15.05.2013 Views

La Lectura. Rincón literario - Centro Concertado Juan XXIII Cartuja

La Lectura. Rincón literario - Centro Concertado Juan XXIII Cartuja

La Lectura. Rincón literario - Centro Concertado Juan XXIII Cartuja

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

T<br />

<strong>La</strong> <strong>Lectura</strong>. <strong>Rincón</strong> <strong>literario</strong><br />

odo fue terrible, pero aún así, creo que<br />

obtuvimos nuestra recompensa.<br />

En una galaxia muy lejana se hallaba un pequeño<br />

planeta llamado “Aritmética”, dicho planeta se dividía<br />

en dos grandes porciones de tierra.<br />

A una se le conocía con el nombre de El País de las<br />

Matemáticas y a la otra como El País de<br />

las letras.<br />

Hola, mi nombre es “Siete” y soy un<br />

habitante del País de las Matemáticas. A<br />

los números que vivimos en la parte sur<br />

de mi país se nos conoce por el<br />

gentilicio de números positivos, y a los<br />

que viven en la parte norte como<br />

números negativos.<br />

Mi historia comienza cuando los dos territorios de mi<br />

país estallaron en guerra, a causa de una disputa debida<br />

a que los números negativos se veían despreciados e<br />

infravalorados.<br />

Me acuerdo también de que, los números positivos, no<br />

queríamos que sucediera ningún tipo de<br />

enfrentamiento, pero los negativos no paraban de<br />

atacarnos con bombas divisoras, rectas, etc.<br />

Hartos de tantos ataques, los números<br />

positivos decidimos aliarnos con los<br />

habitantes del país vecino, las letras.<br />

Todos juntos formábamos operaciones<br />

algebraicas. Aunque fue en vano, ya<br />

que los números negativos se aliaron con letras<br />

rebeldes para así contraatacarnos.<br />

Un día como otro cualquiera estaba yo sentado en mi<br />

confortable sillón cuando una idea me vino a la mente<br />

como un rayo del cielo, rápidamente me apresuré a<br />

correr al Ayuntamiento y una vez llegué, convoqué<br />

asamblea general.<br />

Después de un largo rato, cuando todos los números<br />

positivos estábamos allí presentes, yo subí al estrado.<br />

Todos tenían un rostro alegre y esperanzador, incluso el<br />

señor “27”, a quien no veía sonreír desde que perdió el<br />

“2” por culpa de una bomba divisora.<br />

Después de una leve pausa empecé a hablar:<br />

- El plan es el siguiente, lo primero es arrojarles ceros a<br />

todos y cada uno de los números negativos, para más<br />

tarde poder lanzarles signos multiplicativos y que así se<br />

conviertan en ceros y desaparezcan…<br />

Cuando terminé de hablar, los asistentes se levantaron<br />

de sus asientos y comenzaron a aplaudir, todos estaban<br />

muy contentos. En ese momento una extraña sensación<br />

maravillosa recorrió mi cuerpo.<br />

Era impresionante observar cómo en un día pasé de ser<br />

un número corriente a estar siendo aplaudido por mis<br />

conocidos.<br />

C U E N T O<br />

ÁLGEBRA y la guerra de los Números<br />

Días más tarde, todos nos reunimos en la frontera de los<br />

dos territorios. Iba a comenzar la batalla que decidiría<br />

el destino del país; el ambiente era tenso, y lo único que<br />

se escuchaba era el gemir de las hojas en los secos<br />

árboles de invierno.<br />

De repente un grito de nuestra tropa dio una señal,<br />

cortando así el silencio sepulcral, y acto seguido todos<br />

comenzaron a arrojar ceros y signos.<br />

Ese día nunca se borrará de mi mente, era escalofriante<br />

ver cómo los números negativos morían uno tras otro<br />

casi al borde del exterminio.<br />

En ese instante supe que habíamos cometido un error,<br />

así que sin pensármelo dos veces di la orden de que<br />

cesara el ataque.<br />

Todos me miraban con rostros asombrados, incluso los<br />

números negativos que yacían en el campo de batalla.<br />

De pronto, entre un espeso manto de niebla apareció<br />

ante nosotros un número. Con un leve paso se acercó<br />

hasta mí y se arrodilló:<br />

- Por favor, dejad vivir a mi pueblo y prometo serviros<br />

y respetaros a ti y a tu gente, dijo con voz temblorosa.<br />

A todos los números positivos nos pareció bien. Así<br />

que los dos reinos decidimos convivir en paz, con la<br />

condición de que ellos estuvieran siempre por debajo<br />

de nosotros.<br />

Años más tarde, unos científicos inventaron una<br />

pequeña nave con la que unos cuantos números y yo<br />

pudimos viajar a <strong>La</strong> Tierra, años luz, y así darnos a<br />

conocer, para que hoy en día nos podáis utilizar.<br />

Y mientras que se usen las matemáticas, esta historia<br />

continuará… Rubén Márquez Pinilla 2ºB ESO<br />

Aula23-Pág. 19

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!