Junio de 2011 Liahona - The Church of Jesus Christ of Latter-day ...
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LA ADVERSIDAD PUEDE<br />
CONDUCIRNOS A DIOS<br />
“Hay quienes han enfrentado<br />
la <strong>de</strong>sgracia, al punto<br />
<strong>de</strong> parecer insuperable, y se<br />
han vuelto personas un tanto<br />
amargadas; pero si se <strong>de</strong>tienen<br />
a pensar, aun la adversidad<br />
que han sufrido pue<strong>de</strong> ser un<br />
medio <strong>de</strong> elevación espiritual.<br />
La adversidad misma pue<strong>de</strong><br />
conducirnos a Dios y a la iluminación<br />
espiritual en vez <strong>de</strong><br />
alejarnos <strong>de</strong> ellos”.<br />
Presi<strong>de</strong>nte David O. McKay (1873–1970),<br />
Treasures <strong>of</strong> Life, compilado por Clare<br />
Middlemiss, 1962, págs. 107–108.<br />
12 <strong>Liahona</strong><br />
HABLAMOS DE CRISTO<br />
Él sufrió mis dolores<br />
“Ciertamente él ha llevado nuestros pesares y sufrido nuestros<br />
dolores” (Mosíah 14:4).<br />
Por Jane Bleak<br />
Nunca olvidaré el verano y el<br />
otoño <strong>de</strong> 2009. El 9 <strong>de</strong> junio mi<br />
padre falleció <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer<br />
<strong>de</strong>mencia por más <strong>de</strong> diez años. El 25 <strong>de</strong><br />
junio, mi hijo <strong>de</strong> 22 años falleció inesperadamente<br />
y, menos <strong>de</strong> un mes <strong>de</strong>spués,<br />
también murió mi prima. El 13 <strong>de</strong> agosto,<br />
mi madre, que tenía 82 años, tuvo una<br />
operación a corazón abierto y comenzó<br />
una prolongada recuperación. El 18 <strong>de</strong><br />
octubre falleció mi hermano <strong>de</strong> 41 años<br />
<strong>de</strong> edad. El 31 <strong>de</strong> octubre mi esposo tuvo<br />
un infarto masivo y el corazón le <strong>de</strong>jó<br />
<strong>de</strong> funcionar durante ocho minutos. Los<br />
bomberos, los paramédicos y una bendición<br />
<strong>de</strong>l sacerdocio nos lo trajeron <strong>de</strong><br />
vuelta a la vida.<br />
La gente con frecuencia me preguntaba<br />
cómo sobrellevamos todos esos<br />
acontecimientos. Mi respuesta constante<br />
era que acudíamos al Salvador y Él velaba<br />
por nosotros; no nos <strong>de</strong>jó solos en<br />
nuestras aflicciones. Sentí que los cielos<br />
me ministraron y me sostuvieron. Verda<strong>de</strong>ramente<br />
Él “ha llevado [mis] pesares”<br />
(Mosíah 14:4).<br />
También recibimos consuelo <strong>de</strong> la<br />
familia, los amigos y los miembros <strong>de</strong><br />
nuestro barrio y nuestra estaca. Nos<br />
cuidaron con amor <strong>de</strong> innumerables<br />
maneras. Nuestra nieta <strong>de</strong> 13 años, Krystal,<br />
nos escribió una carta <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />
la muerte <strong>de</strong> nuestro hijo Michael. Nos<br />
recordó que no estábamos solos cuando<br />
escribió: “Dios los sostiene”. Su carta me<br />
recordó el pasaje <strong>de</strong> Doctrina y Convenios<br />
84:88: “Iré <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> vuestra faz. Estaré<br />
a vuestra diestra y a vuestra siniestra,<br />
y mi Espíritu estará en vuestro corazón, y<br />
mis ángeles alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> vosotros, para<br />
sosteneros”.<br />
Obtuve fortaleza al leer un discurso<br />
<strong>de</strong>l él<strong>de</strong>r Richard G. Scott, <strong>de</strong>l Quórum<br />
<strong>de</strong> los Doce Apóstoles, titulado “La confianza<br />
en el Señor”. Él dijo: “En el preciso<br />
momento en que todo parece ir bien,<br />
con frecuencia surgen múltiples dificulta<strong>de</strong>s<br />
simultáneamente. Cuando esas<br />
pruebas no son resultado <strong>de</strong> tu <strong>de</strong>sobediencia,<br />
son evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> que el Señor<br />
siente que estás preparado para progresar<br />
más. Entonces te da experiencias que<br />
estimulan el a<strong>de</strong>lanto, la comprensión<br />
y la compasión, y que te refinan para tu<br />
beneficio eterno. Llegar <strong>de</strong> don<strong>de</strong> estás<br />
a don<strong>de</strong> Él quiere que tú estés exige<br />
un gran esfuerzo que generalmente va<br />
acompañado <strong>de</strong> pesar y <strong>de</strong> dolor” (véase