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Sembrando alternativas; cosechando esperanzas. (Re)

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campesinos/as del Escambray se identifican y<br />

solidarizan. A su vez, la experiencia de investigación<br />

favoreció el proceso de sistematización y valoración de<br />

experiencias y sirvió como disparador de nuevas ideas,<br />

reflexiones y propuestas de talleres y actividades.<br />

La construcción del diálogo descentra la<br />

relación de saber/poder y reconoce explícitamente la<br />

participación activa en la toma de decisiones y en el<br />

proceso de construcción de conocimientos, valorando<br />

la capacidad analítica y formulación teórica de<br />

todos/as los/as participantes. La apuesta dialógica<br />

implica una “democracia intelectual” (Cfr. Aubry, 2011)<br />

en la que se equipara el conocimiento científico y el saber<br />

popular 11 .<br />

La emergencia del diálogo no es sencilla ni<br />

automática; implica un gran esfuerzo por parte de<br />

todos/as los/as participantes y una atenta vigilancia<br />

del/a investigador/a en cuanto a su posicionamiento,<br />

las relaciones de poder, la multiplicidad de intereses y<br />

motivaciones en juego, y la serie de tensiones y<br />

contradicciones que todo ello conlleva.<br />

Capítulo 1 – Causas y Azares<br />

más allá de la investigación. Pensaba cómo colaborar con acciones<br />

concretas, no como una “devolución”, sino casi como un imperativo moral,<br />

una necesidad de sentirme “útil”.<br />

La oportunidad se presentó cuando Genaro me comentó que quería<br />

construir un aula para hacer talleres de agroecología y cuidado del<br />

medioambiente para niños/as. Para ello pensaba aprovechar una habitación<br />

contigua a su casa; había sido construida originalmente para que vivieran<br />

Pitoli y Lenay, su esposa, y ahora que ellos tenían su casa propia, se utilizaba<br />

para guardar granos y herramientas.<br />

La propuesta me entusiasmó muchísimo. La idea de formar parte de<br />

tan interesante y noble proyecto me conmovió. Cómo todos/as ellos/as<br />

estaban muy ocupados con la recolecta de café, me ofrecí a trabajar en el<br />

aula. Le pedimos a Lorenzo, el Lore, un vecino de La Herradura con<br />

conocimientos de albañilería, que nos ayudara. Yo no sabía mucho de<br />

construcción, pero estaba dispuesto a aprender y me convertí en su<br />

ayudante. Utilizamos algunos materiales que habían sobrado de la<br />

ampliación de la cochiquera de la finca y repellamos por dentro y por fuera<br />

la habitación. Aunque le ofrecimos dinero por su trabajo, Lore sólo aceptó<br />

un pie de cría de lombrices como pago.<br />

El cojo consiguió que alguien le “pagara” unas posturas de café con<br />

11 Wallerstein (2003) distingue entre “conocimientos” como construcciones sociales e históricas desde la ciencia dominante y el “saber” que abre<br />

posibilidades nuevas de comprender a la luz de los estudios de complejidad. Se hace esta aclaración porque a lo largo de este texto “conocimiento” y<br />

“saberes” se intenta resignificar, mediante el diálogo, esta tajante división.<br />

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