sido, quería<br />
protagonizar su propia experiencia, quería sentir el aire fresco en sus cabellos<br />
y sentir el perfume <strong>de</strong> alguna mujer, quería tener la suerte <strong>de</strong> el Buho, la<br />
<strong>de</strong>streza <strong>de</strong> Juanito, la audacia <strong>de</strong> Paco, todo junto en uno solo, todo junto en
un nuevo Julio.<br />
Luego <strong>de</strong> el cambio <strong>de</strong> look, se apresuró en conseguir un nuevo traje,<br />
diferente, con el dinero que tenía escondido para casos <strong>de</strong> emergencia, un<br />
chico precavido siempre tiene su guardadito, como <strong>de</strong>cía su mamá.<br />
Y se compró un jean bastante mo<strong>de</strong>rno y chaqueta tipo Jhon Travolta, para<br />
impactar asi a todos.<br />
Mientras que Juanito y los <strong>de</strong>más estaban angustiados por la ausencia<br />
inesperada <strong>de</strong> Julio.<br />
»<br />
¿Pero seguro que no ha dicho a dón<strong>de</strong> iba?<br />
- Mirad bien por la furgoneta, a lo mejor ha <strong>de</strong>jado una nota...<br />
Estábamos volviéndonos locos <strong>de</strong> tanto darle vueltas a la cabeza. La cuestión<br />
es que nada mas parar en La Rochelle, cuando estábamos colocando las cosas<br />
para cerrar la furgoneta y dar un paseo por la ciudad, habíamos perdido el<br />
rastro <strong>de</strong> Julio.<br />
Nos habíamos dividido para buscarle, sin éxito. Y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muchas vueltas<br />
<strong>de</strong>cidimos volver a la furgoneta por si había regresado allí. Mientras, Paco se<br />
quedó por los alre<strong>de</strong>dores, pues como era el único que se <strong>de</strong>fendía en francés,<br />
podía tener mas suerte en la búsqueda.<br />
De pronto vimos a lo lejos la inconfundible figura <strong>de</strong> Paco, con su metro<br />
ochenta, al lado <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sconocido.<br />
¿O no era <strong>de</strong>sconocido?<br />
- Mirad a quién me he encontrado por fín.- dijo sin po<strong>de</strong>r aguantar la risa.<br />
No podíamos creerlo...¡era Julio! Pero, ¿que <strong>de</strong>monios se había hecho en el<br />
pelo? ¿Y qué clase <strong>de</strong> chaqueta era esa?<br />
Después <strong>de</strong> recibirle con una mezcla <strong>de</strong> enfado y risas por la tensión que<br />
habíamos tenido, le pedimos que nos explicara que le había pasado.<br />
-Perdonad chicos, se que os he hecho una faena, pero o hacía algo para<br />
motivarme o me volvía a Madrid. Ya os contaré...De momento, ¿que os parece<br />
si damos una vuelta por el puerto? ¡He visto unos barcos impresionantes!<br />
»<br />
Julio es una persona verda<strong>de</strong>ramente especial. Tenía su ying y su yang.<br />
Una gran fuerza, una potentísima capacidad <strong>de</strong> enganche, y una tremenda<br />
timi<strong>de</strong>z. Nosotros somos sus amigos, con nosotros está en su salsa. Y cada<br />
uno <strong>de</strong> nosotros, sin excepción, recurriría a él especialmente en cualquier<br />
caso <strong>de</strong> situación problemática (poglemática, como dice él siempre).<br />
Nosotros lo conocemos como a un hermano. Bueno, que leche, es nuestro<br />
hermano.<br />
Sabemos cuando necesita mucho y cuando necesita poco. No confundáis<br />
esto con <strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> carácter. Julio tiene un carácter potentísimo, que, en<br />
el pequeño grupo, en el hábitat cercano, nos mueve, nos engancha, nos<br />
eleva, nos hace sentirnos gran<strong>de</strong>s, fuertes, especiales. Luego se va, se<br />
eva<strong>de</strong>, se quita. <strong>El</strong> tío, se pira y se compra una chaqueta <strong>de</strong> John Travolta.<br />
Pero, ¿<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> ha sacado el dinero?<br />
Mirando entre su ropa había <strong>de</strong>scubierto un papel doblado, casi roto <strong>de</strong><br />
tanta doblez. Instintivamente, lo <strong>de</strong>splegué y vi algo que me <strong>de</strong>scolocó. <strong>El</strong><br />
papel contenía este texto:
»<br />
Algo me quema y me hiela,<br />
duerme y me tiene en vela,<br />
nace, muere, y amanece,<br />
se mueve, menguando, y crece<br />
Algo <strong>de</strong>ntro, en un lugar<br />
inaccesible, sin par,<br />
que vive sin alimento<br />
universal, sin acento,<br />
y al mismo tiempo local,<br />
<strong>de</strong> Madrid, <strong>El</strong> <strong>Espinillo</strong>,<br />
<strong>de</strong> Córdoba, pues total,<br />
<strong>de</strong>l mundo, que es un castillo.<br />
Vivo, caigo, vibro,<br />
Estiro, encojo, subo,<br />
bajo, me leo un libro,<br />
en el que alguien anduvo<br />
con la más querida amante<br />
en la más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>riva<br />
con el <strong>de</strong>seo arrogante<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir al mundo ¡VIVA!<br />
Dejé el papel, o al menos lo intenté, imitando con exactitud las dobleces<br />
que me había encontrado.<br />
Que rebuscabas en mis cosas, tío!-dijo Julio, y me sobresalté un poco.<br />
Nada, nada hombre, sino que como estabamos tan preocupados por ti, vine<br />
hacia aqui para ver si hay algo <strong>de</strong> beber y llevar a todos, pero me encontré con<br />
esto- y no me quedó mas remedio que mostrarle el papelito que había tratado<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar en su lugar- no pensé que tuvieras alma <strong>de</strong> poeta hermano, y<br />
disculpa pero me dió curiosidad, tú eres como mi hermano y me preocupa<br />
todo lo que te suce<strong>de</strong>, tanto a ti como a todos los <strong>de</strong>l grupo.<br />
ok, no hay problema amigo, pero si me incomoda un poco que hayas leído ese<br />
poema, pues lo guardaba celosamente, y solo lo leia cada vez que me sentía<br />
afligido, melancolico, como algunas veces me suce<strong>de</strong>, ese poema me<br />
reconforta, me da fuerzas para luchar por vivir, por salir a<strong>de</strong>lante, pues en<br />
realidad me lo escribió mi padre, y ese es uno <strong>de</strong> los recuerdos que tengo <strong>de</strong> él,<br />
tal vez uno <strong>de</strong> los más valiosos, pues sus palabras se quedan grabadas en mi<br />
mente, y tal vez por su ausencia yo sea tan meláncolico, pero me he prometido<br />
a mí mismo cambiar, superarme, pues confiezo que he tenido cierta envidia<br />
sana, no pienses mal, hacia uste<strong>de</strong>s, pues todos son tan enigmaticos y a la vez<br />
tan cheveres y yo, trato <strong>de</strong> serlo pero a veces la tristeza me inva<strong>de</strong>.<br />
Nosotros te consi<strong>de</strong>ramos un montón, Julio, tú eres muy especial, un chico<br />
bastante divertido también, tienes tus momentos, me entien<strong>de</strong>s, no tienes por<br />
qué cambiar tu apariencia, claro que no te ves mal, pero nos asombra porque<br />
tú no eres así, ya está en ti seguir viendote como eras o cambiar, pero créeme
una cosa, seas como seas, y pase lo que pase siempre vamos a quererte como<br />
un hermano, lo entien<strong>de</strong>s Julio-diciendo esto abracé muy fuerte a mi amigo-<br />
pero hay algo que no me queda muy claro aún, <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> sacaste el dinero<br />
para hacer esos cambios en ti.<br />
Bueno amigo, en casa mi mamá me enseñó a ser extremadamente precavido, y<br />
siempre he tenido ahorritos extra por ahí, guardados en lo más recondito <strong>de</strong><br />
mi casa para cualquier urgencia que se presentara.<br />
Ah bueno, siendo asi pues, asunto cerrado, no mas preguntas al respecto por<br />
mi parte amigo mío, pero que hacemos aquí, vamos con los <strong>de</strong>más, que <strong>de</strong>ben<br />
estar esperandonos, vamos y llevemos estas bebidas para celebrar por nuestra<br />
amistad- y diciendo esto, nos dirijimos hacia nuestro querido y unido grupo,<br />
que nos esperaba anciosamente.<br />
»<br />
A pesar <strong>de</strong> los esfuerzos <strong>de</strong>l Búho por ligarse a Ainara, era Ainara la que<br />
dirigía las operaciones. Naturalmente no me terminaba <strong>de</strong> creer la historia que<br />
nos acababa <strong>de</strong> contar Ainara. Todo era muy extraño, ¿cómo nos había<br />
encontrado?, algo no iba bien, o al menos algo se me escapaba.<br />
Tampoco me resultaba familiar la actuación <strong>de</strong> Julio, lo conocía <strong>de</strong>masiado<br />
bien, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> infantil íbamos juntos al colegio y le conocía perfectamente, son<br />
casi quince años juntos a casi todas las horas, como con el resto, sabía que<br />
sus momentos más raros con nosotros, sus momentos más <strong>de</strong>spegados <strong>de</strong>l<br />
grupo siempre procedían <strong>de</strong> un enamoramiento. Cuando nos <strong>de</strong>scolocaba era<br />
porque había alguna chica y ya estaba preparando el terreno para conseguir<br />
ligar y para ello intentaba mostrarse diferente al resto <strong>de</strong> nosotros, que<br />
solíamos seguir la estela <strong>de</strong>l Búho <strong>de</strong> bromas, conversaciones tratando <strong>de</strong> ser<br />
divertidas, engatusando, lo que a veces hacía que nosotros lo pasáremos muy<br />
bien pero que las chicas no entendían, y quizás podíamos parecer un poco<br />
patanes. Pero en este cesto nunca se encontraba Julio, él iba por libre y esto<br />
es lo que me llamaba la atención <strong>de</strong> lo que estaba pasando en este momento.<br />
Al día siguiente <strong>de</strong>cidimos ir a Nantes, esto nos <strong>de</strong>sahogaría la situación, la<br />
furgoneta parecía el camarote <strong>de</strong> los hermanos Marx, sobre todo para dormir,<br />
y con el tío <strong>de</strong> Jose seguro que las cosas cambiarían un poco para mejor.<br />
En el camino hablamos <strong>de</strong> muchas cosas, pero por primera vez muchos <strong>de</strong> los<br />
temas en vez <strong>de</strong> ser objeto <strong>de</strong> risas y chanzas, daban pie a discusiones, nos<br />
pasamos toda la mañana discutiendo en la carretera, a pesar <strong>de</strong> intentar<br />
guardar las formas.<br />
Pero aquí y ahora está Ainara, guapa, altiva, sugerente, inteligente, extraña,<br />
comprometida, embaucadora, , nos está poniendo un poco nerviosos, todos<br />
queremos acercarnos, queremos caerle bien, vamos que queremos ligárnosla y<br />
apuntarnos ese magnífico “tanto”, sabemos que nos dará un prestigio<br />
tremendo con los colegas, pero sobre todo que los <strong>de</strong>más parece que están con<br />
ella tan impresionados como yo. Será ella la que va a elegir, si es que no ha<br />
elegido ya, y en este punto es don<strong>de</strong> estoy muy mosqueado, me da que Julio y<br />
Ainara tienen algo más que una cordial relación, me da que a<strong>de</strong>más él es el<br />
que le ha dicho don<strong>de</strong> estábamos, no se quizás sea un poco susceptible, pero<br />
todo me sigue resultando muy extraño.
Lo único bueno <strong>de</strong> todo esto es que con Paco y con Ainara tengo dos aliados<br />
para disfrutar <strong>de</strong> lo que más me gusta, a la que vez que nos divertimos tener<br />
tiempo para ver las ciuda<strong>de</strong>s, los pueblos, mirar, observar, recrearme con los<br />
monumentos, las calles, el arte, las ruinas, los castillos y todas esas cosas que<br />
me están resultando difíciles, pero que extrañamente han resultado muy<br />
fáciles en Rochefort y La Rochelle. Hay que ver lo que cambia un hombre<br />
<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> una mujer.<br />
»<br />
Llegamos a Nantes antes <strong>de</strong> comer, y por fín podríamos volver a la comida<br />
casera, sólo habían pasado tres días pero ya me apetecía muchísimo y aún no<br />
sabía como era la comida francesa.<br />
<strong>El</strong> tío <strong>de</strong> José se llamaba Rafael Bravo, y era todo un personaje, parecía<br />
sacado <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los libros <strong>de</strong> historia que tenía. Ya era muy mayor y nos<br />
contó que llevaba cerca <strong>de</strong> cincuenta años viviendo en Francia pero que todos<br />
y cada uno <strong>de</strong> los días seguía echando <strong>de</strong> menos España. Todo lo que nos<br />
contaba me parecía muy raro, pero a mí me resultaba interesante, me<br />
recordaba a mi abuelo y sus batallitas, sólo que estás eran nuevas y no las<br />
conocía.<br />
Nos dijo que nunca había podido venir a vivir a España porque se casó con<br />
una francesa, tuvo hijos franceses, y las ayudas y becas que tenía el Estado<br />
francés no existían en España, y todo eso les había ayudado mucho a sus<br />
hijos. Pero en ningún momento se ha sentido integrado con los franceses, que<br />
ya es <strong>de</strong>cir esto si que no lo entiendo.<br />
- Fijaros chicos hasta que punto que cuando piso suelo español es como si me<br />
relajara por fín, como si ya no estuviera en guardia constante, como si al fín<br />
me pudiera <strong>de</strong>jar llevar. Siempre me causa una emoción que con los años no<br />
hace más que aumentar, y cada año lloro más al <strong>de</strong>spedirme <strong>de</strong> mi querida<br />
España.<br />
A mí todo esto me resultaba ininteligible, nosotros estábamos como locos por<br />
salir <strong>de</strong> España, y a los inmigrantes que veo en España, que no son muchos,<br />
me da la impresión <strong>de</strong> que están encantados, claro que también es verdad que<br />
nunca me había parado a pensar en esta cuestión.<br />
Nos presentó a su mujer, se llamaba Veronique y apenas hablaba algo <strong>de</strong><br />
español, y a sus dos hijos, su hija se llamaba Corinne y el hijo que no me he<br />
enterado <strong>de</strong>l nombre.<br />
Corinne fue como un soplo <strong>de</strong> aire fresco, tenía dieciséis años y unos ojos<br />
ver<strong>de</strong>s increíbles, no sabía nada <strong>de</strong> ella pero ya me había entusiasmado. La<br />
lástima es que ella no hablaba español, balbuceaba algunas palabras y yo que<br />
era un zoquete en idiomas, no hablaba nada <strong>de</strong> francés., bueno sí,<br />
preguntando por los sitios había aprendido a <strong>de</strong>cir la <strong>de</strong>recha, la izquierda,<br />
seguir recto y semáforo, lo cual no parecía que pudiera ayudar mucho. Fue<br />
<strong>de</strong>cir esto y ver a Paco empezar a practicar francés, y allí estaba yo solo<br />
escuchando al tío <strong>de</strong> José que me contaba un montón <strong>de</strong> cosas, pero que no<br />
era don<strong>de</strong> yo quería estar.
Alguién propuso dar un paseo antes <strong>de</strong> comer, pero la tía Veronique tenía la<br />
coliflor ya en la mesa, ¡coliflor! De todas las comidas <strong>de</strong> este mundo creo que<br />
la única que no me gusta ni por su olor ni por su sabor es la coliflor, que<br />
suerte la mía, se me estaba atragantando Nantes mientras veía a todos mis<br />
amigos <strong>de</strong> lo más divertido. Me sentía sólo con el castillo <strong>de</strong> Nantes, mi único<br />
consuelo. Hasta que llegaron los postres, nos sacaron un plato con veinte<br />
tipos <strong>de</strong> quesos, ¿dón<strong>de</strong> estaba el dulce o la fruta?, aquí el postre era queso y<br />
más queso, y para <strong>de</strong>sahogar mis pequeñas penas me puse a comer <strong>de</strong> todos<br />
los tipos. Al terminar algo no me había sentado bien.<br />
»<br />
Por la tar<strong>de</strong> Corinne nos propuso ir a la playa <strong>de</strong> la Baule, no sabía que había<br />
por allí playas, pero la oferta parecía interesante y todos nos mostramos<br />
encantados.<br />
Cuando llegamos me quedé alucinado, la playa era ancha y muy larga, y<br />
estaba llena <strong>de</strong> gente, el lugar era bellísimo. Tenía <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la playa<br />
trampolines, islas y artilugios con los que divertirse. Pensaba que esto <strong>de</strong> las<br />
playas era algo típico <strong>de</strong>l sur o <strong>de</strong>l mediterráneo, pero estaba equivocado. <strong>El</strong><br />
agua estaba fría pero me pareció menos fría que una vez que estuve en<br />
Galicia, alli recuerdo entrar en la playa y <strong>de</strong>saparecerme los tobillos <strong>de</strong>l frío,<br />
aquí se podía nadar.<br />
Después <strong>de</strong> divertirnos un buen rato, nos fuimos a la playa a charlar, nuestro<br />
grupo empezaba a ser consi<strong>de</strong>rable. Corinne había venido con su amiga<br />
Selina, otra francesa <strong>de</strong> la misma edad, y con una cara muy francesa diría yo,<br />
más blanca <strong>de</strong> piel, resultaba atractiva por su exotismo, pero a estas alturas<br />
me estaban resultando atractivas todas las chicas que conocía.<br />
Mientras tomábamos el sol <strong>de</strong>bimos quedarnos dormidos y al <strong>de</strong>spertarme me<br />
encontré con el Búho que seguía durmiendo a mi lado, No había nadie más<br />
cerca, así que <strong>de</strong>sperté a mi colega,<br />
- José Manuel, <strong>de</strong>spierta, ¡Búho!<br />
- ¿qué quieres?<br />
- Dos cosas, primero ¿dón<strong>de</strong> está el personal? Y segundo ¿dón<strong>de</strong> está la<br />
playa?<br />
- ¡la leche, es verdad!<br />
La playa se había retirado casi un par <strong>de</strong> kilómetros, <strong>de</strong>lante nuestro todo era<br />
fango. Los trampolines, islas y <strong>de</strong>más estabán sobre el barro y ya quedaba<br />
poco gente en la playa. Miramos la hora y eran las siete <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, habíamos<br />
estado un par <strong>de</strong> horas durmiendo. Miré al Buho <strong>de</strong> frente y me di cuenta <strong>de</strong><br />
que o se había pintado la cara o se le había quedado media cara roja y la otra<br />
blanca, estaba <strong>de</strong> lo más gracioso,<br />
- Ahora si que no te vas a comer una rosca<br />
- ¿por qué?<br />
- No te has visto la cara, por un lado estás como un cangrejo y por el otro <strong>de</strong><br />
color vainilla, resultas <strong>de</strong> lo más ridículo, pareces un arlequín, ja, ja.<br />
- no jodas!<br />
- <strong>El</strong> que no va a ... eso, eres tú con esa cara, pero ¿dón<strong>de</strong> está todo el mundo?
- Ni i<strong>de</strong>a<br />
De repente miramos hacia atrás y vimos a Paco y a José venir corriendo y<br />
llamándonos, al llegar a nosotros nos contaron que nos acababan <strong>de</strong> robar en<br />
la furgoneta, que el cristal <strong>de</strong>l conductor estaba roto. Salimos disparados<br />
hacia allí y empezamos a comprobar lo que nos habían quitado.<br />
Lo primero que miramos fue el dinero, pero al quitar la caja <strong>de</strong> cambios y ver<br />
los primeros calzoncillos nos calmamos un poco, no habían encontrado el<br />
dinero, este era nuestro tesoro y sin él habría que volver a casa rápidamente.<br />
Vimos que un equipo <strong>de</strong> música que teníamos en la cocina había<br />
<strong>de</strong>saparecido, a Julio le habían robado la chaqueta nueva que se acababa <strong>de</strong><br />
comprar, y otras cosas <strong>de</strong> menor valor. Por suerte podríamos seguir nuestro<br />
viaje, pero ahora ya sin Giorgi Dan y sin las canciones <strong>de</strong> Ana Belén que tanto<br />
le gustaban a Paco.<br />
»<br />
Vaya suerte que nos asomaba, pero nosotros no nos <strong>de</strong>rrumbaríamos por ese<br />
inci<strong>de</strong>nte, teníamos todas las ganas <strong>de</strong> seguir a<strong>de</strong>lante, total, ésta era una <strong>de</strong><br />
las tantas experiencias que tendríamos que vivir, siempre las aventuras traen<br />
su lado positivo y negativo.<br />
Julio ni se había enterado que faltaba su chaqueta nueva pues ahora estaba<br />
muy animado con la amiga <strong>de</strong> Corinne, Selene, y mientras lo sucedido, ellos<br />
estaban entablando amistad a orillas <strong>de</strong> la playa que se había alejado <strong>de</strong> a<br />
pocos, y ellos tambien se fueron alejando junto con el mar.<br />
Al comentarle <strong>de</strong>l robo, dijo, bueno chicos la vida continúa, y no es menester<br />
que por un traspié nos <strong>de</strong>rrumbemos, ¡a<strong>de</strong>lante con nuestro viaje.!<br />
Veronique, al enterarse <strong>de</strong>l inci<strong>de</strong>nte,nos ofreció nuevamente una cena en su<br />
casa, pero si no fuera por Corinne, seguro que no habría aceptado, pues la<br />
comida francesa no me trae buenos recuerdos.<br />
Ainara se divertía contandonos un poco más sobre su escuela <strong>de</strong> actuación,<br />
pero se le acercaba bastante a José Manuel, parecía que la atracción había<br />
surgido mutuamente, pues tenían ambos en sus rostros dibujados una<br />
sonrisa cómplice, tal vez , estaba naciendo amor entre ellos, lo cual , en un<br />
principio me habría aflijido un poco, pues a mí me entusiasmaba Ainara, con<br />
su fresca vitalidad, pero ahora, ahora mi sentimiento se inclinaba más por<br />
Corinne. Tendré que apren<strong>de</strong>r a hablar el francés-dije-eso es un hecho.<br />
»<br />
Con esos parámetros, la cena en casa <strong>de</strong> Veronique y Rafael Bravo, magnífica,<br />
en la que se percibía claramente que nos tenían cariño, que les habíamos<br />
caído bien, que les producíamos una nostalgia medible en unos treinta años<br />
antes, no podía finiquitar <strong>de</strong> otro modo que cantando clásicas canciones<br />
francesas, empleadas en la enseñanza <strong>de</strong>l idioma.<br />
Unos éramos más reticentes que otros a ello, pero el clima que se creó fue tan<br />
cómplice y amable que todos alzamos nuestra copa al son <strong>de</strong> (perdonad las<br />
incorrecciones, aprendí poco, sedado por las bellezas femeninas presentes, y<br />
con la copa llena)
Les messieurs<br />
De la table ron<strong>de</strong><br />
Goût on bois<br />
S’il le vin est bon<br />
S’il est bon<br />
S’il est agreable<br />
Goût on bois<br />
........<br />
Goût on bois<br />
(oui oui ouiii)<br />
Goût on bois<br />
(non non non)<br />
Goût on bois<br />
S’il le vin est bon<br />
Y también la celebérrima<br />
Un kilomètre a pied<br />
Ça use Ça use<br />
Un kilomètre a pied<br />
Ça use le soulier<br />
Deux kilomètres a pied<br />
Ça use Ça use<br />
Deux kilomètres a pied<br />
Ça use le soulier<br />
Trois kilomètres a pied<br />
Ça use Ça use<br />
trois kilomètres a pied<br />
Ça use le soulier<br />
...<br />
Deciros que recorrimos, chapurreando, hasta “catorce kilometres a pied”.<br />
»<br />
-Tu es la plus belle fleur.<br />
Una pequeña frase, pequeña, pero muy significativa para mí, es la que me<br />
había aprendido producto <strong>de</strong> mi afán por ligar con Corinne.<br />
Había ensayado durante toda la noche, no es que yo sea cursi, es más, espero<br />
no pecar <strong>de</strong> muy cursi, pero como lo dije anteriormente, un hombre es capaz<br />
<strong>de</strong> muchas cosas por una mujer, y yo, estaba dispuesto a hacer todo, por<br />
conquistar a mi pequeña flor,<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> aquella cena, no podía sino pensar<br />
sólo en ella, pues al cantar junto a ella, solo su carita preciada mi hacía vibrar<br />
<strong>de</strong> emoción, espero ser correspondido, veremos qué pasa mañana por la<br />
mañana.
»<br />
Por la mañana las cosas siempre se ven más claras. Habíamos <strong>de</strong>scansado<br />
cómodamente gracias a la generosidad <strong>de</strong> Veronique y Rafael, pero nos<br />
enfrentábamos a resolver el inconveniente <strong>de</strong> la luna rota <strong>de</strong> la furgoneta,<br />
Rafael se ofreció a acompañarnos a un taller que conocía, pues aunque era<br />
verano y para el viaje no importaba que la luna estuviera sin crista, sí era un<br />
inconveniente a la hora <strong>de</strong> aparcar y disfrutar <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s don<strong>de</strong><br />
pensábamos parar.<br />
Buho y Rafael se fueron al taller y el resto <strong>de</strong>l grupo, incluida Corine,<br />
<strong>de</strong>cidimos ir a conocer la ciudad. Quedamos con ellos en la Plaza <strong>de</strong> la<br />
catedral, en una hora.<br />
»<br />
Comenzamos a caminar por el casco antíguo <strong>de</strong> Nantes, ciudad natal <strong>de</strong> Julio<br />
Verne, mi escritor favorito. Todavía recuerdo la primera novela que leí suya “<strong>El</strong><br />
faro <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong>l mundo”, cuando tenía unos 13 años. Recuerdo que sus<br />
historias <strong>de</strong> piratas consiguieron engancharme tanto que conseguí terminarlo<br />
en tan sólo dos noches. Des<strong>de</strong> entonces, he intentado leer todo lo que he<br />
podido <strong>de</strong> Julio Verne. Le admiro tanto…<br />
Por un segundo pensé en la cantidad <strong>de</strong> veces que él habría paseado por estas<br />
calles. En cualquier otro momento me habría emocionado, pero ahora… sólo<br />
podía pensar en una cosa… Corinne. Esto no podía seguir así, tenía que<br />
<strong>de</strong>cirle algo, no podía marcharme <strong>de</strong> allí sin <strong>de</strong>cirle lo que sentía…<br />
»<br />
Ya estaba <strong>de</strong>cidido a <strong>de</strong>cirle a Corinne lo que sentía cuando José nos juntó en<br />
un momento <strong>de</strong>l paseo y nos dijo, con un aire muy autoritario, que con su<br />
prima nada <strong>de</strong> nada, que ni se nos ocurriera intentar nada. Era muy joven y<br />
... era su prima.<br />
- pero ¿<strong>de</strong> qué vas tío?, le contesto Paco<br />
- Pues voy <strong>de</strong> lo que voy, os aguantáis que os conozco y ya habrá otras<br />
oportunida<strong>de</strong>s, pero a Corinne <strong>de</strong>jarla en paz. A<strong>de</strong>más para vuestra<br />
información tiene novio.<br />
- Da la impresión <strong>de</strong> que eso no importa mucho en Francia, no te nos pongas<br />
gallito porque con suerte sólo lo vamos a intentar, y no creo que llegáramos en<br />
este tiempo más allá <strong>de</strong> darle un beso como mucho, le respondió Julio<br />
- Pero ¿es que no podéis hacer caso <strong>de</strong> lo que os digo?, no me mosqueéis<br />
¡leche!.<br />
- No seas antiguo José, y tú ¿que haces todo el día con Seline?¿no tiene la<br />
misma edad?, respondió Paco<br />
Yo asistí atónito a la conversación, Corinne tenía más pretendientes que la<br />
Schifer, ¡menudo panorama!, había que a<strong>de</strong>lantarse a estos dos buitres, y<br />
encima me las tenía que ver con José luego. Lo mío <strong>de</strong>finitivamente iba a ser<br />
otro amor platónico. Ya tendría mi momento cuando llegáramos a París con mi<br />
querida amiga Sandra. Por carta nos habíamos dicho tantas cosas bonitas<br />
casi sin conocernos que no se cuando estuviéramos cara a cara si las íbamos
a mantener, más bien si ella las iba a mantener, yo seguro que las iba a<br />
acrecentar, ya contaba los díasque me quedaban hasta Paris.<br />
Decidí a partir <strong>de</strong> ese punto ser un observador más <strong>de</strong> todo lo que estaba<br />
aconteciendo. Ver como se <strong>de</strong>senvolvían Paco y Julio al lado <strong>de</strong> Corinne, ver a<br />
José y sus miraditas furibundas a la vez que seguía siempre cerca <strong>de</strong> Selina, y<br />
seguir a la enigmática Ainara que cada vez ponía más distancia con nosotros,<br />
sólo el Buho era capaz <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rla, lo que daba a mis sospechas sobre Julio<br />
como totalmente <strong>de</strong>sacertadas.<br />
Esa mañana no tuvo <strong>de</strong>sperdicio.<br />
»<br />
Durante el paseo la tensión fue en aumento. Ainara se fue por su cuenta y<br />
quedamos con ella en casa <strong>de</strong>l tío <strong>de</strong> José.<br />
Lo que más me ha gustado es el río Loira, magnífico, sobre todo la vista que se<br />
extien<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la colina <strong>de</strong> Santa Ana, el Barrio medieval <strong>de</strong> Bouffay y <strong>El</strong><br />
Castillo <strong>de</strong> los Duques <strong>de</strong> Bretaña. En lo único que ha habido consenso ha<br />
sido en el musca<strong>de</strong>t, un vino típico <strong>de</strong> esta zona que ha hecho que al final no<br />
haya pasado nada entre nosotros.<br />
Vamos a comer nuevamente en casa <strong>de</strong> Rafael, espero que tenga más suerte<br />
con el primer plato en esta ocasión. Imagino que esta tar<strong>de</strong> partiremos rumbo<br />
a Paris, tenemos que hablarlo, aunque más <strong>de</strong> uno va a ser partidario <strong>de</strong><br />
quedarnos un día más, pero José, yo y probablemente <strong>El</strong> Búho optaremos por<br />
seguir la marcha. No po<strong>de</strong>mos abusar más <strong>de</strong> esta extraordinaria familia que<br />
nos hemos encontrado.<br />
En la comida nos han comentado que la ruta <strong>de</strong> los Castillos <strong>de</strong>l Valle <strong>de</strong>l<br />
Loira son patrimonio <strong>de</strong> la Humanidad, que no nos la po<strong>de</strong>mos per<strong>de</strong>r. Esta<br />
comida si que me está sentado bien, <strong>de</strong> primero nos ha puesto espinacas con<br />
gambas, <strong>de</strong>liciosas, luego una carne muy exquisita con salsa <strong>de</strong> manzana,<br />
para terminar con los quesos <strong>de</strong> siempre. Pero esta perspectiva <strong>de</strong> los castillos<br />
<strong>de</strong>l Loira me tiene subyugado. Nos han recomendado especialmente el <strong>de</strong> Blois<br />
y el <strong>de</strong> Amboise. <strong>El</strong> Búho se ha mostrado muy interesado, lo que le está<br />
cambiando Ainara, y parece que los veremos, esto promete.<br />
Ya tenemos la furgoneta arreglada gracias a las gestiones <strong>de</strong> Rafael y al final<br />
hemos <strong>de</strong>cidido partir sin más dilación. La <strong>de</strong>spedida ha sido emotiva, con<br />
alguna lágrima <strong>de</strong>l tío <strong>de</strong> José. Paco y Julio no han conseguido su propósito,<br />
excepto las promesas <strong>de</strong> verse en España, teléfonos, y direcciones.<br />
Se nos abre ahora un abanico <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacer turismo fluvial en<br />
algún punto <strong>de</strong> este río camino <strong>de</strong> Orleáns, hasta sacarnos una tarjeta para<br />
ver toda la zona y entrar gratis en todos los castillos. Francia es realmente<br />
bonita. <strong>El</strong> paisaje a veces es espectacular y sus ciuda<strong>de</strong>s están bien cuidadas,<br />
<strong>de</strong> momento lo único que echamos en falta son unas noches como las<br />
madrileñas, más largas y más locas. Aquí todo acaba muy pronto.<br />
José sigue un poco enfadado con Paco y Julio, el Búho está ausente mientras<br />
está con Ainara y el ambiente festivo <strong>de</strong> los tres primeros días se está<br />
diluyendo.
- Hay que coger dirección a Angers, luego según nos han comentado está<br />
Tours, Blois y Orleáns, comenté.<br />
- Pues a An<strong>de</strong>rs se ha dicho, respondió el Búho<br />
- Os acompañaré hasta Paris luego me cojo un tren y me vuelvo a Donosti, dijo<br />
Ainara<br />
A mí me pareció una propuesta excelente, Ainara estaba enturbiando el<br />
ambiente y sobre todo nos estaba minando a nuestra mayor distracción: <strong>El</strong><br />
Búho. A<strong>de</strong>más sin Ainara me gustaría hacerle unas preguntas, ya más<br />
distendidos, sobre como dio con nosotros, aunque sea sólo por curiosidad.<br />
- Pero que dices, tienes que seguir todo el mes con nosotros, respondió el<br />
Búho<br />
- Me gustaría mucho José Manuel, pero tengo cosas que hacer y a<strong>de</strong>más me<br />
estarán echando <strong>de</strong> menos en casa, dije que me iba un par <strong>de</strong> días con una<br />
amiga y voy a estar una semana fuera y no se que <strong>de</strong>cirles, se les pue<strong>de</strong><br />
ocurrir llamar a mi amiga y la tengo liada en casa. De todas maneras nos<br />
volveremos a ver, no te preocupes.<br />
- Pero ¿cuándo?¿dón<strong>de</strong>?<br />
<strong>El</strong> tono <strong>de</strong> la pregunta y el rostro <strong>de</strong>l Búho, provocó las risas <strong>de</strong> todos los<br />
colegas que le <strong>de</strong>jo fuera <strong>de</strong> juego, se quedó <strong>de</strong>scolocado mientras nosotros<br />
nos partíamos <strong>de</strong> risa.<br />
Giro a la <strong>de</strong>recha la furgoneta, frenó en seco y se bajo <strong>de</strong>l coche con Ainara.<br />
En ese momento nos <strong>de</strong>jó totalmente alucinados, si se le ocurría irse a Donosti<br />
nos quedábamos sin el alma <strong>de</strong>l grupo. Nos miramos unos a otros un poco<br />
aturdidos, y <strong>de</strong>cidimos que éste no iba a Donosti y sí que iba a recibir<br />
“Doshostis”.<br />
No sabemos lo que hablaron, sólo que se sentaron y dijo el Búho,<br />
- A Angers ¿no?<br />
- Y al resto <strong>de</strong> Europa, dijo José, por si acaso.<br />
De momento seguíamos los seis, pero evi<strong>de</strong>ntemente alguien sobraba.<br />
»<br />
Para nuestra sorpresa, Angers está a menos <strong>de</strong> 100 kilómetros <strong>de</strong> Nantes, por<br />
lo que llegamos antes <strong>de</strong> lo que pensábamos.<br />
Entramos en la ciudad bor<strong>de</strong>ando el río Maine, y según avanzamos nos<br />
quedamos en silencio, impresionados, pues se perfila la silueta <strong>de</strong>l Castillo <strong>de</strong><br />
Angers, majestuoso y muy medieval.<br />
Estábamos <strong>de</strong>seando parar, a ver si con un poco <strong>de</strong> suerte todavía podíamos<br />
entrar a visitarlo pues nos dijeron que <strong>de</strong>ntro exhiben un tápiz <strong>de</strong> mas <strong>de</strong> 100<br />
metros <strong>de</strong> largo. Hasta el Buho siente curiosidad. Des<strong>de</strong> que se está<br />
aficionando al arte está <strong>de</strong>sconocido.<br />
Después tendremos que pensar si seguir a Tours, que tampoco está muy lejos,<br />
o quedarnos aquí a pasar la noche. Es lo mas complicado <strong>de</strong>l viaje, pues<br />
apetece avanzar pero cada sitio en el que paramos nos embauca y cuesta<br />
tomar la <strong>de</strong>cisión.<br />
Yo reconozco que, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber <strong>de</strong>jado a Corinne en Nantes, no me quito<br />
<strong>de</strong> la cabeza la llegada a París y el reencuentro con mi amiga Sandra. Estoy
nervioso, pues <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> años escribiéndonos nos vamos a encontrar frente<br />
a frente.<br />
Finalmente, vamos lo mas rápido posible hacía el castillo y le dicen a Paco que<br />
po<strong>de</strong>mos entrar. Le advierten que hay algunas <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias que no se pue<strong>de</strong>n<br />
visitar pues se han cerrado ya y que tenemos una hora hasta el cierre total.<br />
Una hora para creernos que somos caballeros medievales, y fantasear con<br />
dragones y princesas. Seguro que Ainara está también encantada con este<br />
escenario, aunque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se bajó con José Manuel a hablar en la carretera,<br />
les noto mas serios y distanciados. No se que se dirían, pero espero que no<br />
afecte a nuestro viaje.<br />
De momento Paco y José ya corren hacía <strong>de</strong>ntro simulando que van sobre un<br />
caballo, mientras las chicas <strong>de</strong> la taquilla se ríen <strong>de</strong> nosotros.<br />
»<br />
Según se iban abriendo las puertas la imaginación empezaba a flotar,<br />
realmente era como un tunel en el tiempo, si mirabas hacia <strong>de</strong>lante te<br />
encontrabas en la época medieval, si volvias hacia atrás veías las taquillas y a<br />
las chicas que nos habían vendido las entradas, todavía sonreían al mirarnos,<br />
con sus or<strong>de</strong>nadores y su siglo XXI.<br />
Realmente parecía la puerta entre dos mundos.<br />
Teníamos que darnos prisa solo había una hora para verlo todo o por lo menos<br />
lo que quedaba abierto y no podíamos <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> ver el gran tapiz, seguro que no<br />
había otra ocasión.<br />
»<br />
Lo que no sabíamos ninguno <strong>de</strong> nosotros era que a Julio no le gustaban los<br />
castillos ni <strong>de</strong> lejos, pero si sabíamos que no soportaba que hiciéramos gracias<br />
para que las chicas se rieran con nuestras tonterías. Y él, melancólico por<br />
naturaleza, se ponía triste con estas cosas. Pue<strong>de</strong> que fuera por esto o porque<br />
se había colado <strong>de</strong> verdad por Corinne, el caso es que hizo el recorrido medio<br />
arrastrando los pies y en ningún momento se interesó por alguno <strong>de</strong> los<br />
tapices o por las armaduras. Eso sí, nos acompañó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la distancia.<br />
Yo seguía sus movimientos <strong>de</strong> reojo y veía que se sentaba en los escalones <strong>de</strong><br />
piedra cada vez que nos <strong>de</strong>teníamos. Cuando me daba cuenta <strong>de</strong> que ya no<br />
venía <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> nosotros volvía la cabeza y lo veía lejos, concentrado en<br />
escribir, pero estaba seguro <strong>de</strong> que aquellas notas no tenían nada que ver con<br />
armas, almenas, fosos o cualquier cosa que tuviera que ver con el castillo.<br />
No me equivoqué, pues una <strong>de</strong> las veces intenté acercarme a él para <strong>de</strong>cirle<br />
que se uniera al grupo y <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> escribir. Antes <strong>de</strong> guardar el papel pu<strong>de</strong> ver<br />
que las líneas que guardó con tanta prisa eran versos.<br />
Lo habíamos comentado entre nosotros y cada vez estábamos más<br />
convencidos <strong>de</strong> que el poema que él dijo que era <strong>de</strong> su padre el día que<br />
<strong>de</strong>sapareció para volver vestido <strong>de</strong> Travolta, en realidad era suyo. De hecho, le<br />
habíamos visto escribir a escondidas y la duda era cada vez más pequeña.<br />
Sobre todo, ahora que me acordaba perfectamente <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los versos que leí<br />
aquella tar<strong>de</strong> en la furgoneta mientras buscaba una pista para encontrarlo:<br />
“<strong>de</strong>l mundo, que es un castillo”, eso <strong>de</strong>cía. Me acuerdo bien porque es un<br />
verso que me hizo pensar. Y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> verle arrastrar los pies toda la tar<strong>de</strong>,<br />
estaba claro que a Julio los castillos no le gustaban…<br />
Claro que quizá se hubiera colado <strong>de</strong> verdad por Corinne y escribir aquellos<br />
versos mientras los <strong>de</strong>más mirábamos piedras y armas le ayudaba a estar<br />
flotando en su nube y pensando, quien sabe si en Corinne o tal vez en las
chicas <strong>de</strong> la taquilla. Le conozco bien y estoy seguro <strong>de</strong> que no le gustó nada<br />
que las <strong>de</strong> la taquilla se rieran <strong>de</strong> Paco y José cuando entraron montados a<br />
lomos <strong>de</strong> caballos imaginarios. Como críos, había dicho Julio cuando los vio<br />
trotar sin montura hacia la entrada. Estaba a mi lado cuando lo dijo y pu<strong>de</strong><br />
ver cómo al <strong>de</strong>cirlo su cara se convirtió en una antorcha encendida. Muchas<br />
veces me había confesado Julio que no soportaba esa timi<strong>de</strong>z que le separaba<br />
<strong>de</strong> la vida. Estaba claro que para viajar era mucho más apetecible el Julio<br />
Travolta y dispuesto a todo que este otro Julio más tristón. Pero los que le<br />
conocíamos bien habíamos aprendido a <strong>de</strong>jarle solo y, a la vez, a estar cerca<br />
por si hacía falta. Cuando uno se separa <strong>de</strong> la vida quizá no sea fácil aceptar<br />
que el mundo se le confunda con chicas que ríen, con taquillas, con antorchas<br />
medievales o con bocadillos <strong>de</strong> morta<strong>de</strong>la".<br />
»<br />
...Y <strong>de</strong> pronto, no sé cómo, me encuentro ante el fin. Ante el Apocalipsis. Cien<br />
metros <strong>de</strong> hermosura sin límites se extien<strong>de</strong>n ante mis pupilas que intentan<br />
sin éxito abarcarlo todo, peinar hasta el úlltimo <strong>de</strong>talle <strong>de</strong>l tapiz encargado<br />
hace seis siglos por Luis Iro <strong>de</strong> Anjou.<br />
Veo una mujer, una mujer <strong>de</strong> largos cabellos y un vestido que fluye sobre los<br />
escalones. La prostituta <strong>de</strong> Babilonia se refleja en el espejo.<br />
»<br />
Veo hermosos ángeles postrados <strong>de</strong> alas azules, veo, ..veo...que estoy solo en<br />
la sala y que ya hace un buen rato que no sé nada <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más así que<br />
comienzo a buscarlos. Al principio los llamo tímidamente, como susurrando.<br />
- ¿Paco? ¿Ainara?..<br />
Ninguno contesta lo cual comienza a ponerme muy muy nervioso. Comienzo a<br />
andar más rápido, más rápido. Doblo la esquina y ... me <strong>de</strong>tengo justo a<br />
tiempo <strong>de</strong> no interrumpir la escena.<br />
Paco acaricia el pelo <strong>de</strong> Ainara y se dispone a darle un beso. Je je. <strong>El</strong> último<br />
en llegar y se lleva el gato al agua. Si es que no hay <strong>de</strong>recho, pienso para mí ya<br />
más tranquilo tras haberlos encontrado.<br />
Al tiempo <strong>de</strong>scubro que no me gusta nada esa chica. Que quiero llegar a París<br />
y per<strong>de</strong>rla <strong>de</strong> vista cuanto antes.<br />
»<br />
Tras el recorrido por el Castillo nos hemos quedado aparcados al lado <strong>de</strong> la<br />
muralla y hemos abierto el doble techo <strong>de</strong> la furgoneta. Hoy para cenar<br />
tenemos huevos fritos y morcilla, vamos a ver si se le impregna algo <strong>de</strong>l humo<br />
que sale <strong>de</strong> nuestra cocina a este histórico castillo para que sepa cuales son<br />
los aromas <strong>de</strong> España, nada <strong>de</strong> coles, alcachofas y quesos, ¡morcilla y huevos<br />
fritos!. <strong>El</strong> chorizo frito lo <strong>de</strong>jaremos para la torre Eiffel.<br />
La cena ha resultado estupenda aunque el comedor se queda pequeño para<br />
seis. Para dormir volvemos con las estrecheces. Vamos a intentar dormir los<br />
seis, lo siento por Ainara que le toca en los asientos <strong>de</strong> a<strong>de</strong>lante, si se amolda<br />
con el volante y la caja <strong>de</strong> cambios dormirá bien, nosotros todos juntos <strong>de</strong>trás.<br />
Yo me he tirado rápidamente en una esquina, así me garantizo que los<br />
codazos y <strong>de</strong>más sólo vienen en una dirección, y <strong>de</strong> paso la pared está más<br />
fresquita. Cuando estábamos sin chica llegamos a realizar concursos <strong>de</strong>
posturas, pedos e idioteces varias, ahora con Ainara estamos <strong>de</strong> un formal y<br />
un comedido que asusta, nos parecemos a nuestros padres.<br />
- ¡leñe! Que golpe me he dado. Pero si estamos en ruta, ¿dón<strong>de</strong> estamos?,<br />
pregunté <strong>de</strong> repente.<br />
- Cerca <strong>de</strong> Blois, contestó <strong>El</strong> Buho que sorpren<strong>de</strong>ntemente estaba<br />
conduciendo junto a Ainara, y digo sorpren<strong>de</strong>nte porque, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lo que<br />
dijo Ainara, daba la impresión <strong>de</strong> que lo que no le apetecería llegar pronto a<br />
Paris.<br />
- Y ¿qué ha pasado con Tours?, preguntó Paco mientras se <strong>de</strong>sperezaba a mi<br />
lado<br />
- Pues que se ha quedado a bastantes kilómetros <strong>de</strong> aquí. Pasamos esta<br />
madrugada cerca, pero como alguien quería ver el castillo <strong>de</strong> Blois, aquí<br />
estamos. Id calentando leche y hacer café que ahora paro. ¡ah! Por cierto,<br />
como Ainara y yo no hemos dormido os agra<strong>de</strong>ceríamos mucho que nos<br />
<strong>de</strong>jaráis dormir esta mañana tranquilamente, respondió el Búho.<br />
Por eso había dormido tan a gustito, <strong>de</strong> un tirón, sólo éramos cuatro atrás y<br />
eso se nota. La verdad es que dormir con el ruido constante <strong>de</strong> la carretera es<br />
como un somnífero, si la carretera es recta, claro está. No me he enterado <strong>de</strong><br />
nada.<br />
- Nosotros po<strong>de</strong>mos coger un barco esta mañana , si no es muy caro.<br />
Recuerdo que mi tío me dijo que salían algunos <strong>de</strong> Blois, ¿qué os parece<br />
chicos?, dijo José.<br />
- Pues me parece <strong>de</strong> fábula, y si el río está bien nos damos un chapuzón y nos<br />
duchamos <strong>de</strong> paso que aquí huele a tigre, respondío Julio.<br />
- Al que se le ocurra volver a comprar queso se lo tatuamos en el pecho, aquí<br />
no huele a tigre huele a los quesos que habéis comprado para vuestras<br />
familias, propongo comérnoslos cuanto antes o si no aquí no vuelve a entrar<br />
nadie, esto apesta, dijo José.<br />
- Es cierto, respondí. ¡¡Es el roquefort!!<br />
Tras el <strong>de</strong>sayuno <strong>de</strong>jamos a la parejita echarse un poco y nos fuimos al río<br />
Loira para ver si encontrábamos la salida <strong>de</strong>l barco y, sobre todo, el precio.<br />
Cerca <strong>de</strong> la entrada al barco un pastor alemán vino hacia nosotros <strong>de</strong> forma<br />
alocada, estaba a unos cien metros y al verle venir me empezaron a temblar<br />
las piernas. Lo <strong>de</strong> los perros era un trauma infantil que tenía. <strong>El</strong> cabrón <strong>de</strong><br />
perro vino directo hacía mí y se me tiró encima, casi era más alto que yo.<br />
Estaba aterrorizado, nadie me ayudó en ese pequeño instante, esperaba que<br />
aparecería el dueño <strong>de</strong>l perro o que el chucho endiablado haría caso <strong>de</strong> algún<br />
silbido, pero no ocurrió nada. <strong>El</strong> pastor alemán me metió un mordisco en el<br />
glúteo que <strong>de</strong>bió durar una eternidad, yo empecé a correr y llevaba<br />
arrastrando al animal que seguía clavándome sus afiliados dientes en mi culo.<br />
La situación <strong>de</strong>bió parecer grotesca a mis amigos porque entre que no<br />
intervenían para ayudar, quizás el mismo miedo, y entre que se reían, me<br />
estaba irritando mucho. Al final apareció un señor que no se que le dijo en<br />
francés y apartó al puto perro <strong>de</strong> mi trasero. Yo caí al suelo retorciéndome <strong>de</strong><br />
dolor y mis amigos, ahora sí, me bajaron los pantalones para ver que había<br />
ocurrido. <strong>El</strong> mordisco que me había metido había penetrado unos cuantos<br />
centímetros y sangraba abundantemente.<br />
He cambiado el viaje en barco por la furgoneta camino <strong>de</strong>l hospital, aún me
duele horrores y creo que me van a tener que dar algún punto y no se si una<br />
vacuna contra la rabia, estoy asustado, muy asustado. No se me quita la<br />
imagen primera cuando al animal me echó su aliento y le vi sus colmillos<br />
cerca <strong>de</strong> mi cara, estaba paralizado, el milagro ha sido que me mordiera<br />
<strong>de</strong>trás.<br />
Mis amigos no se que están diciendo <strong>de</strong>l Búho, pero me temo que hoy no va a<br />
po<strong>de</strong>r dormir a gusto. Menos mal que está Ainara, voy agarrado <strong>de</strong> su mano y<br />
es lo único que me reconforta ahora mismo. ¡Qué <strong>de</strong>sastre <strong>de</strong> día!<br />
»<br />
Suave tío, que ella es mi chica!- me dijo el Buho, no te le acerques mucho que<br />
van a parecer mellizos. y se mantuvo sentado en la parte posterior <strong>de</strong> la<br />
furgoneta, mientras que Paco manejaba.<br />
Calma Joselito-dijo amorosamente Ainara-no ves que el pobre está todo<br />
lastimado, hay que darle valor al hombre para que no se <strong>de</strong>splome- y diciendo<br />
esto me acercó su cantimplora llena <strong>de</strong> agua para po<strong>de</strong>r beber un poco.<br />
Yo por supuesto, no dije nada <strong>de</strong> lo que había visto horas antes, la escena que<br />
tuvieron Paco y Ainara, para qué mortificar al Buho ahorita,pensé, luego,<br />
hablaré bien con él, y trataré <strong>de</strong> que se <strong>de</strong> cuenta realmente como es su chica.<br />
Que dolor!, me dolía hasta el alma aquel mordizco, las lágrimas recorrían mi<br />
cara, pero yo, tenía que ser fuerte, un hombre nunca llora, <strong>de</strong>cía mi padre, en<br />
terminos machistas, un hombre nunca llora, pero este dolor, mata a<br />
cualquiera.<br />
Llegamos por fin al hospital más cercano, yo estaba que no podía más. Paco y<br />
José me llevaron por la puerta <strong>de</strong> emergencias y Ainara se quedó en la entrada<br />
a dar todos mis datos( previamente le habíamos indicado cúales datos) y<br />
arreglando la cuenta <strong>de</strong> la consulta, pues el Buho se ofreció a pagar las<br />
atenciones.Luego ya, le retribuiría ese gesto.<br />
<strong>El</strong> medico me revisó, luego que la enfermera limpiara y <strong>de</strong>sinfectara la zona<br />
herida con abundante alcohol, y me dijo que por suerte la herida no pasó a<br />
mayores, tenía que aplicarme eso si, una inyección antirrábica para prevenir,<br />
pero yo, le tenía terror a la agujas. Caballero nomás, tuve que aplicarmela,<br />
pues no podía renegar, estabamos con compañía <strong>de</strong> mujer, y no podía quedar<br />
como un cobar<strong>de</strong>.<br />
Me recetó unos antibióticos que al punto los tomé, y eso sí, no hacer mucho<br />
esfuerzo, que el dolor persistirá por un par <strong>de</strong> días más pero no es <strong>de</strong> mucha<br />
gravedad.<br />
Suerte que tuve, pero ya me siento un poco mejor, sobretodo, <strong>de</strong> tener amigos<br />
que se preocupen por mí.<br />
Volvimos más tranquilos a la furgoneta, ahora yo en la parte trasera para<br />
po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>scansar mejor, el Buho a mi costado, Paco manejando, y<br />
Ainara...Ainara al lado <strong>de</strong> Paco!, <strong>de</strong>finitivamente esto estaba bastante raro.<br />
José Manuel no se dió cuenta, estaba <strong>de</strong>masiado cansado, pensó que Ainara<br />
también se echó a su lado, pues ella vino hacia la parte trasera un momento,
pero como quien lleva más agua, se fue para la parte <strong>de</strong>lantera.<br />
Esto no pue<strong>de</strong> ser!, es ya <strong>de</strong>masiado. Le iba a <strong>de</strong>cir a Búho, pero lo vi tan<br />
agotado, que preferí <strong>de</strong>jarlo <strong>de</strong>scansar. Total, ella no vale la pena-pensé-<br />
apenas <strong>de</strong>spiertes amigo, te contaré las cosas como son- y diciendo esto, me<br />
venció el sueño por los antibioticos que había tomado.<br />
Seguimos a<strong>de</strong>lante nuestro viaje, espero que en la proxima parada, todo tenga<br />
explicación.<br />
»<br />
Un par <strong>de</strong> horas <strong>de</strong>spués llegamos a Le Mans. Nuestros estómagos rugen más<br />
que el león <strong>de</strong> la Metro así que <strong>de</strong>cidimos <strong>de</strong>tenernos para comer algo. Gracias<br />
al francés <strong>de</strong> Paco logramos pedir tortilla, queso, zumo...y me siento en la<br />
gloria. Me gustaría hablar con el Buho pero temo que el viaje se estropée así<br />
que reflexiono. Estamos a apenas doscientos kilómetros <strong>de</strong> París, una <strong>de</strong> las<br />
ciuda<strong>de</strong>s más bonitas <strong>de</strong>l mundo, quizá nunca volvamos a tener la<br />
oportunidad <strong>de</strong> hacer un viaje como este todos juntos y <strong>de</strong> todas formas<br />
Ainara nos <strong>de</strong>jará entonces y volverá a Donosti. Tal vez nunca volvamos a<br />
verla así que...¿para qué fastidiarlo todo contando algo que no nos va a llevar<br />
a ningún lado? No sé, no es mentir, sólo ocultar información.<br />
»<br />
Pasé todo el día con la pierna tiesa, no podía moverla, el perro me había dado<br />
el viaje. Mis amigos que ya se estaban cansando un poco <strong>de</strong> ver castillos y <strong>de</strong><br />
ver el río <strong>de</strong>cidieron seguir hacia Paris, y me quedé con las ganas <strong>de</strong> ver el<br />
Castillo <strong>de</strong> Blois y <strong>de</strong> montar en un barco por el río. <strong>El</strong> caso es que el Castillo<br />
<strong>de</strong> Blois lo voy a ver toda mi vida, curiosamente lo veo <strong>de</strong> fondo tras la boca<br />
<strong>de</strong>l pastor alemán en mis pesadillas.<br />
Lo que prometía ser una ruta fantástica por los castillos <strong>de</strong>l Loira, con<br />
ciuda<strong>de</strong>s con mucho renombre y probablemente preciosas, se convirtió en<br />
carretera y más carretera. A<strong>de</strong>más con el fin <strong>de</strong> ahorrar, empezamos a <strong>de</strong>jar <strong>de</strong><br />
ir por las autopistas, cuyo peaje era bastante caro, y utilizamos las carreteras.<br />
Pasamos por Orleáns sin ver absolutamente nada. Propuse ir hacia Chartres y<br />
al menos ver la catedral, aunque fuese <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la furgoneta, pero nada. Sólo<br />
París, Paris y Paris, yo también quería ir a Paris, lo <strong>de</strong>seaba, pero pe<strong>de</strong>rme<br />
todas estas posibilida<strong>de</strong>s me cabreaba, quien sabe si alguna vez volvería otra<br />
vez por aquí.<br />
Al final <strong>de</strong>cidimos parar en un pueblo que se llama Etampes, cerca <strong>de</strong> Paris.<br />
Aprovechamos para cenar en la furgoneta y salir a tomar algo luego. La cena<br />
transcurrió más sería <strong>de</strong> lo que era habitual, algo no andaba bien. Julio<br />
seguía mohíno, ni Corinne le había levantado la moral. José sólo quería salir<br />
<strong>de</strong> noche y era el único al que se le veía animado en estos instantes. <strong>El</strong> Búho y<br />
Paco estaban muy raros, junto con Ainara se podía palpar la tensión y yo<br />
seguía viendo al perro en mi cabeza a todas horas.<br />
Para colmo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sdichas al arrancar la furgoneta para ir al centro <strong>de</strong> la ciudad<br />
vimos que no arrancaba <strong>de</strong> ninguna manera, ¡se había estropeado!. Salimos<br />
fuera y empujaron la furgoneta hasta que el Búho logró arrancarla, menos mal<br />
que aún nos quedaba esta posibilidad. Me temo que nos vamos a poner
cachas si tenemos que estar todo el mes arrancando la furgoneta a<br />
empujones, y digo todo el mes porque hay una parte buena, muy buena, y es<br />
que se ha estropeado el cuentakilómetros, llevábamos dos mil ochocientos<br />
kilómetros y ahí nos hemos quedado. Nos va a suponer un ahorro<br />
consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong> dinero, podríamos ir a Moscú y seguir con este kilometraje y<br />
no pagar por los kilómetros hechos, así que va a ser que no la vamos a<br />
arreglar <strong>de</strong> ninguna manera.<br />
Nos metimos en un café que tenía unas mesas estupendas en el exterior y<br />
pedimos unas copas, ya no íbamos a conducir así que nos lo podíamos<br />
permitir todos. Después <strong>de</strong> una hora distendida y cuando ya nos íbamos a ir,<br />
aparecieron unos macarras franceses que empezaron a <strong>de</strong>cirnos<br />
- ¡esgpagnoles mieggdaaaaaaaa!<br />
- ¡Gitanos!<br />
Nosotros éramos cinco y ellos también pero la pinta <strong>de</strong> cada uno era diferente,<br />
la suya era muy disuasoria, rapados, tatuados, altos y fuertes. Solo Paco<br />
parecía estar a su altura.<br />
En ese momento <strong>de</strong> tensión apareció el Búho que venía <strong>de</strong>l servicio y su pinta<br />
no podía ser mas lamentable, iba con bañador y una camiseta que le<br />
transparentaba la barriguita, y encima venía con la gotita <strong>de</strong> hacer pis<br />
marcada en el bañador, un bochorno.<br />
Los macarras seguían con su agresión verbal,<br />
- ¡espagnoles cegdos!<br />
Y proferían gritos en francés seguidos <strong>de</strong> risas. Seguro que pensaban que<br />
éramos unos cobar<strong>de</strong>s ... y acertaban.<br />
Nos levantamos y nos dirigimos muy dignos hacia la furgoneta que estaba<br />
aparcada enfrente. En el camino uno <strong>de</strong> los macarras escupió en el suelo a<br />
nuestro paso, otro me rozó con el hombro y yo con la pata coja casi me caigo<br />
encima <strong>de</strong> una pareja.<br />
Nosotros ni caso, a lo nuestro. <strong>El</strong> Búho subió al volante. José, Paco y Julio se<br />
pusieron <strong>de</strong>trás a empujar la furgoneta, mientras Ainara y yo permanecíamos<br />
fuera soportando frases que no entendía <strong>de</strong> estos energúmenos.<br />
La furgoneta logró arrancar, nos subimos todos y ahí fue don<strong>de</strong> pudimos dar<br />
rienda suelta a nuestra rabia. Empezamos a insultarles, a hacerles butifarras,<br />
mientras estos nos seguían corriendo y tirando piedras. Nuestros insultos se<br />
limitaban a llamarles,<br />
fus, miterranes, fromatge, chiracos. Nuestro francés era lamentable, pero la<br />
forma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirlo bastaba. No cuento lo que les dijimos en español. Cuando<br />
ellos pararon <strong>de</strong> correr, el Búho paró la furgoneta y puso la marcha atrás,<br />
nosotros seguíamos gritando ya fuera <strong>de</strong> sí. Los macarras volvieron a correr<br />
<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> nosotros y arrancó el Búho a toda velocidad, casi <strong>de</strong>rrapando, sin<br />
parar salimos <strong>de</strong> Etampes <strong>de</strong> estampida.<br />
Esa noche el cachon<strong>de</strong>o fue tremendo. Nos reímos <strong>de</strong> nosotros mismos<br />
durante horas, luego caímos dormidos. Cuando nos quisimos dar cuenta era<br />
la hora <strong>de</strong> comer. <strong>El</strong> día anterior había llamado a Sandra para <strong>de</strong>cirle que
mañana llegábamos a Paris, así que tras <strong>de</strong>sayunar o comer, no se, nos<br />
pusimos en marcha hacia Paris.<br />
Una hora <strong>de</strong>spués estábamos en una <strong>de</strong> las autopistas que ro<strong>de</strong>an Paris, ya<br />
veíamos al fondo la Torre Eiffel, ¡que maravilla!, el vello se me ponía <strong>de</strong> punta,<br />
me emocionaba ver esa imagen.<br />
Teníamos que ir a Lozere, pero en la autopista no veíamos ningún cartel con<br />
ese nombre. Empezamos a dar vueltas sin saber don<strong>de</strong> estábamos. Unas veces<br />
la Torre Eiffel estaba a la <strong>de</strong>recha, otras a la izquierda, llevábamos más <strong>de</strong> dos<br />
horas dando vueltas por las autopistas y <strong>de</strong>cidimos ir hacia el centro <strong>de</strong> la<br />
ciudad. Nos metimos en un atasco <strong>de</strong>scomunal. Las horas pasaban, las tres,<br />
las cuatro, las cinco, las seis. A esta hora divisamos el Arco <strong>de</strong>l Triunfo,<br />
nuestra calle iba directa hacia él. Al llegar allí, no podía <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> mirarle, pero<br />
<strong>de</strong> repente se le caló la furgoneta al Búho, se había puesto nervioso, ya que<br />
allí salían ocho, diez, doce calles, no se. Los coches pasaban por todos los<br />
sitios y nosotros en medio ahí parados. Tuvimos que bajar todos a empujar la<br />
dichosa furgoneta, casi nos jugamos la vida, allí no paraba nadie, y nosotros<br />
<strong>de</strong> ridículo en ridículo. La primera vez que veíamos el Arco <strong>de</strong>l Triundo y<br />
estábamos corriendo tras una furgoneta. Logramos arrancar y al final<br />
preguntando, preguntando fuimos acercándonos a Lozere, que resultó ser un<br />
barrio <strong>de</strong> las afueras, y Paris era inmenso.<br />
Cuando logramos dar con la calle y el número eran las diez y media <strong>de</strong> la<br />
noche y no había ni un alma por las calles. Parecía <strong>de</strong> madrugada en España.<br />
Llamé tímidamente, un poco asustado, allí no parecía que hubiera nadie.<br />
Después <strong>de</strong>l segundo intento apareció el padre <strong>de</strong> Sandra, o eso parecía, ¡en<br />
pijama!.<br />
- Perdón, es que nos hemos perdido, dijo Paco en su francés peculiar<br />
<strong>El</strong> padre restó importancia a la hora y nos recibió extendiéndonos la mano y<br />
abriéndonos las puertas <strong>de</strong> su casa. Paco y yo entramos. Estábamos muy<br />
cortados. Toda la familia fue apareciendo. La madre, la hermana pequeña y<br />
Sandra. Cuando vi a Sandra se me iluminaron los ojos. <strong>El</strong>la vino hacía mí<br />
sonriendo y me dio un abrazo y un beso que me curó todos los males.<br />
A Sandra la conocía <strong>de</strong> una fiesta en Madrid. Era el verano <strong>de</strong>l noventa y ocho,<br />
y un día caluroso <strong>de</strong>l mes <strong>de</strong> julio, mi amigo Antonio dio una fiesta en su casa<br />
<strong>de</strong> la Plaza <strong>de</strong> Roma. Era la primera vez que iba por esa parte <strong>de</strong> Madrid. Allí<br />
había muchos extranjeros que no se <strong>de</strong> don<strong>de</strong> habían salido, la fiesta era muy<br />
animada. Antonio me presentó a su prima francesa Sandra. Me pasé toda la<br />
noche hablando con ella. Iba a estar una semana en Madrid, así que me ofrecí<br />
a enseñarle todo Madrid. Esa semana fue maravillosa, estuve con Sandra<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la mañana hasta la noche, pero en cuanto a ligar, no pasó nada <strong>de</strong><br />
nada. No me distinguía por la audacia precisamente.<br />
Estuve escribiéndome cartas con ella todo el año, y a medida que cogía<br />
confianza le fui diciendo <strong>de</strong> todo, que la quería, que la echaba <strong>de</strong> menos, que<br />
contaba los días para volver a verla.<br />
Y aquí estaba yo, más avergonzado que todas las cosas. Nos ofrecieron cenar,<br />
y ahí estábamos todos comiendo mientras ellos nos miraban en pijama. <strong>El</strong>los
no hablaban español, excepto un poco Sandra, lo que la hacía más<br />
encantadora. Nosotros no hablábamos francés, excepto un poco Paco, y allí<br />
estaba el pobre traduciendo,<br />
- Dile que todo está exquisito, <strong>de</strong>cía José a Paco, y este traducía.<br />
- Diles que perdonen por el retraso, y así toda la cena<br />
Paco por su parte nos traducía lo que el padre <strong>de</strong>cía, que si el viaje bien, que<br />
si adon<strong>de</strong> vamos, que si cuando partimos, en fin, una retahíla <strong>de</strong> la que no me<br />
enteraba <strong>de</strong> nada, a mi lo que me interesaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquel momento era<br />
Sandra, sólo Sandra, Paris bien valía otra visita otro año.<br />
Esa noche Sandra me llevó a una habitación que tenía preparada para mí, y<br />
Ainara se fue a dormir con Sandra en su habitación. <strong>El</strong> resto <strong>de</strong>l grupo durmió<br />
en el sótano <strong>de</strong>l chalet, en unas colchonetas.<br />
No podía dormir, no me podía creer que estuviera allí, que Sandra estuviera<br />
tan cerca y que todo eso fuera realidad. Lo había soñado tantas veces que no<br />
podía dar crédito a lo que me estaba pasando. Mientras le estaba dando<br />
vueltas apareció Sandra en mi habitación. Me asusté, no estaba acostumbrado<br />
a estas situaciones, al fín y al cabo estaba en casa <strong>de</strong> sus padres y con estos<br />
durmiendo al lado.<br />
Sandra se metió en mi cama, no parecía dispuesta a seguir esperando como<br />
en Madrid,<br />
- ¿qué haces, nos pue<strong>de</strong>n oir?, le dije<br />
- no te preocupes, no pasa nada, dijo Sandra con su acento francés y tan<br />
dulce.<br />
Ya no dije nada más, me <strong>de</strong>jé llevar por las caricias <strong>de</strong> Sandra. Seguía<br />
asustado porque no era un experto haciendo el amor. Las veces que lo había<br />
hecho, que eran pocas, no me había distinguido por ser un Casanova. Esto lo<br />
comprobó rápidamente Sandra. No lo pu<strong>de</strong> resistir. Pero ahí estaba dispuesto<br />
a volver a empezar, una y otra vez si hacía falta.<br />
Esa noche fue la noche más mágica <strong>de</strong> toda mi vida, y me enamoré <strong>de</strong> ella más<br />
<strong>de</strong> lo que lo había hecho por ninguna otra chica en toda mi vida.<br />
»<br />
A la mañana siguiente todos estábamos muy excitados, Paris en nuestros<br />
sueños durante este último año, era el punto central que daba sentido a<br />
nuestro viaje. Todos queríamos conocerla, aunque cada uno tenía sus razones.<br />
<strong>El</strong> día anterior habíamos conocido sus autopistas y algunas calles con sus<br />
atascos, que en nada la diferenciaban <strong>de</strong> Madrid.<br />
Tras el <strong>de</strong>sayuno en casa <strong>de</strong> Sandra, queríamos irnos rápidamente a conocer<br />
la ciudad, pero el padre <strong>de</strong> Sandra, François, nos dijo que lo mejor sería que<br />
nos diéramos un baño antes <strong>de</strong> salir, lo que nos pareció una buena i<strong>de</strong>a.<br />
Una hora <strong>de</strong>spués estábamos en el metro <strong>de</strong> Lozere camino <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong><br />
Paris. Teníamos una guia espectacular, una parisina.<br />
Lo que más anhelaba era, ya que no pu<strong>de</strong> ir en barco por el Loira, ir en barco
por el Sena y mejor si iba solo con Sandra.<br />
Paris estaba encima <strong>de</strong> nosotros y el día sólo acababa <strong>de</strong> empezar. Hay días en<br />
la vida <strong>de</strong> una persona que nunca se olvidan, que permanecen inalterables en<br />
la retina y tenía la impresión <strong>de</strong> que ese iba a ser uno <strong>de</strong> ellos, y eso a pesar<br />
<strong>de</strong> no haber casi dormido.<br />
»<br />
París!!!!!!! llegamos a París!!!!!!!!!!! coreábamos al unísono, todos muy contentos<br />
por el largo viaje que ya daba frutos <strong>de</strong> alegría, todos alegres, salvo la vaga<br />
mirada <strong>de</strong> Ainara, que ahora estaba pensativa. No sabía que es lo que sucedía<br />
en su cabeza, no podía leer sus pensamientos, pero la observaba,<br />
atentamente, pues <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo, la consi<strong>de</strong>raba una amiga, habíamos<br />
compartido todos gratos momentos, <strong>de</strong> amistad, <strong>de</strong> alegría, <strong>de</strong> tristezas, ella<br />
siempre estuvo ahí, claro, más cerca <strong>de</strong> José Manuel, y luego <strong>de</strong> Paco, pero<br />
estuvo ahí.<br />
Veremos la torre Eiffel, con su majestuosidad señorial, toda la ciudad<br />
iluminada, pues llegamos en la tar<strong>de</strong>, no por gusto la <strong>de</strong>nominan la Cuidad<br />
Luz, es esplendorosa, expectacular.<br />
Todos bajamos <strong>de</strong> la furgoneta, con las cámaras fotográficas que trajimos para<br />
plasmar la hermosura <strong>de</strong> la ciudad, la monumentalidad <strong>de</strong> la Catedral <strong>de</strong><br />
Notre Dame, la elegancia <strong>de</strong> la Torre Eiffel y la esplendorosa pirámi<strong>de</strong> <strong>de</strong>l<br />
Louvre, también pudimos <strong>de</strong>gustar en los brasseries, así llaman aquí a lugares<br />
parecidos a las cafeterías, variadas exquisitas biandas y el famoso chocolate<br />
caliente que tanto les gusta a los franceses, en especial a los parisinos.<br />
Volviendo a Ainara, y no es que sienta "algo mas" por ella, sino que, como<br />
amiga me preocupa, estaba muy melancólica, pues ahora José Manuel había<br />
mantenido cierta distancia hacia ella y Paco también, pues supe que ellos tres<br />
tuvieron una seria conversación en privado, al parecer a José Manuel no se le<br />
escapa ningun <strong>de</strong>talle y se habría dado cuenta <strong>de</strong> que sucedía algo extraño,<br />
por eso propuso la conversación entre los tres. Des<strong>de</strong> allí a Ainara la veo triste.<br />
Chicos, ahora si me vuelvo, vuelvo a Donosti-nos dijo Ainara- ya disfruté <strong>de</strong> la<br />
visita a París, pero tengo que volver, mis padres y mi escuela <strong>de</strong> teatro me<br />
esperan.<br />
No te vayas Ainarita- le dijo Julio- te vamos a extrañar un chorro.<br />
Me gustaría quedarme, pero tengo mucho que reflexionar, este viaje me ha<br />
servido para po<strong>de</strong>r darme cuenta que tengo que poner mi vida en or<strong>de</strong>n. Los<br />
voy a extrañar mucho tíos, pero me tengo que ir- diciendo esto, se acercó a<br />
José Manuel y le dió un fuerte abrazo y casi casi un beso,luego le susurró algo<br />
al oído y se alejó <strong>de</strong> él para <strong>de</strong>spedirse <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más.<br />
Tienes dinero Ainara- le dije- sino es así po<strong>de</strong>mos prestarte entre todos.<br />
No se preocupen que yo tengo ahí unos euros, con eso me basta para po<strong>de</strong>r<br />
llegar a Donosti sin problemas, sigan uste<strong>de</strong>s su camino, que yo estoy segura<br />
que van a vivir experiencias inolvidables, recuer<strong>de</strong>n siempre que en mí podrán<br />
encontrar a una amiga que estará dispuesta a ayudarles mas a<strong>de</strong>lante en lo
que necesiten. Cui<strong>de</strong>nse mucho, parto ahora mismo.<br />
Y diciendo esto, recogió sus pequeñas pertenencias <strong>de</strong> la furgoneta y se dirigió<br />
a la estación más cercana, rumbo a Donosti.<br />
Al momento <strong>de</strong> alejarse todos sentimos melancolía por la amiga que regresa,<br />
pero también cierto alivio en nuestro interior, alivio porque las cosas no<br />
llegaron a mayores, todo estuvo sin mayores problemas.<br />
Seguiremos visitando la ciudad <strong>de</strong> París, para luego continuar con nuestra<br />
ruta.<br />
»<br />
Planteamos la noche con un objetivo claro. Era una recomendación expresa<br />
que habíamos recibido, y por otro lado lo habíamos leído en todos los sitios:<br />
Montmartre. Con 18 años, y una vez visto que la ida <strong>de</strong> Ainara tenías más<br />
luces que sombras para nosotros, nos hacía <strong>de</strong> nuevo ser una piña <strong>de</strong><br />
amigotes, llenos <strong>de</strong>l espíritu bohemio propio <strong>de</strong> la edad, ¿qué mejor sitio, que<br />
en el que se encontraban y vivían Picasso o Toulouse-Lautrec, en el que se<br />
encontraba el Moulin Rouge, y que <strong>de</strong>sprendía glamour y belleza por cada<br />
calle que se recorría, por cada esquina que se doblaba?<br />
No había duda. Montmartre.<br />
»<br />
Decidimos subir en el funicular, y ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> él la vista es espectacular. La<br />
basílica <strong>de</strong>l Sacre Coeur no tiene nada que envidiar a la catedral <strong>de</strong> Notre<br />
Dame. Aún siendo mas pequeña, tan blanca, resplan<strong>de</strong>ce y rezuma encanto<br />
por cada rincón.<br />
Callejeando llegamos a la Plaza du Tertre o plaza <strong>de</strong> los pintores, por la<br />
cantidad <strong>de</strong> ellos que están allí reunidos, mostrando sus obras y trabajando.<br />
Aunque una mayoría <strong>de</strong> los que allí estamos somos turistas, el ambiente que<br />
se respira es muy francés…quizá porque suena algún acor<strong>de</strong>ón <strong>de</strong> fondo. Hay<br />
muchísimo ambiente en las terrazas y tiendas <strong>de</strong> alre<strong>de</strong>dor, pues aunque está<br />
anocheciendo la temperatura es suave. Nos apetece muchísimo per<strong>de</strong>rnos por<br />
todas estas calles.<br />
De pronto nos damos cuenta <strong>de</strong> que estamos frente al Moulin Rouge. A Buho<br />
le <strong>de</strong>cepciona un montón.<br />
- Pero si es un molino normal y corriente! ¡Que digo, si mas bien es pequeño!<br />
No <strong>de</strong>be caber tanta gente ahí…<br />
En fín, yo estoy encantado con todo. Esta ciudad me tiene embrujado. Y para<br />
colmo no me quito <strong>de</strong> la cabeza los recuerdos <strong>de</strong> anoche...Todavía siento las<br />
caricias <strong>de</strong> Sandra en mi piel.<br />
Parece mentira que sólo hace unos días aún estábamos en el barrio hablando<br />
<strong>de</strong> cómo sería todo esto.<br />
»<br />
Verda<strong>de</strong>ramente, la llegada a París había <strong>de</strong>spejado todas las dudas y los<br />
escozores que se habían ido generando por el camino. Nos sentíamos
pletóricos, exultantes. Era una sensación difícil, bueno, imposible, <strong>de</strong> explicar.<br />
<strong>El</strong> gusanillo que se siente ante un primer amor que te <strong>de</strong>slumbra. No<br />
imaginábamos el límite <strong>de</strong> nuestra estancia allí. Queríamos hacer muchos<br />
kilómetros <strong>de</strong> pateo <strong>de</strong> ciudad, atravesar todos los puentes <strong>de</strong>l Sena, hacer el<br />
gandul en el Arco <strong>de</strong>l Triunfo, subir andando hasta los límites con el cielo que<br />
significaba la Torre Eiffel.<br />
En el que se había producido una metamorfosis más acusada era en Julio.<br />
Tenía una cara <strong>de</strong> atontao., con una sonrisa reflejada permanentemente,<br />
imposible <strong>de</strong> eliminar. Creo que se había quedado ya fija, en su cara, para<br />
siempre, como un muelle cuando se estira en exceso.<br />
En las inmediaciones <strong>de</strong> Sacre Coeur, en la altura <strong>de</strong> la cota física, y en la<br />
altura que <strong>de</strong>terminaba su ánimo, miraba atentamente todo París. Lo hacía<br />
con dulzura, con ilusión. Los <strong>de</strong>más estábamos a nuestra bola, cuando nos<br />
sorprendió, como sólo él sabe hacer, para lo bueno y lo malo. Junto a él,<br />
disfrutando <strong>de</strong> esa <strong>de</strong>liciosa mirada, había un señor, una señora, y su hija,<br />
que <strong>de</strong>bía tener algún año menos que nosotros. Haciendo un escorzo <strong>de</strong><br />
espadachín, visto y ensayado con las películas <strong>de</strong> Erroll Flyn, se puso en<br />
cuclillas <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la muchacha.<br />
-Madame, vous etês française? Je suis ton ami espagnol, et je veux vous<br />
m’appelez PICASSO. Llámeme Picasso, bonita doncella.<br />
La adolescente <strong>de</strong> primeras se asustó un poco, y se aferró al brazo <strong>de</strong> su<br />
padre. Nosotros nos sorprendimos muchísimo con la escena. Tras un eterno<br />
segundo <strong>de</strong> impás, ...., el padre se empezó a reír, dándole la mano a Julio.<br />
Después siguió el mismo <strong>de</strong>stino la madre y ella misma, mientras nosotros,<br />
estupefactos, riendo a carcajadas, nos abalanzamos hacia él, y empezamos a<br />
darle collejas.<br />
Mi abue-lóoo ega <strong>de</strong> Bagselonaaaa, dijo el padre <strong>de</strong> la bonita doncella.<br />
»<br />
Julio había dicho la primera y única frase que conocía en francés. En la fase<br />
final <strong>de</strong> la preparación <strong>de</strong>l viaje había ensayado esa escena <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l espejo,<br />
muy divertido.<br />
Era un pequeño reto tonto que tenía hacer esa escena realidad. Y lo había<br />
hecho. Y eso lo hacía estar aún más pletórico.<br />
»<br />
Pletórico y lleno <strong>de</strong> felicidad, pues apesar <strong>de</strong> haber ensayado esa escena, Julio<br />
no imaginaba con exactitud la reacción que podría tener la jovencilla, que por<br />
cierto, era muy simpática y podía enten<strong>de</strong>r con más facilidad el español<br />
gracias a sus antecesores.<br />
Sophie, que así se llamaba la joven, era realmente encantadora y rápidamente<br />
se hizo amiga nuestra, en especial <strong>de</strong> Sandra, con quién luego <strong>de</strong> que los<br />
padres <strong>de</strong> Shopie la <strong>de</strong>jaron pasear con nosotros previamente pedirnos<br />
referencias, pues los padres siempre son <strong>de</strong>sconfiados, se convirtieron en<br />
buenas amigas e iban juntas durante nuestro paseo, claro, sin <strong>de</strong>jar a Julio <strong>de</strong><br />
lado, pues él era el más entusiamado en que Shopie nos acompañe.
Tu es la plus belle fleur. Esa frase, <strong>de</strong> pronto revolvió mis pensamientos, pues<br />
apesar <strong>de</strong> todo, todavía la carita angelical <strong>de</strong> Corinne acaparaba una parte <strong>de</strong><br />
mi corazón y me asustaba, me aterraba el pensar que había amanecido al lado<br />
<strong>de</strong> una chiquilla encantadora, que a cualquier chaval le agradaría tener en su<br />
cama, y que me había elejido a mí precisamente, sin suponer que mi corazón<br />
latía aún por la dulzura <strong>de</strong> Corinne.<br />
Tengo que olvidarla-me dije- tengo que <strong>de</strong>jarla en el pasado, pero no <strong>de</strong>scarto<br />
la posibilidad <strong>de</strong> que algun día la vuelva a ver.<br />
Y frente a mí, se encontraba nuevamente la majestuosa torre Eiffel.<br />
»<br />
Esa noche tocaba a su fin, volvíamos a casa <strong>de</strong> Sandra y sus padres<br />
nuevamente en pijama y <strong>de</strong>spiertos nos estaban esperando.<br />
La mesa estaba preparada para la cena y a pesar <strong>de</strong> haber picado algo en<br />
Montmartre, nos sentamos nuevamente a cenar. <strong>El</strong> padre <strong>de</strong> Sandra dijo,<br />
- Una ducha antes <strong>de</strong> cenar os vendrá bien<br />
Todos nos miramos extrañados pues nos habíamos duchado esa misma<br />
mañana, pero nadie dijo nada excepto,<br />
- la verdad es que me apetece mucho, dijo José<br />
Las viandas tuvieron que esperar, fuimos todos uno a uno duchándonos y tras<br />
una hora, y ya <strong>de</strong> madrugada francesa, cerca <strong>de</strong> las doce, nos sentamos a<br />
cenar.<br />
A mí la cena ya me está sobrando, sólo <strong>de</strong>seaba volver a estar con Sandra a<br />
solas, aún a sabiendas <strong>de</strong> que estaba en casa <strong>de</strong> sus padres y esto en España<br />
sería jugarse el futuro con ella.<br />
La cena estuvo muy distendida, Ainara se encontraba aún con nosotros, había<br />
<strong>de</strong>cidido posponer un día más su regreso a Donosti. <strong>El</strong> Búho y Paco parecían<br />
tener asumido que podían compartir su atención. A Julio se le seguía viendo<br />
risueño, era hombre <strong>de</strong> extremos y parece que Paris y su última amiga Sophie<br />
le habían cambiado el ánimo. Sólo quedaba José, pero él se adaptaba a todas<br />
las situaciones, era un todoterreno.<br />
- mañana, aprovechando que es sábado mi padre nos va a llevar a<br />
Fointeneblau, hay un palacio precioso y pasaremos el día fuera, si nos da<br />
tiempo nos acercaremos también a Versalles, dijo Sandra<br />
La cara <strong>de</strong> algunos era un poema, había más <strong>de</strong> uno que se estaba cansando<br />
<strong>de</strong> ver Palacios y les apetecía más andar por la ciudad y divertirse. A mí me<br />
pareció estupendo, aunque estar todo el día con los “suegros” se me hacía un<br />
poco duro.<br />
- A<strong>de</strong>más vendrá con nosotros mi prima Segolene<br />
No era mala la perspectiva. Ahora sólo <strong>de</strong>seaba tener que volver a ducharme
por la mañana, porque el padre <strong>de</strong> Sandra era cirujano y ya empezábamos a<br />
conocerle, y seguro que antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>sayunar nos recetaría una nueva ducha y<br />
si no al tiempo.<br />
Volvimos todos a nuestras camas <strong>de</strong>l día anterior, no sin antes preguntar el<br />
padre <strong>de</strong> Sandra,<br />
- ¿cuándo os vais?<br />
Todos nos miramos, ninguno teníamos prisa, yo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego no me quería<br />
marchar <strong>de</strong> allí nunca, no sabíamos que <strong>de</strong>cir<br />
- Papa, ya lo hablamos mañana, dijo Sandra<br />
Y menos mal que dijo eso porque ya estaba alguno <strong>de</strong> nosotros dispuesto a<br />
pronunciar las palabras “nos vamos mañana”, y eso significaba no volver a ver<br />
a Sandra, y ahora no podía renunciar a ella, no se que haría en ese caso. Mi<br />
viaje, si me fuera mañana, se convertiría en un vía crucis, seguro.<br />
La perspectiva <strong>de</strong> una nueva chica animó mucho a todos, se avecinaba pelea<br />
<strong>de</strong> gallos.<br />
Esa noche, pasadas un par <strong>de</strong> horas, apareció Sandra en mi habitación. Sólo<br />
puedo <strong>de</strong>cir que si el Paraíso existe, esta aquí.<br />
»<br />
Cuando me <strong>de</strong>sperté, Sandra ya no estaba a mi lado. Instintivamente la<br />
busqué con mi mano pero el sueño en el paraíso había acabado y recordé que<br />
hoy nos esperaba el palacio <strong>de</strong> Versalles.<br />
Escuché revuelo tras la puerta <strong>de</strong> mi habitación, voces y risas, así que me<br />
vestí rápido y salí a ver que pasaba.<br />
Estaban ya todos <strong>de</strong>spiertos y haciendo un corro alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> alguien. Me<br />
asomé y vi en el centro a Sandra al lado <strong>de</strong> una chica tan preciosa como ella,<br />
así que supuse que sería su prima.<br />
- Juanito, te presento a mi prima Segolene.<br />
La verdad es que el nombre era curioso, me temía que me pasaría el día<br />
confundiéndome, llamándola <strong>de</strong> mil maneras distintas.<br />
Mis amigos estaban con una sonrisa <strong>de</strong> oreja a oreja. La verdad es que <strong>de</strong><br />
momento, sin mucho esfuerzo por nuestra parte, nos pasábamos el día<br />
ro<strong>de</strong>ados <strong>de</strong> chicas.<br />
De pronto José se acercó a Segolene y cogiéndola por el hombro le dijo:<br />
.- Pues nada, Sagonia, ya verás que día tan estupendo pasamos...<br />
La prima <strong>de</strong> Sandra se reía, sin enten<strong>de</strong>r nada. Mejor, pues todo apuntaba a<br />
que nadie iba atinar con su nombre.<br />
»<br />
A mí me tocó montarme en el coche <strong>de</strong> los padres <strong>de</strong> Sandra, junto a ella y<br />
Segolene. Los <strong>de</strong>más tras arrancar la furgoneta a empujones, nunca mejor<br />
dicho, nos seguían <strong>de</strong>trás.<br />
Sandra era tan alta como yo, <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> medir uno setenta y cinco y con el<br />
pequeño tacón que llevaba la ponía a mi altura o un poco más. Segolene era
un poco más baja. Las dos eran <strong>de</strong> piel muy blanca, sobre todo para las fechas<br />
en las que estábamos. Nosotros ya íbamos como tizones, el mes <strong>de</strong> julio lo<br />
habíamos pasado entre la piscina y la calle todo el día, y los fines <strong>de</strong> semana<br />
aprovechábamos para ir con nuestros padres a la sierra. La diferencia con<br />
ellas era notable. Sandra tenía los ojos gris azulados y Segolene unos<br />
preciosos ojos ver<strong>de</strong>s. La cara <strong>de</strong> Sandra era angulosa, mientras que la <strong>de</strong> su<br />
prima era mas redon<strong>de</strong>ada. Para mí Sandra era mucho más guapa, su nariz<br />
era recta y quizás su único <strong>de</strong>fecto era cierto tono ocre en la raíz <strong>de</strong> algunos<br />
dientes, <strong>de</strong>bido al parecer a unos medicamentos que tomó en su infancia.<br />
Como sólo Paco y Sandra era en cierta forma bilingües, se multiplicaban<br />
atendiendo a todos. Esto me obligaba a ir siempre cerca <strong>de</strong> los padres <strong>de</strong><br />
Sandra, ya que su padre trataba <strong>de</strong> explicarnos lo que veíamos y Sandra<br />
traducía, y en esos momentos separarme <strong>de</strong> Sandra me resultaba doloroso.<br />
<strong>El</strong> día ha pasado rápido, muy rápido, casi ni me he dado cuenta <strong>de</strong> don<strong>de</strong><br />
hemos estado. Sólo me queda en la retina la galería <strong>de</strong> los espejos <strong>de</strong><br />
Francisco I en Fontainebleau, y no se si sería porque veía a mi amada Sandra<br />
en todos ellos, y <strong>de</strong> Versalles su jardín inmenso, y la casita en el bosque <strong>de</strong><br />
Maria Antonieta..<br />
Ni que <strong>de</strong>cir tiene que esta mañana antes <strong>de</strong> <strong>de</strong>sayunar nos hemos tenido que<br />
volver a duchar, la obsesión <strong>de</strong>l padre <strong>de</strong> Sandra por la limpieza es realmente<br />
preocupante, y ya imaginamos todos lo que nos espera nada más llegar a Paris<br />
<strong>de</strong> nuevo.<br />
Como también ha insistido en preguntar cuando nos iríamos, al final le hemos<br />
dicho que mañana domingo. Nos iremos <strong>de</strong> su casa, pero tal y como están las<br />
cosas habrá que discutir si <strong>de</strong> París. Espero que al menos estemos dos o tres<br />
días más por aquí.<br />
Sandra me ha dicho que me que<strong>de</strong> con ella y eso es lo que voy a hacer, seguro.<br />
Mientras los colegas estén por aquí, yo seguiré con Sandra, aunque me da un<br />
poco <strong>de</strong> apuro seguir en su casa, pero las noches que paso con ella me ayudan<br />
a superar mi timi<strong>de</strong>z y vergüenza, y empiezo a pensar que sus padres lo saben<br />
y no dicen nada, quizás son más mo<strong>de</strong>rnos que los míos, no se.<br />
»<br />
Dejamee ablazagté mi amoug-me dijo dulcemente Sandra, en su español<br />
afrancesado, que por cierto, su acento especial me volvía loco.<br />
Por supuesto preciosa- le respondí-eres un ángel bajado <strong>de</strong>l cielo, tus cabellos<br />
<strong>de</strong> seda difuminan tu hermosura-le dije- y empecé a besarla lentamente,<br />
suavemente, quise que hacer el amor hoy fuera diferente, quise comérmela<br />
beso a beso, disfrutar <strong>de</strong> sus labios a flor <strong>de</strong> piel, comencé por el cuello y fui<br />
bajando, poco a poco, estaba perdiendo cada vez más la timi<strong>de</strong>z y al entrar en<br />
confianza podía explayarme un poco más en las dotes amatorias, claro que no<br />
tenía mucha experiencia, pero traté <strong>de</strong> ser espontáneo.<br />
Derrente, un sonido extraño nos sobresaltó, venía <strong>de</strong> afuera, como si alguien<br />
hubiese caído <strong>de</strong>l segundo piso hacia el jardín.<br />
-Un voleur, est entré un voleur!!!!!!!!!!!! (un ladrón, ha entrado un ladrón)-
gritaba la mamá <strong>de</strong> Sandra, totalmente espantada y en paños menores(ropa <strong>de</strong><br />
dormir)-l'ai<strong>de</strong>,l'ai<strong>de</strong>!!!!(auxilio, auxilio)-seguía gritando mientras que el señor<br />
François, también en paños menores y bastante soñoliento salió corriendo con<br />
un bisturí, que fue lo primero que cogió <strong>de</strong> su armario en don<strong>de</strong> guardaba sus<br />
instrumentos <strong>de</strong> trabajo.<br />
-Voleur maldito où tu t'as mise, sel <strong>de</strong> ta cachette!!!!(maldito ladrón dón<strong>de</strong> te<br />
has metido, sal <strong>de</strong> tu escondite)-gritaba el señor, para sus aproximadamente<br />
60 años estaba aún en forma- y se dirijió hacia la puerta trasera, pero ya no<br />
había nadie.<br />
Todos asustados pero muertos <strong>de</strong> risa por la escena que se presentó,<br />
verificamos qué era lo que habían robado. <strong>El</strong> Buho tenía cara <strong>de</strong> poema, pues<br />
en su afán <strong>de</strong> calmar a Ainara y a los padres <strong>de</strong> Sandra <strong>de</strong>cía en un tono<br />
grotesco <strong>de</strong>l francés Calmaaa calmaa ya pagsó togdoooo, pog favog, calmaa,<br />
vagmooos Aignaraaa, tragta <strong>de</strong>u <strong>de</strong>gcansag y vogsotroos tamgbien messiers.<br />
Ja,ja,ja Buho, a quien tratas <strong>de</strong> impresionar, calmate tío, ya pasó-dijo Paco,<br />
he revisado y felizmente no se han llevado nada, al menos nada a simple vista,<br />
mañana ayudaremos a los señores a ver con más calma. Todos a <strong>de</strong>scansar,<br />
ya pasó.<br />
Nos fuimos más tranquilos a nuestras habitaciones y Sandra conmigo, tras el<br />
inci<strong>de</strong>nte sólo atinamos a conversar toda la noche, lo que fué muy gratificante<br />
pues pu<strong>de</strong> conocer un poco más <strong>de</strong> mi querida Sandra-<br />
»<br />
Esa mañana nos fuimos todos directamente a la ducha antes <strong>de</strong> que el padre<br />
<strong>de</strong> Sandra nos dijera algo, y ya en el <strong>de</strong>sayuno nos lo dijo,<br />
-¿qué tal la ducha chicos?, traducido como siempre por gentileza <strong>de</strong> Sandra<br />
- estupenda, te <strong>de</strong>ja como nuevo, contestó José que estaba a todas, para esto<br />
<strong>de</strong> la cortesía tenía un don especial, el mismo don que tenía para la burla y la<br />
ironía.<br />
- Espero que hoy comáis con nosotros antes <strong>de</strong> iros, dijo el padre <strong>de</strong> Sandra,<br />
traducido por Sandra y ante lo cual ya nos veíamos duchándonos antes <strong>de</strong><br />
comer.<br />
- Será un placer, <strong>de</strong> las muchas cosas que nos gustan <strong>de</strong> Francia, la comida<br />
casera es lo mejor, volvió a contestar José en un alar<strong>de</strong> <strong>de</strong> cortesía, y viendo<br />
que la comida que teníamos en la furgoneta nos iba a durar un poco más. <strong>El</strong><br />
tema económico era un tema muy <strong>de</strong>licado en nuestra pobreza <strong>de</strong> estudiantes.<br />
Pero <strong>de</strong> momento lo estábamos llevando muy bien.<br />
Hoy es domingo y hace exactamente una semana que empezamos el viaje.<br />
Para mí ha sido una semana excitante, he vivido muchas experiencias y he<br />
conocido muchos sitios y sobre todo muchas personas, y lo que aún es mejor<br />
estoy más enamorado que nunca. Ya me da igual comer coles que alcachofas,<br />
estando al lado <strong>de</strong> Sandra todo me da igual. Espero convencer al resto para<br />
que nos que<strong>de</strong>mos unos cuantos días más en Paris.<br />
- Hoy po<strong>de</strong>mos ir al Louvre si queréis, es una maravilla, dijo Sandra<br />
- Seguro que sí, lo estaba <strong>de</strong>seando, contesté<br />
- Nosotros es que tenemos que acompañar a Ainara a la estación, se vuelve a
Donosti, dijo el Búho, en cierto modo excusándose y librándose a la vez <strong>de</strong><br />
tener que ir a un Museo, algo que me había prometido no ir antes <strong>de</strong> salir <strong>de</strong><br />
vacaciones.<br />
- ¿por qué te vas tan pronto Ainara?, dijo Sandra<br />
- En realidad la pregunta sería otra ¿qué hago yo aquí con la <strong>de</strong> cosas que<br />
tengo que hacer?. Tengo que ensayar una función <strong>de</strong> teatro que estrenamos en<br />
septiembre. A mis padres les dije que en un par <strong>de</strong> días volvía y ayer les llamé<br />
y estaban muy preocupados, así que les dije que hoy volvía. Y que no se como<br />
me he <strong>de</strong>jado “encantar” por estos chicos y llegar hasta aquí pero me lo he<br />
pasado estupendamente, contestó Ainara<br />
Todos nos mostramos un poco apesadumbrados porque Ainara se marchara,<br />
ya nos habíamos acostumbrado a ella, incluso yo que había pasado <strong>de</strong> la<br />
alucinación y la expectación hasta la <strong>de</strong>silusión con ella. La echaremos <strong>de</strong><br />
menos, pero sobre todo Paco y el Búho que sorpren<strong>de</strong>nte<strong>de</strong>mente se llevaban<br />
ahora muy bien, ¿cómo lo habría conseguido Ainara?. No se, pero en Francia<br />
estaban pasándonos cosas que no entendíamos <strong>de</strong>l todo. Parece cómo si<br />
aquellos chavales <strong>de</strong> barrio, los amigos <strong>de</strong>l <strong>Espinillo</strong> hubieran quedado atrás y<br />
la propia existencia <strong>de</strong>l viaje y el enfrentarnos a situaciones, hasta hace poco<br />
casi inverosímiles, nos estuvieran cambiado a toda velocidad.<br />
- ¿Va a ir Segolene al Louvre?, preguntó José. Tras lo cual todos nos echamos<br />
a reir, incluyendo los padres <strong>de</strong> Sandra que parecían divertirse mucho con<br />
nosotros.<br />
- Pues no la he llamado, pero si quieres la llamo ¿qué dices?, contesto Sandrá<br />
siguiendo la broma.<br />
José estaba colorado como un tomate, aunque sabía salir siempre <strong>de</strong> estas<br />
situaciones, aquí parecía como si se hubiera <strong>de</strong>latado en exceso.<br />
- vaya pregunta, claro que quiero que venga, es que si no viene no voy al<br />
Louvre, prefiero acompañarles a la estación, contestó José, poniéndose más en<br />
evi<strong>de</strong>ncia, no tanto ya por Segolene si no por su amor al arte.<br />
- Vale, la llamo, pero que sepas que tiene novio, eso sí, no es español, contestó<br />
Sandra.<br />
Esta última afirmación nos <strong>de</strong>jó perplejos, no entendíamos lo que quería <strong>de</strong>cir.<br />
Quizás que aquí los novios no son tan machistas. Quizás no les importa que<br />
salgan con otros chicos sus novias. Lo dudamos mucho, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestra<br />
mentalidad esto nos parecía imposible. Incluso sería posible que José llegara a<br />
enrollarse con ella, y al <strong>de</strong>cir enrollarse ya me entendéis, teniendo novio y que<br />
al novio no le importara. Esto parecía imposible, pero igual <strong>de</strong> imposible me<br />
hubiera parecido hacer el amor con Sandra en casa <strong>de</strong> sus padres y ... ¡al lado<br />
<strong>de</strong> sus padres!, y sin embargo estaba ocurriendo. Y ¿cómo sabía Sandra como<br />
éramos los españoles? ¿Me estaría retratando a mí? Y por cierto ¿Tendría<br />
también Sandra novio? Nunca me había dicho nada, pero ya me empezaba a<br />
parecer todo posible, y la verdad es que eso <strong>de</strong> compartir novia no me gustaba<br />
<strong>de</strong>l todo, sobre todo si la quieres tanto. Pero me estoy <strong>de</strong>sviando <strong>de</strong>l tema y<br />
prefiero no pensar ahora..<br />
Al final tuvo éxito Sandra y Segolene se apuntó al Louvre, lo cual me resultó<br />
un fastidio ya que por fín creía que iba a estar a solas un día en Paris con<br />
Sandra, y ese día no iba a ser.<br />
- Vale, voy al Louvre, dijo repentinamente Julio que también estaba allí
<strong>de</strong>sayunando y no nos habíamos percatado.<br />
- Os espero a las dos para comer, hora española ¿no?, dijo el padre <strong>de</strong> Sandra<br />
- Sí, si aquí estaremos, contestamos todos.<br />
En cuanto llegamos al Louvre me perdí con Sandra por sus salas y fue una<br />
mañana estupenda, entre las maravillosas antigüeda<strong>de</strong>s orientales como el<br />
Código <strong>de</strong> Hammurabi, <strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> Babilonia, una piedra dura y negra, un poco<br />
verdosa por el paso <strong>de</strong>l tiempo, cubierta <strong>de</strong> escritura cuneiforme, la más<br />
antigua <strong>de</strong> la Humanidad, y que contiene sentencias ejemplares <strong>de</strong>l rey, un<br />
pequeño código <strong>de</strong> leyes. Los bajo relieves <strong>de</strong> los palacios <strong>de</strong> Nínive, que tenían<br />
cerca <strong>de</strong> 3000 años. Sandra me estaba viendo tan emocionado que me compró<br />
una guía <strong>de</strong>l museo. De ahí pasamos a Egipto, <strong>de</strong> ahí a Grecia con la<br />
maravillosa Victoria <strong>de</strong> Samotracia o la Venus <strong>de</strong> Milo, y luego Roma y<br />
<strong>de</strong>spués llegábamos a la pintura pero Sandra me <strong>de</strong>spertó y me dijo que nos<br />
teníamos que ir a comer. Como se me había pasado la mañana, no me lo podía<br />
creer. Definitivamente Paris era mi ciudad, quería vivir allí, quedarme allí,<br />
pasear allí, casarme allí.<br />
- ¿qué habrán hecho tus amigos con mi prima?, ella apenas habla español y<br />
ellos tampoco francés, preguntó Sandra.<br />
- No se, supongo que se las habrán ingeniado, tienen el inglés, el italiano, el<br />
latín seguro que no, el gallego, en algún idioma habrán encontrado las<br />
palabras, contesté divertido.<br />
»<br />
Cuando llegamos a casa, Segolene nos contó que había aprendido algunas<br />
palabras en español, que mis amigos eran muy divertidos. Por ejemplo las<br />
manos se <strong>de</strong>cían “tetas”, la cara se <strong>de</strong>cía en español “culo” y otras cosas que<br />
no cuento, que los mequetrefes <strong>de</strong> Julio y José le habían enseñado a la pobre<br />
Segolene esa mañana en el Louvre. No se si habrían visto muchos cuadros<br />
pero seguro que se lo habrían pasado en gran<strong>de</strong> con sus tonterías.<br />
Segolene se quedó un poco mosqueada, porque al oírla <strong>de</strong>cir esas palabras en<br />
español y con ese acento tan dulce no pu<strong>de</strong> reprimir la carcajada y ella no<br />
sabía que me pasaba, si me reía <strong>de</strong> ella o <strong>de</strong> su pronunciación, ¡que situación!,<br />
yo pidiéndole perdón mientras se me caían las lágrimas <strong>de</strong> la risa. Julio y José<br />
contemplaban la escena con total seriedad, lo que me <strong>de</strong>scomponía más, hasta<br />
que Sandra se llevó a su prima y no se lo que le diría, pero no creo que le<br />
dijera la verdad puesto que Segolene volvió divertida y participó <strong>de</strong> la risa<br />
general.<br />
Luego Sandra me contó que Segolene les había enseñado a <strong>de</strong>cir tacos en<br />
francés y otras cosas, así que la prima francesa también sabía lo suyo.<br />
En la comida, y esta vez sin ducharnos antes <strong>de</strong> ella, el padre nos preguntó<br />
que hacía don<strong>de</strong> nos íbamos<br />
- Queremos conocer Bélgica y Holanda antes <strong>de</strong> ir a Alemania, dijo el Búho<br />
- ¡ah! Fantástico, es muy bonito, tenéis que ir a Brujas y a Gante en Bélgica,<br />
son dos pequeñas ciuda<strong>de</strong>s preciosas, dijo el padre.<br />
- Iremos. También queremos ir a Groningen en Holanda ¿Lo conoce?, contestó<br />
el Búho
Yo me estaba quedando a cuadros, no tenía ninguna gana <strong>de</strong> irme <strong>de</strong> allí,<br />
menos aun a otros países que me parecían tan lejanos en ese momento.<br />
A<strong>de</strong>más me había sonado un poco pretencioso, para empezar nos íbamos a<br />
recorrer tres países en un abrir y cerrar <strong>de</strong> ojos. Sabía que teníamos que ir a<br />
Moenchengladbach, cerca <strong>de</strong> Dusseldorf en Alemania porque allí estaban los<br />
tíos <strong>de</strong> José y sus dos primas, <strong>de</strong> quince y diecisiete años, era una cita<br />
obligatoria <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía un año, pero el resto no lo entendía. La conversación<br />
continuaba,<br />
- po<strong>de</strong>mos ir nosotros a Brujas en tren <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un par <strong>de</strong> días, contestó<br />
Sandra dirigiéndose a mí.<br />
- Me parece una buena i<strong>de</strong>a, dije rápidamente<br />
- Pero a mí no, contestó el padre <strong>de</strong> Sandra casi sin traducción<br />
- Pero, Papá, por favor, dijo Sandra<br />
- He dicho que no, contestó el padre y tampoco necesitamos traducción para<br />
enten<strong>de</strong>rlo, entre la expresión y el tono, había quedado perfectamente claro.<br />
Nadie dijo nada más sobre este asunto, y a partir <strong>de</strong> ahí la comida me empezó<br />
a sentar realmente mal. Para colmo al terminar <strong>de</strong> comer nos ofreció<br />
ducharnos antes <strong>de</strong>l viaje.<br />
Cuando nos fuimos a la furgoneta, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> volver a hacer el ridículo<br />
mientras la empujábamos para arrancarla y con la otra mano nos<br />
<strong>de</strong>spedíamos <strong>de</strong> la familia, <strong>de</strong>cidimos que nos quedaríamos al menos otro día<br />
más en Paris. Quedé con ellos en vernos por la noche en la Torre Eiffel, buen<br />
sitio para quedar y no per<strong>de</strong>rnos, y me bajé <strong>de</strong> la furgoneta al doblar la<br />
esquina.<br />
Esa tar<strong>de</strong> pasé una <strong>de</strong> las tar<strong>de</strong>s más románticas que recuerdo. Después <strong>de</strong><br />
callejear por Paris nos sentamos en las escalinatas que llevan a Sacre Cour,<br />
que estaban a rebosar <strong>de</strong> gente y pudimos contemplar un montón <strong>de</strong><br />
actuaciones diversas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> rock más o menos afortunados hasta<br />
actuaciones circenses. Más tar<strong>de</strong> fuimos a cenar a un pequeño restaurante <strong>de</strong>l<br />
barrio latino, luego cogimos un bateaux, o una gabarra más bien, y llegamos<br />
por el Sena, por el maravilloso río a la Torre Eiffel.<br />
Allí estaban todos esperándonos y ¡Segolene! que le estaba cogiendo el<br />
tranquillo a mis colegas. Y nos volvimos todos al Barrio Latino hasta que casi<br />
cerramos el barrio. Ya no díó más <strong>de</strong> sí el día, y por suerte para mí, mis<br />
amigos <strong>de</strong>cidieron que un día más en París no importaba.<br />
Cuando al final nos fuimos a acostar en la furgoneta <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar a las<br />
chicas en sus casas y mientras mis amigos <strong>de</strong>cían paridas varias me sentí<br />
sólo, ausente. Llevaba tres noches durmiendo con Sandra y ya no quería otra<br />
cosa, no quería seguir con los colegas, quería renunciar a todo y quedarme<br />
allí, así que empecé a darle vueltas al asunto a ver <strong>de</strong> que forma podría<br />
quedarme todo el verano en Paris, pero no encontraba la solución. Pensé en<br />
que volvieran a pasar <strong>de</strong> nuevo, a final <strong>de</strong> mes, por Paris y me recogieran, pero<br />
eso requería al menos dormir en casa <strong>de</strong> Sandra, no tenía dinero para nada,<br />
todo lo que tenía estaba invertido en la furgoneta y en la nevera y la <strong>de</strong>spensa.<br />
Le dí mil vueltas, pero la realidad es la que es, y no tiene solución, al menos<br />
<strong>de</strong>cidí que ya sabría lo que iba a hacer el año que viene, iba a estar los tres<br />
meses <strong>de</strong> verano con Sandra don<strong>de</strong> fuera, quizás en San Sebastián que nos<br />
queda en medio, no se. Eso fue lo que al final me permitió al menos dormir un
poco esa noche, ¡un sueño <strong>de</strong>spierto!.<br />
- Despierte gañán, que estás ”mas morrao que un burro”, me dijo Paco.<br />
- Y que significa eso a estas horas <strong>de</strong> la mañana, contesté<br />
- Pues que se te va a pasar la mañana y no vas a ver a tu “amada” Morfeo, dijo<br />
nuevamente Paco<br />
- ¡hostias! Pero ¿qué hora es?, ¿por qué no me habéis <strong>de</strong>spertado antes?,<br />
contesté atropelladamente<br />
- tranquilo sólo son las doce <strong>de</strong> la mañana, es probable que ella también<br />
duerma, respondió<br />
- ¡las doce! La madre que me parió y yo aquí perdiendo el tiempo, ¿dón<strong>de</strong><br />
están los <strong>de</strong>más?, pregunté<br />
- Se fueron <strong>de</strong> paseo<br />
- ¿y tú?<br />
- No me apetecía, me duele la cabeza<br />
- Gracias por <strong>de</strong>spertarme, pero ya puestos lo podías haber hecho un poco<br />
antes, le respondí, mientras me vestía a toda prisa.<br />
Salí a llamar a Sandra a la primera cabina que encontré. Cuando acababa <strong>de</strong><br />
poner mis primeros francos en el teléfono oí aporrear la puerta <strong>de</strong> la cabina,<br />
me giré y vi a tres negros inmensos, <strong>de</strong>bían <strong>de</strong> medir cerca <strong>de</strong> los dos metros<br />
pues tuve que girar el cuello hacia arriba para verles la cara, y no se que me<br />
<strong>de</strong>cían pero lo que sí entendí muy bien era que quería que saliera <strong>de</strong> allí<br />
rápido. No entendía a que venía esa prisa si acababa <strong>de</strong> entrar allí. Con mi<br />
natural valentía, no iba a hacer caso <strong>de</strong> lo que ellos dijeran, por supuesto, así<br />
que recogí las monedas y salí al instante, me pegaron un pequeño empujón,<br />
justo lo que me hacía falta para salir pitando en busca <strong>de</strong> otra cabina. No<br />
había visto nunca unos especimenes así en mi vida, <strong>de</strong>bían ser jugadores <strong>de</strong> la<br />
NBA, aunque por la pinta que tenían podían ser cualquier cosa. Uno <strong>de</strong> ellos<br />
llevaba una suda<strong>de</strong>ra y la capucha puesta, y <strong>de</strong>bíamos estar a más <strong>de</strong> treinta<br />
grados <strong>de</strong> temperatura a esas horas.<br />
Pasado el susto y unos minutos <strong>de</strong>spués encontré otra cabina y pu<strong>de</strong> llamar a<br />
Sandra, estaba sudando y ya no sabía si era por el calor que hacía en Paris o<br />
por otra razón.<br />
No había dormido mucho, no había <strong>de</strong>sayunado, me dolía la cabeza y había<br />
tenido un encuentro extraño en poco tiempo, ese día en París no empezaba<br />
nada bien, ¿sería esta la última sorpresa?.<br />
»<br />
Era la última mañana que iba a pasar Ainara con nosotros, pues por la noche<br />
cogería el tren para Donosti, por eso <strong>de</strong>cidimos caminar por Paris sin un<br />
<strong>de</strong>stino pre<strong>de</strong>terminado.<br />
Así llegamos a Nôtre Dame, una <strong>de</strong> las catedrales más importantes <strong>de</strong>l arte<br />
gótico, pasamos a verla y nos <strong>de</strong>jo impresionados su gran planta, sus<br />
vidrieras, su solemnidad. Los reflejos <strong>de</strong>l sol sobre las vidrieras daba una luz<br />
preciosa al interior <strong>de</strong> esta catedral. Cuando salimos la bor<strong>de</strong>amos porque es<br />
muy diferente su puerta principal <strong>de</strong> su parte posterior y fuimos disfrutando<br />
<strong>de</strong> esta gran obra <strong>de</strong> arquitectura. Así llegamos a uno <strong>de</strong> tantos puentes como<br />
tiene el río Sena y <strong>de</strong>cimos pasear por su orilla.
Fue muy placentero, era una mañana soleada y aún no hacia <strong>de</strong>masiado<br />
calor, había muchos parisinos tomando el sol, pudimos observar que hay otra<br />
forma <strong>de</strong> vida en París, pues había bastantes barcos habilitados como vivienda<br />
permanente. Más tar<strong>de</strong> supimos que es una forma <strong>de</strong> tener vivienda pues es<br />
más barato comprar un pequeño barco que un piso y, a<strong>de</strong>más, tiene menos<br />
impuestos.<br />
Así llegamos a una parte don<strong>de</strong> había muchos puestos <strong>de</strong> libros, parecía un<br />
mercadillo <strong>de</strong> libros. José dijo que era parecido a la Cuesta <strong>de</strong> Mollano, en<br />
Madrid, pero sin el río al lado. Comentario que provocó diferencia <strong>de</strong><br />
opiniones.<br />
Otra cosa que observamos en nuestro recorrido fue la cantidad <strong>de</strong> puestos <strong>de</strong><br />
flores que hay en la ciudad. Es bastante habitual que se compren flores,<br />
suponíamos que para <strong>de</strong>corar y alegrar las estancias <strong>de</strong> las viviendas.<br />
Entre comentarios, comparaciones con nuestra ciudad y risas se nos fue<br />
pasado la mañana, hasta que Buho miró el reloj y vio que eran casi las 12 <strong>de</strong>l<br />
mediodía y dijo: chicos, <strong>de</strong>beríamos volver a la furgoneta y organizar que<br />
vamos a hacer en lo que nos queda <strong>de</strong> día.<br />
José y Julio apostillaron, ¡buena i<strong>de</strong>a!, cuando lleguemos lo primero que<br />
habrá que pensar es qué vamos a comer y dón<strong>de</strong>, hoy no tendremos comida<br />
casera.<br />
»<br />
En tanto que nosotros estabamos organizándonos para ve qué más podíamos<br />
recorrer, Ainara, Sandra y Segolene estaban en una conversación que más<br />
bien parecia un consejo <strong>de</strong> brujas, ja,ja,ja, no, mentira, no podría comparar<br />
tres bellezas como ellas, en especial mi querida Sandra, que es una princesa,<br />
pero el hecho es que ellas tres andaban secreteando algo, tal vez planificando<br />
que podrían hacer , o planificando que harán con nosotros.<br />
No puedo más-le dijo Ainara a Sandra-no puedo resistirme más. Al principio<br />
todo era diversión con los chicos, me simpatizaron mucho, luego, vino mi<br />
confusión pues tanto Paco como José Manuel me agradaban y vaya que José<br />
Manuel se tomó bien en serio la cosa, pues me dijo que yo le gustaba, asi<br />
como él a mí, y Paco, tan varoníl, tan guapo, su temperamento me atraía, pero<br />
ahora, ahora chicas, ya no sé que hacer, ahora que por fin me <strong>de</strong>cido, ahora<br />
que por fin sé que es lo que quiero, tengo que partir, y lo voy a hacer por<br />
convicción, pues amo a José Manuel, amo a el Buho, sí, lo amo, pero no, no se<br />
lo voy a <strong>de</strong>cir, no quiero alejarme <strong>de</strong> él y tampoco quedarme, pues en España,<br />
en Donosti está mi vida, mis sueños y yo sé que el Buho tiene sus sueños<br />
también que no me gustaría truncar. Qué me aconsejan chicas, por favor!!!<br />
Ainara estaba <strong>de</strong>sesperada, pero trataba <strong>de</strong> mostrarse ante nosotros lo más<br />
serena posible.<br />
Calma, Ainara, calma. <strong>El</strong> amor es un sentimiento muy bello-dijo Sandra- y yo<br />
no lo sabía hasta que conocí a Juanito. Había conocido muchos chicos, <strong>de</strong><br />
todo, pero ninguno, ninguno ha sabido llegar a mi corazón, me consi<strong>de</strong>ro una<br />
chica <strong>de</strong> mentalidad abierta y liberal, por eso sé que el amor <strong>de</strong> mi vida es él,
pero no se lo tengo que <strong>de</strong>mostrar mucho, sino, se va a creer. Te aconsejo<br />
Ainara, que hables con el Buho, que luches por su amor, lucha, que en la vida<br />
oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> amar son pocas, podrás querer a muchos, pero el corazón se<br />
inclina al amor una sola vez.<br />
Si amiga- dijo Segolene, traducido por Sandra- lucha por el tío que está como<br />
quiere, super chévere y sé ve que siente algo por ti. Pero dá tú el primer paso,<br />
pues a veces los chicos son muy distraídos.<br />
No lo sé amigas, no lo sé, voy a ver qué puedo hacer.<br />
Ainaraaaa-llamaba el Buho- Ainara, pue<strong>de</strong>s ayudarnos a organizar un picnic,<br />
hemos acordado comer algo ligero y rápido que tenemos mucha hambre y no<br />
contamos con mucho dinero, a<strong>de</strong>más ahí en la furgoneta tenemos una<br />
pequeña guarnición que seguro bastará para hacer un pequeño picnic entre<br />
todos, antes <strong>de</strong> tu partida.<br />
Ainara, sintió un dolor en el corazón, tras las palabras <strong>de</strong> el Búho, sólo asintió<br />
con la cabeza y tanto ella como Sandra y Segolene empezaron a organizar la<br />
comida.<br />
»<br />
Sí que era difícil sí, lo <strong>de</strong> tener varios amores a la vez y no volverse loc@. Y es<br />
que no sólo el Buho, Paco...confundían el corazón <strong>de</strong> Ainara sino también Ru.<br />
Se sentía tremendamente culpable no sólo por no haberles contado a los<br />
chicos que tenía novio en Donosti sino por haberse ido sin <strong>de</strong>cirle nada a él<br />
antes <strong>de</strong> marcharse. Cierto era que las cosas últimamente no habían ido<br />
<strong>de</strong>masiado bien. Lo suyo se había vuelto cuestión <strong>de</strong> costumbre, <strong>de</strong> comodidad<br />
y sin embargo...le echaba <strong>de</strong> menos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo.<br />
»<br />
Tumbada en la furgoneta, sola, no pudo evitar que los recuerdos la<br />
embargaran. Qué diferente había sido todo al principio, cuando ni si quiera se<br />
conocían y se <strong>de</strong>dicaban simplemente a sonreírse en el bar y también luego<br />
cuando aquel tímido Ru se <strong>de</strong>cidió a lanzarse y darle el primer beso...Lo<br />
recordaba siempre al pasar por junto al parque. Hacía mucho frío esa noche y<br />
se abrazaron. Se abrazaron hasta el amanecer.<br />
»<br />
Pensar en la comida <strong>de</strong>l día no fue <strong>de</strong>masiado difícil. En Paris encuentras<br />
multitud <strong>de</strong> lugares <strong>de</strong> comida rápida, con la que po<strong>de</strong>r complementar nuestro<br />
picnic. Parece que eso <strong>de</strong> sentarte a comer en dias <strong>de</strong> trabajo solo se hace en<br />
España, o al menos esa es la percepción que tenemos. En París, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego,<br />
lo que proliferan son los lugares <strong>de</strong> tomar el tentenpié, en general bastante<br />
temprano, para <strong>de</strong>spués seguir currando rápidamente. Ni vino ni Casera ni<br />
“na’ <strong>de</strong> na’”.<br />
-¿Y nos vamos a ir <strong>de</strong> aquí sin probar el Panini, que está tan anunciado? ¿ni<br />
los Gofres? Yo no.<br />
Julio se sentó en medio <strong>de</strong> la calle, como en un gesto <strong>de</strong> protesta, y simuló
enca<strong>de</strong>narse a una barandilla que halló por el camino, tirándose al suelo.<br />
Parecía que el teatro había penetrado en la vida <strong>de</strong> Julio <strong>de</strong> foma impactante<br />
en este viaje, menudas representaciones nos estaba haciendo.<br />
Segolene y Sandra dijeron que no lo permitirían. Nuestro pic-nic contaría con<br />
Panini y con Gofres.<br />
Nos daba una pena infinita pensar en abandonar esta preciosa ciudad. Sandra<br />
nos contó que luego no era todo tan paradisiaco, que parecía que no había ni<br />
coches. Menudos atascazos en las circunvalaciones exteriores, como pudimos<br />
intuir cuando subimos al Arco <strong>de</strong>l Triunfo en días prece<strong>de</strong>ntes. Este lugar era<br />
particularmente impactante, con las doce avenidas que se introducen en él.<br />
Julio seguía semiposeído y en su particular representación: ¡Paa-niii-niiiis, Paniiii-niiiiiiiiiiiis!<br />
»<br />
Sentíamos que París se nos iba, nos era arrebatado. Llevábamos algo más <strong>de</strong><br />
una semana <strong>de</strong> camino, <strong>de</strong> singladura, como se dice en el argot <strong>de</strong>l mar. Es<br />
impactante como un corto espacio <strong>de</strong> tiempo pue<strong>de</strong> producir que te olvi<strong>de</strong>s<br />
casi por completo <strong>de</strong> la vida anterior a él. Aquí estábamos los 5 amigos que<br />
salimos <strong>de</strong> <strong>El</strong> <strong>Espinillo</strong>, en Villaver<strong>de</strong>, en Madrid, en España, la España <strong>de</strong><br />
1.999, que vivía extraña en una Europa que se abría, sin saber si estaba en el<br />
pelotón <strong>de</strong> cabeza o en el furgón <strong>de</strong> cola.<br />
Alguna vez había pensado algo que ahora, en la pausa que nos proporcionaba<br />
el viaje, ligera pausa para nuestro camino y nuestras emociones, veía con<br />
claridad. Me interesaba bastante, me enganchaba, la informática. Me apetecía,<br />
y a la vez me entusiasmaba, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> intentar aportar algo a mi entorno<br />
cercano. Me apetecía llegar a lo local <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo global. Ahora, a 2.000<br />
kilómetros <strong>de</strong> distancia, lo veía mucho más claro. Coger en una botella el<br />
mundo, al menos una parte <strong>de</strong> mundo, con sus esencias, olores, sabores,<br />
cerrar herméticamente esa botella y llevármela para el Villaver<strong>de</strong> en el que<br />
vivía. E intuía como, en el futuro, podría hacerlo. Seguía <strong>de</strong> cerca que se iba<br />
afianzando "una cosa rara" que se llamaba internet, en la que el mundo estaba<br />
en un movimiento <strong>de</strong> mano. ¡¡Eso era lo que buscaba, la i<strong>de</strong>a que me llenaba<br />
el espíritu!!<br />
Algo saldría. Mi fuerza <strong>de</strong> voluntad y tozu<strong>de</strong>z cuando una i<strong>de</strong>a llamaba<br />
firmemente a las puertas, con un "cloc cloc cloc" muy sonoro, realmente<br />
potente, era muy gran<strong>de</strong>. Ahora, con toda esta gama <strong>de</strong> acontecimientos que<br />
nos estaban sucediendo, me sentía invencible.<br />
Enfrascado en estos pensamientos me evadía <strong>de</strong> la tristeza <strong>de</strong> la separación <strong>de</strong><br />
Sandra. <strong>El</strong>la había hecho que mi autoestima se hubiera elevado a los cielos<br />
más <strong>de</strong>sconocidos para mi, me sentía gran<strong>de</strong>, fuerte, sin límites. Mis límites<br />
los pondré yo, pensé, iré a don<strong>de</strong> quiera ir.<br />
Miraba a Sandra y Segolene, que nos conducían a saciar nuestro cuerpo <strong>de</strong><br />
Paninis y Gofres. También, a iniciativa suya, compramos sidra, la sidra<br />
francesa, mucho más "floja" que la española, con una mínima cantidad <strong>de</strong><br />
alcohol. Me acerqué a mis 4 amigos y les dije, como si ellos estuvieran<br />
siguiendo mi razonamiento <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio.
-Colegas, tenemos que poner internet en nuestro barrio, contar todo esto y<br />
enganchar a los vecinos.<br />
Mis cuatro compañeros, lógicamente, estaban absolutamente ausentes <strong>de</strong> mi<br />
reflexión.<br />
-¿Pero qué dices, pringao?, replicó el Buho. LA sidra se te ha subido. ¡Al Sena<br />
con él! ¡¡No hay huevos!!<br />
Esa frase solía ser un himno, que el Buho utilizaba con sabiduría para montar<br />
jaleo entre nosotros. Él, y todos, sabíamos lo que venía <strong>de</strong>trás.<br />
-¿Que no? ¿Que no hayyy? ¿que no hayyyy?<br />
-Pero bueno, que he dicho, repliqué. Justo cuando estaba terminando la frase,<br />
cuatro energúmenos me habían levantado. ¡¡¡¡¡AL SENAAAAAAAA!!!!! Las<br />
chicas se quedaron estupefactas, primero, y empezaron a carcajearse <strong>de</strong>spués,<br />
lo cual confería a la acción, por parte <strong>de</strong> mis cuatro amigos, un aliciente más.<br />
Me sentí salvado cuando, estando en volandas, escuché a Sandra: "mais non,<br />
Sena noo, pobgesitooo". Tras un breve silencio añadió "a la fuente <strong>de</strong> la<br />
plasaa". Efectivamente, en la plaza en que estábamos había una fuente, no<br />
magnífica, lo que suele llamarse en los pueblos un PILÓN.<br />
Instantáneamente escuché a un <strong>de</strong>sconocidamente asalvajado Julio <strong>de</strong>cir "Al<br />
pilóoooooooooooooooooooooooooooooooon". La zambullida, en pleno Agosto,<br />
fue fresca, casi como un aullido <strong>de</strong> energía. Estando aún en el agua grité a mis<br />
amigos, a pleno pulmón, Viva Villaver<strong>de</strong>eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee, a lo<br />
que, tanto ellos como ellas, tanto los que lo sentían como los que<br />
acompañaban, replicaron un sonoro Vivaaaaaa.<br />
Ese día quedó sellada en mi mente una i<strong>de</strong>a que tenía que poner en práctica<br />
en el futuro. <strong>El</strong> web <strong>de</strong> mi barrio, la puerta al mundo <strong>de</strong> intenet en Villaver<strong>de</strong>.<br />
A lo mejor algún día, pensé, este viaje, o cualquier otro, es relatado en él,<br />
animando a contar las experiencias <strong>de</strong> cada uno. Como internet es universal,<br />
y local, y todo, ..., quizá pueda compartir la misma experiencia con personas<br />
<strong>de</strong> otros lugares, por ejemplo nuestros hermanos <strong>de</strong> América Latina, como por<br />
ejemplo Perú. Sería fantástico.<br />
»<br />
Y esta i<strong>de</strong>a se me ocurrió también porque recordé que hace ya un par <strong>de</strong> años<br />
en mi escuela tuve la oportunidad <strong>de</strong> comunicarme mediante internet con una<br />
amiga que era peruana, Luciana, jamás me olvidaré <strong>de</strong> los momentos gratos<br />
que pasamos chateando, nos conocíamos sólo por messenger pero qué bien<br />
nos conocíamos, parecía que mediante la red <strong>de</strong> internet no habían distancias<br />
que acortar, que todo estaba a nuestro alre<strong>de</strong>dor, era fabuloso.<br />
Luciana me contaba que su país era magnífico, no por gusto es envidiable<br />
toda su cultura, así como sus lugares, tanto en la sierra con el majestuoso<br />
Machu Picchu,la costa con sus atractivas playas como la <strong>de</strong> Paracas, la selva<br />
con el espectacular Loreto y Madre <strong>de</strong> Dios, en fin, todo lo que ella me había<br />
mencionado <strong>de</strong> Perú era súper, ojalá que algún día tengamos la oportunidad<br />
<strong>de</strong> visitarlo, tanto el Perú como Bolivia, Ecuador, Venezuela y el grandioso
Brasil, así como todos los <strong>de</strong>más paises latinoamericanos.<br />
Qué será <strong>de</strong> Luciana-me <strong>de</strong>cía a mí mismo-hace tiempo ya que <strong>de</strong>jamos<br />
nuestras conversaciones por internet, cómo estará ella, uno <strong>de</strong> estos días le<br />
escribiré- y diciendo esto, fui a buscar a Sandra, quien muy alegremente nos<br />
invitó a pasar un día más en su casa, pues sus padres nos habían tomado un<br />
cariño muy especial, el cual no podíamos <strong>de</strong>fraudar.<br />
Así que todos muy contentos fuimos tal vez por ultima vez a la casa <strong>de</strong> Sandra<br />
pues ya pensabamos en retomar nuestro viaje, tal vez mañana por la mañana<br />
<strong>de</strong>cidamos continuar con nuestro camino, ya sea saliendo <strong>de</strong> París, para<br />
continuar viajando, Julio propone ir por Rusia y Alemania,<strong>El</strong> Buho prefiere ir<br />
directamente a Italia, José quiere quedarse todavía en Paris,pues le agrada<br />
mucho la compañía <strong>de</strong> Sophie, al igual que yo tambien <strong>de</strong>seo muy <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />
mí quedarme un poco más, pero ya eso lo <strong>de</strong>cidiremos mañana, ahora,<br />
cenaremos nuevamente con las ya acostumbradas biandas y quesos, que por<br />
cierto ya me parecían una exquisités, luego nuevamente nos ducharemos por<br />
recomendación <strong>de</strong> François, y <strong>de</strong>scansaremos plácidamente, pues no quiero<br />
pensar en el mañana, prefiero pensar en la dulzura y hermosura <strong>de</strong> Sandra.<br />
»<br />
Sin apenas darnos cuenta se nos pasó toda la tar<strong>de</strong> sin movernos <strong>de</strong> allí, entre<br />
broma y broma, entre miradas, gestos y <strong>de</strong>más, se nos fue el día, el último día<br />
en Paris.<br />
Cuando las chicas <strong>de</strong>saparecieron y nos <strong>de</strong>spedimos se nos vino el mundo<br />
encima. Pocos eran los que querían continuar la marcha. Ya no nos apetecía<br />
seguir viajando, especialmente a mí. Después <strong>de</strong> dar un largo paseo en<br />
solitario por el parque que hay junto a la Torre Eiffel, regresé a la furgoneta y<br />
ya estaban todos acostados, para colmo <strong>de</strong> alegrías me toco dormir al volante.<br />
Apenas llevaba un par <strong>de</strong> horas <strong>de</strong>scansando cuando <strong>El</strong> Búho me dijo que me<br />
cambiara <strong>de</strong> sitio y arrancó la furgoneta en dirección a Bélgica. No sabía muy<br />
bien hacia don<strong>de</strong> ir, ni don<strong>de</strong> parar. Después <strong>de</strong> un par <strong>de</strong> horas <strong>de</strong> viaje<br />
pasamos por Luxemburgo, luego Bélgica,<br />
- Esto es la pera, aquí se pasan los países con una velocidad tremenda, ya<br />
hemos estado esta noche en tres países ¿qué hacemos?, me preguntó el Búho.<br />
- Pues sigue, vamos a Dinamarca, le respondí.<br />
- Vale, pues allá vamos, pero luego hay que volver, quiero ir a ver a una<br />
conocida que vive cerca <strong>de</strong> Groningen, en Holanda, dijo <strong>El</strong> Búho.<br />
- No pasa nada, se vuelve y ya está. A mí me da todo igual, prefiero hacer<br />
kilómetros. Ya no tengo ganas <strong>de</strong> ver nada <strong>de</strong> nada, bueno quizás la Catedral<br />
<strong>de</strong> Aquisgrán, que me han hablado muy bien <strong>de</strong> ella. En Madrid vi en un mapa<br />
que estaba cerca <strong>de</strong> Bélgica y Holanda, en Alemania, dije.<br />
- Esa la <strong>de</strong>jamos para <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un par <strong>de</strong> juergas. En esta dirección que te<br />
digo está un ligue <strong>de</strong> hace un par <strong>de</strong> veranos. La conocí en la Costa <strong>de</strong>l Sol, en<br />
Benalmá<strong>de</strong>na. Estuvimos una semana juntos, dijo <strong>El</strong> Búho.<br />
- Pero ¿al final cayó?, pregunté.<br />
- Tú que crees, colega, me dijo.<br />
No sabía que creer, pero siendo <strong>El</strong> Búho me daba que sí. En Madrid era un<br />
especialista en encantamientos, pero viendo lo mal que se manejaba en inglés
se me hacía difícil pensar como pudo engatusarla, su físico no era<br />
precisamente lo más atractivo, ¿que pudo ver en él la holan<strong>de</strong>sa?. Claro está<br />
que tampoco conozco a la holan<strong>de</strong>sa, y si dice que era <strong>de</strong> al lado <strong>de</strong><br />
Groningen, o sea <strong>de</strong> algún pueblo, se podía esperar cualquier cosa. Igual era<br />
una <strong>de</strong> estas gordas inmensas, por lo que había comprobado <strong>El</strong> Búho para<br />
unas risas se apuntaba a cualquier feria.<br />
- ¿y te dio su dirección?, le pregunté<br />
- y el teléfono, si casi quería casarse conmigo, dijo <strong>El</strong> Búho<br />
- no fastidies, ¡que horror!. ¿y tú que la dijiste?, pregunté<br />
- No hombre, no le dije nada, es sólo una apreciación que tenía. Me daba la<br />
impresión <strong>de</strong> que estaba muy enamorada <strong>de</strong> mí.<br />
- ¿en una semana?, pregunté<br />
- Estás muy escéptico esta noche, y tú con Sandra ¿cuánto tiempo has<br />
estado?, cuatro, cinco, seis días a lo sumo, y te veo peor que la holan<strong>de</strong>sa,<br />
contestó.<br />
- Pues es verdad, pero también es verdad que llevo un año escribiéndome con<br />
ella, le dije justificándome un poco.<br />
- Eso y nada es lo mismo. <strong>El</strong> caso es que existe el amor a primera vista y esta<br />
chica se quedó prendada <strong>de</strong> mí, dijo <strong>El</strong> Búho.<br />
- Amén, contesté<br />
- A ver si tiene amigas y pasamos un par <strong>de</strong> días divertidos, dijo.<br />
- Ya <strong>de</strong> paso que nos invite a comer, casi me apetece más eso que lo <strong>de</strong> las<br />
chicas. A mí lo único que me seduce es volver con Sandra, no puedo pensar en<br />
nadie más, dije.<br />
- Qué mal te veo Juanito, no te enamores que sólo trae disgustos. Eso déjalo<br />
para cuanto tengamos treinta años, ahora lo que hay que hacer es divertirse,<br />
contestó.<br />
En esas estábamos, divagando y haciendo kilómetros cuando Julio se <strong>de</strong>spertó<br />
y preguntó,<br />
- ¿por don<strong>de</strong> vamos?<br />
- Pues hemos pasado Francia, Luxemburgo, Bélgica, Holanda y estamos<br />
llegando a Dinamarca, le dije<br />
- ¿quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee?¿estáis locos?, gritó Julio<br />
Todos se <strong>de</strong>spertaron y se montó un buen festival. Cada uno hablaba o gritaba<br />
proponiendo un sitio, a nadie le gustaba estar casi en Dinamarca. La verdad<br />
es que para estar hace unas horas en Paris <strong>de</strong>spertarte en la frontera <strong>de</strong><br />
Dinamarca <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> ser fuerte, pero tampoco era para tanto. A mí me daba<br />
igual Holanda que Rusia, pero ahora me apetecía conocer a la chica <strong>de</strong> la<br />
Costa <strong>de</strong> <strong>El</strong> Sol, tenía curiosidad, ¿casarse? No me lo creo.<br />
José <strong>de</strong>cía que él había quedado con sus tíos cerca <strong>de</strong> Dusseldorf, eso<br />
significaba recular. Paco <strong>de</strong>cía que porque no habíamos parado en Brujas, a lo<br />
que <strong>El</strong> Búho me dijo que eso <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> ser ese cártel que ponía Brueggen o algo<br />
así que habíamos visto anunciado en la carretera. La verdad es que no<br />
habíamos leído ningún cartel que nos sonara familiar. Por esas carreteras no<br />
vimos Brujas, ni Bruselas, ni Ámsterdam, ni Aquisgrán, ni nada <strong>de</strong> nada,<br />
todos tenían unos nombres rarísimos.<br />
Julio apoyó la moción <strong>de</strong> ir a Brujas, José se unió también, así que al final<br />
tuvimos que volver otra vez, total un par <strong>de</strong> países más o menos no importaba.
Decidimos <strong>de</strong>sayunar don<strong>de</strong> estábamos, al lado <strong>de</strong> Dinamarca y que luego<br />
empren<strong>de</strong>ríamos el regreso. Fuimos a una especie <strong>de</strong> bar o cafetería y pedimos<br />
café o lo que fuera que nos sirvieron y unas tostadas, que gracias a la mímica<br />
nos entendimos fantásticamente. Todo estaba malísimo.<br />
No se lo que nos trajo el paisano <strong>de</strong> la cafetería, lo único que sé es que el<br />
camino a Brujas fue tremendo. Mientras mirábamos los paisaje llanos <strong>de</strong><br />
Holanda, el campo ver<strong>de</strong>, los molinos, todo espléndido, nosotros teníamos el<br />
estómago revuelto. De la cena no podía ser ¿o sí?, el caso es que a mí, ese<br />
<strong>de</strong>sayuno me había sentado como un tiro. Al llegar a Brujas empezó la<br />
diáspora. Todos salíamos corriendo buscando los servicios <strong>de</strong> las cafeterías, <strong>de</strong><br />
los Burger, etc. Allí íbamos <strong>de</strong>jando nuestra impronta y espero que nuestra<br />
enfermedad. Este día ha sido horrible. Todos volvimos a la furgoneta antes o<br />
<strong>de</strong>spués y allí nos acostamos. Sólo alguna espantada <strong>de</strong> algún amigo nos<br />
<strong>de</strong>spertaba. Pasamos el resto <strong>de</strong>l día tumbados, sin comer, sin beber, sin<br />
ganas <strong>de</strong> nada y eso que <strong>de</strong>cían que era muy bonito Brujas, pero a nosotros<br />
ese día todo nos sonaba mal, hasta el nombre <strong>de</strong> la ciudad ¿a quíen se le<br />
habría ocurrido llamar a este sitio así?.<br />
Al día siguiente y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> más <strong>de</strong> quince horas sin bromear, durmiendo o<br />
sesteando, <strong>de</strong>cidimos salir <strong>de</strong> casa. Esta vez el <strong>de</strong>sayuno lo hacemos nosotros.<br />
Fuimos a comprar leche y pan y <strong>de</strong>sayunamos en la furgoneta. Esta vez nos<br />
sentó bien, muy bien. Les hice un pan con aceite, calentito, y fue un<br />
reconstituyente.<br />
Decidimos visitar la ciudad. La plaza era <strong>de</strong> cuento. Casas <strong>de</strong> todos los<br />
colores, con una arquitectura muy característica. Estaba llena <strong>de</strong> canales y<br />
casi sin darnos cuenta, estábamos metidos en una barquita recorriéndolos.<br />
Mejor así, sin planear nada. Lo <strong>de</strong>l barco me traía malos recuerdos. Pasamos<br />
un día tranquilo, hablando <strong>de</strong> lo que habíamos <strong>de</strong>jado atrás. Por la noche<br />
disfrutamos <strong>de</strong> nuevo. Nos fuimos a una discoteca y esta vez, como casi<br />
siempre, no nos comimos una rosca, pero al menos tuvimos munición para<br />
reírnos <strong>de</strong> José y <strong>de</strong> Julio, que lo habían intentado por todos los medios y no<br />
habían conseguido nada, les falló el francés, y creo que las duchas que<br />
<strong>de</strong>jamos en París también.<br />
Al amanecer <strong>El</strong> Búho nos llevó hasta la dirección que tenía <strong>de</strong> su ¿ligue?, no<br />
se. <strong>El</strong> caso es que dimos vueltas y vueltas por el campo holandés, no<br />
encontrábamos la dirección. <strong>El</strong> cachon<strong>de</strong>o a costa <strong>de</strong> <strong>El</strong> Búho era constante,<br />
nos pasamos una mañana <strong>de</strong> lo más divertida, y por cierto Holanda era muy<br />
bonita.<br />
Al final resultó que existía esa dirección. <strong>El</strong> Búho bajó un tanto emocionado,<br />
nos quería impresionar y llamó al timbre.<br />
- ¿qué? ¡Percebes!, os creíais que era un cuento chino, pues esperar a verla<br />
¡mequetrefes!, ¡gente <strong>de</strong> poca fe!.<br />
Todos estábamos expectantes mirando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la furgoneta que estaba<br />
aparcada justo enfrente <strong>de</strong> la entrada. La casa era una especie <strong>de</strong> chalet en<br />
una granja, tenía un pequeño canal cerca y un molino, el sitio era <strong>de</strong> lo más<br />
bucólico. Llamó un par <strong>de</strong> veces. De repente la puerta se abrió y allí estaba<br />
ella. Hombre la chica no estaba mal, muy rubia, y más bien bajita. <strong>El</strong> Búho se
presentó,<br />
- Hola Griet, soy José Manuel.<br />
<strong>El</strong>la no contestaba, pero empezaba a ponerse colorada como un tomate. <strong>El</strong><br />
Búho insistía.<br />
- De España, <strong>de</strong> la Costa <strong>de</strong>l Sol. <strong>El</strong> verano pasado en Benálma<strong>de</strong>na<br />
¿recuerdas?<br />
- Sí, ya me acuerdo, pero ¿qué haces aquí?, contestó en un español muy<br />
forzado.<br />
- Nada, he venido a verte te echaba <strong>de</strong> menos, le dijo <strong>El</strong> Búho tratando <strong>de</strong><br />
impresionarla un poco<br />
Al instante apareció un hombre <strong>de</strong> cerca <strong>de</strong> dos metros <strong>de</strong> altura <strong>de</strong>trás <strong>de</strong><br />
ella, que <strong>de</strong>bió <strong>de</strong>cir algo así como “te están molestando cariño”. Nosotros no<br />
cabíamos <strong>de</strong> la risa <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la furgoneta, ¡qué panorama!, <strong>El</strong> Búho ahí recto,<br />
sin saber que <strong>de</strong>cir. La pobre chica era un poema, toda colorada, no sabía<br />
don<strong>de</strong> meterse, él tío <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> ella mirando al Búho y perdonándole la vida,<br />
mientras nos miraba a nosotros con suspicacia, <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> pensar ¿quién son<br />
estos imbéciles que se están partiendo <strong>de</strong> risa en la puerta <strong>de</strong> mi casa?.<br />
La escena duró pocos segundos pero sabíamos que nos iba a durar mucho<br />
más a lo largo <strong>de</strong>l viaje. Al final el hombre se metió en la casa y la chica salió<br />
hasta la calle como indicándole al Búho por don<strong>de</strong> se iba a algún sitio, esa<br />
<strong>de</strong>bió ser la estratagema que <strong>de</strong>bió <strong>de</strong> utilizar con su marido, digo yo. A<br />
continuación dijo, mientras seguía indicándole con el <strong>de</strong>do, y nosotros<br />
teníamos todas las antenas puestas en esa dirección,<br />
- tú estás loco José, estoy casada. Ese era mi marido.<br />
- No lo sabía, contestó<br />
- Márchate y no vuelvas más, por favor, dijo Griet.<br />
Nosotros le estábamos esperando para hincarle el diente, nos había alegrado<br />
la mañana. Y ¿ésta era la chica que quería casarse con él? Menudo ojo tenía<br />
para las mujeres.<br />
<strong>El</strong> Búho se metió en la furgoneta, menos mal que la habíamos <strong>de</strong>jado en<br />
marcha y no tuvimos que empujarla, y salió <strong>de</strong>rrapando o casi. Nos llevó hasta<br />
una playa, y la hora que duró el viaje tuvo que soportar las ironías y los<br />
sarcasmos <strong>de</strong> todos nosotros. Al llegar a la playa se <strong>de</strong>svistió muy dignamente,<br />
se fue a bañar, y eso que el agua <strong>de</strong>bía <strong>de</strong> estar muy fría, al menos por allí no<br />
veíamos a nadie <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l agua, pero <strong>El</strong> Búho aguantó casi media hora<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ella, no le quedaban ganas <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> allí.<br />
»<br />
Ese día en la playa conocimos a dos chicas, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tomar algo con ellas<br />
en una cafetería las convencimos para que nos enseñaran Holanda, que se<br />
vinieran con nosotros unos días <strong>de</strong> viaje. Las chicas parecían entusiasmadas<br />
con la i<strong>de</strong>a, así que nos metimos todos en la furgoneta, no sin antes empujarla<br />
para ponerla en marcha, este <strong>de</strong>bió ser el primer punto a nuestro favor. Las<br />
llevamos a su casa, al parecer eran vecinas. Vivían en La Haya, en un barrio
muy holandés, casas <strong>de</strong> ladrillo rojo oscuro, con <strong>de</strong>talles <strong>de</strong>corativos en la<br />
fachada y pequeño jardín a la entrada al edificio, o al menos esos eran los mas<br />
repetidos en la ciudad.<br />
Allí estábamos los cinco entusiasmados <strong>de</strong> nuevo. No sabíamos como había<br />
sucedido todo, pero era real. Esperamos cinco minutos, y otros cinco, y cinco<br />
más. Las chicas no salían. Debían <strong>de</strong> estar haciendo unas pequeñas maletas<br />
para venir. En realidad todo había sido muy fácil, <strong>de</strong>masiado fácil, algo no iba<br />
bien. Seguimos esperando <strong>de</strong> cinco en cinco minutos hasta que ya había<br />
pasado más <strong>de</strong> una hora.<br />
- Va a ser que no, dijo Paco el pelirrojo<br />
- Que no ¿qué?, preguntó José<br />
- Que no vienen, hombre, que no vienen, repitió Paco<br />
- Van a ser los quesos, dijo Julio<br />
- Si ya os lo dije yo, nos teníamos que haber comido los quesos, respondió <strong>El</strong><br />
Búho<br />
- Con quesos o sin quesos a nosotros si que nos la han dado con queso, por<br />
mí nos po<strong>de</strong>mos ir ya, dije<br />
- Y si están intentando convencer a sus padres o cualquier cosa, dijo José que<br />
no se terminaba <strong>de</strong> creer lo que nos estaba sucediendo en Holanda con las<br />
chicas.<br />
- ¿cualquier cosa?, menuda gilipollez, estas pasan <strong>de</strong> nosotros, te lo digo yo.<br />
Pero si no nos entendíamos apenas, como sabes tú que han entendido lo que<br />
le hemos dicho y como sabes que nosotros hemos entendido lo que ellas nos<br />
han dicho. Yo creo que estamos haciendo el canelo aquí parados en la puerta<br />
<strong>de</strong> su casa, dijo Paco que ya se estaba cansando <strong>de</strong> la absurda situación.<br />
- Lo mejor es que nos vayamos a Ámsterdam por ejemplo, paseamos, vemos el<br />
barrio rojo, nos reímos un rato y olvidamos penas, dije.<br />
- No parece mala i<strong>de</strong>a, contestó <strong>El</strong> Búho<br />
- Pues venga vámonos, que si nos están viendo por la ventana ya es hora <strong>de</strong><br />
quitarles el entretenimiento, dijo Paco<br />
Volvimos a arrancar con nuestro empuje habitual, y nos dirigimos hacia<br />
Ámsterdam. <strong>El</strong> camino ya no se repetía tanto como antes, íbamos cerca <strong>de</strong> la<br />
Costa, y no ya por las extensas pra<strong>de</strong>ras. En un momento vimos que en una<br />
playa había fuegos artificiales.<br />
- ¡tíos, fuegos artificiales a mediodia!, dijo Julio<br />
- aquí están un poco <strong>de</strong>spistados, <strong>de</strong> todas maneras po<strong>de</strong>mos parar un<br />
momento y <strong>de</strong> paso nos hacemos un bocata <strong>de</strong> chorizo y queso francés, no sea<br />
que volvamos a ligar, que ya somos unos expertos, y perdamos nuestros<br />
encantos, aunque tampoco estaría <strong>de</strong> más una ducha, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> París no hemos<br />
vuelto a repasarnos, ¿no os parece?, dijo Paco<br />
- me apunto a todo lo que has dicho, dije<br />
Después <strong>de</strong> ver los fuegos artificiales, muy escasos y muy pobres, a Valencia<br />
los mandaba a todos estos que aplaudían, nos fuimos a una piscina que<br />
estaba al lado <strong>de</strong> la furgoneta. Decidimos que era un buen momento para<br />
ducharnos y nadamos un buen rato. Horas mas tar<strong>de</strong> aprovechamos el lavabo<br />
<strong>de</strong> la piscina para lavar toda la ropa. La gente nos miraba <strong>de</strong> forma muy<br />
extraña, no se porqué, ni que nunca hubieran visto a unos chicos lavar la<br />
ropa. <strong>El</strong> problema vino cuando terminamos ¿dón<strong>de</strong> tendíamos la ropa?.
- Al fondo <strong>de</strong>l poli<strong>de</strong>portivo, aprovechando las vallas po<strong>de</strong>mos ten<strong>de</strong>r una<br />
cuerda, yo creo que nadie se va a dar cuenta, dijo Julio con su poesía mental<br />
habitual<br />
- ¿alguna alternativa más?, preguntó Paco<br />
- Bien vamos para allá, contestamos al unísono<br />
Y allí que nos fuimos sin ningún rubor, con toda la colada. Pusimos las<br />
cuerdas, tendimos la ropa, y nos tumbamos a tomar el sol. La gente nos<br />
miraba como si no hubiera otra cosa mas interesante que hacer allí. Al poco<br />
rato vimos que venían dos vigilantes <strong>de</strong> seguridad.<br />
No se que nos dijeron, eran unos exabruptos que sonaban fatal, lo que sí<br />
vimos es como empezaron a arrancar la ropa, casi nos la <strong>de</strong>strozan, sólo<br />
<strong>de</strong>jaron colgados los calzoncillos, con estos no se atrevieron los muy cobar<strong>de</strong>s.<br />
Tiraron todo al suelo y nos empujaron, creo que querían que nos fuéramos. De<br />
repente oímos aplausos, todos los bañantes miraban y aplaudían, pero ¿a<br />
quién?, en ese momento no sabíamos si saludar, reír o llorar.<br />
Después <strong>de</strong> unos minutos <strong>de</strong> confusión lo entendimos todo plenamente,<br />
recogimos la ropa con toda la dignidad que pudimos, y nos fuimos casi en fila<br />
india por don<strong>de</strong> habíamos entrado. Definitivamente Holanda no era nuestro<br />
país, había que salir cuanto antes <strong>de</strong> allí, pero aún nos quedaba Ámsterdam<br />
¿cambiaría nuestra suerte?.<br />
Esa noche aparecimos por la Plaza D’Am o algo así, entre bicicletas y<br />
“colgados” no quedaba espacio para pasear, y eso que era inmensa. Antes<br />
paramos al lado <strong>de</strong> un pequeño canal y aprovechamos las barandillas para<br />
terminar <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>r la ropa y comer algo.<br />
Ámsterdam nos sedujo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer momento,, quedamos impactados por<br />
sus callejuelas, sus canales, sus barcos, sus flores, sus bicicletas y ... sus<br />
chicas. De madrugada el barrio rojo estaba a tope. Nunca había estado en un<br />
sitio así.<br />
En un momento dado <strong>de</strong>cidimos cronometrar a uno que entraba a solicitar los<br />
servicios <strong>de</strong> una chica que estaba al otro lado <strong>de</strong> un escaparate. <strong>El</strong> hombre<br />
entró en la pequeña habitación. La chica bajo la persiana. Pasó un minuto,<br />
pasaron dos minutos, pasaron tres, y cuando aún no llegaba a cuatro minutos<br />
volvió a aparecer el hombre y la chica levantó la persiana. Qué había hecho<br />
este tío, si casi no había tenido tiempo <strong>de</strong> abrir la bragueta. Era peor que yo<br />
cuando estuve con Sandra, y yo aún me lamentaba. ¡Era el Fitipaldi <strong>de</strong> las<br />
putas!.<br />
- Así me hago yo prostituta, dijo <strong>El</strong> Búho<br />
- Y yo protestante, resumió Paco entre risas<br />
Pasadas las tres <strong>de</strong> la madrugada y cuando ya bajaba mucho el ambiente,<br />
<strong>de</strong>cidimos levantarnos <strong>de</strong> la terrazita don<strong>de</strong> estábamos y marcharnos. En ese<br />
momento comenzó una pelea en la mesa <strong>de</strong> al lado. Dos jóvenes se estaban<br />
dando sin límites. Uno <strong>de</strong> ellos rompió una botella y se la clavó en la cabeza.<br />
<strong>El</strong> otro sangraba a chorros. Pusimos pies en polvorosa en cuanto oímos la<br />
sirena <strong>de</strong> la policía, a los cinco minutos escasos <strong>de</strong> empezar la pelea, allí al<br />
menos eran rápidos, pensé. Pero cual no sería nuestra sorpresa cuando, a
más <strong>de</strong> cincuenta metros, observábamos la extraña escena. <strong>El</strong> coche <strong>de</strong> la<br />
policía estaba siendo zaran<strong>de</strong>ado, golpeado, escupido. Los policías parecían<br />
muy asustados. Aceleraron todo lo que pudieron y salieron <strong>de</strong>rrapando <strong>de</strong> allí.<br />
Definitivamente no entendíamos nada en Holanda.<br />
Ya no nos quedaban ganas <strong>de</strong> ver nada más. Nos metimos en la furgoneta e<br />
intentamos dormir. Al poco rato un grupo <strong>de</strong> negros empezó a golpear en la<br />
furgoneta. Nos alarmamos, pero supimos guardar la compostura. Nadie<br />
respiró, nadie habló, nadie movió la cortina, sólo oíamos los gritos y los<br />
veíamos a través <strong>de</strong> la cortina. ¡Eran los negros <strong>de</strong> Paris!, pensé. Debían <strong>de</strong><br />
medir lo mismo, al menos esa impresión me daban. Creíamos que iban a<br />
romper la furgoneta, golpeaban con fuerza, gritaban, reían , pero <strong>de</strong> repente<br />
<strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> golpear. Nos asomamos un momento por la ventana pensando que<br />
se habían ido y allí estaban, se habían bajado los pantalones y nos estaban<br />
meando la borrachera en la furgoneta. ¡qué cerdos!. No nos atrevimos a salir.<br />
No tenían buena pinta.<br />
A los pocos minutos se cansaron <strong>de</strong> todo y se fueron a molestar a otro sitio.<br />
Salimos y vimos que nos habían <strong>de</strong>jado todo lleno <strong>de</strong> abolladuras. La<br />
furgoneta era un poema. No se cómo llegaríamos a Madrid, y lo que es peor no<br />
se si podríamos pagar nada más al llegar. No quería ni pensar en lo que me<br />
iba a <strong>de</strong>cir mi padre si me viera llegar así, sólo llevábamos diez días y<br />
teníamos rastro en la furgoneta casi <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> ellos, y eso que no<br />
habíamos tenido ningún acci<strong>de</strong>nte.<br />
En ese mismo instante arrancamos y salimos disparados camino <strong>de</strong> Alemanía,<br />
no queríamos estar en Holanda ni un momento más. Holanda para los<br />
holan<strong>de</strong>ses. Nos echaban en un sitio por límpios, y no <strong>de</strong>cían nada por<br />
guarros y violentos, y esto era Europa ¡el primer mundo!.<br />
Una hora <strong>de</strong>spués estábamos en la frontera, y al cruzar hacia Alemanía nos<br />
relajamos, quizás todo sería como en Francia, al menos íbamos a empezar<br />
igual: en casa <strong>de</strong> los tíos <strong>de</strong> José.<br />
»<br />
Alemania era un país que nos producia una sensación muy especial a la<br />
mayoría. Era una sensación que provenía <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sconocimiento, <strong>de</strong> las palabras<br />
<strong>de</strong> los mayores que habían emigrado allí y luego nos contaban sus batallitas.<br />
Nos producía, verda<strong>de</strong>ramente, una erótica especial, y presentíamos que en<br />
ella acontecerían cosas intensas.<br />
A Julio le atraía mucho, y parecía que no se hartaba <strong>de</strong> la panzada <strong>de</strong><br />
kilómetros, encaminar el objetvo, aunque fuera en varias etapas, hacia el Sur,<br />
Munich, el lago Constanza, visitar la Selva Negra.<br />
Paco, en cambio, no quería per<strong>de</strong>rse Colonia, Hamburgo. Tenía una fijacioón<br />
con Hamburgo ya que, en sus tiempos futboleros <strong>de</strong> niño, por lo que sea que a<br />
un niño le tiran esas cosas, se había encabezonado con que era fan <strong>de</strong>l Club<br />
<strong>de</strong> Fútbol Hamburgo y <strong>de</strong> su <strong>de</strong>lantero estrella Rubesch.<br />
La cita en Moenchengladbach era obligada y querida por todos.
En la zona <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso en la misma frontera estábamos comentando los<br />
posibles caminos.<br />
»<br />
Al cruzar la frontera vimos varios carteles <strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s alemanas, no sabíamos<br />
don<strong>de</strong> ir, que si Gelsenkirchen, que si Mulheim an <strong>de</strong>r Rurh, hasta que vimos<br />
uno que ponía Essen, y para “esen” que nos fuimos. Antes <strong>de</strong> llegar a esa<br />
ciudad, apareció otro cartel que ponía Wupertal,<br />
- gira hacia Wupertal, que está muy bien, por favor, le dije al Búho que estaba<br />
conduciendo en ese momento.<br />
- Y ¿qué hay allí?, preguntó<br />
- Por lo que recuerdo, están las cuevas <strong>de</strong> Nean<strong>de</strong>rtal, dije<br />
- ¿estás seguro? Tu te montas cada película, dijo Julio que aún seguía <strong>de</strong>lante<br />
con nosotros.<br />
- Seguro no, pero lo estudie contigo, las cuevas <strong>de</strong> Nean<strong>de</strong>r, estaban en el<br />
Valle <strong>de</strong> Tal, cerca <strong>de</strong> Wuper Tal, ¿te acuerdas <strong>de</strong> algo, lumbrera?, contesté.<br />
- Si tú lo dices, me voy a echar un rato, a mí estas elucubraciones tuyas me<br />
dan sueño, contestó Julio.<br />
Cuando estábamos cerca <strong>de</strong> la ciudad me dijo <strong>El</strong> Búho<br />
- Pregunta tú a esta gente que a mi me da la risa.<br />
Y empecé a preguntar a unos y a otros, pero por allí nadie nos entendía. En<br />
Francia habíamos salido <strong>de</strong>l paso con cuatro frases, pero aquí es que ni<br />
entrábamos, apenas sabíamos <strong>de</strong>cir buenos días, y la gente <strong>de</strong> por aquí o no<br />
sabía inglés o no entendía nuestro inglés chapucero, el caso es que ni el valle<br />
<strong>de</strong> Tal ni el <strong>de</strong> Cual. <strong>El</strong> valle que recordaba, y que ya creía que me lo había<br />
inventado, o no estaba allí, o no sabíamos dar con él. Dimos vueltas y más<br />
vueltas, pasamos dos veces por la ciudad, preguntamos a jóvenes y mayores,<br />
hicimos mímica <strong>de</strong> la prehistoria y nada <strong>de</strong> nada. Menos mal que el resto <strong>de</strong>l<br />
equipo dormía plácidamente, o no hacía nada por enterarse <strong>de</strong> lo que ocurría.<br />
- pues vaya <strong>de</strong>sastre, como todo sea así en este país no vamos a po<strong>de</strong>r ir a<br />
ningún sitio, dije<br />
- Creo que lo mejor será marchanos <strong>de</strong> aquí, dijo <strong>El</strong> Búho<br />
- Vámonos sí, que me estoy <strong>de</strong>smoralizando, pero ¿a dón<strong>de</strong>?, pregunté<br />
- Buena pregunta. Lo mejor será irnos cerca <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> los familiares <strong>de</strong><br />
José, me dijo <strong>El</strong> Búho<br />
- Eso está cerca <strong>de</strong> Dusseldorf, lo que pasa es que ellos esperan <strong>de</strong>spertarse<br />
en Essen, dije<br />
- Pues ni a Dusseldorf, ni a Essen, que te parece si seguimos esa dirección que<br />
pone Bonn. Hay dos o Bonn o Kolhn, ¿cúal te suena mejor?, preguntó el Búho<br />
- Pues así <strong>de</strong> oido me suena mejor Bonn, era la antigua capital, no <strong>de</strong>be <strong>de</strong><br />
estar mal, contesté<br />
- Pues a Bonn, luego a Koln y más tar<strong>de</strong> a Monchengladbach, que nombre<br />
más difícil <strong>de</strong> pronunciar, como tengamos que preguntar lo llevamos claro.<br />
Después <strong>de</strong> esto <strong>de</strong>jaremos que se peleen eligiendo el siguiente <strong>de</strong>stino,<br />
Hamburgo o Munich, ya nos da igual, en cualquier caso va a ser un<br />
<strong>de</strong>scubrimiento, dijo <strong>El</strong> Búho<br />
- ¡A Bonn, a Bonn!, dije
Y hacia allí nos encaminamos, estábamos dando más tumbos que otra cosa,<br />
pero como éramos libres y teníamos aún todo el tiempo <strong>de</strong>l mundo nada nos<br />
importaba.<br />
Cuando llegamos a Bonn nos quedamos impresionados, el río Rhin era<br />
inmenso. Acostumbrados al Manzanares, aquello nos pareció <strong>de</strong>smesurado, en<br />
algunos tramos a lo largo <strong>de</strong>l camino había casi un kilómetro <strong>de</strong> ancho o algo<br />
así. Veíamos barcos que en España surcaban los mares, cargueros, cruceros,<br />
<strong>de</strong> todo. Des<strong>de</strong> luego teníamos que ir en barco por éste río, no había duda.<br />
La ciudad también nos pareció muy bonita, muy tranquila, como diría mi<br />
padre muy señorial. Aparcamos al lado <strong>de</strong>l río y <strong>de</strong>spertamos al personal.<br />
Había que hacer un <strong>de</strong>sayuno comida merienda, teníamos un <strong>de</strong>scontrol <strong>de</strong><br />
horas impresionante. Al levantarse y salir fuera se quedaron impresionados<br />
con lo que vieron.<br />
»<br />
Qué majestuosidad!!!!!!!!!!! impresionante sambullida que se dió Juanito en el<br />
río, se sentía libre y nos invitaba a sambullirnos tambien.<br />
Derrepente, una llamada inesperada alborotó nuestros corazones.<br />
Diga?aló?-dijo el Búho-quién habla?<br />
José Manuel? te habla Ainara.Las chicas y yo hemos <strong>de</strong>cidido continuar el<br />
viaje con uds. A Sandra,Shopie y Segolene les han dado permiso sus padres<br />
para que vayan con uste<strong>de</strong>s, pero claro, yo me hago responsable por ellas, y<br />
luego <strong>de</strong> tanto insistir , nos han dado el permisooooooooo, no es<br />
chevereeeeeeeeeeeee !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!-dijo una Ainara totalmente<br />
feliz, pues ella había hablado con sus parientes y amista<strong>de</strong>s <strong>de</strong> San Donosti<br />
para <strong>de</strong>cirles que todavía tiene planes <strong>de</strong> recorrer Europa con unos amigos, es<br />
<strong>de</strong>cir, pospuso todo, todo para seguir su camino con José Manuel, que ahora<br />
se mostraba muy in<strong>de</strong>ciso con respecto a Ainara, pues él no quería<br />
enamorarse,no quería ligar con nadie, sólo divertirse, pero no podía tampoco<br />
resistirse al encanto <strong>de</strong> aquella chica que estaba haciendo todo lo posible por<br />
conquistarlo.<br />
Cómoooooooooo? pero don<strong>de</strong> estáis vosotras? Nosotros hemos llegado a<br />
Alemania ya, estamos para ser exactos en la ciudad <strong>de</strong> Bonn, cerca al río<br />
Rhin, cómo nos van a encontrar?, ES IMPOSIBLEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!-dijo el<br />
Búho, exaltado.<br />
Nada, nada es imposible en esta vida cariñito, vamos para allá, rumbo a Bonn,<br />
los padres <strong>de</strong> Sandra nos han prestado algo <strong>de</strong> dinero, así que esperen que ya<br />
vamos. Yo te estaré llamando para mantenernos en contacto ok.no me vayas a<br />
fallar José Manuel.<br />
Pero, Ainara, no es posible....aló? Ainara? Colgó!-dijo José Manuel- vienen<br />
para acá, las muchachas vienen para acá- dijo entre sorprendido, fastidiado,<br />
pero en el fondo contento.<br />
Pero que dices Buho?-dije preocupado-eso no pue<strong>de</strong> ser como nos van a
encontrar?<br />
No lo sé tío, no lo sé, pero esto si que es un lío, les pue<strong>de</strong> pasar algo malo al<br />
venirse así a la <strong>de</strong>riva, Ainara se ha propuesto <strong>de</strong> todo, pero esto, esto , es<br />
increíble.<br />
Ahhhhhhhhhhh el amorrrrrrrrrrrrrrrrr, el amorrrrrrrrrrrrrrrrrrr, es insufrible,<br />
pero es amorrrrrrrrrrr en fin-dije- tenemos que esperarlas, estoy ancioso por<br />
volver a ver a Sandrita-dije y al segundo me sambullí también en el río , junto<br />
a Juanito, era el paraíso.<br />
»<br />
La llamada recibida nos llenó <strong>de</strong> turbación. Cada uno, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> si, guardaba<br />
unas sensaciones, que en algunos casos llegaban a fuertes sentimientos,<br />
bastante marcadas y muy contrapuestas.<br />
Buho y yo, Juanito, ante la perspectiva <strong>de</strong> la reunificación total <strong>de</strong>l grupo,<br />
teníamos un sentimiento <strong>de</strong> euforia. Pero era una euforia particular, centrada<br />
en nosotros mismos. De hecho, a mi no me agradaba nada que viniera Ainara.<br />
Yendo más allá, me fastidiaba la presencia <strong>de</strong> todos, Sandra ocupaba el 100%<br />
<strong>de</strong> mi mente en ese momento y todos los <strong>de</strong>más no tenían cabida. Buho sentía<br />
algo que podía ser parecido a mi. La situación había sufrido un giro <strong>de</strong> 360<br />
grados. Éramos, en ese momento, no una unidad <strong>de</strong> cinco amigos, sino cinco<br />
cavida<strong>de</strong>s in<strong>de</strong>pendientes, cinco espacios separados por toneladas <strong>de</strong><br />
hormigón, que tenían un espacio interno muy importante que era en general<br />
incompatible con los espacios <strong>de</strong> las otras cavida<strong>de</strong>s.<br />
-Pues que guay, volveremos a juntarnos. Esto si que no nos lo esperábamos,<br />
espeté.<br />
Julio tomó la palabra con autoridad.<br />
-¿Pero qué coño guay, Juanito? ¿Tu estás tonto, o estás atontao, que es peor?<br />
Juanito tuvo un a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong> ir a por él, que pudo a duras penas controlar.<br />
-No hay sitio para todos. Ni <strong>de</strong>ntro ni FUERA <strong>de</strong> la furgoneta. Tenía que<br />
haberme vuelto cuando lo dije, estáis fuera <strong>de</strong> vosotros mismos, las chicas os<br />
han poseído la mente.<br />
Buho tomó la palabra, <strong>de</strong> modo también bastante intenso.<br />
-Julio, es lo que hemos venido a buscar, ¿no? Aventura. Joer, pues es lo que<br />
estamos teniendo, mejor imposible. Vamos, el que va a hablar, que se disfrazó<br />
<strong>de</strong> Travoltilla, el tío.<br />
A Julio le estalló la vena que separa la consciencia <strong>de</strong> la agresividad y le asestó<br />
un fuerte puñetazo a Buho, que lo tiró al suelo.<br />
-Métete con tu padre, gilipollas. Te crees que eres el rey <strong>de</strong>l mundo y eres un<br />
mequetrefe, payaso, un imbécil.<br />
Jose y Paco consiguieron contener a Juanito, que ya estallaba, y a los dos<br />
contendientes <strong>de</strong> la pelea. Bueno, contener, no, únicamente separar<br />
físicamente para que no se mantuviera el combate físico, ya que el combate<br />
verbal a unos metros <strong>de</strong> distancia uno <strong>de</strong> otro era digno <strong>de</strong> ser escuchado.
-¿Sabes, capullo? dijo Julio. Paso <strong>de</strong> ti, métete la furgoneta y el viaje por<br />
don<strong>de</strong> te quepa. Yo ME PIRO. Me voy. Ya me las apañaré por aquí. No quiero<br />
verte, Buho, en <strong>El</strong> <strong>Espinillo</strong> en toda la vida, ¿me has escuchado?<br />
-Cálmate, Julio, intentó interce<strong>de</strong>r Paco.<br />
-¿Qué leche calma ni calma? Ahora mismo recojo mis cosas <strong>de</strong> la furgoneta y<br />
me voy.<br />
Vimos sus ojos inyectados en sangre. Sabíamos que se calmaría, que llegaría<br />
su calma, pero vimos que no podríamos anular su i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> marcharse. <strong>El</strong><br />
tiempo pondría las cosas en su sitio y, esperábamos, el futuro nos <strong>de</strong>pararía la<br />
recuperación <strong>de</strong> nuestras vidas comunes. O no.<br />
»<br />
JULIO:<br />
Cuando Julio se vio sólo, sin sus compañeros y amigos <strong>de</strong> viaje, se relajó.<br />
Ahora haría lo que, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la gran Alemania, el país que fue capaz <strong>de</strong> poner<br />
un muro entre sus vecinos y a los muchos años generar un proceso <strong>de</strong><br />
reconciliación y unificación nacional, le apetecía. Le sonaba el retintín <strong>de</strong> la<br />
canción <strong>de</strong> Rafaella Carrá:<br />
Para hacer bien el amor hay que venir al Sur.<br />
No le pesaba sentirse solo. Es cierto que las cosas no lucirían como si el viaje<br />
siguiera con sus compañeros, que ya más calmado no dudaría que pronto se<br />
reencontrarían o se contarían las batallitas. Pero <strong>de</strong> momento le apetecía la<br />
sensación <strong>de</strong> ese momento. No <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> nadie, y mucho menos <strong>de</strong> unos<br />
locos con el corazón encerrado en una jaula, para guiar sus caminos.<br />
Buscó en Bonn, como pudo, una estación <strong>de</strong> autobuses y se fue a duras penas<br />
enterando <strong>de</strong> los horarios y precios <strong>de</strong> los buses que le acercaban a su<br />
<strong>de</strong>stino.<br />
»<br />
Mientras leía los horarios <strong>de</strong> los autobuses, que figuraban en un díptico<br />
informativo con idioma castellano que había conseguido, se sentó en un banco<br />
<strong>de</strong>jando caer a plomo su cuerpo, cansado <strong>de</strong> la tensión y los nervios que le<br />
había producido el episodio <strong>de</strong> la pelea con sus amigos. Cerró los ojos, casi sin<br />
po<strong>de</strong>r poner remedio, cuando el sol le bañó el rostro con sus rayos. Ahora se<br />
sentía más relajado.<br />
Recordó lo que le contó su amigo Carlos <strong>de</strong> VillaVer<strong>de</strong> Alto, un barrio pegado<br />
al suyo, aquel verano cuando él le dijo que se iría a recorrer Europa en aquel<br />
viaje aventurero con sus amigos <strong>de</strong> <strong>El</strong> <strong>Espinillo</strong>.<br />
Carlos había hecho un viaje similar no hacía mucho tiempo y le contó<br />
maravillas <strong>de</strong> las aventuras que le habían sucedido, porque parece que las<br />
penas o los problemas, pasado el tiempo, o no se recuerdan o si se hace, se<br />
suelen recordar con una sonrisa en la boca. Carlos había conocido lugares
mágicos y a muchas personas, pero <strong>de</strong> entre todas ellas, le habló <strong>de</strong> Evghenia,<br />
una preciosa chica moldava <strong>de</strong> pelo rubio y ojos claros, con la que pasó<br />
muchas noches <strong>de</strong> risas y <strong>de</strong> confi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un coche.<br />
Evghenia era una chica dulce que escondía su sensibilidad tras la fachada <strong>de</strong><br />
una apariencia fría, distante y, a veces, un poco violenta. Quizá, según le<br />
confesó Carlos, había sufrido en su vida por mostrarse tal como era y, por esa<br />
razón, Evghenia había <strong>de</strong>cidido enterrar su verda<strong>de</strong>ro ser tras una coraza<br />
ruda y opaca...<br />
Julio reflexionó, sentado en aquel banco en ese momento, sobre las personas<br />
que pasan por la vida, algunas con una gran intensidad, y habían<br />
<strong>de</strong>saparecido. Conocía bastantes; hombres y mujeres que, durante una etapa<br />
<strong>de</strong> su vida, estuvieron muy presentes, hicieron cosas y cosas con él. Pero<br />
<strong>de</strong>saparecieron y su contorno se hacía cada vez más difuso. Sirvieron para<br />
algo y <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> servir.<br />
Pero otras se quedaron; el paso <strong>de</strong>l tiempo no las difuminó; pudieron ser un<br />
entretenimiento, creyó que eran un entretenimiento y, sin embargo, se<br />
quedaron en él. Se repetía a sí mismo que esas personas son otra dimensión<br />
<strong>de</strong> la felicidad. ¿Cómo era ese poema?<br />
Todo mundo tiene otro que se le opone<br />
en perfecta mitad<br />
un otro lado sin el cual<br />
nada es si no imperfecto<br />
Y pensó en ese viaje y como, un día sin esperarlo te levantas, y te das cuenta<br />
que hay alguien que ha surgido <strong>de</strong> la nada, que ha aparecido <strong>de</strong> don<strong>de</strong> no<br />
esperabas y se ha instaurado en tu mente, ocupando todos y cada uno <strong>de</strong> tus<br />
pensamientos.<br />
Pasa el tiempo, pasan las circunstancias que <strong>de</strong>bieran haber justificado esa<br />
relación y aquellas personas continúan en tu vida... Como Evghenia<br />
continuaba en la mente <strong>de</strong> Carlos cada día, cada noche, cada instante, según<br />
le había confesado el propio Carlos aquella noche <strong>de</strong> verano, cuando a<strong>de</strong>más<br />
le dijo en confianza que seguía manteniendo el contacto con ella a través <strong>de</strong><br />
internet y que, incluso, habían planeado irse a Ucrania juntos durante una<br />
semana para ir a un lugar <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso, los dos solos, sin caretas, sin<br />
artificios, sin escudos, sin barreras. Los dos, una moldava y un español,<br />
perdidos para todo el mundo menos para ellos, puesto que el instante <strong>de</strong><br />
volver a unirse sería el momento <strong>de</strong> estar encontrados.<br />
Julio sonrió al imaginar a Carlos feliz, vestido únicamente con una toalla<br />
tumbado en una hamaca, en aquel spa-sauna <strong>de</strong> Ucrania.<br />
Recordó todas aquellas cosas que Carlos le había contado sobre Moldavia y<br />
tuvo curiosidad por visitar aquel país.<br />
-¿Y si se lo propongo a los <strong>de</strong>más?, pensó para sí mismo mientras doblaba con<br />
cuidado el díptico informativo <strong>de</strong> los horarios <strong>de</strong> los autobuses para<br />
introducirlo en el bolsillo trasero <strong>de</strong> sus pantalones.<br />
»<br />
Se había consumado la escisión <strong>de</strong>l grupo. Julio, en apenas unas horas, se<br />
había ido. Sabían que la comunicación era posible, ya que tenían los teléfonos<br />
móviles habilitados para su uso fuera <strong>de</strong> España. De ese modo se<br />
comunicaban con sus padres, que mantenían una expectación tensa pero no
eran lo que se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir unos padres pesados. Habían llegado a hacerse<br />
durante todo el año <strong>de</strong>l grado <strong>de</strong> intensidad que tenían en ese sueño y con<br />
escuchar sus voces y ver que estaban bien no necesitaban mucho más.<br />
Los otros cuatro amigos, tras la marcha <strong>de</strong> Julio, se habían quedado<br />
silenciosos. Entendían, algo tensos pero sin nervios entre ellos, que había al<br />
menos otro asunto importante entre ellos. Habían pasado la tar<strong>de</strong> en Bonn sin<br />
gran<strong>de</strong>s pretensiones, quizá intentando investigar, sin éxito, por qué esa<br />
ciudad que se mostraba un poco ausente había sido elegida para ser capital<br />
administrativa <strong>de</strong> la antigua Alemania Fe<strong>de</strong>ral.<br />
Cuando se hizo la noche, en el calor <strong>de</strong>l pequeño hogar que habían creado en<br />
la furgoneta, Buho tomó la palabra, asumiendo el papel que todos esperaban<br />
<strong>de</strong> él.<br />
-¿Y ahora qué va a pasar, compañeros? Las chicas están en camino. Creo que<br />
es el momento <strong>de</strong> hablar claro. Yo quiero estar el mayor tiempo posible con<br />
Ainara. Todo esto ha sido rápido pero quiero vivirlo, lo más posible.<br />
Yo asentía con la cabeza, sin hablar. Mi pensamiento era i<strong>de</strong>m ea<strong>de</strong>m i<strong>de</strong>m al<br />
suyo, con respecto a Sandra. Segolene sería inseparable <strong>de</strong> Sandra, pero eso<br />
no me importunaba excesivamente.<br />
Paco tomó la palabra:<br />
-Jose y yo hemos estado hablando. Ni nos lo vamos a pasar bien con tanta<br />
parejita ni os vamos a fastidiar la cosa, dijo con cierta vehemencia. Tenemos<br />
nuestros teléfonos, vosotros estáis en otro rollo.<br />
Jose le interrumpió.<br />
-Mi familia <strong>de</strong> Moenchengladbag nos espera mañana. No nos importa que os<br />
quedéis vosotros con la furgoneta. Sin problemas, sin tensiones, nos vamos a<br />
ir hacia allá.<br />
Buho y yo entendimos que era lo mejor. Cada uno viviría sus aventuras y<br />
probablemente volveríamos a coincidir <strong>de</strong> algún modo, no lo dudaba. Y qué<br />
días nos esperaban, madre mía, full-time con Sandra.<br />
Quedamos en que, cuando <strong>de</strong>cidiéramos exactamente el modo <strong>de</strong> encuentro<br />
con las chicas, si sería allí, en Bonn, o en algún otro lugar, se produciría la<br />
separación.<br />
Cuando todos nos relajamos, sonreímos y nos dimos unas collejas. Era<br />
nuestro modo <strong>de</strong> indicar que todo seguía a<strong>de</strong>lante.<br />
»<br />
En ese momento aquella musiquilla tan pegadiza comenzó a sonar, la banda<br />
sonora <strong>de</strong> “<strong>El</strong> Golpe”, una gran obra maestra, sin duda. Era el móvil <strong>de</strong> Buho.<br />
<strong>El</strong> corazón me dio un vuelco. Buho <strong>de</strong>scolgó el teléfono y comenzó a hablar:<br />
- Ainara, sí hola, sí, estamos en Bonn. ¿Dón<strong>de</strong>? ¿En el Museo <strong>de</strong> Arte qué???<br />
Espera, <strong>de</strong>letréame, B-U-N-D-E-S-K-I-N-S-T-H-A-L-L-E. Vale, creo que lo<br />
tengo, sí, vamos para allá. Nos vemos en un rato. Venga, un beso.
Todos mirábamos a Buho con gran expectación:<br />
- Bueno, ya lo habéis oído, dijo. Las chicas nos esperan en el Museo… - Buho<br />
miró el papel don<strong>de</strong> lo había anotado – Bun<strong>de</strong>skinsthalle, eso. Jo<strong>de</strong>r, con el<br />
nombrecito.<br />
- Pues no se hable más, dije. Arranqué la furgoneta y nos dirigimos hacia el<br />
lugar <strong>de</strong> encuentro.<br />
Durante el viaje ninguno dijimos palabra alguna. Buho, absorto en sus<br />
pensamientos, doblaba una y otra vez el papelito don<strong>de</strong> había apuntado el<br />
nombre <strong>de</strong>l Museo. Lo doblaba, lo <strong>de</strong>sdoblaba, lo volvía a doblar, se le veía<br />
nervioso, y a la vez emocionado.<br />
Jose y Paco miraban al suelo, abstraídos en sus pensamientos. Era difícil<br />
saber en qué estarían pensando.<br />
Yo sólo podía pensar en Sandra, y en los magníficos días que nos esperaban,<br />
ese iba a ser un verano inolvidable, <strong>de</strong> eso no cabía duda.<br />
»