18.05.2013 Views

Junio de 2011 Liahona - The Church of Jesus Christ of Latter-day ...

Junio de 2011 Liahona - The Church of Jesus Christ of Latter-day ...

Junio de 2011 Liahona - The Church of Jesus Christ of Latter-day ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Por Mark L. Grover<br />

“ Nunca le pedí a Dios nada que luego Él no me<br />

diera”, <strong>de</strong>cía mi esposa Deborah. Esa <strong>de</strong>claración<br />

aún me asombra, aunque estuve con ella a lo largo<br />

<strong>de</strong> su cumplimiento. Probablemente también asombre a<br />

todos aquellos que sepan acerca <strong>de</strong> la lucha <strong>de</strong> siete años<br />

que Deborah tuvo con lupus sistémico, los dos años <strong>de</strong><br />

lucha con cáncer <strong>de</strong> mama y su fallecimiento el 19 <strong>de</strong><br />

septiembre <strong>de</strong> 1990. Pero aquellos que estén asombrados<br />

tal vez no entiendan las bendiciones <strong>de</strong>l sacerdocio ni<br />

su cumplimiento. Fue con dificultad que aprendí por mí<br />

mismo lo que significa poseer el sacerdocio y ejercerlo<br />

para ben<strong>de</strong>cir a los <strong>de</strong>más.<br />

Aunque mis dos padres eran activos en la Iglesia y<br />

fieles a sus preceptos, no recuerdo que el sacerdocio<br />

fuera una influencia espiritual específica en mi niñez. No<br />

recuerdo haber estado lo suficientemente enfermo como<br />

para necesitar una bendición ni que se administraran bendiciones<br />

<strong>de</strong>l sacerdocio a otros miembros <strong>de</strong> mi familia.<br />

Esa falta <strong>de</strong> énfasis en las bendiciones <strong>de</strong>l sacerdocio<br />

se transmitió a mi propia familia cuando me casé y<br />

Las bendiciones<br />

<strong>de</strong>l sacerdocio<br />

APRENDER A CONFIAR EN DIOS<br />

mi esposa y yo tuvimos hijos. Yo daba bendiciones <strong>de</strong>l<br />

sacerdocio si alguien estaba gravemente enfermo o iba<br />

a tener una operación. También le di a mi esposa bendiciones<br />

para recibir ayuda emocional, pero esas ocasiones<br />

fueron escasas.<br />

Para mí, dar una bendición siempre era una experiencia<br />

positiva, pero una falta <strong>de</strong> entendimiento y una escasez <strong>de</strong><br />

confianza en mí mismo limitaron el ejercicio <strong>de</strong> esa función<br />

<strong>de</strong>l sacerdocio. Luchaba por saber qué palabras usar,<br />

inseguro <strong>de</strong> si lo que me venía a la mente era realmente lo<br />

que Dios quería.<br />

Esa situación no cambió mucho cuando mi esposa<br />

<strong>de</strong>scubrió que sufría lupus sistémico. Esos años <strong>de</strong> batallar<br />

con una enfermedad que produce agotamiento e incomodidad<br />

recibieron la ayuda <strong>de</strong> alguna que otra bendición<br />

16 <strong>Liahona</strong><br />

<strong>de</strong>l sacerdocio. Mi esposa era consciente <strong>de</strong> mi inquietud<br />

en cuanto a dar bendiciones y pocas veces pidió la ayuda<br />

espiritual adicional que tal vez <strong>de</strong>seara.<br />

En marzo <strong>de</strong> 1989, cuando el doctor nos informó que<br />

mi esposa tenía cáncer, nuestras vidas cambiaron. Debido<br />

a la naturaleza extraña <strong>de</strong> su cáncer, los médicos no lo<br />

habían <strong>de</strong>tectado por dos años. Cuando finalmente se<br />

diagnosticó, se había extendido y las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> que<br />

ella se recuperara habían disminuido consi<strong>de</strong>rablemente.<br />

Sabiendo que estábamos en una lucha que no podíamos<br />

ganar solos, abrimos nuestra vida aún más a la ayuda<br />

espiritual. Nuestro barrio ayunó por Deborah y aceptamos<br />

con agra<strong>de</strong>cimiento el cuidado que le brindó la Sociedad<br />

<strong>de</strong> Socorro. Su batalla se convirtió en una que muchos<br />

lucharon. Un amigo que se había sometido a la misma<br />

quimioterapia que mi esposa iba a recibir, nos dijo que<br />

durante las etapas más difíciles <strong>de</strong>l tratamiento había pedido<br />

y recibido bendiciones <strong>de</strong>l sacerdocio. Nos aconsejó<br />

que hiciéramos lo mismo; buscar la ayuda espiritual a fin<br />

<strong>de</strong> soportar los efectos <strong>de</strong> los tratamientos.<br />

La quimioterapia fue difícil. Mi esposa tuvo todas las<br />

reacciones esperadas. Después <strong>de</strong> un tratamiento se sentía<br />

enferma durante varios días; pasaba la mayor parte <strong>de</strong><br />

los días en cama y comer era un esfuerzo; pero poco a<br />

poco aprendimos a afrontar cada reto <strong>de</strong> la mejor manera<br />

posible.<br />

Durante esa difícil etapa, mi esposa, como había<br />

aconsejado nuestro amigo, me pidió bendiciones <strong>de</strong>l<br />

sacerdocio. Le di una bendición para ayudarle a calmar<br />

la ansiedad que tenía la primera semana <strong>de</strong> quimioterapia.<br />

Por medio <strong>de</strong> una bendición <strong>de</strong>l sacerdocio, el temor<br />

que acompaña a una operación, aunque no se eliminó<br />

<strong>de</strong>l todo, disminuyó. Al poner las manos sobre su cabeza<br />

y ben<strong>de</strong>cirla, los largos períodos <strong>de</strong> vómitos cesaron<br />

y el sueño reemplazó a las noches sin <strong>de</strong>scanso. Esas

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!