Junio de 2011 Liahona - The Church of Jesus Christ of Latter-day ...
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<strong>de</strong> obtener una educación. Pase lo<br />
que pase, nunca <strong>de</strong>jes la escuela, ya<br />
que es lo único que te alejará <strong>de</strong> esta<br />
clase <strong>de</strong> vida”.<br />
Una vez inscrita en la escuela,<br />
teníamos que usar la imaginación<br />
para conseguir útiles escolares. Yo<br />
buscaba pedazos <strong>de</strong> papel blanco en<br />
los botes <strong>de</strong> basura y los llevaba a<br />
casa. Mi madre los cosía para convertirlos<br />
en un cua<strong>de</strong>rno; ella compraba<br />
un lápiz y lo dividía en tres para que<br />
mis dos hermanas y yo pudiéramos<br />
llevar una <strong>de</strong> las partes para escribir<br />
en la escuela. Mis otros dos hermanos<br />
todavía no tenían la edad para ir a la<br />
escuela con nosotras.<br />
Una nueva fe<br />
Debido a lo mucho que mi madre<br />
había sufrido toda la vida, ella no<br />
creía que pudiera haber un Dios. Durante<br />
mi niñez, yo tampoco lo creía.<br />
Pero, a medida que fui creciendo,<br />
empecé a hacerme preguntas acerca<br />
<strong>de</strong> Dios. Me preguntaba por qué mi<br />
familia nunca había tenido la oportunidad<br />
<strong>de</strong> tener una buena vida y por<br />
Mi madre me mandó<br />
a la escuela con un<br />
cua<strong>de</strong>rno hecho en<br />
casa y la tercera<br />
parte <strong>de</strong> un lápiz.<br />
qué yo nunca había tenido juguetes,<br />
alimentos suficientes ni ropa nueva.<br />
Cada vez que me hacía esas preguntas,<br />
sentía algo en mi corazón que<br />
me indicaba que no estaba sola. Ese<br />
sentimiento me dio consuelo durante<br />
muchos años.<br />
Cuando tenía unos trece años,<br />
unos misioneros Santos <strong>de</strong> los Últimos<br />
Días fueron a nuestra casa.<br />
Ellos contestaron todas mis preguntas<br />
y me enseñaron sobre Jesucristo;<br />
me dijeron que había una Iglesia en<br />
la que podía apren<strong>de</strong>r más acerca<br />
<strong>de</strong>l Evangelio en clases especiales<br />
para jovencitas <strong>de</strong> mi edad; me enseñaron<br />
a orar y me hablaron sobre<br />
el Libro <strong>de</strong> Mormón. El día en que<br />
me bauticé, no asistió nadie <strong>de</strong> mi<br />
familia.<br />
Me sentía sola, pero sabía que<br />
estaba haciendo lo correcto. Me presentaron<br />
una nueva vida: una vida <strong>de</strong><br />
esperanza, felicidad, fe y amor. Sabía<br />
que los jóvenes <strong>de</strong> mi edad buscaban<br />
ese solaz en las drogas y la inmoralidad;<br />
yo lo encontré en un amoroso<br />
Padre Celestial y en el evangelio <strong>de</strong><br />
Su Hijo. Después <strong>de</strong> mi bautismo,<br />
supe que el Señor había estado al<br />
tanto <strong>de</strong> mí toda mi vida.<br />
Aprendí mucho acerca <strong>de</strong>l Evangelio.<br />
Conocí a personas que compartían<br />
mis creencias. Algunos <strong>de</strong><br />
los miembros llegaron a saber un<br />
poco <strong>de</strong> mi vida cuando me visitaban<br />
en mi casa; fueron generosos y me<br />
ayudaron a comprar ropa y zapatos<br />
para ir a la iglesia y cua<strong>de</strong>rnos para<br />
la escuela. Con regularidad cuidaba a<br />
los hijos <strong>de</strong> miembros <strong>de</strong> la Iglesia y<br />
así ganaba más dinero <strong>de</strong>l que jamás<br />
había tenido. Como era muy joven,<br />
podría haber sido muy fácil alejarme<br />
<strong>Junio</strong> <strong>de</strong> <strong>2011</strong> 43<br />
JÓVENES ADULTOS